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miércoles, 25 de junio de 2014

Sin mascaras


   

   El peligro de ser indiferentes, es caer en una rutina monótona que nos iguala a todos bajo un mínimo común denominador, solo en los peores aspectos que trae la vida consigo... en lo aburridos, en la ausencia de ideas, en la falta de motivación y ambición, en el excesivo conformismo, en una tristeza apática y anodina, en una desconfianza extrema, en la falsa creencia de una inexistente superioridad intelectual... Ya hace tiempo que perdimos el interés, que tiramos la toalla, con el intimo deseo de que se dé por finalizado este absurdo enfrentamiento al que hemos sido conducidos por unas tendenciosas manos que se ocultan en las tinieblas, sin otorgarnos ninguna posibilidad de oposición o enmienda... Y si seguimos en pie todavía, se debe principalmente a que muy pocos lo han comprendido,  y nadie se ha atrevido a recoger el órdago, que a modo de señuelo hemos lanzado al aire… nadie acepta ese desafío, conocedores de que la verdad nos asiste… pero da igual, de alguna forma es preciso ponerle fin a este absurdo pleito, aunque fuese simplemente por abandono de uno o ambos “rivales” ...o lo que es más desconcertante, por la extrema debilidad "moral" del supuesto contrincante o incluso ante la ausencia de una táctica clara de este. Ósea se acaba si o si... Lo peor que aún perduran voluntades antagonistas, por así decirlo, estúpidos que se dedican a propagar, como verdades, ciertas mentiras malintencionadas. Lo que es más grave, siendo conocedores del origen malvado en la naturaleza de tales afirmaciones. Lo hacen con la exclusiva finalidad de amedrentar, asustar y manipular a la opinión de una sociedad fácilmente impresionable y obligarle a decantarse por una posición u otra, por absurda e ilógica que pareciese (preferentemente por la suya). No les vale la neutralidad, aunque este asunto en cuestión no interese a nadie, ni sea motivo de la conversación cotidiana, sencillamente les parece un problema ficticio... Si lo que buscan es polemizar,  que se enfrenten con nosotros (dialécticamente), si son capaces y tienen argumentos… que lo hagan con verdades y con hechos contrastados... A ver si en verdad llevan razón, como ellos sostienen, sin oscuros subterfugios donde argumentar con calumnias ante la opinión pública, que lo hagan con pruebas tangibles… sin estar amparados por el anonimato que les otorga (algunas veces) las redes sociales o creerse en la posesión de falsas cátedras… Es esta una actitud pueril, digna de cobardes, de los que tiran la piedra y esconden la mano ¿qué se podría esperar de ellos? Son perdedores en una trifulca "inventa" y ellos lo saben, más eso, su orgullo no lo puede soportar, pretenden siempre llevar la razón al precio que sea, venderían, si fuese preciso, su alma al diablo para lograrlo. Elaboran un cóctel a base de medias verdades descafeinadas, hábilmente mezcladas con mentiras absolutas...con la absurda esperanza que "cuelen" como sinceras todas ellas... y muchísimas veces así sucede… A no ser que tropiecen con algunos “huesos duros de roer” que les planten cara cuestionando toda su utópica filosofía. Entonces se verán obligados a sacar e incluso inventarse supuestos “trapos sucios” para emponzoñarlo todo y de esta miserable forma acabar con la “buena fama” que pudiesen tener todos aquellos que se han atrevido a poner en cuarentena sus afirmaciones, teniendo dudas razonables de todo o parte de lo que pudiera provenir de ellos o de la sucia mente de quienes, en cualquier caso,  les controlan, moralmente son sus dueños y ellos obedecen ciegamente con su actitud borreguil. Esto es propio de unas estrategias maquiavélicas “El fin justifica los medios” o eso debe creer. En definitiva, la vida nos enseña que hay buena gente con buenos principios, que degeneran y acaban mal, en el lado oscuro y frio, desprestigiados e ignorados por todos. E igualmente, hay personas que vivían en el error y al final abren los ojos, cambian radicalmente y acaban haciendo el bien entre los más menesterosos, ello no significa que para ser útil haya que hacer nada especial, ni servir a nadie... Basta con concienciarse, no ceder nunca ante la tentación de la corrupción,  mantenerse firme, nunca dejarse vencer por el cansancio o por el legítimo deseo de lograr una fortuna propia, ni asustarse ante exigencias radicales e Intransigentes provenientes de sectores extremistas, sino perseverar en su empeño, con la conciencia limpia y si hiciera falta volver a empezar... hacerlo con la misma energía y fuerza. Entre otras argumentaciones, se debe pensar que al final, los tendenciosos, no obtendrán ninguna victoria sobre nadie y por tanto para poder subsistir (vivir del cuento), no pondrán mayor dificultad al reconocer su error...Por nuestra parte, al menos, nuestra conciencia permanecerá inmaculada conservando la paz, básicamente por haber obrado de acuerdo con nuestros valores éticos. Nunca por estar a favor o en contra de ocultos intereses que representen a nadie en particular, sino para obtener un beneficio para el conjunto de la sociedad en términos generales.

