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martes, 31 de diciembre de 2013

balance?


  Estamos viviendo los últimos minutos del asimismo último día del año. Nos encontramos con una difícil mezcla de sentimientos y sensaciones, a veces incluso contradictorias, truenan ya en nuestros oídos los petardos, en nuestros corazones resuenan tibiamente las voces y recuerdo de quienes nos dejaron en este año que acaba, se suele incrementar inmensurablemente en esta fecha. Es como si hiciésemos balance de los diferentes momentos vividos, y de aquellos que hubiésemos querido vivir, todo pasa por nuestra mente y se hacen  particularmente presentes en nuestra memoria. El recuerdo nos puede ayudar para elegir como hemos de comenzar el nuevo año, si con esperanzas, con buenos deseos o prisioneros del pasado. Al efectuar el balance del año, hay que tener muy presente cada día vivido en la dulce armonía que nos proporciona la compañía de familia, amigos de todos nuestros seres queridos, es el mejor don que hemos recibido. Por eso, sea cual sea el resultado del análisis que hoy realizamos, hemos de agradecer cada minuto que hemos pasado junto a ellos durante este año que finaliza. Pero si solo damos la gracia nuestra dicha no es completa. Estamos necesitados los unos de los otros. Por eso, hoy nos debemos de acordar de todos aquellos que viven en la soledad, bien por su propio deseo o porque las circunstancias les obligan, para ellos tendremos algo más que un recuerdo, les aportaremos una palabra clave en el día de hoy que les aportara alguna esperanza “Felicidad” haciendo hincapié en que debemos ser más humildes, evitar derroches innecesarios, pensando que no todo el mundo goza de esa felicidad que tanto deseamos hoy cuando suene las doce campanadas. Para ello se pone a nuestro alcance un instrumento único que todos tenemos a nuestro alcance. Para ello debemos abrir nuestras puertas de par en par, dejar que entre la verdadera paz y armonía en nuestras vidas, en todos nuestros proyectos, en las acciones que llenan nuestra diaria rutina. ¿Hasta qué punto hemos permitido que la verdad fluya en nosotros? Debemos dejarnos cuestionar por ella, dejar que esos deseos de felicidad iluminen nuestros pensamientos y se conviertan en más que una formalidad que se expresa en año nuevo, debe impregnarnos ese deseo desde lo más íntimo de nuestro ser, hasta cualquier actuación de índole social o laboral. ¡Que nuestras acciones se avengan con nuestros deseos! Por ello la felicidad siempre es y será algo más que un deseo, es una legítima aspiración que todos tenemos y al menos durante unos minutos todos compartimos. Feliz año 2014 

