Siempre
existe, al menos, dos interrogantes sobre un mismo asunto, y si hay dos, las respuestas se multiplican por
el infinito, sin contar cuando se cae en la ambigüedad. El interrogante
principal que tenemos es sobre nosotros mismos ¿Qué piensa la gente de mi? la
respuesta es de pura lógica. Los hay que le parece, nuestra actitud, correcta,
están totalmente de acuerdo con nuestra forma de pensar, con nuestra manera de
actuar… más no se atreven a compartirla por miedo al “qué dirán”. Los hay, así
mismo, que no sienten ni frío, ni calor, “pasando olímpicamente”,
solo tiene tiempo para ellos (egocéntricos)…Otros prefieren que seamos nosotros
los que giremos a su alrededor y “bailemos al son que ellos nos toquen”. Pero
nuestra intención es implicar a todos en la resolución de situaciones peliagudas, esos problemas que
a todos nos atañe y asfixian, debemos comprometer a la familia, a los vecinos, a los compañeros de trabajo, a
los amigos, a nuestro entorno social más cercano... Mirar a ese entorno y tratar sus
problemas como si fuesen propios. Debemos de ser más o menos corresponsables, implicarnos directamente. Pero la mayoría de las soluciones a los problemas que se plantean, las aportan quienes se preocupan, por nuestra “gente”... Y esa respuesta nos dice mucho de su grado de
implicación, de su interés, ademas, nos informa y hace que nos demos cuenta de que aquello que más precisan, que más desean, lo
tienen justo a su lado. "La actitud positiva que posibilita la acción de ayudar a los demás", entregarse, contribuir
a la solución de los problemas (económicos, sociales, familiares). Estas acciones conjuntas en la sociedad, nos
ayudan a sintonizar, a descubrir un punto de encuentro de los unos con los
otros, para ir más allá...a un compromiso certero con la solución definitiva y duradera de los problemas, para revitalizar la convivencia. Es esta, una cuestión
fundamental, que llama a la puerta de nuestro corazón, que nos pide un compromiso sincero a cada uno de nosotros: una adhesión o un rechazo; una fidelidad o una
indiferencia; Hacer el camino todos juntos, lograr un acercamiento aunque solo
sea por simple cordialidad... Esta cuestión es determinante, los
problemas nos unen a todos ¿Qué actitud tomaremos?¿Queremos de verdad ayudar
o entorpecer? ¿Hay en nosotros una sincera disposición a comprometernos?
¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestro tiempo libre en beneficio de los demás? Con nuestra respuesta, nos retrataremos de cara a esta sociedad, a la
que queramos o no, pertenecemos.
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viernes, 27 de septiembre de 2013
jueves, 26 de septiembre de 2013
Curiosidad
“La
curiosidad mato al gato” En nosotros habita el deseo de ver, de conocer, de
sentir, de opinar… este deseo nace de la propia curiosidad por lo que nos
rodea. Se habla mucho de los acontecimientos de cada día. Pero algunas personas
“hablan por hablar”, con ingenuidad, sobre los hechos que suceden a diario. Es
difícil de creer, pero real como la vida misma. Esto viene a cuento y nos trae
a la memoria la importancia de estar bien informados, con una información veraz
y contrastada, para conocer “de que se habla”. Pero, al informarnos, debemos
tener cuidado con algunas informaciones que su única misión es desinformar,
intoxicar la verdad. Aunque solo sea por simple curiosidad, debemos poner
interés y “oído”, para manejar la información correcta y que no sea segada. Que
no tomemos “partido” por nadie, salvo por la propia verdad. Ese deseo de
conocer las últimas noticias, se desvanece al comprobar que “nos la han
colocado” (la mentira), porque se niegan a aclarar las dudas que todos tenemos,
¿Y ahora qué? Con ese silencio se delatan, nos hacen sospechar, con esa actitud
oscura, nos pone “con la mosca detrás de la oreja”. Nosotros, seguramente hemos
deseado, alguna vez, conocer la auténtica verdad, sin embargo ¿estamos
preparados? ¿Podemos hacer frente a esa realidad? Es difícil, a veces es mejor
ignorar que conocer… pues te privas del sufrimiento que acompaña a las “malas
noticias”. En tantas y tantas ocasiones hemos sido marginados de la verdad, que
quizá, no merezca la pena sufrir por algo que no podemos solucionar, ni nos van
a dejar intentarlo. Así pues, es bueno estar informado, para no estar siempre
hablando del “socorrido tiempo”. Pero no obsesionarnos con ello, siempre se ha
dicho “Quien lo haya puesto al sol, que lo ponga a la sombra…”
miércoles, 25 de septiembre de 2013
Ilusión
Echándole
una mirada a los titulares de los periódicos, nos damos cuenta que vivimos en
unos tiempos de dificultad extrema, como nunca se había vivido en el transcurrir
de la historia. El compás de la vida nos aplica tal estrés a las personas como un consumo exorbitado, aparentar ser más, querer tener más que el vecino… además
con su dosis de aislamiento, que edifican a una persona, paradójicamente, incomunicada del resto de su entorno, a
pesar del significativo avance en tecnologías de la comunicación. Este aislamiento
es la causa por la que muchos se ven abocados a la depresión, son diversas circunstancias:
por encontrarse en situación de desempleo, por la presión en el trabajo o "moving", por no poder hacer frente a los pagos pendientes. por la extrema pobreza, por la dependencia de la caridad de otros, por “deberes” que nos roban nuestro
tiempo y nos hace sentir aprisionados… Tales circunstancias nos conduce a
muchos a la desidia, a la neurosis, al nerviosismo exagerado, a la histeria u
otras inseguridades que sellan profundamente el carácter y lo vuelve un
tanto agrio para la relación social ¿Se siente el Individuo completo y
realizado? Obviamente no, la situación social no contribuye a un equilibrio, a
encontrar esa paz, esa satisfacción que todos deseamos. Ser capaces de serenar nuestros
ánimos, reencontrarnos con nosotros mismos, que divisemos la situación con
claridad, que se haga la luz en nuestras vidas. Esto será bueno para que nos
podamos motivar, pues, la relación con los demás no es solo de amistad,
familiar o laboral. La inclusión social nos sirve, también, para transmitir a los más jóvenes las enseñanzas que
nuestros mayores nos legaron, y con nuestra experiencia, intentar de
ayudarles a encaminar sus vidas, para
que no cometan los mismos errores que nosotros cometimos. Vivir en sociedad es así mismo meditar en la intimidad, con el fin de aclarar las ideas, esas que
salen del alma. Así, podremos encontrar nuestro verdadero camino a seguir, y lo
realizaremos en plena libertad. Es la misión del ser humano, que tiene derecho
a ser feliz, y a compartir con los demás esa felicidad, por el camino de la
esperanza e ilusión. Ello demuestra que la capacidad del ser humano de
ilusionarse es inagotable.
martes, 24 de septiembre de 2013
Con tu ejemplo
“Dar ejemplo” seria lo aconsejable, lo que deberían de
hacer aquellas personas que se sitúan en la primera línea (política,
institucional, deportiva, etc.) con ese ejemplo, desde siempre, se nos ha
enseñado el comportamiento social. Desde siempre, nos han embelesado con
palabras subjetivas, con palabras apasionadas, pero sobre todo con buen
ejemplo. También si quieres obtener buena cosecha, se ha de sembrar la semilla
del “buen hacer”, para que se actué con cordura, con actitudes meditadas, que
se manifieste ese ejemplo a través de la sabiduría. Para que, efectivamente, nos
sirvan de ejemplo, su actitud ha de ser recta, honorable, ejemplar… Así con esa
actitud, su resplandor hará que le imitemos y depositemos en ellos nuestra
confianza, al comprobar su proceder. Para que creamos en sus palabras, el
examen con el que verificar su verdad, debe ser completo: de ideas, de conciencia,
de acción… al final puede que pasen la prueba como consecuencia del fruto de su
trabajo. ¿Quién no se siente
ofendido?, pues a pesar de
insistir una y otra vez… nos siguen “tomando el pelo”. Al mismo tiempo es más
que frecuente que se vista la mentira con algún que otro dato verdadero, pero
siguiendo la fórmula de las proposiciones: mentira + verdad + verdad =
mentira. Se nos dice lo que necesitamos saber, no más información de la estrictamente
necesaria. También nosotros, tenemos parte de culpa, aunque escucharlos es
preciso, no lo es que comulguemos con “ruedas de molino”. Convendría que nos
preguntásemos si luchamos y procuramos vencer los obstáculos que encontramos en
todo momento ¿Dedico diariamente unos minutos a pensar, a escuchar y a actuar? es
necesario que pensemos continuamente en lo que deseamos… que visualicemos el
futuro y los caminos para llegar a él. Esta reflexión nos sirve de ayuda y si
fuese necesario, escribiremos nuestros objetivos en un lugar visible, con el
fin de verlos y leerlos todos los días, hasta conseguirlos. Y, finalmente, es
preciso de cumplirlos, que tengamos claro nuestra “hoja de ruta”, que estén bien
definidos los pro y los contra, si queremos avanzar. ¡Debemos poner en práctica
aquello que deseamos! Por eso será bueno que nos preguntemos si me dejo
convencer cuando lo que se me dice “me gusta” o parece un objetivo fácil, o,
por el contrario, cierro mis oidos cuando se nos pide renunciar al bienestar, a los
bienes materiales o al tiempo para el descanso..., ¿Caeremos en la trampa
cuando vengan tiempos mejores?. Es una respuesta tan obvia que todos sabemos la
respuesta, y no es que seamos mejor o peor que nadie, es que es el camino para avanzar,
el camino que nos conducirá a una felicidad más duradera, o eso creemos.
domingo, 22 de septiembre de 2013
Canibalismo?
En este descenso a los infiernos en el
que nos han sumergido con esta recesión, parece que se nos olvida que los seres
humanos llevamos dentro de nosotros un especie de gen que nos empuja a la
autodestrucción, a veces se le llama “instinto de supervivencia”, más el ser
humano es el único que “explota” a un semejante. ¿Es un instinto? O ¿es algo
que se puede controlar? Nos conviene saber que los bienes materiales son necesarios
para el normal desarrollo de nuestra vida, pues necesitamos comer,
vestir...etc. Pero no se deben de obtener “a cualquier precio”, su obtención prima sobre cualquier otra
circunstancia. El patrimonio que acumulemos es solo eso, “bienes materiales”
que están para servirnos y cubrir nuestras necesidades, en ningún caso para
hacernos esclavos de él, renunciar a nuestra familia, a nuestros amigos, a
nuestro ocio… para dedicar todo nuestro esfuerzo a acumular bienes. Además, no
somos los dueños de esos bienes, en todo caso, les damos un uso, nos servimos
de ellos. Debemos de trabajar, sí, pero para llevar una vida digna, para cubrir
nuestras necesidades básicas. A la vez que sacar un tiempo para los demás… No olvidarnos
jamás de los que carecen de lo más elemental. No debemos ser demasiado
ambiciosos, demasiado avariciosos, o demasiado escrupulosos. Ni mirar a nadie
por encima del hombro. Nunca se debe “vivir de las rentas” ¿si ya tengo
bastante, para que seguir trabajando? La vida es una constante evolución y no
se sabe “donde saltara la liebre “por ello debemos seguir activos, en la medida
que sea posible. Dedicar, si acaso, ese tiempo de manera que se beneficie al
mayor número de personas posible, sin olvidarnos nunca de nosotros mismos.
Si sólo somos egoístas, pensaremos en nuestro interés, aunque para lograrlo
tengamos que mentir, sustraer, ejercer la tacañería y ser duros de corazón,
cerrar los ojos para no ver las penurias de los demás. Estas vicisitudes son
las que nos disuaden de conmovernos ante esas penurias. Que debemos trabajar y
mimar nuestros intereses, es bueno, es lo aconsejable…pero a su vez que no nos
olvidemos de las personas que nos rodean en nuestro entorno, que no intentemos
de aprovecharnos de las dificultades de ellas… “Las gangas no son una
oportunidad, son canibalismo”, por ello si se ve a alguien con
dificultades, debemos intentar ayudarles a “pasar esa mala racha” y no
comprarles su poco patrimonio a precio de saldo… con ello estaremos aumentando
nuestro patrimonio, pero a la vez la injusticia acompañada de más pobreza.
sábado, 21 de septiembre de 2013
"La enfermedad de Alzheimer"
Hoy no hago reflexión, me limito a dar información sobre ese terrible mal "La enfermedad de Alzheimer"
No
valoramos lo suficiente la importancia de los recuerdos… Imaginaros que al
despertar un día no recordáis nada, ni conocéis a nadie. Es como, sin saberlo,
fueses un visitante en un planeta extraño. Esto mismo es lo que le sucede a las
personas enfermas de Alzheimer. Viven en un lugar oscuro de su mente, un lugar
que les impide interactuar con su entorno. Se sienten solos, desamparados,
perdidos… condenados a una muerte cierta, pasando antes por un deterioro que le
conducirá, inevitablemente a un estado vegetativo y a la muerte. Es esta,
una enfermedad neurodegenerativa que se
manifiesta con deterioro cognitivo y trastornos de la conducta. Una de sus características
es la pérdida de la memoria inmediata y de otras capacidades mentales, a medida
que las células nerviosas (neuronas) mueren, las diferentes zonas del cerebro
se atrofian. El síntoma inicial es la incapacidad de obtener nuevos conocimientos,
pero suele confundirse con otras patologías relacionadas con la vejez. Si se sospecha
del padecimiento de alzhéimer, el diagnóstico se realiza con valoraciones de la
conducta y cognitivas. Cuando la
enfermedad progresa, aparecen confusión mental, irritabilidad y agresión,
cambios del humor, trastornos del lenguaje, pérdida de la memoria de largo
plazo y una predisposición a aislarse a medida que los sentidos del paciente merman. Gradualmente se pierden las funciones
biológicas que finalmente conllevan a la muerte. La causa del alzhéimer permanece
desconocida, aunque las últimas investigaciones parecen indicar que están
implicados procesos de tipo “prionico” (es decir, una molécula compleja que
induce enfermedades), Las
investigaciones suelen asociar la enfermedad a la aparición de placas
seniles y ovillos neurofibrilares. Los tratamientos actuales ofrecen
moderados beneficios sintomáticos, pero no hay tratamiento que retrase o
detenga el progreso de la enfermedad. Para
la prevención del alzhéimer, se han sugerido un número variado de hábitos
conductuales, pero no hay evidencias publicadas que destaquen los beneficios de
esas recomendaciones, incluyendo estimulación mental y dieta equilibrada. El papel que juega el cuidador del
sujeto con alzhéimer es fundamental, aun cuando las presiones y demanda física
de esos cuidados pueden llegar a ser una gran carga personal. El Día
Internacional del Alzhéimer se celebra Hoy día 21 de
septiembre, fecha elegida por la OMS y la Federación Internacional de
Alzhéimer, en la cual se celebran en diversos países actividades para
concienciar y ayudar a prevenir la enfermedad.
viernes, 20 de septiembre de 2013
Amigos
Creemos que nada minara
nuestro ánimo, que nadie ni nada tiene la suficiente fortaleza para derribar nuestro
muro de contención, ese que hemos creado a nuestro alrededor, como barrera
infranqueable, como ultima defensa… Pero eso no es cierto o no es totalmente
verdadero. Esas defensas son frágiles y efímeras, sin una cimentación sólida. Muchas veces, sin esperarlo, suceden
acontecimientos que por inesperados nos desarman y merman nuestra confianza.
Sucede casi siempre en nuestro entorno más inmediato, en el círculo de
confianza… Lo que se creía que era una relación apacible y amigable se
transforma en borrascosa, sin motivo aparente, aparece la discordia, la malicia,
la envidia… Alguien, que “no nos quiere bien”, sembró la semilla de la
desconfianza, la fue alimentando con pequeñeces, con comentarios inoportunos,
calumnias… todo para conseguir que lo que fuera una buena relación, una buena amistad
se transforme en una cosa distinta y antagonista. ¿Qué gana con ello? ¡Nada! Más,
esa persona se siente feliz haciendo el mal. Pero a la vez, nosotros, sin
preguntar nada, sacrificaremos esa amistad por la supuesta desconfianza. Cuando
sucede esto, es muy difícil corregir el error, pues nadie se presta a aclarar
el malentendido, sale fuera nuestro orgullo. En vez de cuestionarnos que ha
pasado, analizarlo, meditarlo… preferimos creer ese comentario malintencionado.
Otorgamos crédito a palabras que nunca hemos escuchado, entre otras cosas, porque
nunca fueron pronunciadas. Creímos que conocíamos nuestro círculo de amistades
y es falso, para conocerlo deberíamos tener más confianza, saber cómo es cada
cual. Cuando les hemos dedicado nuestro tiempo libre y nos consta su amistad, cultivada
día a día. Cuando hemos tratado con su
familia, como si fuese la nuestra propia. Cuando hemos recibido su ayuda fuese material
o moral, sin cuestionarse nada. Cuando nos hemos divertido juntos, cuando hemos
llorado juntos... En todas esas circunstancias… Al final llegaremos a la
conclusión de que hemos fallado nosotros, hemos traicionado esa confianza,
hemos dado validez a palabras envenenadas, sin preguntar, sin aclarar el
malentendido, con ello cuenta la persona que “mete la pata”. Más no debemos
culpar a quienes hemos creído, carece sentido… De que llegue el final esa amistad, solo hay
un culpable, nosotros, porque, con nuestra desconfianza, demostramos que nunca
confiamos verdaderamente en ellos, que siempre fue solo fachada, no merecimos
algo tan hermoso, tan bello, tan único como es un buen amigo.
jueves, 19 de septiembre de 2013
Caminos
Llevo
tiempo diciendo que no debemos ser rencorosos, por muy grave que fuese la
afrenta, debemos aprender a perdonar. Es preciso que recordemos que no debemos ser
jueces de nadie, hemos de respetar cualquier opinión, cualquier acción, que no
sea delictiva, si es así, que se encargue quien o quienes les correspondan. En
nuestra actitud hay, como norma general, un doble rasero, una doble moral, la
que nos auto aplicamos, y la que exigimos a los demás. No se debe juzgar a ninguna
persona por que ignoramos cual o cuales son los motivos que tiene para obrar de
determinado modo o manera. Las personas somos, continuamente, objetos de crítica,
todo es mejorable… siempre hay al menos dos caminos distintos de llegar a un
mismo destino. Nosotros, pues, hemos de estar siempre dispuestos a admitir que
el nuestro no sea el más correcto o corto, acoger las ideas nuevas, pero ello
no quita que rechacemos aquellos actos contrarios a la lógica. A través del análisis
conciso, minucioso, tenemos la oportunidad de valorar cualquier idea o camino
que se proponga. La respuesta al mismo dependerá de su viabilidad, de los
objetivos propuestos…etc. La recuperación de la “visión” y la reconciliación ha
de conducirnos por un mismo camino, una misma meta. ¡Estamos llamados a compartir
un mismo destino, un mismo futuro! Preguntémonos si nos damos cuenta de
la grandeza de nuestras decisiones, si nosotros estamos en el buen camino o si
sencillamente, estamos errados. Y, finalmente, debemos proclamar la reconciliación
entre todos, los caminos no son ni buenos, ni malos, hay que andarlos. Todos
juntos lo lograremos, será más fácil... Por separado, ninguno completara la
etapa sin pagar un alto peaje. Que esta actitud, que se pretende humilde, nos
ayude a visualizar la solución, pero que en ella no existan ni
ganadores, ni mucho menos perdedores, pues si ganamos lo hacemos todos, pero si
perdemos, lo haremos todos de igual manera.
martes, 17 de septiembre de 2013
Ante la muerte
Una incógnita nos
acompañara durante toda nuestra vida “la muerte” ¿Cuándo?, ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿de
qué?… son cuestiones que a veces reflexionando sobre la vida, nos desvelan, nos
hace meditar sobre “la razón de existir” en este mundo. La muerte es algo que
nadie puede eludir. La muerte esta aparejada a la vida, como la noche lo está
al día, el invierno al otoño o la vejez a la juventud. Las personas se preparan para no pasar necesidades cuando llegue la etapa final de su vida; se
preparan para evitar sufrir en la vejez. ¡Pero pocos se preparan para el encuentro con la muerte! ¿Qué es la muerte? ¿Qué ocurre con nosotros después de
que morimos? Podemos intentar ignorar estas preguntas. La mayoría lo hacemos.
Pero si ignoramos la muerte, estaremos engañándonos a nosotros mismos, no
tendrá el mismo valor la vida. Puede que hasta nos convenzamos a nosotros
mismos de que, de alguna manera, haremos una buena avenencia con la muerte,
Quizá la logremos evitar... ¡que ilusos! Algunas personas creen que teniendo una
ocupación, haciéndose “necesarios” la evadirán o al menos las retrasara todo lo
posible. Pero es solo un espejismo. Ese convencimiento, ese autoengaño es frágil y ese pensamiento se
encuentra debilitado por el encuentro ineludible con la muerte. Que no
permanecemos indiferentes al dolor, al sufrimiento, sea ajeno como si fuese
propio, es normal, más bien al contrario, nos conmueve, nos duele… tendemos a cierta asertividad hacia los que sufren la pérdida de un ser querido y cercano. Y
es que encontrar a alguien que sufre ese dolor no es para menos. Nosotros
mismos o bien hemos pasado por el o tendremos que pasar una y otra vez
más…Hasta que seamos nosotros los que nos marchemos. Hay que poner en valor que
tenemos sentimientos, que somos humanos, nos duele tener que decir “adiós”
“hasta siempre” pero lo tenemos que decir…. no somos seres distantes o lejanos,
ni quien se va es una persona diferente a nosotros. Que sea alguien importante
o no, carece de relevancia… todos nacemos desnudos y la muerte nos iguala a
todos, por ello hay que visualizar a la persona sin importar su condición siempre
será un buen amigo. Nuestra sociedad tiene necesidad de pensar en ello, pues
cualquiera puede ser el siguiente, nadie estamos libres. La Muerte no conoce edad, ni discrimina a nadie... eso si nadie se muere la víspera, cada cual cuando le llega su hora.
lunes, 16 de septiembre de 2013
Salida?
¿Por qué razón seguimos confiando en
que todo tiene solución? Nosotros mismos no hayamos una respuesta convincente,
Nuestros problemas diarios responden o son consecuencia de las decisiones que
toman otras personas, decisiones que son tomadas en frío. Para ellos
solo somos un número, que forma parte de una estadística. Nosotros poseemos
la virtud de tener fe, de creer lo que se nos dice, pero ¿dónde está el
límite de esa fe ciega? La fe en que todo tiene arreglo, nos hace soportar
situaciones de por si insoportables; prescindiendo de las circunstancias
personales, se está aguantando mucho. Hay personas que están muy convencidas de
que estamos viviendo el final de esta recesión. Dándoles cierta credibilidad y
suponiendo que sea verdad ¿Abandonamos la crisis en igualdad de condiciones?
Nadie estamos afrontando la crisis de igual manera, unos lo han perdido todo,
otros están en ese proceso, otros se han empobrecido hasta límites impensables,
son muy pocos los que se han enriquecido y la crisis les ha beneficiado…. Al
final todos hemos perdido, aunque solo sea la fe en aquellos que deberían haber
dado solución a todas estas penurias, si hubiesen querido llevar a buen término
su trabajo. Nosotros también tenemos nuestra parte de culpa,
estamos acostumbrados a que nos lo den todo hecho y eso es malo para todos, nos
hace perder destrezas. Ha habido ocasiones en que deberíamos haber actuado,
alzado la voz siquiera, manifestar nuestra discordancia con las soluciones que
se estaban manejando. Sin embargo, la confianza en ellos aturdió nuestras
mentes, haciéndonos demasiado vulnerables. Creíamos que sus intenciones eran
las de ayudarnos. Pero lentamente perdimos esa fe, esa confianza que
depositamos en ellos, de la que muy a menudo se vanaglorian… La dura realidad se
impuso para hacernos ver la necesidad de un cambio. Por tanto, si nos
hemos sentido humillados, abandonados a nuestra “mala” suerte, debemos
curarnos en salud, cambiar lo que se ha demostrado que no funciona, poner
nuevos engranajes, para fortalecernos, para tomar nuevas fuerzas y esperanzas
de cara a nuestro futuro inmediato. “El nuestro”
viernes, 13 de septiembre de 2013
Ejemplo
Solo por el hecho de actuar responsablemente, en el hogar, en el trabajo… deberíamos
de tener en cuenta, que a su vez servimos de ejemplo a todos, a nuestra
familia, a los compañeros del trabajo… por tanto, no debemos descuidar nuestros
actos, procurando llevar una vida ejemplar o al menos intentarlo. Dice un dicho
popular “Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es
la única manera”, teniendo en cuenta que “más vale una imagen que mil palabras”.
Somos lo que los demás perciben de nosotros, no se debe olvidar que todos, sin
excepción, somos modelo de alguien, tanto para lo bueno, como para lo malo, lo
queramos o no. Con nuestras acciones, tenemos
la “excusa” de llegar a ser un patrón inspirador para todas las personas de
nuestro entorno. Pensemos, en la influencia que nuestros padres han tenido
sobre nosotros; nuestros educadores, que nos formaron dentro de unos valores
determinados… y un largo etcétera. Por todo ello, se debe ser consciente que somos sujetos de ser imitados por nuestro ejemplo, de la influencia que ejercemos. A nosotros nos debe
servir de reflexión sobre si el modelo que proyectamos es para imitar o para evitar… Se debe procurar transmitir con claridad nuestros
valores, pero no solo de palabra, sino en los hechos cotidianos, en nuestra
rutina, en todo aquello que hacemos, por poca importancia que se le otorgue. De nada
vale discursos extensos y que sean perfectos en teoría, sino se practican, pues con nuestra conducta, revelamos que no
creemos en lo que decimos ¿Quién nos va a creer?¿cómo vamos a dar ejemplo? O ¿Qué
ejemplo trasladamos a los demás? De acuerdo que no hay que dejarse llevar por
el fanatismo, ni ser exagerados en la manera de actuar, todo tiene una mesura. Pero sí, que seamos concordantes con las actitudes que “predicamos”. Hay muchos
ojos que tienen puesta su mirada sobre nosotros…Por eso, debemos obrar de acuerdo
con nuestros valores, no por el miedo al “qué dirán” o por hacer aquello que
este “bien visto” por la sociedad… Hay que ser consecuentes y actuar de la
misma manera que pedimos a los demás que actúen, solo así serviremos de
ejemplo, que sea bueno o malo…depende de la interpretación que le den los ojos
que nos miran.
