Translate

viernes, 8 de noviembre de 2013

¿Hasta donde?


   Reflexionando sobre algo que me sorprende, lo bien que les va en sus negocios a las personas malvadas. Lo consideramos injusto e inadecuado, si solo nos dejamos guiar por las apariencias. Ciertamente, no seré yo quien proponga que seamos injustos, que primemos el beneficio personal al ajeno en nuestras acciones, y menos aún en relación con las personas más necesitadas. No se trata, por tanto, de halagar a quienes se dedican a estafar o embaucar de alguna forma a sus congéneres, eso es un abuso de la confianza, aparte de ser una actitud delictiva. Lo que quiero manifestar es más que nada, una queja por las facilidades que se le otorgan a este tipo de personas, la falta de verdadera ética por parte de quienes debieran de ponerle freno en sus pretensiones.  Todo ello nos muestra que las aspiraciones personales de cualquiera de nosotros continúan, a pesar del sufrimiento pasado, teniendo las mismas aspiraciones de grandeza, sin límites...Ósea, como siempre. Cuando hablamos de tráfico de influencias, de corrupción, de enriquecimientos indebidos, de falsificación de documentos... y no se les castiga, sino que causan admiración, cual “tempranillo” en la época de los bandoleros… estamos propiciando que estas actitudes, tengan poco o nulo castigo y al final el premio del botín robado o estafado a todos, con más o menos maña, según sea el sujeto en cuestión.  Pero la pregunta que se plantea es peliaguda: ¿Acaso pensamos que nos pueden engañar con esa falsa apariencia de honestidad?, Y, si les tenemos por hábiles y astutos, ¿Estamos interesados  en que caiga sobre ellos el peso de la ley? Es frecuente la ambigüedad en nuestras respuestas. Tanto que a veces confundimos lo que es la riqueza legitima, con la que se obtiene por métodos poco ortodoxos, por decirlo de algún modo. ¿Cuál es nuestra ética en esta cuestión? Debemos examinar nuestros valores para conocer hasta dónde podemos permitirles sus robos, sus engaños, su usura disfrazada de préstamo…está en juego nuestra conciencia… ¿se les debe perdonar si devuelven lo afanado? La justicia es un anhelo continuo, Si dejas de creer en ella, si callas tu voz… camparan a sus anchas, haciendo y deshaciendo a su antojo ¿es ese nuestro deseo? Quizás tendremos que plantearnos cuál ha de ser nuestra respuesta ante su astucia, es decir la forma de sincerarnos con nosotros mismos. En la vida tenemos siempre varias opciones: entre honradez e injusticia, entre fidelidad e infidelidad, entre ser malvados o hacer el bien…Es cuestión de nuestra elección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario