Y
llegó el burlador con su embriagadora verborrea, envuelto en una fina aureola
de perfecto amante, como zorro que anda buscando gallinas. Pronunciaba con
maestría palabras de amor, susurrándolas apasionadamente en los oídos de
cualquier doncella que se prestase a ello. Sonrojándolas hasta en lo más
recóndito de su ser, desnudando totalmente sus almas. Haciéndoles caer, sin
nada que lo remediase, en sus redes y provocándoles el carnal deseo de realizar
esa vaga promesa de amor, repleta de caricias sensuales que tan ardientemente
el galán les prometía. Más el farsante, como araña que teje su tela para cazar
a sus víctimas, les hacía creer que eran ellas y no él, quienes así lo querían,
quienes les deseaba; que eran ellas quienes con astucia les forzaban a amarles...
él lo haría gustoso bajo la influencia de alguna extraña pócima de amor, que le
incitaba a perder su honra, creyendo ellas, en su ingenuidad, que él era la
víctima inocente de sus febriles deseos, que a su vez, se sentiría poseído por
el espíritu de Don Juan y no tendría otra alternativa que sucumbir a sus
bajezas... perdiendo en el intento el preciado tesoro de la virtud o eso
creerían ellas... lo haría bajo el hechizo de una mujer fatal... que habría
decretado un sortilegio en algún aquelarre, elaborado con bellas y cautivadoras
palabras que le habían trastornado el sentido común. No comprendían las
burladas, que eran ellas las engañadas, las deshonradas, las que verían la
llegada del alba en soledad... e igualmente solas verían cada salida y puesta
de sol... durante el resto de sus vidas,
ahogadas en la pena que provocarán ellas mismas tiempo atrás con su propia
soberbia, en la absurda creencia de ser más mujer que cualquier otra,... Por haberse
creído damas tan solo por una noche, dejaron de ser mujeres por toda la
eternidad.
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domingo, 9 de noviembre de 2014
viernes, 7 de noviembre de 2014
Se oyen estupideces
La vida es más sencilla que todas esas estupideces que últimamente se escuchan a diestro y siniestro, con las que pretenden embaucarnos y meternos en su redil. ¿Quiénes son los buenos? ¿Quiénes llevan la razón? Los lobos que se presentan como tales... o tal vez aquellos que vienen disfrazados de corderos.... Al fin y al cabo son todos lobos y buscan lo mismo. ¡Qué pena da no poder confiar absolutamente en nadie! por mucha información que exista, más difícil aún nos resulta encontrar una que sea imparcial, veraz y desinteresada. Y a la vez se ha vuelto imposible la labor de poder encontrar una persona que entre otras cualidades sea leal, sincero y honorable, esta búsqueda se ha vuelto toda una odisea, una labor ardua, complicada y difícil... más que la de buscar la famosa "aguja en el pajar". Al final, parafraseando a Ortega Cano en "donde estás corazón (A3), diremos "déjenme en paz, déjenme vivir" o lo que es lo mismo: “A otro perro con ese hueso"
viernes, 10 de octubre de 2014
Incompetencia?
Que ascazo!
¡Qué
asco! sabíamos que la política es asquerosa, sucia, embaucadora, calumniosa,
manipuladora...etc. No es esto para nosotros ninguna novedad, pero si nos
produce una nueva desilusión, porque verificamos a diario que solo nos quieren
para que echemos su papeleta en las urnas y nada más... Darles carta blanca
para hacer de nuestras vidas lo que les plazca… Juegan a ser dioses, a menudo
juegan con fuego y acabaran por quemarse o quemarnos... El mayor inconveniente,
es que nosotros somos su combustible, altamente volatilizables, sus conejillos
de indias se podría afirmar; y lo más normal es que seamos, no solo quemados,
sino achicharrados en este, su sucio y mortal juego. Las pocas veces que
confiamos en ellos, podemos incluso justificarles, llegando a pensar que la
falta de información nos hace dudar de sus maneras de proceder, que vemos
fantasmas donde no hay nada… Pero su práctica diaria en la toma de decisiones
es cuanto menos absurda y errónea. Esto nos lleva a la terrible conclusión de
que son “malas personas”. Nos muestra que solo piensan en ellos y sus intereses
particulares, es lo habitual que así suceda, pues siempre el sistema “ha
funcionado así” ¿Es que hay que tomar decisiones impúdicas, llenas de maldad,
con la única intensión de jorobar a alguien? Está demostrado que, para ellos,
el único interés que les mueve es el propio y solo para lograr sus escabrosos e
inconfesables fines. Cuentan con que nos embaucaran con mentiras inverosímiles,
en las que la víctima se trasviste de culpable, en un idílico mundo de
fantasía. Cuentan con que les creeremos y nuevamente obtener nuestro apoyo.
Fingirán que les interesan nuestros problemas, escucharan nuestras quejas, nos
dará la ficticia impresión de que hemos sido escuchados. No tenemos en cuenta
que concedernos nuestras reivindicaciones choca frontalmente con su ideario político
y por tanto tenemos más que asegurado el rechazo, porque dentro de su
desvergüenza, no les conviene ningún cambio, todo ha de permanecer igual, o
solo moverse ligeramente… para acto seguido regresar a la posición inicial de
salida. Por tanto, siendo realistas, poniendo los pies en el suelo, se podría
afirmar que jamás serán atendidas nuestras demandas. Esta es la verdadera
actitud de aquellos en los que depositamos nuestra confianza, y se autodefinen como nuestros “valedores”,
Solo somos para ellos, como un dolor que se presenta a medianoche, sencillamente un lastre y además, un estorbo
siempre inoportuno.
viernes, 19 de septiembre de 2014
Desconfianza
La amistad es sinónimo de confianza y esta se podría definir como el cimiento de toda relación humana. Nadie puede caminar junto a cualquier otra persona sin poseer la certeza de la plena confianza en él o ella. Sin esa confianza, es imposible tener complicidad o confidencias con nadie, ni se le puede hacer partícipe de nuestros sentimientos, sobre todo de los más íntimos, pues la confianza, ante todo, crea respeto y el respeto es tener la sensatez de aceptar a otra persona como un ser diferente, complejo, con distinta visión de la vida, ósea diferente de nuestra filosofía particular, pero complementaria. La aceptación de estas diferencias implica, la disposición a otorgarle a esa persona un espacio de verdadera y recíproca lealtad. Un trato en el que no haya reciprocidad, donde no exista comunicación o donde no haya suficiente confianza, es una relación muerta, sin cimientos sólidos, destinada al fracaso; si perdura y se llegara a tener confidencias o secretos compartidos, cuando se hunda, caerá de forma aparatosa y será ese desplome excesivamente doloroso para ambas partes. Por ello, la desconfianza, limita nuestra motivación, nuestro interés por los demás, por todas las personas que nos rodean, limita nuestra manera de ser o incluso de obrar, transformándonos en alguien que aborrecemos, en alguien que no se parece en lo más mínimo a nosotros. Nosotros no somos así. Ser desconfiados es algo muy perjudicial, pero contra el vicio de desconfiar esta la virtud de la sinceridad. Pero igualmente los hay que desconfían de nosotros, pretenden imponernos un control rígido y severo; esto claramente, ni es bueno para nosotros, ni tampoco para los que intentan controlarnos de esta manera. Querer controlar, es por tanto, dudar de todos y sobre todo de sus propias posibilidades personales; tanto que incluso les hace recelar de ellos mismos, y les fuerza, en la medida de lo posible, a intentar controlar todo lo que ocurre o se mueve a su alrededor. Y para más "inri", crean además una realidad alternativa, paralela, desfigurada, alejada y ajena a la Cotidianidad de la vida real; simplemente justifican su desconfianza con percepciones inexistentes, amoldan el mundo a su carácter desconfiado.
