Todos
necesitamos de la colaboración de las demás personas, si lo que se desea es
avanzar, no solo socialmente, sino para el desarrollo de la propia
personalidad. Es imposible plantear cualquier propósito o idea, por muy insípido
e insignificante que fuese, si no se cuenta con los apoyos necesarios… Cierto que
hay personas que andan por el mundo provocando con su actitud desafiante a
todos los demás, buscando litigios inexistentes, fomentando la
divergencia, provocando la desunión… para después intentar apaciguar a
todos, proclamándose “el pacificador”, quien unifica a todos en un mismo
destino o fin. Nadie advierte a este tipo de personas del peligro de desbandada
que provocan al utilizar su perversión moral solo para su beneficio personal, de esto
presume, de ridiculizar a cualquier otra persona, del uso y abuso del sarcasmo…
siendo en realidad infame y ruin. Cuanto más cercanas sean esas personas a su
entorno socio-laboral, peor será la consideración o el trato que les dispense;
¡maldita confianza! Posteriormente, con pedirles perdón, solo si las circunstancias le obligasen a ello, lo considerara suficiente. Pero si de verdad lo quiere, debe de comenzar por cambiar de actitud, que acabe con esa
prepotencia, “que se baje del caballo”… De otro modo, no se le debe consentir
sus impertinencias... no se le puede perdonar, pues si tiene la oportunidad lo volverá
a hacer. Estas dudas van contra nuestras reflexiones habituales, solo el hecho de desconfiar de
alguien, lo corrobora, no es nuestra forma de proceder o pensar. Lo idóneo, bajo el prisma de nuestra mirada, sin caer en la estupidez
supina, es que estuviera siempre dispuesto a colaborar, aunque solo fuese a acompañar,
en vez de dedicarse a meter cizaña... debería ayudar siempre, en la medida de sus posibilidades, con una moral alta, contagiando entusiasmo, para que todos
recibamos esa energía positiva; esa sensación de bienestar que se percibe cuando se presta auxilio a los necesitados. Deberíamos ser meticulosos y tenerlo todo planificado, hasta en los detalles
más pequeños… La vida está llena de esos pequeños detalles que, paradojicamente, la hacen grande... muchos proyectos
fracasan, precisamente, porque se han descuidado los “detalles más sencillos y
elementales”. Para que se obtenga un éxito rotundo, para que nuestro esfuerzo
no sea vano o superfluo, no basta con desearlo, hay, sobre todo, que estimular la colaboración e
implicación de los que forman parte de nuestro equipo. Esto es así de sencillo,
si se cuenta con personas motivadas, emprendedoras y trabajadoras, el
proyecto tendrá el éxito garantizado… pero si se está rodeado de gente
desmotivada, pesimista, perezosa… ¿Cómo nos pueden estimular al éxito? Ellos que
carecen de ganas, de fortaleza física o moral, no
tienen el suficiente coraje para llegar a la meta, para conseguirlo, ni quieren tenerlo… Es más, su
efecto es nocivo, a la vez que contagioso, desmotivándonos al resto, nos conducen hacia el
fracaso, y luego nos dicen una y otra vez “te lo advertí”... Lo más conveniente para todos
nosotros es concienciar a aquellos que quieren realmente implicarse en la consecución de nuestros
proyectos, tratarlos con exquisita amabilidad, incluso a aquellas personas que
su actitud nos cause cierto "reparo", “nos hagan los mandaos de lejos”, en una
palabra, que no nos caen bien sus formas de proceder... más si ofrecen su ayuda, habrá que aceptarlos y
contar con ellos. Tampoco debemos ser condescendientes en demasía, "ni comulgar con ruedas de molino"solo como única finalidad de agradar a todos, es misión imposible. No debemos esperar de nadie nada extraordinario, pero
si ser conscientes de que no todos tienen la misma disposición para el
compromiso social, ni debemos esperar recibir el mismo trato o firmeza que
nosotros ofrecemos. Tenemos, así mismo, que ser conscientes del hecho
que en algún momento debemos “cambiar de
aires”, formar un nuevo equipo con otras gentes, en otros lugares, con otras
motivaciones… Nos resulta muy difícil solo el imaginar un nuevo comienzo, pero
es muy necesario, si queremos conservar la frescura e inocencia, ese espíritu
inconformista que nos hace implicarnos cada día en la lucha por alcanzar la
justicia social. Sólo tenemos que analizar los resultados de los proyectos que
hemos realizado, los lazos de amistad que hemos creado y sobre todo la cimiente
de esa justicia que hemos sembrado en el corazón de la sociedad.
Translate
sábado, 30 de noviembre de 2013
jueves, 28 de noviembre de 2013
reflexión sobre el 3 de diciembre
Debemos
de prestar
más atención y apoyar la invitación que constantemente hacemos las personas con
discapacidad al resto de la sociedad, para que efectúen una reflexión amplia y
profunda que debe ir más allá de la inclusión social. Es esta una exigencia común,
pero a la vez es un derecho adquirido, se reclama de manera incisiva y a veces rayando
lo inquisitorial; aunque se reclama año tras año durante estas fechas,
concretamente el 3 de diciembre. Estas reivindicaciones apenas son escuchadas,
no conmueven como seria nuestro deseo a la sociedad. Si lo hace será únicamente
durante este día y algunas veces, sospechamos, que lo es solo para hacerse la
foto de cara a la galería… Más estas reivindicaciones se deben clavar en lo
profundo del alma de cualquier persona con un mínimo de sensibilidad… por lo
justo que sería su aplicación; debemos ponernos en los “zapatos” de cualquier
persona con discapacidad, sentir la herida que corroe su alma al sentirse
despreciado, marginado. Por solo esto sería un motivo suficiente para hacernos
reflexionar ¿Por qué es tan importante para las personas con discapacidad la
inclusión socio-laboral? ¿Por qué se repite una y otra vez las reivindicaciones
y se hace depender la decisión de inclusión social del justo y correcto
ejercicio de los derechos y deberes de toda la ciudadanía? La respuesta es
demoledora, pero sincera… porque nadie, salvo los familiares y tal vez, un
pequeñísimo círculo social, ni les motiva, ni les preocupa la situación de desventaja
que padecen las personas con discapacidad y el incumplimiento de los derechos
que tienen reconocidos. Pecaremos de impertinentes, quizás, a algunos les parecerá
mal nuestro proceder por causa, tal vez, de nuestra obstinada insistencia…Pero ocurre
que en demasiadas ocasiones dan a estas peticiones
una respuesta plagadas de muchas contradicciones y a veces inverosímiles y difícil de
creer. Nuestras peticiones se deben efectuar y repetir hasta hacerlas realidad,
hasta la consecución de nuestros fines. No nos pueden negar ese derecho, ni
arrebatarnos los derechos adquiridos “con alevosía y nocturnidad”. Los que
luchamos a diario contra los auto-denominados “hostiles a la inclusión social”,
los que peleamos con brío y garra en esta “bellísima causa de paz e integración”,
sabemos además lo que mueve a la vida asociativa... en las entidades de discapacidad;
no nos resignamos a contemplar su total destrucción. Nuestra lucha es como una
flor hermosa pero con espinas, es un camino durísimo con innumerables
dificultades. De ahí la fortaleza que se transforma en virtud para convertir
nuestros buenos propósitos en una realidad tangible, intentando evitar que
terminen siendo, estos objetivos inoperantes e infructuosos. La paciencia, de
la que hacemos gala, forma parte del hecho de adoptar esta inmensa posición de denuncia pública… pero,
a la vez, nos estimula para tener el aguante suficiente, para tolerar con
resignación las numerosas injusticias a las que la sociedad nos somete con
demasiada asiduidad. Por ello, la constancia nos confiere una visión particular
de la vida que nos otorga esa libertad del uso de la propia imagen, la posesión
de ese yo interior queda reflejada en nuestros actos, y al mismo tiempo se
transfieren al entorno social. Las promesas que, normalmente se nos hacen, no
deberían estar destinadas a convertirse en papel mojado. Y esto es así, porque
quizás, somos demasiados conformistas, demasiado mansos.... Pero es la fuerza
de la razón la que nos obliga a cada uno de nosotros a pedir esa oportunidad,
tantas veces deseada, tantas veces negada. Es decisión nuestra la no aceptación
de la quietud como norma general, cuando se ésta, como nos sucede a la mayoría
de las personas con discapacidad, en grave riesgo de pobreza y exclusión
social, hecho contrarío a cualquier tipo de lógica… Se padece marginación,
estamos además condenados al paro, nuestro destino está vinculado, en un primer
momento a nuestra pobre formación. Sólo una pequeña minoría, y gracias a
las entidades de discapacidad, están presentes en el mercado laboral; porque una
vez que se ocupa un puesto de trabajo, se libera la desbordante “capacidad” y
la constancia que suelen desarrollar las personas con discapacidad, se derriban
muros y falsos conceptos de la realidad laboral de las personas con
discapacidad. Se debe comprender lo difícil, para nosotros, del duro camino
que supone lograr la integración laboral., por ello pedimos la
solidaridad y comprensión de la sociedad. La energía que se desprende, la
autoestima que se aprende con tanta paciencia, hay que perseverar mucho,
ciertamente, más que los llamados “capaces” o por el contrario sumirnos en una vida de
resignación y resignarnos a la caridad de los demás. La inclusión social para
nada tiene que ver con maneras de actuar o modos insostenibles, ni es ningún
héroe aquella persona que logra salir de esta lacra social que es la
marginación. Mucho dolor y sufrimiento forma parte del currículo de cualquier
persona con discapacidad… Se debe promover, `por lo tanto, para con nosotros un
estímulo positivo. Nadie entiende mejor estas necesidades vitales de las
personas con discapacidad que sus asociaciones, si intentamos ayudarles e
integrarles en nuestras vidas…ello nos ayudará también a comprenderles y
hacerles la vida aunque solo sea un poco más fácil.
martes, 26 de noviembre de 2013
¿Perdida de tiempo?