lunes, 16 de junio de 2014

Tolerancia


 La vida nos enseña que el resentimiento se supera con la tolerancia. Pensar que solo se tiene derechos sin que estos generen ninguna obligación, es de insolidarios. Igualmente pensar que solo se tiene obligaciones, sin que estas generen derechos, es de lerdos. Sólo se puede esperar condescendencia de quienes, a su vez, la recibieron sin adquirir ninguna obligación por su parte… Solo se trata de devolver a la sociedad, de forma altruista, lo que gratis se recibió de ella. De lo contrario se cometería hacia esa misma sociedad una "falta de gratitud", sería una terrible torpeza por nuestra parte. No obstante, devolver esta ayuda debe adornarse con criterios basados en la realidad… nunca donarla porque nos sintamos obligados, como si solo hubiésemos recibido un préstamo por parte de la sociedad que hay que devolverle con intereses. Debemos ofrecer la ayuda únicamente porque nos sale de muy adentro, aunque también nosotros la necesitemos... Nunca creamos que lo que podemos devolver es minúsculo, en proporción con lo que se haya podido recibir; ni nos sintamos empequeñecidos, impotentes o acomplejados ante acontecimientos que nos superan por su magnitud. A menudo se confunde lo que es la auténtica caridad con el absurdo ideal de una falsa renuncia a nuestros bienes o  una renuncia voluntaria a aquello sobre lo que se tiene un derecho legítimo. No es eso, o no es tan simple... Asimismo, ayudar tiene otras connotaciones, como por ejemplo denunciar públicamente a quienes provocan con sus especulaciones hambres, epidemias, pobreza y miseria de diversa índole. A quienes trafican con la vida o la muerte (trata), a quienes permiten el tráfico de armas o propician su venta, sabedores de la indefensión y muerte que provocaran sobretodo en la población civil… A quienes trafican con las drogas y estupefacientes, son asesinos "silenciosos" que lentamente van matando a nuestra juventud y con ellos a nuestro futuro; es muy fácil cerrar los ojos y mirar para otro lado, como si la cosa no fuese con ellos, como si no fuese con todos nosotros… Se puede ayudar con un simple gesto pacífico, pero que sea a su vez enérgico y contundente, que denuncie las injusticias que se siguen cometiendo en nombre del progreso… Sabemos, pues, cuál debe ser nuestra actitud, entonces ¿Por qué callamos? No se busca el linchamiento de nadie, ni a ningún culpable, ni siquiera la revancha por tanto daño asestado durante tantos años de olvido… pero sí se pretende un cambio en la conciencia colectiva, una nueva manera de pensar; debemos estar abiertos a buscar nuevos caminos, a pedir perdón por el sufrimiento que hemos podido causar, perdonar a quienes nos lo han causado a nosotros con su desprecio,  con la marginación sistemática a la que hemos sido sometidos y llamar a las cosas claramente por su nombre "marginación" “abusos”  "deslealtad" “esclavitud”. Ciertamente con estos antecedentes no es fácil hacer un “examen de conciencia”, pero es el único modo que tenemos de frenar el ejercicio de esta gratuita anormal moralidad y asimismo, manifestar el profundo deseo de aliviar tantas injurias y agravios que durante tanto tiempo mutuamente se cometieron. Unos por ser crueles y coléricos en exceso, mientras a otros solo les dejaron como única alternativa el ser dóciles y pacíficos. Por ello es tan necesario que los unos se arrepientan de esa actitud sucia y bellaca, como que los otros no se sientan borregos por haber sido obligados a ser sumisos y obedientes... Pero en todo caso se debería hacer  "borrón y cuenta nueva" propiciar una reconciliación real y reiniciar el camino hacia un nuevo horizonte, todos juntos, asimismo, todos unidos... Pero con un trato “de igual a igual” con las reglas de juego bien definidas y consensuadas, respetadas por todos sin excepción; sin privilegios para nadie y con una misma y única meta por alcanzar, dentro de la grandeza que nos otorga la unidad de acción, sin despreciar la diversidad cultural, que nos une más y nos hace más inteligentes, más sabios, grandes y poderosos.