lunes, 30 de diciembre de 2013

Olvidados


  Cuando nos planteamos la pregunta de porque en un momento determinado tomamos la decisión de dedicar parte de nuestra vida a los demás, sabedores que ello suponía múltiples sacrificios, muchas penurias y sobre todo mucha paciencia. Nunca imaginábamos que las mayores zancadillas nos las pondrían aquellos que deberían allanarnos el camino, no imaginamos que nuestros males vendrían de la mano o merced a aquellos que debieran estar en primera fila enarbolando la bandera de la inclusión y de la igualdad. No nos equivocamos si decimos que estas personas carecen de cualquier sensibilidad y solo les importa y por ello se comprometen con aquellas causas que den un empujón a sus fines personales, Pero además se da la absurda paradoja que solo se acuerdan de nosotros en determinadas fechas o cuando les conviene hacerse una foto para su promoción pública. Siempre pretendo ser una persona equilibrada, sosegada, prudente, que presume de estar velando por los intereses de las personas indefensas, más que por los propios, intentando que sus necesidades básicas (que son muchas) se cubran; para intentar conseguirlo pasamos mucho tiempo elaborando mil y un proyectos o propuestas, participando en todos aquellos foros u organismos donde nos parece que es aconsejable nuestra presencia y que se escuche nuestra voz. Pero a veces el resultado de nuestro esfuerzo es baldío,  está demasiado claro: cuando llega el momento de recoger el fruto de todo aquello que tan cuidadosamente hemos sembrado, nos encontramos que no hay frutos, que nos los han robado o que han desaparecido; Ha sido inútil todo aquello por lo que hemos trabajado tanto y tan duramente durante todo un año. Todo ese tiempo ha sido en vano… Nuestras pretensiones han sido infructuosas, hemos trabajado para que otros recojan el fruto que tanto nos ha costado, sin desvelarse, sin motivarse, sin mancharse tan siquiera sus, por otro lado, sucias manos. No hemos obtenido ni un mínimo reconocimiento por esta labor, a pesar de tan durísimo esfuerzo, se nos ha pagado con el olvido. Según nos dicen “vuestras necesidades están cubiertas” ¿por quién? si se puede saber... Si nos han negado por obra o capricho de un señor o señora todas las reivindicaciones que se han formulado, sencillamente las han transformado en humo. ¡Preguntadle a las personas con discapacidad, preguntadle a sus familias, si han obtenido más ayuda o si ha menguado la poca que tenían!, ¿Ha valido la pena tanto esfuerzo, tanta dedicación, tanto silencio, tanta generosidad por nuestra parte? Es cierto que dadas las actuales circunstancias se esperaba poco o muy poco, sabemos que no es año de leche… ¿pero eso justifica no darnos nada? un cero ¿Y lo poco que creíamos tener, ahora otros se lo llevan? Nuestra alegría se transformó en decepción: es muy poco lo que pedíamos, con muy poco nos apañaríamos... por ello no encuentro motivo para condenarnos a todos a la extinción. Siendo inmensamente generoso y no pensando mal de nadie diré: que han reflexionado, han hecho sus cuentas, han visto que eran inviables,  han rectificado y por ello no nos conceden nada, que esta es una situación anómala, temporal y por supuesto reversible, esto sería expresarlo con mucha generosidad. O tal vez es una cuestión meramente personal; que también pudiera darse el caso: Si es así, que me lo comuniquen, si soy yo quien molesta, quien entorpece la marcha de la entidad, por mi parte no hay ningún problema, tranquilamente me marcho... eso sí, con la frente bien alta y haya aquí paz y después gloria… Pero cebarse en inocentes, no le encuentro lógica alguna, aunque por lo visto ellos sí.  Las razones por lo que hemos luchado durante estos años, como seguramente han hecho otras asociaciones, han sido por: crecer como organización, trabajar por un futuro digno para todos, propiciar la inclusión socio-laboral, luchar contra la pobreza, fomentar la igualdad, en una palabra aprender de todos para convivir en paz, pero sobre todo no juzgar a nadie por ninguna causa... esta ha sido nuestra cotidianidad, una rutina conciliadora, donde hemos crecido como personas y nos hemos fortalecido en valores éticos basados sobre todo en el respeto; hemos vivido un periodo único e irrepetible, y ahora casi sin darnos cuenta nos obligan a retroceder o a desaparecer, a echar el telón, nos condenan al olvido, volvemos a tiempos pasados, por lo que se ve, nunca superados... Pero la vida da muchas vueltas y quizá mañana mismo, sean estas personas, las mismas que hoy nos niegan "el pan y la sal" quienes nos pidan un favor trascendental para ellas, ¿se lo haremos? Antes deben aprender la dureza de la lección que (por suerte o desgracia) a los demás nos han obligado a aprender, la desidia que nos dan sus problemas, nos importaran una....Nosotros sabemos la lección principal que es ¡Cuán importantes son todas las personas y las cosas pequeñas que nos ocurren cada día!
¡Feliz año 2014 Para tod@s!