Siempre
que escucho aturdido la insensible advertencia del tipo de vida que llevamos,
que según ellos, no nos corresponde “vivir por encima… “no
podemos menos que escandalizarnos. Esta vida de "lujo" que
supuestamente llevamos me recuerda muy mucho a la opereta Evita “es
solamente un disfraz, las reglas del ceremonial…”, sin duda, nunca nos observan
cuando la inmensa mayoría de los días los dedicamos a los demás, o, en mi
caso, me quedo en casa escribiendo, leyendo, reflexionando,
planificando, elaborando proyectos... mientras ellos, los que critican, están a
vivir la” dolce vita”. Yo me pregunto, antes de que me lo pregunte alguien ¿Qué
beneficio saco o sacamos de todo esto? Económico, que se sepa ninguno, o al
menos aún no se ha apreciado mejoría alguna, más bien lo contrario;
social, aún menos pues se sigue en la misma posición social, cuando no viva con
más penurias, si ello es posible, motivada por la derivación de la
crisis económica; intelectual tampoco, sigo igual de estúpido o de
inteligente (cada cual piense lo que quiera)... ¿Y entonces? El hecho de
dedicarnos a actividades de índole voluntaria nos sitúan en las antípodas de
las tesis materialistas que predominan en la mentalidad de ahora, ósea nos
sitúa en la lucha por el “avance social y económico de la humanidad” denominada
“cultura de la transmisión absoluta”, si así se prefiere llamarla, en una
imparable y constante evolución, pero ¿Desde dónde se parte? ¿Cuál es el
destino? Eso nadie lo puede saber con absoluta certeza, a excepción, en último
término, de una supuesta clase dirigente que usurpa el destino de todos,
moldeándolo y manipulándolo a su antojo, y tergiversan la realidad para que
veamos lo que a ellos les interesa. ¿Cómo se atreven a hacernos ver lo que a
todas luces es inexistente? Se aprovechan de nuestra inocencia, de la
precariedad laboral imperante, de una ausencia de interés por nuestra parte, de
un desinterés para razonar los sucesos del tiempo presente, de ausencia de
planificación y diseño del futuro más inmediato… ¡cualidades, por otro lado que
son propias de la condición humana! Nosotros, escuchamos a todas las
personas con necesidades, sus palabras son para nosotros un reclamo de justicia
social y, haciéndolas muy nuestras, las maduramos, elaboramos un programa de
actuación, más o menos eficaz y viable..., más entonces surge el eterno
problema “la financiación”; si alguien la ofrece, supuestamente de forma
altruista y desinteresada, debemos escuchar la voz de alarma interior, la voz
de la experiencia que nos advierte “Desconfiad de ellos, por principio, no os
dejéis embaucar”. No sería la primera vez que alguien que se las da de
“espabilado” quisiera utilizar una organización sin ánimo de lucro en beneficio
propio, no necesitamos ayudas de este tipo, no está en venta nuestra alma, y
menos a un precio tan bajo...sabemos, por malas experiencias, de muchas veces
que se ha querido utilizar a las personas voluntarias para intereses personales
o políticos, camuflándolos, eso sí, de interés social o general, de falsa
intención de colaboración en la solución de problemas sociales urgentes… La
verdad, que son muy pocos estos casos, pero hacen mucho ruido, y amedrentan a
las personas voluntarias, dando como resultado el desprestigio y la
desmotivación de todos aquellos que hacemos del servicio a los demás nuestra
razón de ser… Se puede afirmar que son muchos los que sinceramente, hacen del
servicio su interés para su realización como persona, y con una lealtad
destacable; a ellos, ¡sí!, hay que escucharles su voz, sus propuestas. Y en este
caso, la experiencia también será quien nos verifique lo correcto de la
decisión de integrarles en el equipo. Lo cual significa, por un lado, que
disponemos de un tiempo extra: de planificación, de ejecución para el
desarrollo de las acciones, contamos con esta inestimable ayuda. Por lo tanto,
conviene aprovecharla; y, por otro, en cualquier caso, si se reciben bien,
se les da el trato correcto, si se le facilita su labor, cundirá el ejemplo y
será una publicidad muy positiva...Transcurrido un tiempo prudencial, se
podrá valorar el impacto social de su trabajo, que ahora sería imposible
realizar. Si es positivo, esto nos estimulara y dará ejemplo a muchas
otras personas que necesitan de un estímulo exterior para decidirse a actuar,
en otras palabras para que, con su ayuda, con su ejemplo y con su perseverancia
hagan de esta sociedad, una más digna, igualitaria e inclusiva y todo gracias a
su actitud de incondicional entrega para mejorar a la sociedad, Démosles pues,
las gracias por dedicarnos ese precioso tiempo, por no "malgastarlo"
en otros hobbies, por ser ellos la esperanza y luz de una sociedad con
valores en claro retroceso.
lunes, 25 de noviembre de 2013
Día de lucha contra la violencia de genero hacia las mujeres
Podemos
pensar que la vida ha evolucionado mucho, que ya no vivimos en las cavernas, craso
error por nuestra parte… Casi a diario abren los informativos o sale en la portada
de los periódicos la denominada “violencia de género” y sus funestas
consecuencias: Cómo padres y madres nos correspondería educar a nuestros hijos
en materia de igualdad, sin fomentar roles machistas, que imperan desde siempre
y se mantienen en la actualidad. Todos esperamos que nuestros hijos no sufran
estos “episodios” de violencia, ni como víctimas, ni mucho menos como verdugos…
pero ¿qué podemos hacer? Para que se les motive con éxito, para que reflexionen
sobre sus terribles consecuencias y les muestren el efecto terrorífico, desastroso
y perverso, en definitiva las secuelas físicas, psicológicas y sociales que
provoca el ejercicio de este tipo de violencia. Todos esperamos que la
violencia de género acabe de una vez, sobre todo, lo deseen las personas víctimas
de ella, sus familias y todas las personas de bien. No solo por gritarlo y
repetirlo hasta la saciedad acabaremos con ella. Sabemos que solo hablar del
tema es insuficiente, pero aún tenemos fe en que la lucha que se lleva a cabo
diariamente surta sus efectos y se acabe con este tipo de lacra… también
tenemos confianza ¡ojalá fuera cierto!, de algún día, no lejano, no volver a
lamentar ningún nuevo crimen por esta causa. Solo si somos persistentes
tarde o temprano se le vencerá… Cuando se comprenda que las personas no
somos propiedad de nadie, sino iguales en derechos y deberes con la misma
responsabilidad u obligaciones, se habrá dado un paso hacia delante. Sabemos
que queda mucho por hacer, demasiadas conciencias por limpiar, nada puede
justificar la violencia de género, que se puede y se debe lograr anular al
maltratador, localizándolo y señalando su peligrosidad, ósea denunciándole. Debemos
de recordar la debilidad humana, el pensamiento excesivamente positivo, la creencia absurda de
que todos somos buenos, de que con amor se cura todas las heridas ¿y si muere
el amor o nunca existió? Debemos comenzar por aprender a convivir en régimen de absoluta
igualdad, sin supremacía alguna de nadie sobre nadie, valorarnos como personas
y valorar, así mismo, nuestra vida; la
pareja la forma dos personas, pero
ocurre que la mayoría de las veces una de ellas se deja someter, generalmente
la mujer, creyendo que eso es amor, aflora en él, el dominador la bestia que siempre estuvo ahí oculta,
ella piensa que todo cambiara,
cree que conseguirá cambiarlo, si se lo propone, cree, conocerle muy bien, piensa que la ama... sólo
por ser su pareja… Estas circunstancias no influyen para nada, el ansiado cambio
nunca llega a ocurrir, sino que muestra su verdadero rostro. Ocurre que por
miedo a no ser entendida, por creerse
culpable de esa situación, por la ansiedad que le provoca el miedo de no disponer de recursos... por todo ello no le denuncia, otras veces por no contar con el apoyo de nadie, no tener a quien contarle los maltratos, sus penas y la
preocupación que la violencia le ocasiona, el temor por el futuro de sus hijos o el
suyo propio, le hace conformarse y vivir en esa anómala situación, como si la violencia fuese lo
habitual en la vida de pareja, renuncia a su libertad. Seguramente, pensara que más adelante, cuando transcurra el
tiempo, cuando sus hijos crezcan, desaparecerán sus problemas y el cambiara... pero
si su pareja no cesa en el maltrato, le abandonara, al carecer de las “ataduras que
le ligan a él”. Si así fuese, el obtendrá lo que cree “motivo suficiente” para
arrebatarla la vida, no tendrá piedad, ni compasión ninguna, ni mirara el hecho de
ser a la madre de sus hijos a quien asesina… Seguramente estos hechos serán
repetitivos, consecuencia directa, psicológica y emocional marcada por la procedencia del maltratador de un hogar desestructurado, el paterno, donde con
toda seguridad se ejercía la violencia machista a diario e incluso se vería como
normal…Por ello una de las maneras de tratar de acabar con esta violencia es
ponerle fin ahora, que no sirva de ejemplo para ningún hijo y se acaben
convirtiendo en verdugos o víctimas de esta interminable espiral de violencia.