jueves, 18 de septiembre de 2014
vanidad
Algunas
veces, solo se hacen las cosas con la única finalidad de ser el centro de la
atención de la gente. En un acto de pura falsedad, de manifiesta vanidad
pública… solo se realiza la acción para ser admirados, para tener cierta
notoriedad social... Pero nos delatan las maneras de tratar ciertos problemas, porque
pone de manifiesto la insuficiencia de nuestra motivación, que no se equipara
de ningún modo, ni siquiera en lo más elemental, con la respuesta demandada.
Mientras, nosotros solo intentamos hacer un acto de ensalzamiento personal,
otros están luchando en primera línea, o como se dice “comiéndose el marrón”,
en soledad, sin esperar ni el más mínimo apoyo de aquellos a los que nos da
igual “ocho que ochenta”, mientras no seamos nosotros los dolientes, los que
sufrimos la carencia de todo.... Todos hemos insistido mucho, a veces en
exceso, en la importancia de auxiliar a los demás, sobre todo a los más
menesterosos, indiferentemente de sus circunstancias personales. Para lograrlo
debemos renunciar a muchas de nuestras ideas preconcebidas y a una vida plagada
de comodidades y falsas necesidades que no son sino el fruto de una sociedad caduca,
consumista y en exceso materialista. Para poder ofrecer nuestra ayuda, primero tenemos
que aprender a desarrollar nuestra afección y humanidad hacia los demás, hacia los
desheredados, los indefensos, los
olvidados, los enfermos y los marginados… que solo son carnaza para los “desarmados”.
Si lo comprendemos, seremos felices viendo cómo se transforma nuestro corazón, junto con la deformada
visión que teníamos de los más desfavorecidos. Esto nos traerá de regaló la concordia
y la paz interior. Si sabemos hacerlo, nuestra recompensa será amplia y reconocida
por los demás y sobre todo por nosotros mismos.
martes, 2 de septiembre de 2014
Oda al recuerdo
Aunque haya desaparecido el resplandor,
que brillo tanto en tiempos pasados,
y ahora se oculte de mi mirada,
Aunque permanezca esa luz apagada,
y el recuerdo de ese brillo tan lejano,
sigue suspirando mi corazón de amor.
Aunque nada suele volver,
volverá ese ímpetu juvenil con todo su esplendor,
de conquistas y de glorias
de belleza y tiernas historias
que vuelve para encontrar al perdido yo,
porque siempre vivirá en nuestra memoria,
el delirio del primer amor,
que lo fue tan solo esa vez,
amor sincero y verdadero
y por siempre seguirá siendo el primero,
en el recuerdo del pensamiento,
que llega desde el lamento,
que nació de mi humana condición,
en la creencia de su escamoteo mortal,
pues a todos, la muerte nos ha de llegar.
Gracias al corazón, vivimos,
pero también gracias al corazón, sufrimos,
nos regala ternuras y emociones
nos da alegrías y también temores
desde la humildad que le acompaña
muestra la belleza de la inocencia
que se marchita como si fuese una flor,
con el paso del tiempo su recuerdo asoma
haciendo de mis ojos manantiales,
que añora otros tiempos y lugares,
otra vida, otra persona, otro yo.
lunes, 1 de septiembre de 2014
Nada es verdad, nada es....
Buscando la verdad, nunca he permanecido inmóvil o con una actitud indiferente… me desplazo por este embaucador mundo a la velocidad que me impone los acontecimientos… Unas veces con más acierto y precisión... otras muchas, dando la impresión de cierta lejanía, se podría decir que pareciera me encuentro distante, diluido y perdido en mi propia idiosincrasia personal, e incluso sumido en una depresión derivada de una actitud pesimista, con la vitalidad decaída, o más bien ausente. En algunas ocasiones seguramente colisionare con el pensamiento si no de todos, si de una mayoría, porque nuestro camino sea inverso, opuesto o antagonista, o bien por no dar “el brazo a torcer” en definitiva no saber ceder a tiempo… Todos nos creernos en la posesión de la verdad... Pero la verdad no fue concebida para ser poseída, es tal su complejidad que no se deja seducir por nadie, para no ser manipulada… por esta razón, nadie será nunca su dueño, así, de esta forma, evita que todos la manipulemos para nuestro propio beneficio, para que sea paladina de nuestras estratagemas… La realidad nos impone que la verdad (en términos absolutos), se nos niega a todos... ¿Quién dice la verdad? ¿Quién miente? “Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira” Esto da lugar a la paradoja de que somos la consecuencia inevitable del engaño y aun así "Somos los portadores de la verdad”
viernes, 29 de agosto de 2014
Realidades
Y de pronto desperté, lentamente
abrí los ojos, me los frotaba una y otra vez… No daba crédito a lo que veía...
Miraba por primera vez a un mundo totalmente desconocido para mí, le veía tal y
como es, y no me gustaba nada lo que estaba viendo... No se parecía a aquel
fabuloso mundo del que procedía (que tal vez fuese solo un sueño, algo utópico
que solo yo hubiese soñado...) Sin duda no era aquel mundo del que
frecuentemente había escuchado relatar infinidad de cosas maravillosas ¿dónde
estaban esa fabulosa vida llena de agradables sorpresas y de aventuras compartidas con verdaderos amigos? ¡Que
ruin debe de ser la mano que, como si fuese un vulgar títere, mueve los hilos
de mi destino! Ante tan negro y descorazonado visión, mi actitud se volvió
cobarde, cerré de nuevo mis ojos y volví a quedarme dormido, pues en el país de
los sueños, al menos, vivía una falsa ilusión de la felicidad.
miércoles, 23 de julio de 2014
En ruinas
Pongamos que hablamos de un colegio que está en ruinas, para salvar el edificio, tanto profesores como alumnos dicen tener la solución; unos creen ir sobrados, otros creen que pueden, otros sin embargo, creen que engañaran a la inspección, si le hacen un ligero lavado de cara al edificio, esto les hará parecer más listos, trabajadores e inteligentes, ello a pesar de no seguir los planos y no tomar ni la más simple medida de seguridad. Mientras otros andan perdidos en su imaginación, copiando de Internet nuevos planos, que seguramente debieron diseñar durante el año... En cuanto a los nuevos alumnos, a algunos les sucede que no saben ni dónde está su clase y a otros ni tan siquiera saben en que pupitre deben sentarse… mientras que el problema de algunos alumnos veteranos es que dan por perdido el colegio y quieren construir un edificio nuevo y además propio.... en fin… ¿parece que estamos hablando del cole o no?
domingo, 6 de julio de 2014
Falsas apariencias
Algunas
veces se dan respuestas a preguntas que nadie ha realizado. La triste realidad es que la supuesta respuesta
a tales preguntas, aparentemente simple, es muy compleja... Utilizando "la
navaja de Ockham" como instrumento de la racionalidad podríamos llegar a
una conclusión basada en una premisa muy simple "En igualdad de
condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta".