domingo, 29 de diciembre de 2013

Desesperante




   Al tener conocimiento de palabras pronunciadas o escritas por determinadas personas, a veces, es verdad, que se nos cae literalmente “los palos del sombrajo”, puede que la culpa sea nuestra por haber idealizado en exceso a personas que quizás nunca lo merecieron, les hemos puesto injusta e inmerecidamente en un pedestal… Eran para nosotros sus consejos más que una necesidad, un aliciente para sobrellevar nuestra sofocante rutina… Quizá necesitábamos de creer en alguien, saber que todas las personas  no son corruptas o malas. Iniciamos nuestro día a día, teniéndoles como el ejemplo a seguir… Pero son solo hombres o mujeres como cualquier otra persona normal, sin ninguna cualidad especial, como nosotros… Más hasta ahora no lo eran, sus palabras nos han hecho más daño, porque han matado nuestra fe en la humanidad, esa que creíamos inquebrantable, se ha hecho añicos, ha quedado reducida a polvo o ni tan siquiera eso… Nosotros creíamos que eran  personas “legales”… pero nos han demostrado que todo es mentira, que era solo una imagen construida y diseñada siguiendo el modelo del gusto de la mayoría, con la única y exclusiva intención o finalidad de embaucarnos. Nosotros les otorgábamos una integridad digna de nuestra admiración, que les confería ese aura, ese toque sobrehumano que nos llevaba a la devoción desbocada, a esa de la que nada o nadie, creíamos, nos haría dudar nunca de su honestidad, pero se sirvieron en todo momento de esa confianza, de sabernos justos porque a ellos les creíamos justos y honrados, responsables de sus acciones, que asimismo creíamos que las hacía para defendernos, a todos sin excepción…Hoy, más que nunca, ponemos en duda todo lo que han hecho con anterioridad, debemos de  proclamar esa mala noticia. Hoy más que nunca o tanto como siempre debemos denunciar estas actitudes por viles e inhumanas, por intentar imponer una doctrina de confusión, de divergencia, y desunión. La vida nos recuerda que más vale hechos que palabras, ósea “Mas pan y menos manteles” con esta exhortación se pretende proponer que seamos consecuentes con nuestros pensamientos, que no sean solo bellas palabras pronunciadas en un momento de exaltación e inspiración, pero rápidamente olvidadas. Hay que vivir con absoluta fidelidad al pensamiento que se pretende otros sigan. Es, ante todo, una necesidad que sentimos de manera o forma inevitable, porque sabemos de la dificultad que dicha tarea impone, por ello, les compete darle forma, ponerla en valor con su práctica. Seguramente la culpa es nuestra por haber confiado en ellos ciegamente, nos dieron unas migajas y creíamos que nos daban de comer, no apreciamos que seguíamos con hambre, no nos lo dejaban apreciar… Es por ello por lo que hoy se plantea esas dudas, bueno, esta profunda desconfianza, El valor de la palabra es nulo en contraposición con la acción efectivamente ejecutada, se tergiversa su metodología, cada vez con más frecuencia; nos exigen paciencia, porque a ellos les conviene de hecho, porque ya se han ganado la fama y están durmiendo.  Cuando pase un pequeño periodo nos atacaran con su verbigracia, porque creen que nos pueden engañar tantas veces como deseen, como les fuera preciso. Pero no temamos, porque su ayuda nos falte, siempre nos está faltando. Redescubrámosles de verdad, hagamos posible que se quiten ese disfraz de cordero, que conozcamos su auténtico rostro de lobo feroz, sus verdaderas intenciones… ¿Qué más nos pueden hacer? ¿Con que nos van a amenazar de nuevo? Es nuestra vida, vivámosla nosotros, hagámonos dueños de ella, que la disfrutemos gozosamente, al menos lo mejor que podamos… y anunciémosles a ellos que seguimos sedientos de justicia y esperanza, tal y como siempre hemos estado.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Equilibrio personal


   Comenzando a elaborar un pequeño balance del año, o examen de conciencia como se le solía llamar con anterioridad, uno puede caer en el equívoco de analizar los sucesos acontecidos en este periodo como si fuesen ajenos, vividos por otros, visionados desde la distancia y por ello "tratarlos” con distinta perspectiva, darles una valoración distinta, que puede ser más o menos benigna en función de nuestros actuales intereses. A propósito de evaluar nuestras acciones, por lo que a mi se refiere; he de manifestar que este ha sido un “horrendum anno” que espero no volver a repetir, al menos no de igual modo. Movido, como acostumbro, por la intención de sacar de todo lo vivido, ya fuese malo o bueno, una lectura positiva, debería analizar con frialdad lo acontecido e ir más allá de lo que a simple vista le pudiese parecer a cualquiera, lo que se le transmite, esto le haría dudar de la realidad que con sus ojos puede llegar a vislumbrar, comprobando lo errado de su calificación. En realidad, todos creemos fielmente lo que las circunstancias nos hace que creamos “haber visto o vivido” pero ¿es cierto o es solo una ilusión?, con lo cual ya va ahí implícita una duda razonable para aquellos que se creen en la posesión de la verdad en términos absolutos. ¿Deberíamos andar o deberíamos desandar? ¿Correr o huir todos juntos hacia no se sabe dónde? Parece como si todo se volviera en contra de nosotros mismos, como si nos anunciase que algo perverso, no muy bueno va a acontecer, que nos está acechando en el silencio y la oscuridad de la noche, esperando que llegue su momento, que nos descuidemos para atacarnos... Nos mueve más el deseo de que todo esté bien, que la realidad tangible, palpable… Queremos estar de nuevo gozando de cierta estabilidad económica, emocional, social… o que nos deje simplemente estar físicamente sanos, nosotros y los que nos importan… Pero esta cuestión es, sin embargo, ante la cual estamos más desarmados, en cualquier momento sin esperarlo puede aparecer la enfermedad o la propia muerte en nuestro camino… Que todos somos carne de sepulcro, lo sabemos; aunque en muchas ocasiones, parecemos olvidarlo. No hay que vivir temiendo al encuentro con la muerte, pero ¿quién no le tiene al menos cierto pavor o respeto? A pesar de todo esto, nuestro corazón es vehemente, desborda vida, emoción e inocencia; se llena de gozo, rebosa de amor para compartirlo con los demás… Esto es lo que nos lleva a seguir hacia delante, sin importar que duro puede convertirse este temporal; debemos siempre de avanzar, no se sabe con certeza hacia donde, pero la vida es en sí misma una clara invitación para que nosotros la vivamos en plenitud, a veces con sonrisas, a veces con lágrimas, a veces con satisfacción, a veces con frustración… pero igualmente con un fuerte deseo de encontrar nuestro verdadero destino y esa será nuestra meta final.

martes, 24 de diciembre de 2013

recuerdos navideños


   Siempre cuando llegan estas fechas vienen a nuestra memoria recuerdos que a imitación del afamado “cuento de navidad” de Charles Dickens nos traen las imágenes de lo que fue… recuerdos únicos, maravillosos e inolvidables de esa inocencia de la niñez, recuerdos en los que habitan personas que ya no están con nosotros o personas que salieron de nuestras vidas hace mucho y que seguramente no hemos vuelto a verles, ni a saber de su vida… ellos al formar parte de nuestros recuerdos para nosotros serán por siempre niños, tal y como lo éramos en aquel entonces. Son también recuerdos con un sabor dulce, sabor inigualable de aquellas maravillosas delicias culinarias artesanas que se elaboraban tan magistralmente siguiendo recetas heredadas de nuestros ancestros, elaboradas más con imaginación que con recursos, pero elaborada con un ingrediente especial que les otorgaba ese sabor único "el amor" y además elaborada con ingredientes caseros, ósea artesanos. Son recuerdos en los que por razones de edad éramos tan inocentes que desconocíamos el significado de la palabra egoísmo o de la envidia, no albergamos maldad alguna… recuerdos de unos amigos con los que practicamos la amistad autentica, sana, legal... Recuerdos que ya solo son solo eso recuerdos... pero que es agradable de rememorar, sobre todo en estas fiestas, porque son parte de la magia e ilusión que tiene la fiesta de la navidad. Soy de la opinión de que nunca tiempos pasados fueron mejores, pero en ellos habitan por siempre personas a las que, aunque solo fuese por un minuto, nos gustaría volver a abrazar y eso solo es posible en la navidad. Feliz Navidad a tod@s.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Reflexion en tiempos de Navidad



   Las necesidades que por esta época parecen florecer, no son nuevas, convivimos con ellas todo el tiempo, aunque las ignoremos, están ahí, pero parecemos que no somos conscientes de la gravedad de la situación y por tanto, no presionamos para que nuestros dirigentes comiencen a poner en práctica las medidas que supongan un verdadero alivio a esta penosa situación; nos responderán algunos “eso conlleva consigo elevados costes que harán subir aún más los impuestos”. Pero quedarnos quietos y no presionar harán inviable una decisión adecuada para que adopten las medidas oportunas. Es difícil valorar el coste de la inacción, hasta el punto que sólo muy pocos estamos convencidos de que la acción es indispensable, justo ahora que es  el momento en el que se  está suficientemente sensibilizados y se ve  de forma abrumadora la pobreza y necesidades existentes.  Es cierto que los costes de estas actuaciones son difíciles de asumir, presionados como estamos por los diversos poderes facticos , La CEE, EL BCE; EL FMI, … los hombres de negro, pero debemos de optar entre socorrer a los menesterosos o socorrer a los poderosos… la elección que se ha hecho esta clara como el agua del manantial, no solo por los rescates que se están haciendo (Banca), sino porque a la clase dirigente parece importarle un “güevo“ las necesidades de la población, basta con cumplir con las exigencias exteriores. Y los votantes solo somos los que les otorgamos la legalidad que precisan para llevar a cabo sus traperías.  Es mucho más evidente que todos veamos con nitidez los daños en materia de derechos humanos están haciendo…y luego duermen en paz…Es más, por culpa de nosotros de nuestra tradicional “apatía y despego” que una buena parte de nosotros le es indiferente tal circunstancia. Ése es problema de otros, a ellos no les atañe el tema. La clase política sólo les preocupa hacer los deberes que otros les ponen,  de lo contrario al rincón y con el gorro de “Burro”, en el terreno puramente económico  y social será donde se vea con claridad los costes sociales de su inacción. Y eso es algo  que realmente les debería de preocupar, máxime en un país donde las personas en riesgo de pobreza y exclusión no suelen tener suficiente preparación, ni  siquiera saben cómo funciona la economía y cuáles son los pilares que la sustentan, mucho menos cuales son los que están fallando. Sólo hay que echar un vistazo a nuestro entorno para ver la inacción dominante y apreciar los argumentos  que se nos da para defender tal o cual postura. Las comparaciones son odiosas, pero basta con fijarnos en otros países, como Alemania, a la que siempre se pone de ejemplo, para ver como  la diferencia de acción es abrumadora.  Se puede concluir diciendo que hay una parte de la población que sufre y mucho, que hay otra gran parte que lo ignora y quiere seguir ignorándolo, la culpa de la inacción de las administraciones es de todos, según todos los argumentos habidos o por haber, y eso es cierto. En nuestro caso, ponemos en duda la capacidad intelectual de nuestros líderes políticos para solucionar los problemas derivados de la crisis de una forma satisfactoria para la población en general y para los pobres en particular, Con la ayuda a la banca no se ha producido un incremento del crédito, sino que solamente se ha transformado en una partida para resolver sus complicaciones de liquidez. .Podríamos argüir que la población es cada vez más consciente, es posible, pero mucho me temo que es una ilusión, un sueño si se quiere con el que soñamos algunos y es ver a la gente despertar.

martes, 17 de diciembre de 2013

Tiempo de contrariedades


   Por estas fechas, para algunos es tiempo de gastos desenfrenados, de falsa opulencia, de falsa humildad o solidaridad, de muchísima gula, de despilfarro en el comer, y, gastos inútiles en regalos igualmente inútiles, porque si no regalásemos a nuestros seres queridos o allegados, estas personas no son nada para nosotros (vaya excusa consumista)… y tanta necesidades que tienen otros… nos viene a la cabeza un pensamiento que se repite una y otra vez, “siempre que llueve, escampa…” es esta frase muy socorrida para incrementar una fe ciega en la cercanía del final de la crisis, se repite hasta la saciedad, se utiliza como excusa. Así, se habla, por ejemplo: del final del túnel, de los brotes verdes, de los signos que ya se aprecian… pero en realidad nadie los percibe… De esta manera, una persona queda fácilmente fascinada, confusa e indecisa…. El problema es que no hay motivo para prolongar esa paciencia, ni para lo bueno, ni para lo malo. La fama o el prestigio, que se suponen tienen las personas responsables de buscar y aportar soluciones, quedan en el pasado y se pierde si carece de ideas o respuestas inmediatas. Es lo que les sucede con tanta falacia que diariamente vierten ante tanta necesidad como hay, deben comprender que no solo con buenas palabras o deseos se pone la mesa, se paga hipotecas o gastos varios derivados del consumo diario… nos están diciendo y nos repiten que ya queda muy poco para el fin. Dicho de otro modo,  que pronto se acabaran las penurias, que pronto encontraremos todos un trabajo… ¿Esto quiere decir que la recuperación va en serio? Se puede afirmar que lo hace con todas las consecuencias, que se va a percibir por todos, si eso es así, asumiríamos por bueno todo lo que hemos pasado o sufrido.  Rastreando las palabras que nos han dicho últimamente, podemos apreciar que no representan tampoco un “expediente limpio”. Siempre que se escribe el acontecer oficial, se hablará de la grandeza, de los grandes logros obtenidos... se ocultara por todos los medios los fracasos, todos los abusos…confiando que la memoria colectiva al ser de tan corta duración, acabe por olvidarlos. Esto no es un caso único, basta con buscar en nuestro pasado para encontrar que en la historia oficial no se muestra los fracasos de nuestros antepasados, siempre aparecerá las glorias pasadas, aunque algunas fuesen inexistentes, se olvidaran de anotar las mentiras, los desengaños y a los fracasados,  o se les hará referencia muy de pasada… Los problemas siempre se eluden y nunca se les otorga una solución factible y duradera… Los culpables somos todos pues es más fácil para nosotros vivir en la luna, que ver la dura realidad que se observa al tener los pies en tierra.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Motivos para la Conmoción personal