Debemos procurar que se acaben estos sucesivos eslabones
generacionales que perpetúan la violencia de género, otra manera seria que
las penas sean de tal calibre que ejerzan un efecto eficaz y disuasorio sobre los posibles maltratadores.
Pero lo que no hay que consentir bajo ningún concepto es el apoyo hacia la
violencia o el maltratador, ni siquiera de su entorno familiar, nada puede justificarla, la vida es el bien más apreciado que tenemos, nadie "tiene derecho" a disponer de ella,…Hay que parar de inmediato la violencia de genero denunciándola al 016, así
se empieza el final de esta historia de horror que se vive por desgracia en el propio hogar y por parte de la persona a la cual se ha elegido para compartir la vida.
sábado, 23 de noviembre de 2013
Diseño para el futuro
Curiosamente,
siempre que se nos habla del fin de la crisis económica, las dudas nos asaltan
por doquier ¿será verdad, será mentira? Depende del color…también nosotros nos
cansamos de efectuar aportaciones en apariencia inútiles, que pueden parecer,
incluso, fuera de lugar o formuladas a destiempo. La intención de pretender
solucionar las cosas, va en muchas ocasiones más allá de nuestros planteamientos, a veces
ni eso. Los criterios que seguimos en nuestra reflexión, pueden no ser
entendidos por carecer de la suficiente explicación o no estar debidamente
desarrollados o ser demasiado ambiguos…
Cuando se desea que en el mundo nuevo que está forjando, todo sea diferente,
todo sea distinto y cambie a mejor; los criterios serán tan diferentes, como
tantas personas los formulen; habrá, sin duda, quien se auto proclame digno de
diseñar en gran parte o en su totalidad el nuevo proyecto, basándose en
cuestiones de representatividad, obtenida de una manera muy cuestionable y de
más que dudosa legalidad. Si se parte, como se está partiendo de principios
equivocados en su concepción, pues se prescinde de la opinión de
la mayoría, se diseña un mundo por y para muy pocos elegidos… si es así, entonces,
estaremos elaborando unas conclusiones totalmente erróneas o con grave carencia
de idoneidad, un mundo efímero e injusto. Si nos comunicamos entre
nosotros de una forma más eficaz y mejor planteada, se nos antojaría tan extraño
el mundo que pretenden construir, que ya no tendríamos cabida en él. No se debe
caer en el falso liderazgo, ni en la supremacía o prevalencia de nadie, pues
todos tenemos derecho de pertenecer a esta comunidad nueva, se nos debe tener
en consideración, aunque solo aportásemos una pequeñísima idea, esto es lo idóneo…
no es comprensible que a causa de supuestas limitaciones, nos discriminen del ámbito
de decisión o así nos lo hacen creer, argumentando nuestras numerosas
imperfecciones o el desconocimiento de la realidad que nos rodea. Si damos crédito
a este argumento, a la vez, propiciara e incrementara la dificultad de comunicación
con nuestros círculos sociales más próximos. Pero existe un hecho incuestionable,
si queremos un futuro para todos y con un destino sin envidias, sin recelos,
sin excepciones, ni discriminaciones ya fuesen por idioma, nación, raza o
cultura, religión, etc. Este futuro venidero se debería de construir entre
todos, para que goce de un gran apoyo y aceptación. Por ello es bueno
escuchar las palabras que surgen del interior de las personas, nacidas fruto de
la necesidad y de la experiencia; las más de las veces, lo hacen, pensando en
las próximas generaciones, más que en la actual... que casi todos la dan por
perdida, y ello, a pesar de ser la más preparada de todas las habidas hasta la
actualidad. Cuestión en la que, si se me permite, discrepo, pues es esta nueva generación y no otra, la encargada del diseño
del mundo futuro, para ello hay que dejarles hacer, nos hará a nosotros mucho
bien, y nos quitara una responsabilidad, que no nos corresponde asumirla en su
totalidad. Porque nos podría ocurrir que, agotados como estamos por tantas
problemas o cuestiones de índole económico, fruto de las angustias derivadas de
la crisis, no nos queda tiempo para nada, menos para pensar; influidos,
además, por una cultura materialista que nos ahoga en un mar de consumismo,
abrumados por las deudas y además, se nos niega un futuro digno a todos, al
menos esa es la impresión que percibo, nos reconcomería la duda
existencialista de si es ese mundo en verdad viable. ¡Sí! si concedemos a la
gente joven esa oportunidad que precisan, en vez de condenarles al destierro y a
la pobreza absoluta. Nos haría un gran bien que reflexionemos sobre todo esto, seamos consecuentes con nuestras
reflexiones, que reivindiquemos, en el nombre de la juventud y en el nuestro
propio, el derecho a ese futuro; más allá de la presente crisis, que les ha
impuesto la obligación de emigrar, si quieren tener una mínima oportunidad... El
derecho les asiste para que construyan un mundo justo con la ilusión que ellos
tienen, con la esperanza compartida por todos, en la creencia de un
proyecto de vida con futuro. Y si este viejo mundo agoniza, pues que muera y
deje nacer a uno nuevo y más justo... no seré yo, quien les ponga trabas o
zancadillas, porque todos tenemos el mismo derecho a vivir en circunstancias de
dignidad y honorabilidad para todas las personas, sin ninguna excepción ¡para
todas!
jueves, 21 de noviembre de 2013
Desinformación
Conociendo
como conocemos las últimas noticias que han sucedido en las últimas horas, nos
resultaría fácil analizar la actualidad, hablar con propiedad, sabiendo lo que
se dice, pero no… cuanta más noticias se conoce, más desinformado nos hallamos,
la paradoja de la desinformación. Pero yendo más allá, podemos identificar a los
culpables de esa supuesta “desorientación informativa”, los desinformadores
profesionales que evolucionan con el mundo para llevar a término su misión. Si
así lo queremos, nos encontraremos ante un mar de dudas; que en vez de
disminuir, se incrementan cada vez que consultamos un periódico, un informativo
etc… aunque, últimamente, se ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la manipulación,
motivada, sobre todo, porque nadie se cuestiona nada. Vivimos rodeados por el
egoísmo, porque hemos levantado a nuestro alrededor un muro que en vez de
protegernos, nos aísla de la realidad, provocando en nosotros un desorden moral
sin análogo, porque lanza por los suelos nuestros valores, nos obliga a caminar
en pro de un individualismo deshumanizante. En definitiva, que nos
encontraremos solos y lo más grave, desinformados o lo que es lo mismo,
desvalidos sin argumentos válidos. Sin embargo, nosotros no podemos estar
siempre lamentándonos, no hemos de anunciar las desventuras de nadie, olvidándonos
de las propias, debemos mantenernos en la esperanza. Conocemos cual fue el
final de esto otras veces, pero ignoramos si ahora ocurrirá igual. Torres más
altas han caído… pero las lágrimas que se han derramado por esta crisis están escritas
con la sangre de todos los que estamos sufriendo sus efectos, especialmente de los
más perjudicados, que son los que así mismo, más sufren. Hemos de advertir que
el conocimiento de la realidad es preciso para entender las relaciones entre
nosotros, es tan necesario como el hecho de respirar. Él que no se preocupa por
conocer lo acaecido o referido en la sociedad y contrasta su veracidad, está
condenado a ser considerado ganado ovejil y pastar en los pastos que le dejen, ¡si
le dejan… claro esta! Él que se haya dejado manipular, sabiendo que todo es
falso, ¡allá el! Siempre le trataran como un niño pequeño y le quitaran sus
golosinas…Él se habrá consentido, pidamos que nosotros tengamos los ojos y oídos
abiertos, que meditemos lo que nos cuentan como realidad… Para ello, hemos de descubrir
la auténtica realidad y desenmascarar a los fuleros que trajinan sus farsas en
medio de nosotros para confundirnos, enaltecer a aquel que siempre nos dice la
verdad y nunca nos miente, pues no tiene motivo para hacerlo.