Existen multitud de patrañas que se disfrazan de verdad, pero son solo basura,
y cuentan con la complicidad de nuestra ingenuidad... de la confusión y dudas
que se nos crea en nuestra mente, que se comporta como un espejismo en el
desierto y que además se transforma en un excelente caldo de cultivo para los
estafadores. Se puede citar, a modo de ejemplo y para desgracia nuestra y de la
sociedad en general, a la medicina pues
tampoco está ajena a todas estas supercherías... Y en concreto la investigación médica, que en
algunos casos está financiada por supuestos "mecenas", que no son
otra cosa que buitres con oscuros intereses económicos, disfrazados de
benevolentes, y para aumentar nuestra desdicha, a veces ese supuesto interés
viene con consecuencias fatales para nuestra salud, nos convertimos sin saberlo
en cobayas humanas. Otras muchas veces ponen unos absurdos límites a la
investigación, carentes de toda lógica, como sucede en la investigación
farmacológica; no sólo se recorta el camino de la investigación y producción de
fármacos, sino que se impide la salida al mercado de nuevos y más eficientes
fármacos, mientras no se recupere la inversión y se obtenga con los actuales
los beneficios económicos esperados, luego cambian levemente la composición,
sin que ello aporte nuevas mejoras al fármaco, renuevan la patente y a seguir
exprimiendo al enfermo necesitado. Es muy normal delimitar lo que se investiga
y lo que no se investiga, en función de su rentabilidad económica, de los
intereses comerciales de los inversores que la financia. Resulta, por tanto,
hasta normal el fraude, la mala praxis o la ausencia de cualquier "principio
deontológico" y si además no existen o fallan los mecanismos de control...
camparan a sus anchas en función de los intereses del momento. Sin embargo,
tampoco debemos ignorar las meteduras de pata en otras disciplinas tal como
sucede en la física o en las matemáticas, cuyos peores fiascos, por norma, no suelen causar
víctimas, más allá de la causada a la propia inteligencia. Sobra decir que
ambas son inocentes de los disparates que se proclaman en su
nombre. Vivimos en un mundo disociado, de velocidades y tiempos distintos,
Naturalmente, esta afirmación es considerada errónea por los que piensan que no
son distintos tiempos, sino que el razonamiento viene en función de la
influencia de la identidad cultural según la zona geográfica en la que discurra
nuestra vida. Con la disociación de los tiempos, lo que verdaderamente se
pretende es recordarles a los denominados "progresistas" que el mundo
camina más lento que ellos... Se produce así, una reordenación estética del
vacío que deja la extensión del relativismo cultural, del fundamentalismo
ideológico. Y no vale salirse por la tangente de la improcedencia indiscutible
de comparar sociedades occidentales con otras de distinta índole. Pensar que en
estas sociedades, con esa distinta concepción política nunca podrán aspirar a
tener mecanismos de prevención o control del fraude, que sí, se presupone,
tienen los países autodenominados "primer mundo"... Nunca debería
justificar que se dé por buena la corrupción, allá donde y cuando se produzca
con la única excusa de defender, supuestamente, valores de sociedades que
presumen de democráticas.
miércoles, 25 de junio de 2014
Sin mascaras
El
peligro de ser indiferentes, es caer en una rutina monótona que nos iguala a
todos bajo un mínimo común denominador, solo en los peores aspectos que trae la
vida consigo... en lo aburridos, en la ausencia de ideas, en la falta de
motivación y ambición, en el excesivo conformismo, en una tristeza apática y
anodina, en una desconfianza extrema, en la falsa creencia de una inexistente
superioridad intelectual... Ya hace tiempo que perdimos el interés, que tiramos
la toalla, con el intimo deseo de que se dé por finalizado este absurdo
enfrentamiento al que hemos sido conducidos por unas tendenciosas manos que se
ocultan en las tinieblas, sin otorgarnos ninguna posibilidad de oposición o
enmienda... Y si seguimos en pie todavía, se debe principalmente a que muy
pocos lo han comprendido, y nadie se ha
atrevido a recoger el órdago, que a modo de señuelo hemos lanzado al aire…
nadie acepta ese desafío, conocedores de que la verdad nos asiste… pero da
igual, de alguna forma es preciso ponerle fin a este absurdo pleito, aunque
fuese simplemente por abandono de uno o ambos “rivales” ...o lo que es más
desconcertante, por la extrema debilidad "moral" del supuesto
contrincante o incluso ante la ausencia de una táctica clara de este. Ósea se
acaba si o si... Lo peor que aún perduran voluntades antagonistas, por así
decirlo, estúpidos que se dedican a propagar, como verdades, ciertas mentiras
malintencionadas. Lo que es más grave, siendo conocedores del origen malvado en
la naturaleza de tales afirmaciones. Lo hacen con la exclusiva finalidad de
amedrentar, asustar y manipular a la opinión de una sociedad fácilmente
impresionable y obligarle a decantarse por una posición u otra, por absurda e
ilógica que pareciese (preferentemente por la suya). No les vale la neutralidad,
aunque este asunto en cuestión no interese a nadie, ni sea motivo de la
conversación cotidiana, sencillamente les parece un problema ficticio... Si lo
que buscan es polemizar, que se
enfrenten con nosotros (dialécticamente), si son capaces y tienen argumentos…
que lo hagan con verdades y con hechos contrastados... A ver si en verdad
llevan razón, como ellos sostienen, sin oscuros subterfugios donde argumentar
con calumnias ante la opinión pública, que lo hagan con pruebas tangibles… sin
estar amparados por el anonimato que les otorga (algunas veces) las redes
sociales o creerse en la posesión de falsas cátedras… Es esta una actitud
pueril, digna de cobardes, de los que tiran la piedra y esconden la mano ¿qué
se podría esperar de ellos? Son perdedores en una trifulca "inventa"
y ellos lo saben, más eso, su orgullo no lo puede soportar, pretenden siempre
llevar la razón al precio que sea, venderían, si fuese preciso, su alma al
diablo para lograrlo. Elaboran un cóctel a base de medias verdades descafeinadas,
hábilmente mezcladas con mentiras absolutas...con la absurda esperanza que
"cuelen" como sinceras todas ellas... y muchísimas veces así sucede…
A no ser que tropiecen con algunos “huesos duros de roer” que les planten cara
cuestionando toda su utópica filosofía. Entonces se verán obligados a sacar e
incluso inventarse supuestos “trapos sucios” para emponzoñarlo todo y de esta
miserable forma acabar con la “buena fama” que pudiesen tener todos aquellos
que se han atrevido a poner en cuarentena sus afirmaciones, teniendo dudas
razonables de todo o parte de lo que pudiera provenir de ellos o de la sucia
mente de quienes, en cualquier caso, les
controlan, moralmente son sus dueños y ellos obedecen ciegamente con su actitud
borreguil. Esto es propio de unas estrategias maquiavélicas “El fin justifica
los medios” o eso debe creer. En definitiva, la vida nos enseña que hay buena
gente con buenos principios, que degeneran y acaban mal, en el lado oscuro y
frio, desprestigiados e ignorados por todos. E igualmente, hay personas que
vivían en el error y al final abren los ojos, cambian radicalmente y acaban
haciendo el bien entre los más menesterosos, ello no significa que para ser
útil haya que hacer nada especial, ni servir a nadie... Basta con
concienciarse, no ceder nunca ante la tentación de la corrupción, mantenerse firme, nunca dejarse vencer por el
cansancio o por el legítimo deseo de lograr una fortuna propia, ni asustarse
ante exigencias radicales e Intransigentes provenientes de sectores
extremistas, sino perseverar en su empeño, con la conciencia limpia y si
hiciera falta volver a empezar... hacerlo con la misma energía y fuerza. Entre
otras argumentaciones, se debe pensar que al final, los tendenciosos, no
obtendrán ninguna victoria sobre nadie y por tanto para poder subsistir (vivir
del cuento), no pondrán mayor dificultad al reconocer su error...Por nuestra
parte, al menos, nuestra conciencia permanecerá inmaculada conservando la paz,
básicamente por haber obrado de acuerdo con nuestros valores éticos. Nunca por
estar a favor o en contra de ocultos intereses que representen a nadie en
particular, sino para obtener un beneficio para el conjunto de la sociedad en
términos generales.