  En algunas ocasiones debiéramos conmovernos y lanzar un suspiro, no de alivio sino de indignación… En esta sociedad moderna se peca demasiadas veces de impaciencia o nos domina el inconformismo exorbitado, pero siempre pecaremos de ser unos desagradecidos. Nos creemos merecedores de todo derecho, pero carentes de toda responsabilidad, que nos lo deben servir en bandeja, sin causarnos a nosotros ningún trastorno, vamos sin despeinarnos, sin preocupaciones... y a pesar de ello nunca estaremos contentos ni satisfechos; nos quejamos, la mayoría de las veces de “vicio” e incluso nos atreveremos a exigir responsabilidad a quien creamos que no ha cumplido, lo que estimamos, su obligación. Le abroncaremos, le echaremos toda la culpa de nuestros males. Hasta que digan basta, hasta que les hastiemos con nuestra actitud egoísta, no vale solo con observarles, hay que agradecérselo, su actitud es la propia de las personas de bien, ¿y la nuestra? Sus ilusiones se incrementan ahora por esta época, por Navidad. ¿Hemos pensado alguna vez en ellos? y nos hemos preguntado ¿Y Porque?; ¿nos lo merecemos acaso? ¿No será que nos quejamos demasiado para encubrir la ausencia de estímulos propios? La ayuda que nos ofrecen es incondicional, fluye al encuentro del necesitado, pero no para que se lo agradezca, no es esa su motivación, tras ella se esconde todos unos valores y una manera de interpretar la vida. Algunos tenemos miedo de dar el primer paso, a otros, incluso, les molesta que existan personas dispuestas a dar ese primer paso, a ofrecer esa ayuda. ¿A qué grupo pertenecemos nosotros? Podemos ser indecisos, pero ¿Por qué rehuimos? ¿Por qué esta falta de compromiso? La única explicación aceptable es por ceguera. Por tanto, hagámonos un pequeño favor personal, para que nos podamos sentir, actuar, entender, definir como personas… y así lograr al menos intentar socorrer a los más necesitados. Cuando las personas nos proponemos alguna meta, no existe obstáculos que nos haga tropezar, así mismo, no habrá excusas o falsas justificaciones. No se debe culpar a nadie en particular, por nuestra inacción, todos somos culpables, todos somos inocentes; pero no por ello debemos aferrarnos a seguir con la misma actitud, ósea igual. La pobreza por muy extrema que sea, nos reprocha a nadie nada. ¡Todo lo contrario! carga sobre si sus necesidades, toda nuestra dejadez, como si fuesen culpables de ser pobres. Entonces, ¿Por qué le tenemos tanto miedo?; ¿de verdad creemos que nos vamos a justificar con excusas tontas? La entrega a la ayuda a los demás es la verdadera señal de humildad, aprendamos a vivir a través de ella, sin miramientos, pero con sumo cuidado de no ser tomados por idiotas, el ser humilde no es sinónimo de idiota y habrá que dejarlo claro desde el principio.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Cuestión de conciencia


   Ciertamente, que a veces sin darnos cuenta nos comportamos como un padre o madre exigentes, porque nos preocupa la situación de nuestro entorno, pero esto no significa que seamos perversos para con ellos. Cuando les exigimos más responsabilidad, más compromiso es porque sabemos que pueden hacerlo, crecer como personas, asumir responsabilidades. El único requisito es colaboración desinteresada. Se puede sufrir por agotamiento, pero también se puede gozar y disfrutar del trabajo bien realizado. La humildad hacia los demás nos libera de una pesada carga y ensancha nuestro punto de vista sobre cuestiones vitales. Por eso, debemos aceptar nuestro compromiso, de renunciar a ser nosotros lo primero, a las metas personales que solo sirven para hacer crecer el ego y matar nuestra fidelidad. Aunque, en ocasiones nos cueste de obrar conforme a nuestra conciencia, incluso a pesar de los “bajones” de ánimo que ocasionalmente nos pueden dar, debemos sobreponernos para cumplir siempre con el compromiso que hemos adquirido en uso de nuestra libertad, con ello lograremos llenarnos plenamente de satisfacción. Ocurre, a veces, cuando después de un día largo de mucho trabajo, donde los problemas nos asedian y no paran de crecer o generarse otros nuevos.. suele ser este, un día agotador, que acabaremos completamente cansados, pero al acostamos notaremos una sensación interior de satisfacción, de paz…No se cambiaría esa sensación por nada de este mundo…fue ese día, uno, donde hubo algunos instantes de intenso desbarajuste y confusión, donde los objetivos nos pusieron a prueba con gran resistencia, pero al final terminamos por vencer y todo, por cuesta arriba que se nos hiciesen, al final conseguimos que se rindieran a nuestros pies. Se pasaron unos momentos angustiosos, penosos, pero una vez logrado nuestro propósito, enseguida se olvidan, sobre todo cuando se comprueba que ha merecido la pena... Después, conciliamos el sueño en paz y contentos: Al día siguiente, se comienza con nuevos bríos, no nos encontramos para nada cansados, pero si, con la suficiente fuerza para enfrentarnos a nuevos retos o a las dificultades diarias de costumbre.  No obstante, otras noches nos sucede lo contrario, seguramente será motivado por un problema grave que no pudimos resolver, que nos preocupa en exceso, tanto por no haber encontrado una solución viable que nos satisfaga a todos... nos obstinamos demasiado, pensamos si no encontramos nosotros la solución para este problema nadie lo hará. Pero debemos recordar que solo tenemos la condición de "voluntario” de colaboradores, nunca de salvadores, esa será misión de otras personas que tienen el poder y disponen de recursos para ello. Más a pesar de este razonamiento lógico, nos vamos a la cama, que no a dormir muy preocupados... Todo ello nos viene a recordar que con solo la voluntad no basta, hace falta algo más... pero no está en nuestras manos, no tenemos una varita mágica que de un plumazo solucione y haga desaparecer el sufrimiento, el dolor, la pobreza…No se puede por ello martirizarnos, haremos bien en descansar, coger nuevas fuerzas,  muchísima confianza, pensar solo en ayudar a los que buenamente podemos y dejar de angustiarnos por la quietud que tienen los que sí podrían, si quisiesen, ayudar; Allá cada cual con su conciencia.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Estudios orientativos