martes, 19 de noviembre de 2013
Agonico
Muchas
veces me pregunto si tendré más de lo que necesito o quizás si estaré viviendo
por encima de mis posibilidades; no lo sé, pero la inmensa mayoría de nosotros apenas
conseguiremos llegar a final de mes, si no nos esforzamos y hacemos un nuevo
agujero al cinturón… ¡Yo quisiera ver las veces que pasan “fatigas” la clase
dirigente!, pero no sé si verdaderamente estoy dispuesto a contemplar su
ridículo proceder ante semejante afrenta. La disposición de ellos es nula, no están
dispuestos a “probar”; los experimentos en casa y con gaseosa… Si a ellos no
tienen la premura de la necesidad, ni
les aprieta las deudas… para que van a molestarse, quizás así aprenderían y comprenderían
que la única oportunidad de tener nosotros un futuro, está en sus manos. Quizás
yo he creído en ellos en demasiadas ocasiones, y quizás ya va siendo la hora de
ser valiente, de quitarles la máscara, de verles su verdadero rostro, de pedirles
soluciones y de invitarles a que vean, a que compartan nuestras penurias… para
que de este modo puedan decidir pero con conocimiento de causa. Aunque no sea muy
de su agrado tal visita. Que ella, les lleve al convencimiento de que la necesidad
de brevedad para hacer cualquier acción es total. Esta empezara con la renuncia
si fuese menester a cuestiones ideológicas en pro de la buena praxis, redistribuir
los ingresos que se obtienen fruto de la imposición a la riqueza, defender a
los más débiles, aunar esfuerzos, tener la firmeza para afrontar la resolución
de hacer justicia, corrigiendo los errores ya pasados, pero aún pendientes de
enmendar. Es tiempo de soluciones, no de conflictos, no de dialécticas con léxicos
que no llevan a ninguna parte, no queda mucho tiempo, nos fallan las fuerzas.
Quizás se les esté pidiendo demasiado, y que lo hagan con rapidez les viene
grande, no lo sé; son las viejas reivindicaciones de siempre, pero que nunca se
abordaron, ni se ponen en su “orden del día”. Yo no quiero excusarles, ni hacer
de sus palabras, oídos sordos; necesito convencerme que en realidad nos quieren
ayudar, que lo están haciendo. Nada hay más deseado y querido por mí, creer que
los que tienen el poder para cambiarlo todo, se convenzan de esta triste
realidad que últimamente vivimos todos los días y que de una vez se decidan
ayudarnos y lograr que el fin de esta crisis llegue también para nosotros, con la
misma consistencia que pregonan a los cuatro vientos que ha llegado para ellos.
domingo, 17 de noviembre de 2013
Exigencia
Se
acerca el final de año, estamos ya en sus postrimerías, en los días previos del
gran consumo que traerá aparejado la celebración de las fiestas de navidad. Por
lo tanto hay que ir pensando en elaborar el balance de nuestra labor, de las
acciones que se han desarrollado durante este periodo y extraer las conclusiones
que estimemos oportunas. Valoraremos si se han cumplido los objetivos marcados
para este ejercicio o se han incumplido y las razones de ello. Es el final de
un periodo marcado duramente por la escasez que provoca la crisis. Con los mínimos
recursos que disponemos, habremos actuado de una manera correcta o no, según quien
lo valore... Nos habremos equivocado, sin duda alguna, pero no era esa nuestra
intención. Desde un principio hemos querido ser coherentes con los principios
de nuestra entidad, con aquellos valores que queríamos resaltar. No se ha
obligado a nadie a colaborar o participar con nosotros; tampoco, deseamos o
pretendemos ser injustos, atribuyéndonos méritos o trabajos que no son propios,
que los han efectuado otros para nosotros, por ello se lo reconocemos a cada
uno de los que han trabajado para la consecución de nuestros proyectos. En el
mundo de la discapacidad no nos movemos motivados por tener más simpatía o nos
quedamos paralizados por la antipatía que nos puedan inspirar las personas con
las que gestionamos nuestros proyectos. Sin embargo, tenemos presente que
al depender de otros la concesión o no de las ayudas necesarias para
nuestros proyectos, renunciamos a gran parte de la libertad de acción, motivada
por ciertos condicionantes. No podemos permitirnos el lujo de rebatirlos, son
los que nos imponen la administración competente de conceder la ayuda. Debemos
aceptar su concesión sin más, sin sentirnos fracasados, ni arrepentirnos, ni ocultar
el resultado como si fuese una derrota. Es un éxito para la entidad, ello
significa que debemos alegrarnos por el resultado. Se solicitó por propia
y libre decisión, motivada por el posible beneficio para aquellos a los cuales
representamos. Las personas, que confían en nosotros, son de todas las condiciones
sociales o económicas, Con la fuerza de su confianza y nuestro empeño, que
algunas veces roza la cabezonería, nos reunimos con quien fuese menester, y si
fuese preciso con luz y taquígrafos, pues no hay nada que ocultar. Si las
necesidades que tenemos estuviesen cubiertas, no habría razón o
justificación para existir, no valdría la pena el esfuerzo por innecesario...
Entonces, si existimos y cubrimos unas necesidades que las administraciones no
quieren o no pueden llegar ¿Para qué tantos requisitos? ¿Para qué tantas
obligaciones? Sobra, desde luego burocracia y falta eficiencia… Nosotros somos
claros y transparentes; ponemos a disposición de todos el resultado de nuestras
acciones (de índole social o económico) sin ocultar nada, ni de nadie….Si
todos obrasen de igual manera, entonces veríamos quiénes son legales, honrados
y quiénes no. Los proyectos no se financian por si solos, ni las personas que
son beneficiarias de ellos tienen recursos económicos para permitírselos, pero
les son necesarios… ¿deben de renunciar a su logro? ¿Y a todas las demás cosas?
Seria para mí un “Día de alegría” aquel en el cual no exista la necesidad de esta
o cualquier asociación, porque significara que todas las necesidades de las
personas con discapacidad estarán cubiertas. Ese sería el día de nuestra disolución…
No queremos parecer, ante la opinión pública, como pretenciosos o insaciables,
que nuestra ambición no tiene límites; cuando la verdad es que somos aun
precisos para hacer posible y real ese sueño de igualdad, de
accesibilidad y diseño universal para todos, eliminando toda barrera fuese
física o psiquica. No se puede estar constantemente improvisando, poniendo
parches a un sector social tan amplio, necesitado y carente de recursos, como
es la discapacidad. Hay que comprometerse con nosotros, pero para darnos una
solución, no unas promesas a sabiendas que no se van a cumplir. A las
personas con discapacidad yo les pediría que no se dejen engañar, y a los
que les engañan, también les diría ¿Estáis preparados para cumplir vuestra
promesa ahora? Recordar la palabra que empeñasteis y cumplirla, es toda
nuestra exigencia, que no es poca.