lunes, 16 de junio de 2014
Tolerancia
sábado, 14 de junio de 2014
Regreso al futuro
¡Ojala! fuese posible el viajar en el tiempo, imitando lo que ocurría en aquella vieja saga de películas de "Steven spielberg" "Regreso al futuro". No para cambiar nada, lo bueno o lo malo que nos aconteció son los cimientos con los cuales, la vida misma, nos ha edificado como personas. Con nuestros múltiples defectos, decepciones, desilusiones... y alguna que otra cosa buena que seguramente debemos poseer...Yo, personalmente, haría ese "hipotético viaje" en busca de la inocencia perdida, en busca de mis raíces... para recordar en todo momento quien soy y de dónde vengo... sin falsedades, sin hipocresías, sin falsas apariencias... recobrando la perdida fe en el género humano, ese deseo interior de un mañana mejor, esas ansias de conocer todo lo nuevo, eso sí, ¡quizás! con un poco de miedo, pero con una felina curiosidad de querer saber lo bueno que nos deparará el futuro. Recuperar esas buenas intenciones hacia los demás, fomentar las relaciones sociales, que entonces eran sinceras y desinteresadas, eran lo que se define como "la amistad en estado puro". Jugar un buen rato con aquellos entrañables niños que eramos toda la pandilla de amigos, olvidando, por unos instantes, los "fantasmas" en que nos convertiremos en un futuro no tan lejano. Recuperar aquellos "viejos valores" que desde la cuna curtieron mi carácter, no escuchar nunca falsas promesas, ni a los charlatanes que las prometen, hacer caso omiso de los rumores y de las habladurías, aprender a pedir perdón y tener la condescendencia de perdonar, olvidarme de vitorear a quien solo busca el camino fácil para engatusarnos, no lo merece; despertar mi admiración por la verdad, por vivir las sensaciones en cada momento, gritar al mundo que estoy vivo, dar las gracias a todos por todo y por supuesto decirle a personas muy queridas que allí moran (en el pasado) lo mucho que les necesito y lo mucho que les quiero, repetírselo hasta la saciedad, hasta que me tengan que mandar callar por pesado. Nunca dejar para el día siguiente nada, para no correr el riesgo que se quede algo sin hacer... sentirme de nuevo uno más. ..
domingo, 8 de junio de 2014
A solas
Les
dejamos entrar en nuestra vida porque confiamos en ellos, vinieron a nosotros
aparentando que estaban perdidos, enarbolando la bandera blanca de la paz,
debemos reconocer su esfuerzo, ya que con su logrado disfraz de corderos,
lograron engañarnos, nos cogieron de sorpresa, desprevenidos, confiados… pues
rumiaban las palabras con una entonación casi perfecta o lo más parecida a la
sensatez de la sinceridad, a gritos berreaban nuestro nombre, implorando
nuestra compresión, solicitando nuestra ayuda, haciéndonos creer que de veras
nos conocían, que nosotros éramos sus semejantes y por tanto, que confiaban a
ciegas en nosotros... Ante sucesos acaecidos fortuitamente, imposible de prever
en sus planes, se vieron forzados a salir de su madriguera, a mostrarse tal
cual son... se vieron obligados a quitarse el antifaz, ese que apenas ocultaba
lo perverso de las facciones de su rostro y tuvimos por primera vez, la
oportunidad de contemplar, sin disimulos, la verdadera esencia de su maligna naturaleza...
Aquellos que hasta entonces creíamos corderos, se han metamorfoseado, mutando
en auténticas fieras, perversos caníbales que nos quieren devorar vivos y lo
que es más grave, en nuestro propio hogar... Su estrategia está bien definida,
basada en el acoso y derribo, "el redil debe ser destruido, no ha de
quedar piedra sobre piedra..." Su más enérgico enemigo y por tanto más
temido son el tiempo y la reflexión; no quieren que pensemos, para que nadie
pueda apreciar la realidad de su ficción...Para darse cuenta de ello, basta con
observar su actitud nerviosa y desafiante, que les obliga a mostrarnos sus
afilados colmillos para así intimidarnos... Esto nos viene a confirmar que
ellos se saben perdedores de esta cacería infernal que unilateralmente han
emprendido y donde toda manipulación vale. Tienen demasiada hambre y sed...
están dispuestos a comerse, como sea, nuestra carne y manchar de sangre nuestro
hogar, por muy elevado que fuese el
precio a pagar, apuntan alto, pero en el fondo les da igual que el trofeo de
caza sea de mayor tamaño o tan solo una triste gallina... todo depende de la
presa a la que esperan abatir sea más fácil de conseguir… Sí, para su
infortunio, no consiguieran la tan ansiada "pieza mayor", no les
importa en demasía, ellos como el perro
con el hueso “si es duro de abatirla, ellos tienen todo el tiempo... ¡quizás!
reúnan nuevas fuerzas y vuelvan mañana a intentarlo, en el peor de los casos,
siempre habrá algún “lerdo” despistado que se confíe, se salga fuera del redil…
y ellos estarán allí para aprovecharse de ello.