jueves, 12 de septiembre de 2013
Enemigos
Siempre debemos
pensar las cosas dos veces y
analizarlas en frío antes de actuar. Nuestro temperamento nos hace reaccionar y se puede hacer
daño sin pretenderlo a cualquiera, todo por no detenernos unos momentos a
reflexionar. Tras meditarlo profundamente y efectuar un análisis riguroso, más conciso, más detallado... caeremos en la cuenta de que la situación
no es tan doliente como pudiese parecer en una primera impresión. Obrar haciendo el bien, es
nuestra tendencia natural, incluso a aquellos que su odio hacia nosotros es manifiesto. Nunca
hemos dado motivos para semejante actitud, nuestra conciencia está en paz
consigo misma. Sabemos que hay personas, que sencillamente por envidia o
cualquier otra actitud negativa, nos calumnian, nos maldicen, nos desean lo
peor…, debemos de tenerle lastima, pues si envidian una posición, como por
ejemplo la mía, poco le piden a la vida…Sobrellevar a estas personas parece difícil
¿cómo podemos soportar a quienes no nos pueden ni ver…? Es más, ¿cómo podemos sacarlos
de su error? Llegar a mostrarnos tal
cual somos ¿sería suficiente? de este modo quizá, lleguen a ver lo simples y
sencillos que somos, sin facultades extraordinarias… pero también es preciso
que estemos abiertos a sus sugerencias, a comprobar en que nos equivocamos para caerles tan mal. Bien mirado, respetar a los que nos quieren
mal es lo más sabio humanamente hablando, que podemos hacer, así se verán desarmados; si nos mostramos con sencillez puede ser esta la única posibilidad
para que dejen de ser “enemigos”. Podría parecer una cesión por nuestra parte, un
exceso de sometimiento, pero es una
respuesta dada con una firmeza tal, que deja sin argumentos a esas personas. “No
hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti” Es esta regla y no otra la
que nos mueve. Debemos de desear el bien
propio y de nuestra familia, es lógico, pero de la misma forma debemos desear
el bien para todos, que seguro repercutirá sobre nosotros mismos. Más no se
puede quedar en un mero deseo, sino que debe reflejar en todas nuestras
acciones, en nuestras palabras, en hechos. Pobre de aquel que se crea que lo
sabe todo, que no necesita a nadie.. pues demuestra su ignorancia y la dependencia de los demás, necesita el reconocimiento de su entorno…Marquémonos una meta,
respetar a los demás…ganarnos su respeto, en definitiva caminar
juntos en un futuro diseñado por todos y para todos. Más pronto que tarde convergeremos en un mismo punto del camino, de ahí la importancia de caminar juntos, pero en paz, siendo compañeros y nunca “enemigos”.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Fracaso olimpico
“Quien siembra vientos recoge tempestades…” Esta es la reflexión a la que llego después de
comprobar las últimas “falsas euforias” que hemos vivido en los últimos días. Nos han inducido por donde han querido, han
manejado nuestros deseos de igual manera, han manipulado las mentes por todos
los medios… si les hubiese salido bien… todo hubiese pasado desapercibido, todos
a la calle, todo se hubiese transformado en celebraciones, en falsos factos, en
falsa placidez, “Ya se habría acabado la crisis” Pero por fortuna o por
desgracia, nos echaron un jarrón de agua fría a tiempo… se despertó de aquel “sweet
dream” En concreto, se hincho el balón o
la trola hasta reventar, ya no daba más de sí. Claramente esta situación despertó
tanto interés que fue seguida por toda una nación, a través de todos los medios
disponibles…La tormenta cegó a la población, hasta que la alegría prometida se
nos tornó en llanto. De lo que se desprende el total abandono de la prudencia. Sólo
desde un profundo, largo y constante análisis, se podía obtener la visión
necesaria para intuir que todo no estaba hecho, que había razones e intereses
ocultos que podrían agriar la fiesta. La elección subsiguiente de la sede, nos
muestra cómo los intereses económicos tiran más que los proyectos bien
elaborados, bien presentados (sin contar a la alcaldesa) y que, por tanto, da
igual “si no tienes padrino, pues no te bautizas” Ojalá que siempre se compitiera en igualdad
de oportunidades, pero nuestros dirigentes sabían que no es así, de ahí su irresponsabilidad,
por alentar falsas ilusiones, por participar en esa “función televisiva” de
elección, sabiendo todos, menos ellos, la ciudad que sería designada. Que hay
que estar siempre inmerso en algún proyecto, es lógico, si se quiere avanzar, pero
por favor que no se plantee una cuarta vez, que vamos a quedar traumatizados, además
de más pobres con tanto gasto y esfuerzo inútil.
martes, 10 de septiembre de 2013
La Familia
Concebimos por familia al grupo de personas fundamental para el desarrollo del ser humano. La familia siempre ha sido, es y será, el principal pilar, la columna vertebral de la
sociedad. Es ella, el lugar donde las personas nacen, crecen, aprenden, y se educan Debe ser abrigo, orgullo y alegría de todos sus miembros. Esto es así, ya que la familia actúa
como el primer vinculo con personas, las primeras con las que se entra en
contacto, y es el último muro de protección donde se refugian las personas en
caso de extrema necesidad. La familia es responsable de cuidar y promover a todos sus
integrantes, sirve a su vez de plataforma de integración en el ámbito o entorno social más cercano. Con su ejemplo, enseñanzas y la práctica de las
reglas de convivencia, que nos han de ser muy útiles a lo largo de nuestra vida.. La composición de la familia varía según sea su procedencia, varía de país en país, pudiendo ser en ocasiones, según sus costumbres, muy numerosa
(padres, hijos, abuelos, tíos, sobrinos primos…etc.) y en otras restringirse a
los integrantes principales (padre, madre e hijos). Es muy importe
la existencia y la protección a la familia, por un lado, la familia brinda seguridad, nos
enseña a través de reglas, el "juego social", dónde está el peligro, qué cosas no se deben hacer, es como si tuviese unas leyes no escritas propias. Para
la mayoría de los seres humanos, la protección de los padres es muy necesaria incluso
después de alcanzado la mayoría de edad o la edad adulta. Otro de los elementos particulares de la
familia, es la habilidad para establecer una comunicación con
otras familias, esto
facilitara la integración del individuo a la sociedad. Cuando la familia tiene problemas, alegrías o tristezas internas,
repercuten en todos los familiares, sufriéndolos o disfrutándolos todos, según proceda.
En casi todas las familias, existe, la costumbre de que todos sus miembros,
tienen derecho a vivir en el hogar familiar, hasta el último día de su vida, sin limites de edad. ¡Que
placentero es disfrutar de toda la familia...! Saber que se tiene una buena
familia, es un orgullo que no tiene precio. Es también , la familia, nuestro "pañuelo de lágrimas" en
las angustias, enfermedad, o incertidumbres. Y amplifica, a la vez que comparte,
las alegrías y los éxitos conseguidos. Da gusto, poder presentar a nuestra
familia a terceras personas máxime si se llevan bien entre sí… y da pena y vergüenza ajena, procurándolo evitar, si es al contrario.
lunes, 9 de septiembre de 2013
Libertad
La libertad es un concepto abstracto de difícil
definición; en principio, está vinculada a la facultad que posee todo ser vivo
para llevar a cabo una acción de acuerdo a su propia voluntad.
¿Quién nos da ejemplo de libertad? Constantemente hablamos del tema. Pero, a
diferencia de lo que nos aseguran, ¿se vive y se goza de esa “libertad”?, es tan
solo una palabra, que ha hecho derramar tanta sangre… tan prostituida que ya se
ignora su verdadero significado. La libertad está asociada y adherida a la condición de la
persona. Se puede decir con absoluta rotundidad que nadie puede hacer nada por
sí mismo, si no goza del apoyo de los demás, al menos de la mayoría. La
libertad no se impone, pero se necesita, nos hace regocijarnos con la profundidad
de la vida. Tiene una fuerza creadora y
regeneradora del alma, Más aún, constituye
el elemento principal, los cimientos de nuestra personalidad, restablece
definitivamente la fuerza interior y nos da la ansiada confianza en sí mismo,
que tanto necesitamos. Devuelve su vida a quien por razones ideológicas “estaba
débil o muerto”. Libertad… solo pronunciar la palabra que hace “sanar” nuestros
temores, mata la desilusión, la falta de esperanza…. Esto es un claro signo del
amor propio que el ser humano siente hacia si…hacia los demás, hacia todas las criaturas.
Un ser libre no está atado a la voluntad de otros de forma restrictiva.
La libertad garantiza el respeto por la voluntad individual e implica que cada
uno debe hacerse responsable de sus actos. Se conoce como libertinaje al abuso de la libertad en términos absolutos
y egoístas “Libertad solo para mí”, lo cual lleva inevitablemente al descontrol personal y social, al abuso del poder.
