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sábado, 7 de noviembre de 2015

Cuestión peliagda


   La vida misma hace que se nos presenta una cuestión un tanto peliaguda que puede cambiar el sentido de nuestra visión del mundo que nos rodea y pone en cuarentena nuestro futuro como personas de bien. "sucumbir ante la ambición personal o mantenernos firmes en los valores fundamentales”. Evidentemente, no se nos propone que seamos deshonestos con nadie en nuestras acciones, y menos aún que traicionemos todo aquello por lo que hemos luchado hasta ahora, tan arduamente y de manera incansable hasta llegar prácticamente al agotamiento intelectual. No se trata, por tanto, de realizar una "auto-estafa moral" que cometeríamos solo para nuestro único beneficio. Lo que verdaderamente se manifiesta es una queja por la falta de habilidad en querer solucionar los asuntos pendientes desde hace ya tanto tiempo y la falta de un verdadero guía para la construcción de un camino donde quepamos todos y podamos andar sobradamente sin estorbarnos los unos a los otros... Al parecer son más astutos aquellos que solo quieren obstaculizar nuestro avance, para asegurarse su posición personal, poniendo piedras en este camino común, para que algunos tropecemos o nos quedemos muy atrás en derechos, que no en deberes. Todo ello nos muestra desgraciadamente ¡otra vez más! que algunas convicciones continúan poniendo los mismos límites a los de siempre, no toleran que sean tratados como iguales. Ellos han de ser tratados como singulares, como la guinda de este pastel. En la actualidad seguimos hablando de tráfico de influencias, de corrupción, de enriquecimientos ilícitos, de falsificación de documentos... y se ve como normal estas actitudes,  e incluso se les justifica "por ser quienes son..." Por eso la cuestión que todo esto nos plantea es doble: ¿Acaso piensan que pueden engañar eternamente a toda la sociedad con falsas coartadas elaboradas con mucha astucia? Y, al hablar de esa supuesta inteligencia, tendrían también que hablar de los sucios manejos que de sus intereses hacen, sirviendo no se sabe a qué causa. ¿Están interesados realmente en que salga a la luz toda la verdad? Y por nuestra parte ¿Es normal la indiferencia como única respuesta? tendremos que tener la seguridad de que allí donde esté la verdad estará nuestro corazón. ¿Cuál es el tesoro  más apreciado en la vida? seguramente será la vida misma. Debemos examinar nuestros anhelos para saber con certeza dónde está nuestro tesoro (vida)... Quizás hoy tendríamos que plantearnos con esta situación, cuál han de ser nuestros nuevos proyectos para ese futuro, es decir deberíamos de mostrar sinceridad en las relaciones sociales, ser tal como somos para con nuestros semejantes. Es verdad, que la vida es siempre una sucesión de decisiones, deberíamos saber elegir entre ellas, las opciones más adecuadas para nuestros intereses: entre la honradez o la injusticia, entre la fidelidad o la  infidelidad, entre el bien o el mal... habremos de decidirnos por caminar solos e ir a la deriva, o caminar juntos de la mano compartiendo valores que nos hacen navegar día tras día con mejor o peor fortuna, dependiendo de la profundidad de las aguas y del estado del tiempo. Ahora parece que navegamos en una profunda borrasca con la paradoja de que son aguas sin la suficiente profundidad, que nos impiden maniobrar, nos hacen zozobrar y da la impresión de que se hunde este barco ¿Es solo impresión o de verdad se hunde? O tal vez a algunos les interesa que se hunda para sacar provecho propio de este botín,