miércoles, 21 de mayo de 2014
Dudas
Sucede
que a veces tenemos la extraña sensación de ser tan solo un títere de feria,
una vulgar marioneta, que es manejada a su antojo por una mano extraña que nos
obliga a hacer, incluso aquello, que para nada deseamos y tampoco nos apetece,
es muy difícil tener voluntad propia en este insólito mundo en que se ha
convertido la rutina de la vida diaria. Nada de las sensaciones que se perciben
nos transmiten serenidad, ni confianza, ni tranquilidad, ni encontramos el
suficiente sosiego, ni la sobriedad necesaria para analizar esa tenebrosa
sensación de sentirnos solo un vulgar objeto, fruto de una sofisticada
manipulación ¿Para cuándo desaparecerán la angustia y la sinrazón que gobierna
nuestra alma? ¿Nos dejarán alguna vez en paz? Por si alguna vez lo hiciesen,
cuando lo hagan, que no sea pagando un elevado precio por el peaje del simple
tránsito por esta “amable” vida, que no se efectué dicho pago de una manera
dolorosa e injusta, ni se trate de salir por la puerta de atrás, como vulgares
delincuentes, aún tenemos dignidad. En el transcurso de nuestra vida, es
prácticamente inevitable el encuentro con el sufrimiento, que nos es
transmitido desde el mismo día en que vemos la luz por primera vez. La mayoría
de las veces es solo dolor físico (que no es poco), pero en contadas ocasiones se trata de un
dolor de índole “metafísico” de origen
"Idiopático", que refleja sobre nosotros dudas de índole
existencial. Es por tanto, un dolor que no tiene parangón físico ¿Por qué?
Porque este dolor, de una forma incontrolada, se convierte en una pesada carga
que nos impide incluso respirar, nos da la sensación de ansiedad. El mismo
sufrimiento físico ha quedado superado por este “dolor del alma" “que
duele en lo más profundo del propio ser” y que se exterioriza con una falsa serenidad,
porque es muy difícil explicar, en la actual coyuntura económica, los
sentimientos interiores o compartir con los demás la inquietud que nos
produce... teniendo en cuenta que dentro de estas circunstancias, tan
difíciles, se nos hace cuesta arriba formular una aclaración, una
explicación que sea convincente y en la
que se nos entienda con precisión, lo que pretendemos transmitir, “si no
careces de nada" ¿de qué te quejas? Este dolor, no se puede tampoco
definir como una enfermedad mental o enfermedad psicológica… No lo es, se tiene
bien amueblada la cabeza, se sabe lo que se quiere, pero no como lograrlo… es
más bien un lamento interior, un querer y no poder… es un sentimiento con el
costoso resultado de la ineptitud, de la debilidad y de la incomprensión, es un
sentimiento por el cual el caudaloso
río interior de lágrimas, en vez
de brotar hacia el exterior, imita al Guadiana y circula interiormente fuera de
la visión de malvadas miradas, condenado a permanecer en lo oculto… buscando
desembocar en el mar de una malograda "Paz interior" que hace mucho
tiempo que desapareció y se llevó consigo todas nuestras esperanzas.
martes, 6 de mayo de 2014
¡Ahora que no me escucha nadie...!
A riesgo de ser inoportuno o más bien impertinente, yo me pregunto ¿cuál es el juego al que se juega ahora? ¿Es que acaso he muerto y no me he enterado? porque últimamente solo escucho buenas noticias, sobre todo “buenos” resultados económicos, todo va bien (DPM)... Debo haberme quedado ciego pues no aprecio esa supuesta mejoría por ningún lado, sigo con la misma miseria de siempre… o quizás habré emigrado a otro país y con la distancia cambia toda la perspectiva de las cosas, puede que incluso sea de “clase acomodada” y a esta altura no llegue el tufillo que se respira a ras de suelo... La verdadera sensación que percibo (fuera de ironías) es de asco, de desilusión, de podredumbre... me niego a leer la prensa, me niego a ver televisión o escuchar informativos en la radio... todo huele muy mal y dependiendo de a quien leas, escuches, veas (según proceda) la mierda (perdóneseme la expresión) la tienen los contrarios, ¡pues va a ser que no...! la tenemos todos, escondida bajo la alfombra, más ahora con la llegada de esta nueva primavera, sería preciso y diría que muy conveniente abrir puertas y ventanas para que se ventile nuestra casa, para que se renueve el aire y se deje atrás ese rancio olor a invierno... deberíamos sacar todos los trastos viejos e inservibles que se amontona en casa como recuerdo de tiempos pasados, quemarlos cual falla valenciana, son objetos que solo ocupan un valioso lugar que nos es preciso para hacerle sitio a nuevos muebles, a las nuevas plantas que están brotando y esperan un lugar apropiado para florecer, para impregnar el aire de una fragancia fresca para renovar nuestro ambiente y dotarnos de nuevas sensaciones que creíamos ya olvidadas, de tener de nuevo esa ilusión por los colores, olvidando la tristeza del blanco y negro para siempre. Recordad que estamos en primavera, pórtico del espléndido y caluroso verano, donde esto de ahora, que solo son tiernos brotes con bellas flores, harán su peculiar metamorfosis y se transformaran en suculentas y sabrosas frutas que nos darán alimento a todos. ¡Qué inconstante es a menudo nuestro corazón! Que desea la fruta más alta e inalcanzable, porque tiene la sensación de que es más sabrosa… pero naturalmente es igual que cualquier otra… más no se puede satisfacer ese apetito, y neciamente despreciar las frutas que están al alcance de nuestra mano, de una manera irracional estamos sumergidos en una visión de la sociedad materialista, pretendemos que otros nos solucionen nuestros problemas, pero no implicarnos para nada en la búsqueda de esa solución ¿No es ésta la perspectiva de quien solo desea una vida cómoda, hecha a su medida y sin compromiso hacia nadie? Que cada uno de una respuesta sincera y se pregunte ¿Qué puedo hacer? Y esta pregunta será el preludio de la solución definitiva y constante a todas las incógnitas que ahora se ocultan debajo de nuestra alfombra, no solamente para que no las veamos nosotros, sino, para que no las visualice tampoco nadie.