Esto deja en evidencia un tema muy personal: “no existe la libertad absoluta”.
Al respecto, existen diversas opiniones, pero ninguna puede asegurar con
certeza el hecho de mantener vigentes nuestros principios morales y éticos al mismo tiempo que rompamos con
nuestras barreras invisibles y actuemos con total soltura a cada paso. En estas reglas,
inventadas por nosotros, reside la razón (por muchos irrebatible) de poner unos
límites a la libertad. En las nuevas leyes deben imperar la libertad,
individual y colectiva. Debemos ponernos manos a la obra, y no dotarnos de ningún
descanso… que dejara “inactivo” este derecho, incluso, para hacer la rutina diaria. Entonces, la libertad y la
acción conjuntadas son la clave para hoy. Libertad y acción conjuntadas a las formas
y costumbres de la mayoría, respetando las minorías… Aquello de “no desees para
otros lo que no quieres para ti” Este ha de ser el único límite que nos
condicione, pues si anulamos la libertad de otros, estaremos anulando la
nuestra y ya no tendría ningún sentido. No gozamos de libertad absoluta porque
preferimos la comodidad que nos facilita que alguien nos organice la vida y nos
resguarde. Los seres humanos confiamos, ante cualquier tipo de situaciones, en
un sistema que nos garantice el pleno ejercicio de la libertad, es de justicia, Pero a ese mismo sistema le criticamos
negativamente cuando se la garantiza a otros, que pensamos que no la deben de poseer.
domingo, 8 de septiembre de 2013
Decisión
Siempre se nos indica el lugar que
debemos ocupar en esta sociedad excesivamente jerarquizada, el itinerario que
debemos seguir y que pasa por diversas etapas en el transcurrir de la vida. Naturalmente
que no podemos poner oposición… otros así lo han decidido, en nuestro nombre, imponiéndonos
unos parámetros o reglas a las que se debe ajustar nuestra vida. Al imponernos
estas “reglas” no se han tenido en cuenta nuestras preferencias, se nos exige
una entrega incondicional a sus propósitos, a lo concebido, por ellos, para
nosotros. Aquel que saque el pie “fuera del plato”, sencillamente estará fuera
del sistema. ¡Qué debemos hacer lo que ellos quieren! lo dan por sentado. Sobre
cualquier atisbo de personalidad, ya se encargaran, con “bombardeos de mensajes
subliminales” de eliminarlos y así obtendrán nuestra obediencia ciega. Ellos,
dicen saber mejor que nosotros lo que nos conviene, lo que nos beneficia, lo
que hemos de ser en un futuro, lo defienden como “de interés general “y con esta
tesitura, se nos conduce a la entrega ciega a sus planes. La vida es un viaje
continuo… a veces por autopistas, a veces por carreteras en mal estado, a veces,
ni siquiera existe camino… pero, igualmente hay que seguir hacia delante. Hoy
día, muchos se ofrecen voluntarios, teóricamente, a seguir esos planes
preconcebidos, no ven otra salida, pero de hecho no están haciendo, ni harán nunca,
lo que ellos desearían, se les anula como personas, no comienzan su propio
camino, su propia vida. El balaje para andar en esta vida es nulo, puede tener
muchos títulos, pero solo son papeles… si no existe personalidad, conciencia… no
habrá persona, ni posibilidad de decisión. Cada cual va a lo suyo, pero, ¿de qué
vale una vida vacía y repetitiva? Con la ausencia de estímulos que nos hagan
sentir vivos, que estamos aquí… sin alegrías, sin penas, ni consuelo, sin esperanza,
sin ningún propósito u objetivo en la vida. A veces es bueno rebelarse y
pensar en nuestro futuro, que será el nuestro y que nadie ha de vivirlo en
nuestro lugar, de ahí el valor de saber decidir, aunque nos equivoquemos… es
nuestra decisión.
viernes, 6 de septiembre de 2013
La Auto-critica o La Censura
Cuando
se tergiversan unas palabras que son expresadas con una claridad meridiana y sin margen para la duda, sencillamente,
no se sabe cómo definir a las personas que malinterpretan lo que leen o escuchan. Se nos dice que en la vida hay un tiempo para cada
asunto, y dentro de ese tiempo esta el que se debiera dedicar para el desarrollo personal. Eso es, lo
que a algunas personas les falta, la misma persona que nos censura… algunas veces
lo hace por pura ignorancia, eso se ve en sus comentarios. De que no se puede agradar a todos, es lo lógico, de la misma manera tampoco intentamos complacerles. Nos expresamos con
toda sencillez, quizá demasiado claro, quizá también, en temas o cuestiones que
no nos competen… Pero es nuestro punto de vista y se tiene (o eso se supone) derecho a la libertad de expresión. Pero vemos que, los que ponen trabas son siempre los mismos, más hay que darle tiempo al tiempo y este se encargara
de poner a cada cual en su sitio, ni más arriba… ni más abajo del lugar que le
corresponde. ¿Se puede acaso dudar de
ello? Todo tiene su momento; a cada cerdo le llegara su San Martín, por ello la certeza de la afirmación "hay un tiempo para cada cuestión". Estas palabras dichas así
con simpleza, no son precisamente optimistas, al menos en apariencia, pareciera más propias del "Conde de Montecristo" expresadas en su cautiverio en el "castillo de If". Y
seguramente muchos de nosotros coincidiremos que es así, pues lo podemos
constatar con nuestra propia experiencia. La equivocación radica en creer que
solo los eruditos, los muy estudiados… pueden opinar, manifestar sus
inquietudes, aportar soluciones “¿Quién se creerá que es para…? Son expresiones
que se escuchan entre murmuraciones y calificativos
expresados con demasiada maleficencia, con excesiva maldad y quizá, con mucha envidia. Nosotros sabemos quién
somos, y de donde venimos y el tiempo, trabajo, esfuerzo y dinero que nos ha costado adquirir la “facilidad de expresión, el conocimiento de
diferentes materias”, a parte de haber agudizado los sentidos. Mientras otros se dedicaban a cantar… como "la cigarra", otros se dedicaban al estudio y
a prepararse para un “nuevo futuro”. Si hoy podemos gozar de unos momentos de relativa calma, que no es en realidad tanta, es debido al esfuerzo personal, por ello hay que aprovecharla.
Seguramente ya nos vienen de camino momentos muy duros y desagradables. Lo que marque
la diferencia es que, estemos, en cierta manera, preparados o no. El ansia de
adquirir conocimientos la debemos tener siempre, y por tanto, la libertad de conciencia. Y es esto lo que no hacen, precisamente, quienes se instalan en la comodidad y derivan sus problemas a otros, a ver si con un
poco de suerte pasa “el chaparrón” y, quizá les coja resguardados o "bajo techo ajeno". Pero no se
puede confiar en la suerte, en que aparezca ese trébol de cuatro hojas, se debe
colaborar por duro que parezca y suene, y las mismas fuerzas que se desperdician
en la crítica o censura… aplicarlas para obtener la solución, que casi siempre
se logra a base de estudio y preparación para cualquier eventualidad que
pudiese sobrevenir. Sobre todo, deben de procurar no censurar aquello que se
desconoce, primero saber de qué se habla y después proponer alternativas, que
es en definitiva como avanzan las sociedades modernas.
