Conociendo
como conocemos las últimas noticias que han sucedido en las últimas horas, nos
resultaría fácil analizar la actualidad, hablar con propiedad, sabiendo lo que
se dice, pero no… cuanta más noticias se conoce, más desinformado nos hallamos,
la paradoja de la desinformación. Pero yendo más allá, podemos identificar a los
culpables de esa supuesta “desorientación informativa”, los desinformadores
profesionales que evolucionan con el mundo para llevar a término su misión. Si
así lo queremos, nos encontraremos ante un mar de dudas; que en vez de
disminuir, se incrementan cada vez que consultamos un periódico, un informativo
etc… aunque, últimamente, se ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la manipulación,
motivada, sobre todo, porque nadie se cuestiona nada. Vivimos rodeados por el
egoísmo, porque hemos levantado a nuestro alrededor un muro que en vez de
protegernos, nos aísla de la realidad, provocando en nosotros un desorden moral
sin análogo, porque lanza por los suelos nuestros valores, nos obliga a caminar
en pro de un individualismo deshumanizante. En definitiva, que nos
encontraremos solos y lo más grave, desinformados o lo que es lo mismo,
desvalidos sin argumentos válidos. Sin embargo, nosotros no podemos estar
siempre lamentándonos, no hemos de anunciar las desventuras de nadie, olvidándonos
de las propias, debemos mantenernos en la esperanza. Conocemos cual fue el
final de esto otras veces, pero ignoramos si ahora ocurrirá igual. Torres más
altas han caído… pero las lágrimas que se han derramado por esta crisis están escritas
con la sangre de todos los que estamos sufriendo sus efectos, especialmente de los
más perjudicados, que son los que así mismo, más sufren. Hemos de advertir que
el conocimiento de la realidad es preciso para entender las relaciones entre
nosotros, es tan necesario como el hecho de respirar. Él que no se preocupa por
conocer lo acaecido o referido en la sociedad y contrasta su veracidad, está
condenado a ser considerado ganado ovejil y pastar en los pastos que le dejen, ¡si
le dejan… claro esta! Él que se haya dejado manipular, sabiendo que todo es
falso, ¡allá el! Siempre le trataran como un niño pequeño y le quitaran sus
golosinas…Él se habrá consentido, pidamos que nosotros tengamos los ojos y oídos
abiertos, que meditemos lo que nos cuentan como realidad… Para ello, hemos de descubrir
la auténtica realidad y desenmascarar a los fuleros que trajinan sus farsas en
medio de nosotros para confundirnos, enaltecer a aquel que siempre nos dice la
verdad y nunca nos miente, pues no tiene motivo para hacerlo.
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