sábado, 16 de noviembre de 2013
Vida plena
Vivimos
en un mundo que se ve abocado hacia la cultura del materialismo, son muchos
quienes viven y actúan solo para la obtención de los bienes, olvidando otros
valores que son tan precisos como el comer, está bien que se persiga algunos
bienes que son prioritarios: comida, bebida, un techo, incluso entrarían sus
“vicios” y poco más… Otros solo viven para sus negocios: compran, venden,
siembran, recogen, construyen, derriban. Pero con un punto de mira tan corto,
que relegan su máxima aspiración a atender sus negocios o intereses, dando como
resultado, que toda su energía se orienta a conservar esa arcaica forma de
vivir, creyendo así, que protegen e incluso incrementan sus posesiones. Pero
bajo mi punto de vista es conformarse con una concepción de la vida que perece
por caduca e inoperante, y a la vez, cercena el desarrollo de la propia
personalidad y obstaculiza su construcción como ser humano, llevándole a una
frustración de la que es difícil salir, incluso a veces, esta depresión, le
disfraza de persona sórdida y roñosa para tratar de ocultar la impotencia de su
actitud. Pero nosotros cuestionamos ese modo de vivir, lo hacemos mediante unas
preguntas que requieren una respuesta eficaz y contundente, que sea capaz de
resolver las dudas razonables que plantean seguir esa dinámica en la vida,
¿Quien vive por y para sus bienes? ¿Quién teme perder lo que consiguió?; y si
tiene ese temor a perderlo, ¿Cómo lo conservará? ¿Qué estaría dispuesto a hacer
para conservar ese patrimonio? Profundizando en estas preguntas, ¿Qué es lo que
se quiere insinuar? ¿Perderemos, acaso, nuestros bienes? La respuesta es
lógica, ¡No!, en absoluto, los bienes siempre serán nuestros, nadie nos los
quitara o se apropiaran de ellos inadecuadamente, siempre estarán aquí,
son nuestros; más nosotros no somos eternos, sino efímeros como la vida
misma. Quienes presumen de tener todas esas cosas, aunque ahora les sean de
mucha utilidad, y muestren su poder y fortaleza, no les servirán de nada, no les
evitaran el final que será, quizás, lo único que compartamos. Más con una
diferencia fundamental: quienes anteponen los valores materiales al desarrollo
de su propia personalidad, se perderán en el olvido de los tiempos, nadie
hablara bien de ellos cuando hayan muerto. De hecho, ¿quiénes son los que temen
por su vida? solo aquellos que han desperdiciado su vida y la han vivido
exclusivamente para sí mismos, son aquellos que viven ensimismados, encantados
de haberse conocido, cerrando los ojos e ignorando por completo los
sufrimientos de los demás que le son ajenos y no hacen otra cosa que no sea
incordiarles. Es evidente que toda vida se ha de acabar necesariamente, y de
nada servirá haber vivido, si se ha estado en soledad, siendo tacaño y gruñón
al estilo de míster Scrogee.... Toda vida, por ella misma, no vale nada si no
va acompañada del crecimiento personal, que marche acompañada de una
exuberancia de ideas, de una madurez en el razonamiento y como consecuencia
desembarque en la compresión del sufrimiento ajeno. Por el contrario, si se
fomenta el odio, el egoísmo, y se recluyen en la indecencia, en un intento
constante de poseer cuanto más mejor y si es posible lo ajeno…única y
exclusivamente para su deleite y gozo, para engrandecer su ego. Habrá sido, está,
una vida vana, vacía de contenido, estéril... Por este motivo, todos las
personas de bien, siguen como modelo una vida plena en la que comparten
generosamente sus aspiraciones, sus ilusiones, sus penas, sus alegrías… y sus
bienes que ponen al servicio de los demás de múltiples maneras, pero nunca con
la intención de aprovecharse de ellos, menos aún en los tiempos que corren, que
son tiempos de crisis.
viernes, 15 de noviembre de 2013
Relevo generacional
Hay
una cosa que me tiene obsesionado de un tiempo para aquí, como si fuese una
sutil mezcla de interés, curiosidad, miedo... ¿Cuál es el momento adecuado de
retirarse? sé que eso, no se lo debe uno aún de plantear, se debe estar activo
mientras las fuerzas y los sentidos acompañen… Sabemos de la dureza del camino recorrido, con sus alegrías y sus penas, con la
falta de medios, pero con un entusiasmo desmesurado que cubría la ausencia de
estos....Desconozco que me deparara el futuro, aunque me preocupa, no es cosa
que me quite el sueño, pues es inútil por ser totalmente imprevisible. La única
certeza que tengo es que no se nada, como diría el filósofo griego Sócrates…
Pero algún día hemos de parar, lo queramos o no… será por el cansancio, la
ausencia de ideas o bien porque nos veamos obligados a abandonar: por las
enfermedades, por la senectud o por falta de movilidad, que haría de nosotros
un estorbo más que una ayuda. Puede venir súbitamente, sin avisar, pero, para mí,
esta circunstancia no será un suceso novedoso o repentino, ni me cogerá
por sorpresa. El cuándo es lo que si permanece en el misterio, podría ser
mañana mismo ¿Quién sabe? Las enfermedades sufridas y sus huellas me dan una
pista fiable, pero dada la dificultad de prever su evolución, con un margen
creíble de acierto en el diagnóstico, son estos factores múltiples que se
escapan de mi control. Lo que tengo claro es que ocurrirá con toda seguridad. Mi
última acción, será para mí algo singular y sin duda inolvidable. Aunque es
un momento por mi temido, es también, en cierta forma, deseado. Desde que comencé
en el mundillo del asociacionismo de la discapacidad, tenía la disposición de participar activamente en él, por
pura vocación y modestamente, creo haber contribuido a su desarrollo, con lo
poco que se, que conozco o lo poco que he podido aportar buenamente, pero he de
confesar que he aprendido mucho de personas doctas ya en esta materia y con muchos
años de experiencia que les avalan. La única preocupación que me queda es la
supervivencia de este sector, que todo este esfuerzo se pierda… Aunque siempre
habrá personas con una necesidad especial de ayuda incondicional, creo, que si existe demanda, también habrá personas dispuestas a ofrecerla. Es en ese camino donde coincidirán plenamente con nuestros objetivos. A estas
personas, se les puede comenzar, sin esperar más, a hacer partícipes de nuestras acciones. Al principio, seguramente, se sentirán un poco confusos o perdidos sobre el
sentido que les mueven a participar en estas acciones. Sabemos, que les costara
adaptarse, pero ese “gusanillo de inconformidad “que llevan dentro, hará
posible que el deseo de cambiar el mundo se cristalice en realidad, hecho que
comparten con nosotros. Más ellos tendrán otra visión distinta del mundo, y obraran en
esa dirección, no nos corresponde a nosotros cambiarle sus criterios, son los que actualmente se están configurando en su mente. Si de
verdad queremos que la juventud nos releve, hemos de comenzar a hacer posible
ese cambio, delegando algunas funciones en ellos. Si pretendemos, para cuando
llegue el momento del relevo definitivo, estén suficientemente
motivados y preparados, enseñémosles como si fuesen alumnos nuestros, y cuando ellos aprendan a moverse y comprendan
a la perfección este mundillo, si todo va bien, se transformaran en nuestros
maestros. Hay, por otro lado, un momento intermedio, muy peculiar, que es cuando
toman la iniciativa, planifican y desarrollan unas acciones tan grandes y
motivadoras que harán empequeñecer cualquier acción que hayamos realizado
nosotros con anterioridad, se habrán ganado el derecho a capitanear esta nave, se habrán ganado
el corazón de cada uno de nosotros y la sociedad los reconocerá como un valor añadido. Es justo en
ese momento cuando se hace presente la idoneidad del relevo. A nivel personal y
por propia experiencia será todo un placer y un orgullo cederles el testigo,
como nuestra de continuidad de algo que tanto representa para mi. Es aquello que todavía no ha llegado, pero esta por venir, será a partir de entonces una realidad, palpable y plausible. Por lo
tanto, apoyemos a la juventud, que nos revistamos y nos revitalicemos de esa
ilusión, de ese forma de hacer las cosas… de volver a edificar unos cimientos
donde impere la igualdad, la lealtad y la Justicia social.
jueves, 14 de noviembre de 2013
Por solidaridad
Si alguna vez perdemos la paciencia, estaremos abocados a la
ansiedad, que se manifestara como consecuencia de la impotencia, de las
congojas y de la crispación que nos hace sentir esta crisis económica. Tenemos
la necesidad de contar con alguien, que,
a la vez, nos sirva de pañuelo de nuestras lágrimas y que sintamos su apoyo
incondicional. Mirando la vida con cierto aire realista, nunca melancólico,
a nuestro alrededor existen tantos marginados como situaciones que propicien esa
marginalidad…Esas situaciones nos
dificultan y entorpecen para encontrar una solución viable que propicie la
integración social, una solución que satisfaga por igual a todas las partes de
este mal llamado conflicto social... En tiempos pasados, las personas en
situación de marginalidad formaban una especie de gueto, Vivian aislados del
resto de la sociedad, formaban una bolsa de marginación de donde era difícil
salir. De hecho, no se podían relacionar en igualdad de condiciones con el
resto de la población, ni aspirar a los mismos servicios sin arriesgarse a ser
mirados "por encima del hombro", les era imposible dotar o adquirir
una educación para sus hijos que les permitiesen salir de aquella situación. Pero si tenían las mismas e incluso más
obligaciones para con la sociedad; pagar impuestos, hacer servicio militar etc.
Utilizando nuestra imaginación, podemos viajar hacia ese tiempo y reproducir
con toda fidelidad aquellas imágenes de mendicidad, de exclusión que
protagonizaban los marginados de aquella época. Hoy por desgracia, siguen
existiendo y siguen igualmente marginados: inmigrantes, drogadictos,
delincuentes, enfermos de sida, gente en el paro, personas con movilidad
reducida, pobres...etc. Lo poco que se había logrado avanzar, se perdió de un
plumazo con el estallido de la presente crisis. Nosotros queremos que
se restablezca su dignidad, si es que alguna vez se le reconoció tal,
que se remedie, en lo posible, sus
sufrimientos, que, igualmente se resuelva o agilice sus dudas, sus problemas o
tramites burocráticos. Para ello se nos pide, a todos nosotros, nuestra
colaboración, que cooperemos de una forma altruista, valiente, eficaz... todo
por solidaridad. Además, debemos hacemos más presentes en cada
acción que se emprenda en la lucha contra la exclusión, contra la
discriminación ¿Alguien Sería capaz de negarles la compasión? Seguro que habrá algunos,
más los que respondan que no, lo deben hacer por compromiso, nunca por lastima,
¿Sabemos valorar la eficacia de la integración social? Yo creo que no, para
responder a esta cuestión debemos hacer una reflexión profunda y sosegada,
valorar con eficiencia las acciones que se han llevado a cabo y observar su
impacto social, si se han cumplido los objetivos marcados o no, las
dificultades o resistencias encontradas…etc. ¿Invitaríamos a la persona
marginada a nuestra casa? ¡Ah, eso sí que no!, por qué motivo les voy a invitar
a conocer mi hogar, mi familia; yo con ayudarles, socorrerles ya he cumplido… Nuestra
lucha no es solo remediar un poco su penosa situación económica sino sacarles
del núcleo de marginación. De hecho, con sólo sacar a uno de ellos de ese círculo
ruin, sería motivo de gozo, pero nunca de plena satisfacción. Se echa de menos
una razón que mueva a la sociedad en esta lucha, que les conmuevan, que
facilite su implicación. ¿Qué ha de pasar para que así suceda? No lo sé,
seguramente una catástrofe. Mientras tanto, ¿Podemos negar el hecho de prestar apoyo
a otros? Podemos y debemos implicarnos, aunque sea de forma altruista, aunque
fuese de forma anónima, existen multitud de causes que así nos lo facilitan… Al
igual que alguna vez damos gracias por nada, simplemente por educación, aún sin
tener motivo para ello. Otorguemos con generosidad nuestra solidaridad; es, sin
duda alguna, lo mejor que tenemos cada uno, y nos aportara una experiencia
vital que hará que podamos sonreír cada día.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Todo acaba bien
Ya
ves todo acaba bien… estas palabras que parecen las correctamente indicadas
para el final de cualquier cuento, son las que últimamente se pronuncian sin
cesar desde sectores gubernamentales y Cía. Si en otras ocasiones hemos pecado
de ingenuos, se nos ha engañado como si fuésemos niños y viviéramos de nuevo en
aquella tierna infancia; Ahora tenemos un sexto sentido, que nos advierte del
mal que en otras ocasiones nos han hecho solo por pecar de confiados.
Escandalizados como estamos de las falacias con las que nos quieren embaucar,
no es por inquietar a nadie, ni por meter barza, nada más lejos de mis
intenciones; simplemente desconfiamos porque nos han mentido tanto... que nos
suele extrañar que ahora nos digan la verdad ¿será o no será? Depende de lo que
cada cual entienda como definición correcta de la veracidad; “donde dije digo
ahora es…” esto sería una rectificación; más no tenemos la intención de volver
a tropezar… Muy cierto que hay indicadores que reflejan una ligera mejoría
pero, ¿Para quién? Como se puede afirmar que la crisis ha finalizado, cuando la
pobreza se extiende cada día más ¡no, no quiero caer otra vez en esa trampa! La
de los brotes verdes… Al niño que llevamos dentro todavía hay que tenerle mucho
respeto, y ¡ay de aquél que de cualquier manera le intente volver a engañar! Si
lo hacen, nunca volverá a confiar en ninguno esos fuleros, sería una imagen muy
elocuente y esclarecedora sobre su verdadero rostro. Introducir la falsedad de
manera repetitiva es un escándalo, un bochorno para todos nosotros pues nos
toman por imbéciles… Demostrémosles su equivocación, echémosles un jarro de
agua fría, enseñémosles que no les creemos y la indiferencia que sus palabras
nos provocan, ello será para ellos el peor castigo. ¡Pobres de nosotros si nos
dejamos engañar otra vez! “la primera vez que me engañaste la culpa fue tuya,
la segunda es mía”. Y además hay muchas otras formas de fastidiarnos: con la ambición
sin mesura, con querer el triunfo a toda costa, por solo dedicarse a sus
menesteres, que satisfacen únicamente su ego. Nos pide que les eximamos del
daño ocasionado, por tantas falsedades vertidas, pero ya no les creemos, aunque
solo sea por el sufrimiento innecesario que nos han causado, si es verdad que estén arrepentidos,
cuestión que habrá que poner en cuarentena, ¿Dónde se aprecia la recuperación? Si
la hay de veras, el mérito se lo reconoceríamos tan pronto la advirtiéramos...
El termómetro de la recuperación esta aun frío, sabemos que se pondrá
al menos tibio, pero ¿a qué precio? Es este un “estado de desánimo
generalizado”, fruto de la inoperancia de quien tiene el poder, contando, como
aun cuentan con una mayoría suficiente. Han malogrado esa confianza que se
les “presto”, porque han recortado solo un lado de la balanza y eso la ha
desequilibrado de forma pasmosa, así lo expresan todos los que estamos
sufriendo los efectos negativos de la crisis, “pretender que les creamos es
mucha pretensión" ¡ojala tuviésemos esa inocencia perdida! Nos hubieran
pedido el cielo y hubiésemos volado… pero la inocencia fue violada
con el primer engaño y ahora solo decimos “nunca más…”
martes, 12 de noviembre de 2013
Ayuda para Filipinas
Ante las recientes catástrofes
naturales ocurridas sobre todo en Filipinas, desde aquí os invito a una
reflexión para considerar cual ha de ser nuestra actitud, ¿nos conmueve tanta
destrucción, tanta muerte? Las personas solidarias hemos de cumplir con nuestro
deber, sin esperar a ningún llamamiento oficial ¿Acaso somos indiferentes porque
ya hemos realizado un donativo? No, pero
no obstante, ese no es la última acción que podemos realizar, siempre debemos
estar al servicio de todos, especialmente al de los más necesitados. En un
mundo globalizado, donde están muy repartidas las miserias, también está muy
repartida la solidaridad, tenemos, pues, la “obligación moral” de ofrecer
nuestra ayuda, nuestros medios… ¿Qué más puedo hace yo? porque hemos visto el
sufrimiento ocasionado, porque hemos escuchado sus peticiones de socorro, se ha
comprobado la degeneración personal a la que lleva la carencia de todo. Nosotros,
tenemos muy poco para ofrecer, más no debemos afinar tanto las cuentas. Sino aportar,
en la medida de lo posible, lo que cada uno buenamente pueda, es más que una
voluntad, nuestro deber. Son muchos más que necesitados, son personas…, debemos
cumplir con ellos, sabiendo que nuestro esfuerzo económico es minúsculo, por circunstancias
obvias. No se busca dar con la solución, no está en nuestras manos, sino
aliviar en la medida de lo posible, las necesidades apremiantes de quienes lo
han perdido todo, incluso la vida de sus conocidos, de su familia, de padres e
hijos… Por ello les ayudaremos gozosamente y porque ante todo, lo poco que aportemos,
en circunstancias tan terribles como lo son estas, lo haremos de corazón, pues
se dedicara a socorrer a nuestros semejantes…Para nosotros debe ser un signo de
hermandad entre los pueblos, por eso, no debemos dejarnos llevar por la
tristeza, ni mucho menos donarlo con desgana, sino con la alegría de aquel que
desea aminorar esas penurias. Debemos tener presente que nuestras limitaciones
son muchas, por la crisis económica y la carencia de recursos propios…. Por
ello también podemos hacer presión social, para que se les envíe la ayuda que
tanto precisan. Dediquemos aunque solo sea un minuto a formular esta petición a
quien corresponda. Ignoro quien o quienes son los competentes, lo que si se, es
que las ONG´S por si solas son insuficientes, ante la magnitud de esta catástrofe,
que es en realidad un estado de “calamidad absoluto” de destrucción total. En nuestro
pensamiento encontramos, el secreto que da fuerza a nuestro auxilio; que es insuficiente, lo sabemos, mas no se
puede desechar nada por poco que fuese, cuando lo que impera es la necesidad
absoluta… de todo y para todos.
lunes, 11 de noviembre de 2013
Indesiciones
Los
insolidarios ponen en duda o ridiculizan, cada vez que pueden, las razones que
nos mueven a otras muchas personas para ejercer esa labor altruista y desinteresada
como es la lucha contra la exclusión social y la pobreza. Nuestra principal
creencia es hacer de este mundo un lugar mejor, creemos que ello es posible.