La Soledad
A
veces, es preciso de estar solo para pensar, para reflexionar, para tomar
decisiones que son difíciles, en definitiva para tener claridad
mental, pero todavía
me sorprende el hecho que haya personas que prefieren estar solas a convivir
con una o varias personas. Que buscan la soledad, esta, se vincula de un modo
directo o indirecto con una serie de “males” que “matan el alma” no
solamente con efectos psicológicos, sino también físicos., lo que evidencia que
las personas que viven solas pueden ver afectada su salud seriamente.
Hay algunas personas que cuando están solas muestran evidencias de reactivación
de diversas enfermedades, entre ellas, la enfermedad cardíaca la
diabetes, la artritis y la enfermedad de Alzheimer, así como debilidad y
reducción considerable de la motricidad que suele venir con la senectud. Se
sabe que el hecho de vivir solo está también relacionado con el aumento del
estrés ¿Qué se siente al sentirse solo? Sin ese destello al que algunos llaman
compañía, sin nadie con quien comentar, hablar, sonreír, llorar e incluso
discutir…. Se piensa que todo se acabado, que tu vida es inútil, ¿Qué hago
aquí? Hay diversas características que precisan el concepto de la
soledad: puede ser como consecuencia de carecer de amistades o ser estas muy
deficitarias, aunque hay gentes que afirman que “se puede estar solo sin
sentirse solo o por el contrario, sentirse solo cuando se hallan en multitud”
La soledad, es una rutina no buscada, similar a la depresión y la ansiedad. Es
diferente al aislamiento social, y muestra una depreciación de la persona
respecto a su entorno social. Las personas son “animales sociales” y por ello, necesitamos relacionarnos, estar en compañía, debemos tener claro hacia dónde orientar nuestra
vida, para ser sociales… en medio de una sociedad cada vez más alejada y paradogicamente más necesitada los unos de los otros. sólo nos hace falta saber que quieren los
demás de nosotros e intentar despojarnos de nuestros miedos, en especial “al
qué dirán” y poder marcar nuestro propio rumbo a horizontes que han de ser
compartidos con los demás ¡no nos quedemos en casa mirándonos el ombligo!
Nuestra vida nos ha de conducir hasta las personas que comparten con nosotros gustos,
opiniones, aficiones… etc. Poner fin a nuestra soledad, ponernos "en
contacto" con los demás, dentro de unos razonables límites, de nosotros
depende: o la soledad que habita en nuestra alma acabara por devorarnos, por ello
antes de que sea demasiado tarde acabemos, nosotros, con ella.
jueves, 5 de septiembre de 2013
Sentimientos
No
es la primera ocasión que aparece ante nosotros la mentira y la manipulación,
es decir, algo que nos distraiga de la realidad. Asombra que a estas alturas
aun creamos en el cuento de “la lechera” y creamos todo lo que nos relatan, porque,
al igual que el “famoso” cuento, acabe por derramarse toda la leche y se rompa,
como le ocurrió al cántaro, todos nuestros sueños e ilusiones, eso sí, dejándonos
muy irritados, enojados y molestos, porque esos sueños nos otorgaban cierta
tranquilidad, una vana esperanza. ¡Tantas veces nos han mentido! que resulta
muy difícil otorgar cierto grado de credibilidad a estos “fuleros profesionales”.
También nosotros, aunque carezca de importancia y por lo tanto se ignore,
pensamos… nos preocupa lo que acontece en nuestro hábitat, pues, si bien, hemos
estado algo “relajados“ durante el estío y hace mucho que no dedicamos un tiempo
a la reflexión; no significa que estemos desinformados, o que nos hubiésemos “idiotizado”
durante el periodo vacacional…No nos avergonzamos de haber “descuidado” nuestra
habitual función, que a pesar de ser voluntaria, es aún más precisa en estos
tiempos que corren, pero necesitamos el descanso, a quien no se haya podido ayudar
u orientar durante este periodo, sencillamente tengo que pedirle perdón... pero
por otro lado, no es a mí a quien corresponde dar la solución, que ha venir por
otros itinerarios, pues son otros los
que han asumido y tienen esa competencia y por tanto la obligación. Yo,
modestamente, pongo mi granito, pero no se puede olvidar que es solo eso. Si la ayuda o consejo no llega de donde debe,
hay un diagnóstico claro y evidente para esto, se llama “atonía”, falta de empatía,
desconocimiento de las angustias que se
sufren, carecer de interés y curiosidad por
el estado anímico y económico de los demás, pereza hacia las cosas que no son
propias, cansancio, desanimo o ganas de dejarlo todo… Pero hay un antídoto:
dejar de mirarse a uno mismo (egocentrismo) y ponerse de una vez manos a la
obra. Hacer el compromiso de dedicarnos a aquello a lo que nos hemos
comprometido, pensar, aunque solo sea un rato cada día, en todos. Aprender a
mirar la vida de otro modo y a escuchar las demandas de la gente, sin hacerles
falsas promesas. Hacer realidad los compromisos adquiridos, efectuar el propósito
de vencer al egoísmo, que tenemos enquistado en nuestro ser. Dar un una pequeño
paso cada día, pero hacia delante, por el bien nuestro, por el bien de los
otros… (a eso se le llama solidaridad). Hacer el pequeño-gran compromiso de
vivir cada día en coherencia con nuestros principios o ética, hacer del mundo
un lugar algo más sano, por lo menos intentarlo.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
Culto al cuerpo
Se dice que una
imagen vale más que mil palabras, esto mismo se está llevando al extremo en
nuestro propio cuerpo, en nuestra propia imagen o “look”. Experimentando con
dietas milagro o sencillamente dejando de comer. El mundo de la moda, el cine y la televisión… etc. Nos
hostigan infatigablemente con modelos atractivos, la mayoría de las veces, muy alejados
de la realidad cotidiana. Esto ocasiona problemas psicológicos graves en
aquellas personas, que por su edad y condición, no tienen debidamente formada
su personalidad y la idea que de sí mismos tienen. Los estereotipos que están de
moda y la sociedad nos están llevando a idolatrar cosas de las más extrañas;
desde la extrema delgadez hasta los cuerpos musculados e hipertrofiados. Se
hacen cosas cada vez más raras a la vez que más comprometidas como, por ejemplo,
engullir
bolsas de algodón para no engordar. Todo esto, para conseguir la
perfecta "pócima" y obtener, lo que ellos/as creen “un cuerpo diez”. Este
absurdo culto al propio cuerpo, se enaltece aún más en algunos “blogs” que lo
mitifican y que animan con fotos de lo más insensatas, acompañadas de frases que
incitan a las mentes débiles…”Puedes lograrlo, si no estás así, estas descatalogada/o…”
como si no fuese suficiente locura de estar obsesionados con la extrema delgadez. Trastornos como la bulimia, la anorexia, la vigorexia y la ortorexia son
bastantes corrientes en nuestro entorno, pudiendo llegar a ser muy graves,
hasta el extremo de, en ocasiones, provocar la muerte de quien las padece. En
los países de corte occidental, la importancia del físico y de la apariencia
resulta un problema, ya que hace que muchas personas quieran sentirse de
acuerdo con el modelo del físico perfecto impuesto por las modas. En todos los
medios aparecen personas con cuerpos perfectos, siendo muchos de ellos irreales,
que pasan por el cirujano estético del “photoshop”.