viernes, 2 de mayo de 2014
Veraz o verdad
La sociedad moderna la estamos
construyendo con una cimentación abstracta, imprecisa e ilógica, carente de
cualquier valor ético; Se prima más el culto al propio cuerpo que el respeto a
los derechos humanos. En esta guerra, no declarada, tienen como finalidad
alcanzar oscuros objetivos, y para ello todo vale; les dejamos que nos utilicen
a su antojo, les dejamos que piensen y tomen decisiones por nosotros, incluso
decisiones de carácter personal o familiar… es degradante comprobar la ausencia
de sensaciones propias que tenemos, sin darnos cuenta hemos ido derivando en
terceros, hasta llegar a transformarnos en autómatas. Somos náufragos que van a
la deriva en medio de esta ofensiva ideológica a la que nos han conducido. A
menudo nos preguntamos ¿quién lleva razón en medio de tanta división como se
crea? Es corriente contemplar que esta división de pensamiento alcanza a cualquier tema, sea de la índole
que fuese, duele mucho comprobar cómo estas divergencias se proyectan hacia
nuestra vida habitual, de una manera intensa, más de lo que en principio
podríamos sospechar. Pudiese dar la impresión de que la verdad se ha esfumado,
cual burbuja de jabón, o sencillamente que nunca existió. Ahora nos parece
mentira todas aquellas verdades que nos han contado como ciertas, sobre la
bondad de las gentes que conforman nuestro entorno, como se formó nuestra
sociedad y que valores la unieron, pareciera como si solo conociéramos parte de
esa historia, todo parece derrumbarse ante nuestros incrédulos ojos. Parecieran
falsos todo aquello que hasta ahora nos han mantenido unidos, se nos antoja que
es solo puro teatro, pura demagogia... fruto de una imposición más que de un
deseo... deberíamos poner en cuarentena todas las verdades que se nos han dicho
sobre las relaciones personales, familiares o sociales con las que nos han
formado como persona desde la niñez... y tantas alegorías que siempre nos han
repetido hasta la saciedad, hasta el hartazgo... Hay un espacio creciente, que
por momentos se vuelve infinito, entre la verdad y lo que nosotros mantenemos
como la única verdad sobre la vida misma. Si se le da un enfoque pesimista a
este razonamiento, sólo encontraremos desolación, falsedad, hipocresía, vanidad
y muerte de la persona como ser racional. Este hecho no es solo una opinión,
deberíamos de esforzarnos en buscar la auténtica verdad. Negar la realidad, lo
evidente es como nadar contra-corriente e insistir en cerrar los ojos ante una
verdad más que incuestionable. Tanto si nos gusta como si no, el Sol siempre
estará ahí, y saldrá cada mañana con energías renovadas; pero si hemos escogido
cerrar los ojos ante esa realidad, dará igual que sea de día o de noche, no lo
comprobaremos nunca. De igual forma, algunos se niegan a hacer frente a la vida
que les ha tocado vivir, por su dureza, por su posición social, por la falta de
oportunidades... consumen todas sus energías en quejarse o en visualizar una
realidad alternativa, en ver falsas perspectivas sobre su futuro, derrochan su
fuerza de voluntad y emplean todo su potencial en hacer ver como realidad lo
que solo son alucinaciones o buenos deseos sobre sí mismos, a menudo olvidando,
que tan solo pueden alcanzar su verdadera esencia como persona caminando junto
al resto de la sociedad. Por otra parte, para encontrar ese sitio que tanto se
añora en esta sociedad, se debe comenzar por asumir las propias limitaciones,
conociendo en todo momento donde está el límite de sus capacidades, no
vanagloriarse, ni creerse un "superman"... tampoco minusvalorarse y
creerse inútil para la sociedad. Uno se encuentra a sí mismo, si entre sus
proyectos está el afrontar su realidad, su auténtica verdad y, aceptarse tal
cual es, sin abandonar nunca la idea de superación personal, es más debería de
ser el principal propósito que deberíamos tener siempre entre nuestros
objetivos, es simplemente evolucionar como persona. Que nuestra verdad sea
objetiva o subjetiva depende solo de nosotros. La verdad de la que somos
portadores cada uno, es también una llamada de atención a la sociedad sobre
nuestro "yo íntimo". En realidad, ese “yo” tan personal, es un deseo
de integración y reconocimiento social de nuestras cualidades por parte de
nuestro entorno, más que un simple deseo individual de progreso. Cuando
buscamos con ahínco la verdad empezamos a reflejarla en nuestras vidas y ello
se manifiesta en nuestra relación con nuestro entorno. Todos sabemos que decir
que una acción tenga visos de veracidad, no significa que es igual que decir que es verdadera, al
igual que decir que una actitud sea veraz, significa que sea sincera. La
veracidad se asocia sobre todo a actitudes positivas como la virtud, la
franqueza, la lucidez…etc. donde predomine la actitud de “ser sinceros”. Por
tanto sabemos que veraz no es sinónimo de verdadero. La cuestión de la verdad
ha impulsado numerosas tesis donde nos hemos cuestionado acerca del verdadero
alcance de este valor (si es que se tiene por tal). Aun así, en un sentido
práctico, la verdad no sólo debería ser patrimonio de personas públicas, sino
que debe ser la actitud que se transforme en un valor añadido y por supuesto un
valor positivo… Que sea una actitud que ejerzamos con cotidianidad, nunca como
algo extraordinario. Es por ello un valor que aportamos y a la vez exigimos en
nuestra relación con los demás. Aunque a veces hay circunstancias que nos
incitan a dejar de ser tan “beligerantes” tan "superfluos", a dejar a
un lado el egoísmo, a dejar de ser una persona a la que sólo le preocupa cosas
banales, cosas sin importancia o intrascendentes… una de las peores causas que nos
puede obligar a ello sería el afrontar una dura enfermedad, en la que puede que
incluso nos juguemos la propia vida. Si se dieran estas nefastas circunstancias
deberíamos pararnos a reflexionar, compartir esos miedos, esos terroríficos
pensamientos, esa sensación de final… hablar de ello con nuestros allegados
(familia, amigos...) y preocuparnos de cuestiones que son trascendentales para
esa dura prueba a la que nos puede someter la vida, deberíamos entonces, de
valorar aquello que es verdadero e importante en nuestra vida, aquello que no
puede ser manipulado por nadie. Para tener confianza en los demás (familia,
amigos, conocidos) es necesario que nos esforcemos por tener un pensamiento
constructivo y positivo de los demás y que esas sensaciones a su vez las proyectemos
sobre ellos en forma de buenas acciones y pensamientos.
sábado, 26 de abril de 2014
Actitudes personales
sábado, 12 de abril de 2014
El Dolor
Cuando
viene la enfermedad, y con ella, todos los problemas serios que la acompaña
(económicos, laborales, familiares), comenzaremos a entender que la vida no era
tan sencilla, ni nunca fue de color rosa... tal como nos la habíamos imaginado.