Después de todo, esta es, una reivindicación defendida por todos los segmentos
sociales y como no, la motivación principal para nosotros. En el ambiente de
crispación provocado por la crisis económica, Se deja vislumbrar una mentalidad
cambiante, que tiene como origen las necesidades más imperiosas de los más desfavorecidos. Es esta, una
demanda que se formaliza, con todo el derecho que puede asistir a cualquier
persona, con las dificultades extremas para su consecución. Mas existen, como no, personas que no solo cierran sus ojos u oídos, sino que ademas se dedican a difamar a cualquiera que piense distinto de ellos, se dedican a tender una trampa dialéctica con la que pretenden descalificarnos, divulgando un falso rumor consistente en llevar a un equívoco a la sociedad, la
desinformación se instala con sus rumores, y hace, a su vez, que se incremente la duda sobre nuestra verdadera motivación. Si con el ejercicio de nuestra labor obtenemos beneficio económico o no. Piensa el ladrón que todos son de su condición" que nadie hace nada
a cambio de nada; dudas que todavía hoy se mantienen…Sentirse participe de la
lucha por la justicia social es como una prolongación, de nosotros mismos, es otra forma de vivir, es
intentar librarnos de una existencia banal. Ello va en contraposición con las
comodidades que ahora gozamos y que a algunos les cuesta renunciar. Una cosa es creer en la justicia
social y otra diferente es aplicarla. Por este motivo, nos calumniaran, faltándonos
al respeto, trataran de discriminados, que no participemos en cualquier evento
social, trataran de acallar nuestra voz. Todo por la inacción y la dejadez de aquellos a
los que se les toca “la moral” y además, no les duele el así reconocerlo. Finalmente, nos ridiculizaran hasta el extremo, para de esta forma
desautorizarnos ante la opinión pública. La respuesta de nosotros ha de ser
clara y concisa “a palabras necias, oídos sordos…”. Con ello, sin pronunciar palabra
alguna, queremos hacerles entender la solidez de nuestra posición, pues nada, ni
nadie nos hará cambiar de actitud. No existe razón lógica que explique el
empecinamiento en mantener su crítica hacia nosotros. Lo que sí perdura y
llegara a su máxima plenitud es nuestra insistencia, en pedir la colaboración
de todos, pues para nosotros, todos son importantes, lo que hayamos logrado sera en
beneficio de todos, será nuestro auténtico premio… En el cual brillara la concordia,
la fraternidad, la necesidad de justicia social y de la verdad...Confiar en que
todos acudirán con presteza a nuestra llamada, es una utopía, nos damos cuenta
que en la vida hay distintas clases de personas. Pero para aquellos que niegan
con rotundidad su colaboración, será la misma vida quien les pondrá, sin
duda, ante una difícil tesitura, ante una situación, quizá, dura en exceso. ¿Estarán legitimados para pedir la ayuda o
colaboración de alguien? Sin duda que no, pero al contrario de ellos, si
acudiremos todos, pues nosotros no tenemos ese perfil canallesco... mientras
tanto hay que dejarles vivir sumergidos en la indecencia de sus miserias;
Nosotros procuraremos salir a flote y salvar de este naufragio, a cuantos se pueda.
sábado, 9 de noviembre de 2013
Hablando de sentimientos
viernes, 8 de noviembre de 2013
¿Hasta donde?
Reflexionando
sobre algo que me sorprende, lo bien que les va en sus negocios a las personas
malvadas. Lo consideramos injusto e inadecuado, si solo nos dejamos guiar por
las apariencias. Ciertamente, no seré yo quien proponga que seamos injustos,
que primemos el beneficio personal al ajeno en nuestras acciones, y menos aún
en relación con las personas más necesitadas. No se trata, por tanto, de halagar
a quienes se dedican a estafar o embaucar de alguna forma a sus congéneres, eso
es un abuso de la confianza, aparte de ser una actitud delictiva. Lo que quiero
manifestar es más que nada, una queja por las facilidades que se le otorgan a
este tipo de personas, la falta de verdadera ética por parte de quienes
debieran de ponerle freno en sus pretensiones. Todo ello nos muestra que las aspiraciones
personales de cualquiera de nosotros continúan, a pesar del sufrimiento pasado,
teniendo las mismas aspiraciones de grandeza, sin límites...Ósea, como siempre.
Cuando hablamos de tráfico de influencias, de corrupción, de enriquecimientos
indebidos, de falsificación de documentos... y no se les castiga, sino que
causan admiración, cual “tempranillo” en la época de los bandoleros… estamos
propiciando que estas actitudes, tengan poco o nulo castigo y al final el
premio del botín robado o estafado a todos, con más o menos maña, según sea el
sujeto en cuestión. Pero la pregunta que
se plantea es peliaguda: ¿Acaso pensamos que nos pueden engañar con esa falsa
apariencia de honestidad?, Y, si les tenemos por hábiles y astutos, ¿Estamos
interesados en que caiga sobre ellos el
peso de la ley? Es frecuente la ambigüedad en nuestras respuestas. Tanto que a
veces confundimos lo que es la riqueza legitima, con la que se obtiene por métodos
poco ortodoxos, por decirlo de algún modo. ¿Cuál es nuestra ética en esta
cuestión? Debemos examinar nuestros valores para conocer hasta dónde podemos
permitirles sus robos, sus engaños, su usura disfrazada de préstamo…está en
juego nuestra conciencia… ¿se les debe perdonar si devuelven lo afanado? La
justicia es un anhelo continuo, Si dejas de creer en ella, si callas tu voz…
camparan a sus anchas, haciendo y deshaciendo a su antojo ¿es ese nuestro deseo?
Quizás tendremos que plantearnos cuál ha de ser nuestra respuesta ante su
astucia, es decir la forma de sincerarnos con nosotros mismos. En la vida tenemos
siempre varias opciones: entre honradez e injusticia, entre fidelidad e
infidelidad, entre ser malvados o hacer el bien…Es cuestión de nuestra
elección.
jueves, 7 de noviembre de 2013
Duros de corazón
Es
toda una alegría y una satisfacción la que nos muestra la ternura de las personas que se permiten “el
lujo” de procurar el bienestar, el sustento de aquellas personas que han caído en
la desgracia del paro y con ello en el camino de la pobreza. Es volver a vivir la
fraternidad que nunca debió de perderse. Nosotros no podemos cambiar el mundo, pero si
hacerlo más acogedor, más humano si se me permite la expresión. Y si lo intentamos, lo haremos acogiendo
a todos los que con plena confianza y abrumados por la necesidad, se
acercan a nosotros para pedir nuestra ayuda. Ya que , si bien, no encuentran remedio a todas sus penurias, si hallaran un hombro
donde llorar y compartir sus penas. Al igual que un médico es necesario para sanar las dolencias del cuerpo,
también ellos necesitan alguien que les escuche, que se solidarice con ellos,
que sienta sus problemas como si fuesen propios, Algunos "pudientes"dando una pequeña limosna se creen que ya han cumplido sus deberes sociales, se creen generosos, pero no sienten ninguna necesidad de comprometerse, de solidarizarse con los
pobres o necesitados, y si fuese por ellos,
les daría igual que un rayo les partiese a todos, que desaparecieran de un plumazo,
incluso, es doloroso decirlo, sentirían placer y alivio. Si nosotros, a pesar de carecer de todo, no nos sentimos conmovidos, nos entristece todas sus desdichas, entonces ¿Quién les podrá socorrer?,
¿Quién atenderá sus demandas? Nosotros mismos, nos sentimos orgullosos de esta forma de pensar y de actuar en concordancia: Prestaremos nuestra voz,
nuestra palabra se transforma en un grito de auxilio… Pensamos que no es necesario
dar un toque de atención, porque todos, creemos nosotros, sienten la misma angustia en su pecho,
mas es falso. Algunos tendrían que pedir
perdón, por su comportamiento, por su desidia, por su quietud... no quieren obrar como lo hacemos nosotros, están en su derecho, pero ellos tienen posibles, bienes para hacerlo. Sentirnos como si ellos no fuesen de este mundo, nos han abandonado a la “buena
ventura”. Nos da vergüenza ajena, ya que van de “buenos”, se atreven a pedir perdón, parecen que sienten compasión, pero solo es “de boca para fuera”... Y cuánto hacen algo, por muy minúsculo que sea, Tenemos la obligación de estarles agradecidos por sus molestias… ¡Si solo han dado unas migajas…!
