Translate

viernes, 29 de agosto de 2014

Realidades


   Y de pronto desperté, lentamente abrí los ojos, me los frotaba una y otra vez… No daba crédito a lo que veía... Miraba por primera vez a un mundo totalmente desconocido para mí, le veía tal y como es, y no me gustaba nada lo que estaba viendo... No se parecía a aquel fabuloso mundo del que procedía (que tal vez fuese solo un sueño, algo utópico que solo yo hubiese soñado...) Sin duda no era aquel mundo del que frecuentemente había escuchado relatar infinidad de cosas maravillosas ¿dónde estaban esa fabulosa vida llena de agradables sorpresas y de  aventuras compartidas con verdaderos amigos? ¡Que ruin debe de ser la mano que, como si fuese un vulgar títere, mueve los hilos de mi destino! Ante tan negro y descorazonado visión, mi actitud se volvió cobarde, cerré de nuevo mis ojos y volví a quedarme dormido, pues en el país de los sueños, al menos, vivía una falsa ilusión de la felicidad.