Siempre hemos actuado como si fuésemos unos triunfadores, como si nuestra buena
estrella no se fuese a apagar nunca. Asimismo, vivíamos como si la salud y el
dinero no nos fuesen a faltar tampoco, exhibiendo nuestro poderío personal en
lujuriosas ostentaciones, solo con el único afán de ser oscuro objeto de deseo
y de envidia. Sin tener en consideración la mala imagen que de nuestra persona
a los demás les estábamos proyectando. Pensábamos que el motivo de su envidia
sería por la evidente falta de éxito en sus vidas, si ellos no tenían nada o
muy poco, sería debido, a su atonía, a su conformismo, a la ausencia de
ambición y la falta de motivación, no querían esforzarse en lograrlo, al menos,
en la misma medida que nosotros lo hacíamos, dedicando tantas horas al culto personal,
estábamos encantados de habernos conocido... Vivíamos a toda velocidad, con esa
lógica descabellada, en ese sin sentido… Hasta que comenzamos a sufrir en
nuestras propias carnes todo el sufrimiento, a notar el elevado desgaste
físico, moral y social que nos provocaba la enfermedad. Su descubrimiento nos
dejó asolados; fue solo entonces, cuando comprendimos algo tan simple como
obvio, que también a los demás la enfermedad les causa el mismo dolor y
aislamiento, tiene para ellos las mismas consecuencias, son cuestiones muy
simples, pero que hasta entonces habíamos ignorado de una forma inconsciente,
no sentíamos ninguna necesidad de saberlo... Comprendimos que en la vida hay
demasiadas personas sufriendo, sin ninguna necesidad de hacerlo, debido en gran
parte, a que nadie les ofrece algún alivio para su mal. Quizá comprendimos
tarde, que no tener consideración por el que sufre dolor es inhumano, a la vez
que discriminatorio, es algo realmente indigno de cualquier persona. Ahora
cuando estamos forzosamente apartados del circuito social, nos damos cuenta de
ello, porque tenemos demasiado tiempo para reflexionar. Cuando esto nos
ocurrió, en un primer momento nos enfadábamos con todo, con todos y con los que
más, fue con nosotros mismos; pero pronto comprendimos que con berrinches y
pataleos (como si fuéramos unos bebes) no arreglamos nada: ni dormíamos, ni
descansamos, ni con esta actitud ayudábamos a resolver ninguno de nuestros
nuevos problemas recientemente adquiridos, al contrario, empeoramos todo aquello
que fuese susceptible de ser empeorado. Es curioso, pero con anterioridad,
nosotros éramos muy irreflexivos e irracionales, y ahora, con el dolor, con la
necesidad de afecto, nos hemos vuelto sensibles, sensatos y comprensivos. Se
puede afirmar que esto que nos ha pasado, es el preludio del inicio de una
nueva y distinta etapa en nuestra vida, a pesar de que teníamos la impresión de
que era todo lo contrario. La enfermedad y el dolor que le acompaña nos ha
sosegado, de cierta manera, el alma, ha frenado radicalmente el ritmo
frenético, sin límites de nuestra vida, nos ha hecho comprender un poco mejor a
los que sufren; podemos, por primera vez empatizar con alguien… Nosotros que
nunca habíamos tenido problemas, ni necesidades de ningún tipo y ahora no éramos
ni una sombra de lo que fuimos. .. Anteriormente teníamos una visión de la vida
totalmente opuesta a la actual, prejuzgábamos a los demás, con excesiva dureza
y frialdad, bajo un prisma puramente materialista (tanto tienes, tanto vales)
Cambió este pensamiento cuando nos encontramos ya enfermos e impedidos, ósea
necesitados, entonces comenzamos a valorar la vida de un modo distinto. Ya
no teníamos tanta prisa por alcanzar
ninguna meta, ni nos daba estrés… ni ejercíamos la intolerancia, tampoco
respondíamos con gritos, ya no discutíamos con nadie ¿para qué? A raíz de
adquirir la enfermedad se piensa de distinto modo, se ve la vida con distinto
color, en parte provocado por el insoportable dolor, que a su vez les provoca a
unos una mejoría en el carácter, y a otros, en cambio, se les vuelve más agrio,
convirtiéndolos en unos “Esaboríos”. De la enfermedad la primera enseñanza que
se obtiene es que hay que comprender mejor a los enfermos, sobre todo si están
impedidos, si son dependientes, pues si además de sufrir dolor, sufren
abandono, es esto último, quizás más doloroso que la propia enfermedad, y eso
siempre es muy duro; y es verdad que hay personas que lo pasa mal; “toda
persona debiera conmoverse siempre ante el sufrimiento de otra persona, y hacer
lo que esté en su mano para impedirlo”. El dolor deja una dura secuela en la
mente de quienes lo sufren, pero que nos brinda la oportunidad de darnos un
baño de humildad, propicia que eliminemos el egoísmo y nos hace inclinarnos un poco más hacia los
necesitados. Todo esto, nos hace ver la vida de una modo especial, nos muestra
el perfil humano que se esconde en lo más recóndito de nosotros, con esto no
estamos diciendo que el dolor sea bueno, no lo es en ninguna circunstancia. El
dolor nos lleva a reflexionar, a preguntarnos por el verdadero sentido que
tiene todo lo que acontece a nuestro alrededor. Cuando recibimos la indeseada
visita del dolor, se vive una prueba, es como una luz que detiene el normal
transcurrir de la vida, con un parón forzado, que nos invita a reflexionar
sobre nuestro yo interior... Por eso se ha dicho que toda reflexión hecha con
profundidad, adquiere una dimensión especial con el sufrimiento del inmenso
dolor y sobre todo con la proximidad de la muerte. El dolor, si lo sabemos
asumir, nos advierte del error de llevar una vida vana y superficial, nos ayuda
a valorar a la familia, a la sociedad… nos enseña a no ir por libre, nos enseña
a no acomodarnos en nuestro egoísmo. El dolor nos vuelve más tolerantes, más
abiertos, nos va curando de esa nefasta cabezonería y testarudez de ese orgullo
mal entendido…. Es, una triste realidad que nos alcanzará a todos (a unos antes
que a otros) y que por tanto nos mide a todos con la misma vara, con un único
rasero. La vida no está ideada desde una perspectiva pueril, nadie aunque
quisiera, puede permanecer inmune al dolor o a la enfermedad, es una lucha
perdida de antemano. "Negar la mayor, ignorar la realidad del dolor, no
lleva a ninguna parte". Prepararse para la convivencia con el dolor para
cuando este venga, es aprender a soportar un mal inevitable, es esta una
sabiduría fundamental para no llevarnos una sorpresa desagradable cualquier día
de estos al despertar y decir “si yo hasta ayer estaba bien…”.
viernes, 11 de abril de 2014
A la Virgen de Los Dolores
La estrella de la mañana
brilló con luces de pureza,
sus destellos se hicieron
poesía,
con su luz se vistió de Reina,
sacando a pasear sus
tristezas,
por estrechas callejuelas
victoreñas;
De sus luceros siete perlas
brotan,
por ese gran dolor que una
espada
traspasando su alma le
provoca;
lleva la pena en su pechera
bordada,
las angustias en su rostro
reflejadas,
la soledad por única compañía;
el dulce nombre de María
se transforma en esperanza,
su desolación en amarga agonía,
y sus lágrimas en solemne paz,
Son negras sus vestiduras
pues de luto va siempre
vestida,
en su desamparo nada le da
consuelo,
ni las flores con sus
fastuosos colores,
ni el aroma de la primavera,
ni el resplandor de los
velones de cera,
ni el azahar tan siquiera,
cuando se mezcla con el
incienso,
contaminando el aire con
delicados olores,
que son bajados del cielo,
para perfumar a María de los
Dolores,
en la amargura de su
desconsuelo;
A ti madre dolorosa,
Señora hermosa, Reina del
cielo,
¡Mi Virgen de Los Dolores!