Que debemos de cuidar nuestro cuerpo, se da por sabido, con una dieta equilibrada y algo de deporte... Pero no por ser o para parecer mas atractivos/as, sino por salud, por movilidad... para tener claras las ideas, solo recordar "Mens sana in corpore sano" Aprendamos a aceptarnos y a aceptar tal cual somos y dejemos ese ridículo e insano culto al cuerpo por un culto a la solidaridad.
martes, 3 de septiembre de 2013
Enseñar
¿Cómo
se puede enseñar a quien no quiere aprender? El arte de enseñar a estas
personas ha de ser muy distinto al de los demás. Ciertamente, estas personas perturban
a la persona más habilidosa, por su rudeza manifiesta para adquirir conocimientos, por vivir
aparentemente aislados en su mundo irreal, imaginario o de fantasía. Lo que se
enseña, fiel al “viejo estilo”, ha de
hablar de todo aquello que pueda despertar cierto interés, se ha de narrar o
contar de forma que despierte esa pasión oculta por el saber, por aprender algo
nuevo cada día. Precisamente, aquel que quiera expresar sus sentimientos, sus
opiniones, ha de adecuar la manera de hablar o escribir al receptor o receptores que le
escuchen o lean, eso dará más fuerza a su mensaje. Utilizando recursos lingüísticos,
que se transforme en imágenes vivas y concretas en la mente de los demás, sin deducciones,
sin tesis complicadas y por tanto difíciles de comprender; Para ello se ha de
ser un buen observador, una persona cercana a las condiciones humanas. También se
debe potenciar, en cierta manera, esa cercanía a las personas, haciéndose
entender bien, utilizando sus mismas palabras, su mismo lenguaje. Saber
explicar lo fundamental de la vida, los conocimientos que nos serán de mucha
utilidad cada día, el hecho de acumular experiencias, que a su vez, servirán de
materia prima para las enseñanzas posteriores. Aunque este material sea muy
elemental, primario y “básico”, pero es a su vez un material radicalmente nuevo,
inquietante… en definitiva nuestro deambular diario. La cosa más grande que se
hace con la enseñanza es combatir la ignorancia, pero se debe hacer con una
sencillez, que deje ver nuestra naturaleza humana. La sencillez que solo es
posible lograr gracias al conocimiento. Es pues, esta relación (sencillez,
humanidad, conocimientos) la que explica la armonía única que hay entre la dignidad
y la humildad. El hecho de aprender no se debe ajustar a unos parámetros cualquiera,
no se puede fomentar la competencia, ni hacerlo solo por beneficios personales.
La sabiduría se manifiesta tanto en la excelencia de la enseñanza, como en la
humildad y la sencillez transmitida y "contagiada". Ese amor por las letras, por las ciencias, por el arte...que no es genético, sino adquirido, ahí radica la verdadera importancia de la persona que nos ha de enseñar, en su habilidad, en su humanidad, humildad y sobre todo su sencillez.
lunes, 2 de septiembre de 2013
La sonrisa
“Si
alguna vez no te dan la sonrisa esperada, se generoso y dale la tuya…” Estas
palabras del Dalai Lama, tienen un sentido que sobrepasa el contexto en que se
pronuncian y dice más de lo que aparenta, son palabras muy profundas y con una
rotundidad clara, Pero además, estas
palabras siempre estarán de plena actualidad. Son palabras reflexivas porque son
un consejo práctico. Pobre es quien no puede ofrecer una sonrisa sencilla y
pura, no forzada, solo con la intención de agradar. Y, son actuales porque la
sonrisa denota el estado del alma. La sonrisa que se nos ofrece, hemos de
recibirla no como una costumbre, unos buenos modales, sino como un gesto que
tiene un poder transformador en nosotros. No solo transforma nuestro exterior,
la imagen que proyectamos… sino, también, lo más profundo de nuestro corazón. La
sonrisa es una fuente inextinguible de amistad, de buena predisposición. Por
eso, cada día, cuando ponemos los pies fuera de la cama, hemos de esbozar una
sonrisa, como gesto de agradecimiento por disponer de un día más. Ahora bien,
para que la sonrisa sea eficaz en todos y cada uno, hay que desprenderse de
todo prejuicio, de todo sentimiento perverso. Eso es lo que debemos comprender,
porque una sonrisa verdadera lo dice todo de nosotros. Siempre que veamos a
alguien que nos dedica una amplia sonrisa, a pesar de ser retóricos y
reiterativos…Vemos el más bello, quizá, de los gestos que cualquier persona nos
puede ofrecer, entonces, por qué no devolvérsela con la misma sencillez con la que
nos la han ofrecido, “porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como
aquel que no sabe sonreír a los demás”
domingo, 1 de septiembre de 2013
Cuestión de conciencia
Cuando
tu ayuda sea requerida por alguien, no des un paso atrás, no te pongas en el último
lugar de la fila, si tu auxilio ha sido requerido en primer lugar… por alguna razón
especial será. Sabemos que a nadie le gusta ser los primeros en casi nada. En los
actos, sean públicos o privados, deseamos pasar desapercibidos en las
tertulias, incluso en nuestra propia casa, hablar solamente lo preciso, por
aquello de “Más vale callar y que se sospeche que somos estúpidos…que abrir la
boca y confirmarlo…”Nosotros nos conocemos, sabemos de nuestra predisposición a
sobrevalorarnos, por engreimiento, o todavía peor, por un orgullo mal llevado.
¡Queremos ser laureados con honores!, pero ¿qué méritos tenemos para ello? Acaso no sabemos que, en efecto, hay personas
con más méritos que nosotros y sin embargo no presumen de ello. No se trata,
pues, de facilitar la ayuda de manera esporádica y automática, sino del compromiso
que asumimos para con los necesitados, no solo una vez, sino para el resto de
nuestra vida. No debemos de pasar por ser los más dispuestos, los más significativos,
los que tienen más virtudes, los que están cargados de razón; exigencia, que
por otro lado, refleja una visión ensimismada de nosotros mismos y las razones
que nos impulsan a ofrecer nuestra ayuda y apoyo. De hecho, estas acciones
humanitarias nos llevan con su práctica a poseer una humildad perfecta, que consistirá
en no prejuzgar a los que nos piden ayuda, y a tomar conocimiento de la
insignificancia propia en el contexto global de este mundo llamado tierra. Entonces, ¿Qué se nos propone? porque, si bien
ignoramos el escenario económico de las personas con más necesidades, sabemos
que nosotros somos una parte de la solución de sus problemas, no el todo… solo
una pequeñísima parte. Por tanto, situarnos en su lugar es intentar conocer sus
penurias y ver cuál ha de ser nuestra función en la solución de sus problemas, En esta misma línea de pensamiento, se nos
invita a ponernos con toda humildad al lado de los menesterosos: pobres, personas
con discapacidad, desahuciados, enfermos, excluidos sociales…etc. E igualarnos
con ellos, intentando ser los primeros en superar toda desgana o vergüenza por ofrecer
nuestra ayuda y así compartir humanidad y humildad con ellos y ellos para con
nosotros.
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