sábado, 14 de junio de 2014

Regreso al futuro


   ¡Ojala! fuese posible el viajar en el tiempo, imitando lo que ocurría en aquella vieja saga de películas de "Steven spielberg" "Regreso al futuro". No para cambiar nada, lo bueno o lo malo que nos aconteció son los cimientos con los cuales, la vida misma, nos ha edificado como personas. Con nuestros múltiples defectos, decepciones, desilusiones... y alguna que otra cosa buena que seguramente debemos poseer...Yo, personalmente, haría ese "hipotético viaje" en busca de la inocencia perdida, en busca de mis raíces... para recordar en todo momento quien soy y de dónde vengo... sin falsedades, sin hipocresías, sin falsas apariencias... recobrando la perdida fe en el género humano, ese deseo interior de un mañana mejor, esas ansias de conocer todo lo nuevo, eso sí, ¡quizás! con un poco de miedo, pero con una felina curiosidad de querer saber lo bueno que nos deparará el futuro. Recuperar esas buenas intenciones hacia los demás, fomentar las relaciones sociales, que entonces eran sinceras y desinteresadas, eran lo que se define como "la amistad en estado puro". Jugar un buen rato con aquellos entrañables niños que eramos toda la pandilla de amigos, olvidando, por unos instantes, los "fantasmas" en que nos convertiremos en un futuro no tan lejano. Recuperar aquellos "viejos valores" que desde la cuna curtieron mi carácter, no escuchar nunca falsas promesas, ni a los charlatanes que las prometen, hacer caso omiso de los rumores y de las habladurías,  aprender a pedir perdón y tener la condescendencia de perdonar, olvidarme de vitorear a quien solo busca el camino fácil para engatusarnos, no lo merece; despertar mi admiración por la verdad, por vivir las sensaciones en cada momento, gritar al mundo que estoy vivo, dar las gracias a todos por todo y por supuesto decirle a personas muy queridas que allí moran (en el pasado) lo mucho que les necesito y lo mucho que les quiero, repetírselo hasta la saciedad, hasta que me tengan que mandar callar por pesado. Nunca dejar para el día siguiente nada, para no correr el riesgo que se quede algo sin hacer... sentirme de nuevo uno más. ..

domingo, 8 de junio de 2014

A solas

   Les dejamos entrar en nuestra vida porque confiamos en ellos, vinieron a nosotros aparentando que estaban perdidos, enarbolando la bandera blanca de la paz, debemos reconocer su esfuerzo, ya que con su logrado disfraz de corderos, lograron engañarnos, nos cogieron de sorpresa, desprevenidos, confiados… pues rumiaban las palabras con una entonación casi perfecta o lo más parecida a la sensatez de la sinceridad, a gritos berreaban nuestro nombre, implorando nuestra compresión, solicitando nuestra ayuda, haciéndonos creer que de veras nos conocían, que nosotros éramos sus semejantes y por tanto, que confiaban a ciegas en nosotros... Ante sucesos acaecidos fortuitamente, imposible de prever en sus planes, se vieron forzados a salir de su madriguera, a mostrarse tal cual son... se vieron obligados a quitarse el antifaz, ese que apenas ocultaba lo perverso de las facciones de su rostro y tuvimos por primera vez, la oportunidad de contemplar, sin disimulos, la verdadera esencia de su maligna naturaleza... Aquellos que hasta entonces creíamos corderos, se han metamorfoseado, mutando en auténticas fieras, perversos caníbales que nos quieren devorar vivos y lo que es más grave, en nuestro propio hogar... Su estrategia está bien definida, basada en el acoso y derribo, "el redil debe ser destruido, no ha de quedar piedra sobre piedra..." Su más enérgico enemigo y por tanto más temido son el tiempo y la reflexión; no quieren que pensemos, para que nadie pueda apreciar la realidad de su ficción...Para darse cuenta de ello, basta con observar su actitud nerviosa y desafiante, que les obliga a mostrarnos sus afilados colmillos para así intimidarnos... Esto nos viene a confirmar que ellos se saben perdedores de esta cacería infernal que unilateralmente han emprendido y donde toda manipulación vale. Tienen demasiada hambre y sed... están dispuestos a comerse, como sea, nuestra carne y manchar de sangre nuestro hogar,  por muy elevado que fuese el precio a pagar, apuntan alto, pero en el fondo les da igual que el trofeo de caza sea de mayor tamaño o tan solo una triste gallina... todo depende de la presa a la que esperan abatir sea más fácil de conseguir… Sí, para su infortunio, no consiguieran la tan ansiada "pieza mayor", no les importa en demasía,  ellos como el perro con el hueso “si es duro de abatirla, ellos tienen todo el tiempo... ¡quizás! reúnan nuevas fuerzas y vuelvan mañana a intentarlo, en el peor de los casos, siempre habrá algún “lerdo” despistado que se confíe, se salga fuera del redil… y ellos estarán allí para aprovecharse de ello.