que tristeza tienes en tu
mirada,
si mi voz supiera cantar,
Una saeta a ti te cantaba,
si te pudiera consolar,
con una salve te consolaría
¡Guíame tu! ¡Madre mía!
por estos oscuros senderos,
por los que nos lleva la vida,
que camine hacia Dios con paso
certero,
¡oh Señora mía!
permíteme estar siempre a tu
lado,
a los pies de la cruz
de Jesús, tu hijo amado,
para que cuando mi luz
se haya para siempre apagado,
María, con tu presencia me
honres,
te lo pido a ti ¡Madre mía!
por tus Sagrados y benditos
Dolores.martes, 8 de abril de 2014
Miedo a frascasar
El
éxito en la vida debe su existencia en parte, porque asimismo, existe el
fracaso. Nadie puede afirmar que no ha fracasado nunca; en alguna que otra
acción del conjunto de acciones que haya emprendido, sin duda lo habrá hecho.
De la misma manera, tampoco se puede afirmar que no vaya a hacerlo en un futuro
próximo... más o menos cercano. Sí por desgracia, les ha ocurrido ya, nunca
deberían excusarse, echándole la culpa a terceros, de los que según afirman,
han recibido pésimos consejos que le han conducido a esa calle sin salida, que
es el fracaso. Nunca asumirán su cuotaparte de culpabilidad, por haber pedido
consejo a personas inadecuadas y sobre
todo por haberlo seguido. El fracaso es, por tanto, algo aparejado a la
condición humana... se podría decir, que es considerado normal el sufrirlo en
alguna o varias ocasiones a lo largo de nuestra vida; en caso contrario,
significara que no habremos intentado poner en práctica ni una sola de nuestras
ideas. Se podría afirmar sin miedo a equivocarse, que es verdad que el éxito se
puede alcanzar, pero que este vendrá después de innumerables intentonas,
acompañadas de otros tantos fracasos. Sí se triunfa en la vida es porque se
pone sobre "la mesa" mucho sacrificio, mucho esfuerzo e igual empeño
para la consecución del ansiado triunfo... Pero también porque hemos aprendido
"a base de palos" a evitar esos pequeños envites en forma de baches e
impedimentos que nos plantan cara justo delante de nosotros, obstaculizando
nuestro progreso; desviándonos, si no se remedia, hacia el inevitable fiasco
del fracaso. Los que fracasan verdaderamente, son aquellos que no adquieren
ningún tipo de experiencia en la adversidad, pues nunca asumen ningún tipo de
riesgo, en prevención de una más que probable decepción. Cuando surge una dificultad,
por diminuta que sea, en vez de “sacar pecho” para enfrentarse a ella,
retroceden hacia atrás, cediendo parte del terreno ganado; lo que provoca que
se hundan más y más en su desconfianza y como consecuencia, se esfume lo poco
que les quede de autoestima; desistiendo al final de poner en marcha esa u otra
idea, no volverá a tener iniciativa ni una sola vez más... carecen, por tanto
de espíritu emprendedor. Triunfar es sobretodo “aprender del fracaso”
levantarse igual número de veces que nos hubiéramos caído e intentarlo
infinidad de nuevas veces hasta conseguir aquello que se pretende. El éxito es
por tanto la suma de las experiencias (buenas y malas) adquiridas en tantos
desencuentros con la vida, en definitiva es sinónimo de saber afrontar las inevitables
condiciones de competencia que nos encontraremos en cualquier acción nueva que
emprendamos. De esta paradoja, depende en gran medida que nuestra manera de
obrar en esos retos, les hagan estar destinados al esplendoroso éxito o
condenados al estrepitoso fracaso. Cada infortunio, cada derrota, cada
decepción, cada fiasco, lleva consigo el germen del que nace la experiencia,
que a su vez despertara en nosotros unas habilidades hasta ese momento,
adormecidas y por tanto totalmente desconocidas para nosotros. Los reveses con
los que nos propina la vida van en esa dirección, se podría decir que incluso
juegan en nuestro equipo, a nuestro favor. El fracaso nos hace tomar
consciencia de nuestras propias limitaciones y, al mismo tiempo, nos estimula
en el afán de superarlas, de sacar lo mejor de nosotros, aquello que cada uno
llevamos muy dentro, sin sospecharlo tan siquiera. Esto es así, y sucede en
medio de un entorno que en muchas ocasiones nos resulta muy hostil, pero esta
hostilidad provoca que se nos curta el carácter, a la vez que nuestra
personalidad va alcanzando un nivel óptimo de autoestima y gana en naturalidad.
Quien delegue en otros la iniciativa y siga pensando que ellos se encargaran de
obsequiarle con un elevado grado de bienestar, o que será imperecedera su
felicidad, se le podría calificar como un tanto cándido y memo; obtendrá muy
pocas alegrías en su vida, la mayoría de las veces estará apenado, afligido por
no lograr superarse a sí mismo… se sentiría un miserable y los que compartan
con este tipo de persona, tanto filosofía, como maneras de pensar u obrar,
posiblemente acabaran por contagiarse de ese depresivo estado emocional. Existe
dos estados de ánimo, claramente diferenciados: uno: simplón, callado y
conformista; el otro: intrépido, vivaz, emprendedor y luchador… Cada uno
escogeremos el que mejor se amolde a nuestra personalidad. Por eso, es muy
peliaguda y delicada la labor de aleccionar al propio carácter, porque otros
nos podrían imitar hasta en el mínimo detalle de nuestros gestos y acciones….
Es muy importante no ser demasiados perfeccionistas “no ser más papistas que el
Papa” cayendo en una especie de psicosis, “porque errar es de humanos y
rectificar de sabios” en eso consiste la experiencia. La diferencia es que unos
aprenden de los errores, para aplicar ese conocimiento recién adquirido en su
futuro inmediato, mientras que otros sólo obtienen de ella dolor, padecimiento
y desconfianza. El éxito está en la capacidad de superar todos los traspiés de
la vida, con afán de superación, sin rencor, ni odios, ósea con nobleza. Es
penoso ver a personas que se suponían inteligentes, venirse abajo y abandonar
cualquier empresa, al mínimo contratiempo, o incluso aquellos otros que son tan
perfectos que no pueden soportar un pequeño batacazo en su brillante currículo
y se hunden de forma radical y miserable, para no levantarse jamás. Debemos
tener presente siempre que la mayor de las decepciones suele ser dejar de
intentar abrir nuevos caminos por miedo al fracaso, y dejar que los abran otros,
así obligatoriamente, tendremos que
aceptar las normas y designios que nos imponen los triunfadores, que son, en
definitiva quienes llevan la batuta y los demás aprender a tener la boca
calladita. En nuestra mano están todas las opciones, que cada uno escoja bajo
su responsabilidad la opción de futuro que desee.
sábado, 5 de abril de 2014
Auto-control
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