Decía mi madre ¡Dios mío cuanta calavera habrá el día del juicio! Y es verdad,
cuanta hipocresía, Cuántos desagradecidos hay en la vida. Más también hemos de
sentir lastima por ellos, no quieren a nadie, y a su vez no son queridos… ¿se
puede ser más pobre?¿se puede estar más necesitados? La soberbia les domina y les hace menospreciar todo lo
que de verdad tiene valor en la vida. Nosotros con no seguir su ejemplo, con estar
llenos de humildad, de humanidad, incluso para perdonarles su lujuriosa y ociosa vida, para no
contagiarnos de esa enfermedad que mata lo poco o mucho de persona que aún les queda,
alejarnos lo más posible de esa soberbia. Aprendamos la lección que la vida nos
quiere enseñar, por lo necesitados y también por nosotros; Solos no podemos combatir
la injusticia, pero dice el refrán “Más vale solo que mal acompañados”... Por
ello debemos de abrigar un gran gozo cuando se puede hacer un bien por alguien,
pues también se dice “haz el bien y no mires a quien”. Al menos eso intentamos, ¡ojala! y lo consigamos, no para merito personal, sino para aliviar la tremenda necesidad que existe.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Otro camino
Alguien
ha de señalar el camino a seguir, al andar delante de los que le siguen, debe servir
para quitar muchos obstáculos, allanar las vías, enseñar y aprender a hacer acciones
nuevas. Ésta es la finalidad del que ejerce el liderato: es sugerir a quienes
le siguen el modo de proceder, a quienes socorrer, a quienes ayudar…Nunca
imponer, siempre consensuar. Seguir las huellas de estas personas, es tratar de
imitarles, pensar como ellos, vivir como ellos... Las personas que le acompañan
en esa “dura travesía”, han de aprender mucho, pero a la vez han de servir de modelo
que inspire a otros muchos más. Esto se enseña con hechos, acompañadas de
bellas palabras, que describan y convenza a quienes dudan de la conveniencia de
lograr esos objetivos. Se ha demostrado claramente
que con una actitud positiva se marca claramente la diferencia, entre lo
Absoluto o lo relativo. Lo absoluto no admite discusión, es una cuestión
cerrada; lo relativo es según quien lo vea o lo cuente, está abierto a
cualquier interpretación. Se ha comprobado, en primera persona, la eficiencia
de la justicia social, que es, sino el primer valor, uno de los primeros de nuestra
lista. Hemos admirado la relación que existe entre la dignidad y la confianza,
el respeto ganado con las acciones contra la pobreza radical. Esto es un hecho,
por encima de cualquier ideología, de
todo vínculo (familiar, social, etc.), La preocupación que ocupa el primer
lugar, debe ser el hacer frente al día presente, seguidamente procede
preocuparse por la construcción del mañana… Para preservar nuestros valores, debemos
predicar con el ejemplo, esto también, nos exhorta a la prudencia, es decir, a
la excelencia con la que se debe afrontar la ejecución de la acción de forma
adecuada. Quien quiere construir una casa debe saber si podrá hacer frente a
todos los gastos que conlleva. Si tenemos medios suficientes (humanos,
materiales) esta será la diferencia que nos indique si hemos ganado esa partida
o no. Quien quiere ser una persona al servicio de los demás ha de renunciar a sus
propias y legítimas aspiraciones y centrarse en sus acciones, si además se
cuenta con un buen modelo, el camino lo tendremos andado y las puertas se abrirán
cuando en ellas se toque.
martes, 5 de noviembre de 2013
La fortuna mayor
El
hecho de no encontrarnos solos, de no tener ese fatídico sentimiento de
soledad, significa encontrarnos acompañados: de la familia, de los amigos, de
todas aquellas personas que significan algo para nosotros, aunque ese algo solo
sea un poquito. Gozamos de su compañía, de su conversación, de las cosas que
carecen “aparentemente” de importancia, pero son muy apreciadas por nosotros.
Ese gozo que tenemos al estar con ellos en la intimidad, el placer de
encontrarnos en “Buena armonía". Todo es para nosotros un deleite,
son esos momentos únicos que atesoramos como el mayor tesoro que poseemos…
porque de ellos surge nuestra inspiración, son la motivación que nos hace
levantarnos, saludar al nuevo día como si fuese el primero…del resto de nuestra
vida. Con ellos, nunca sentiremos la "gris" soledad, son la luz que
hacen brillar de un modo especial nuestros ojos y es esa misma luz la que
transmitimos a todas las personas que nos rodean, pues tenemos “la fortuna” de
tener familia, amigos y disfrutar a su lado, y ellos al lado de cada uno
de nosotros. Es necesario, sin embargo, que valoremos más a nuestro círculo,
sobre todo el más cercano. Y sopesar el hecho de saber que con ellos cerca se
está mejor, porque a pesar de las posibles desilusiones que les podemos ocasionar,
ellos nos apoyan y quieren seguir siendo nuestra motivación. El hecho de
hacerles sentirse bien, es como un bumerán, vuelve a nosotros ese bienestar, pero multiplicado por el infinito… Su cariño y
apoyo es más que un hábito, una necesidad recíproca, que desborda todas
nuestras emociones y sentimientos, La soledad es la enemiga número uno de
cualquier persona, y el hecho de no sentirse querido es “el puñal que asesina
el alma y toda ilusión por la vida”. Por lo tanto, es preciso tener y estar en
buena compañía, saber que cuando les necesites les tienes ahí…para lo bueno o
malo (más para lo segundo que para lo primero). Sin embargo, por orgullo o por
intereses oscuros y poco confesables, somos capaces de rechazarles e
ignorarles... a la familia, entre otras, por cuestiones de herencias; a los
amigos por mal entendidos que nunca se aclaran…De esta forma perderemos toda
posibilidad de participar en sus vidas, en sus preocupaciones, en su
intimidad.. Es una irresponsabilidad por ambas partes. Somos, por desgracia,
capaces de cambiar a nuestra familia, a nuestras amistades por cualquier bien
material. A unos y otros, por mil cuestiones distintas. ¿Por qué actuamos
movidos por el egoísmo? Hay quien lo hace para obtener bienes, otros por
dejadez, para no ser el primero en dar el primer paso, la distancia es la
misma,¿quien acortara la distancia?¿quien admitirá su
error? Otras veces por comodidad, creemos, falsamente, que sin ellos nos va
mejor. Se valora mucho lo que se tiene y poco lo que se pierde... Se deja pasar
el tiempo, a ver si se cura esas heridas por si solas… ¿Tan poco valen para
nosotros, que les sustituimos por cualquier cosa? Que nuestra respuesta sea
negativa, depende de lo que signifiquen para
nosotros, así estarán por encima de cualquier bien o
circunstancias o no. Después de todo cuando comprendamos que una vez hayamos
efectuado nuestro último viaje…todo quedara atrás y es mejor dejar una buena imagen
que esboce una sonrisa y un suspiro de amor nuestro recuerdo.
lunes, 4 de noviembre de 2013
Dimensión personal
domingo, 3 de noviembre de 2013
Un futuro nuevo
Si
el mundo se detuviera por un momento y alguien lo aprovecha para visualizar lo
asombroso que es, la belleza que tiene en sus amaneceres, en las puestas de
sol, en las auroras boreales o australes, en todos sus puntos cardinales en
términos generales… Pero las exigencias que comportan el subsistir día a día,
ya no son tanto de nuestro agrado. ¿Y si se tuviera la posibilidad de diseñar
el mundo a nuestro gusto, con unos “valores a la carta”?, ¿qué probabilidades
tendría funcionar? Planteado de otra forma, la correcta formulación de la
pregunta sería ¿Cómo y con quienes edificaríamos un mundo nuevo? Más no debía
de servir esta idea, por las implicaciones subjetivas que conlleva. La
construcción de un mundo nuevo es una cuestión demasiado peliaguda, demasiado
seria… como para intentar resolverla mediante cualquier fórmula estadística o social que aumente las
probabilidades de éxito. No se puede construir un futuro en el que no tengamos
cabida todos ¿Cómo se puede edificar una nueva casa con fallos en la
cimentación? Caería por su propio peso ¡Careceríamos de toda ética y la
injusticia camparía a su antojo! “Quien no forme parte de nuestro
proyecto, será excluido de cualquier posibilidad de compartir ese futuro”.
Este planteamiento me temo que no concuerda con la percepción de nuestros
valores y hace que nuestra palabra quede desautorizada, por carecer de un
proyecto totalmente inclusivo. Las afirmaciones que fuesen deshonestas,
racistas, homófonas…etc. deben ser erradicadas para que nadie le dé una fatal
interpretación, son un llamamiento al compromiso de todas las personas. Se debe
actuar en libertad, pero anteponiendo el respeto a los demás, por encima de
cualquier otro valor. Constituye este, al mismo tiempo un llamamiento
apremiante a la compresión mutua. Dejémonos de construir futuros inverosímiles,
de hacer cálculos imposibles. Afanémonos por construir un mundo más justo,
partiendo como base del que tenemos, volviendo a reiniciarlo tantas veces como
fuese preciso… confiados en que al final se dará con la formula correcta. Todo
eso, que nos preocupa ahora, nos importa más o menos, lo que importa es
construir un mundo buscando la felicidad, de todos. Y ello traerá como
consecuencia que tú seas feliz también.
sábado, 2 de noviembre de 2013
Día de Difuntos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)