   Existen personas o personajes a los que se consideramos sabios y experimentados, doctores en su materia. A veces, podemos pensar que en estos tiempos que vivimos, no son necesarios, no se necesitan de la elaboración de sofisticados estudios para que nos sirvan de referencia para la obtención de las conclusiones adecuadas que nos sirvan de guía en la ejecución de proyectos. Pues hemos de decir que debido a la ausencia de esos estudios, han fracasado frecuentemente muchas acciones. Pero ¿que nos pueden enseñar que no conozcamos ya? ¿Que nos queda por aprender? Utilizando una lógica sencilla, nos queda todo un mundo por comprender, entender y por supuesto de aprender, ya que las circunstancias sociales evolucionan todos los días, ósea son extremamente cambiantes, como también cambian las personas encargadas de su elaboración, control, ejecución y sobre todo, cambian las personas a las que se dirige estas acciones. Esta reflexión nos lleva repetidamente a replantearnos los caminos que se han de seguir, las metas u objetivos a alcanzar, manteniendo como objetivo general que coincidan las necesidades de las personas propias de la intervención, con los objetivos específicos que nosotros pretendemos y al revés. Con esta actitud percibimos los esfuerzos, a veces sobrehumanos que se realizan para lograr de estos objetivos marcados, una realidad deseada. Lo que queremos es algo bueno, pero para todos, más no es suficiente solo con esto, nuestro empeño ha de ser la base de una intervención completa. Y por ello se comienza con el estudio de las necesidades del sector social donde se ha de realizar esta acción.  La fuente de nuestra perspectiva ha de ser siempre un estudio completo y sofisticado de la realidad social, del motivo de la intervención. Sucede que algunas veces nuestra acción o nuestro interés pueden trasladar la visión de ser puramente oportunista y temporal, esta imagen se da precisamente por ignorar las necesidades globales e ignorar lo que les conviene más. Pero, corremos el riesgo de no ser tan diligentes y rápidos como pretendíamos, al prestar la ayuda donde realmente hace falta, o acudimos a destiempo, demasiado tarde, punto este fundamental, si queremos que todo tiempo sea bueno para el encuentro sincero con las personas necesitadas. Esto nos recuerda que no podemos descuidar a nadie. Y, si es preciso, echémosle un pulso a los impedimentos, a las excusas que nos dificultan nuestro caminar. Deberíamos de repetirnos a diario "soy yo quien también necesito eliminar todos mis prejuicios, compartir mi tiempo, mis comodidades, elaborar un estudio de mis prioridades", comprobar si con esas ocupaciones nos queda algo de tiempo libre, eliminar de nuestra mente las suspicacias, las desconfianzas hacia los demás, que son sobre todo un obstáculo para abrirnos la puerta a la colaboración con todos, pero para ello hemos de comenzar por un riguroso auto-análisis, un estudio sobre nosotros mismos, ver nuestras carencias, formarnos y ponernos manos a la obra.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Recordar es volver a vivir



   Cuando ya llevamos un tiempo advirtiendo de la pobreza y desesperación, de la falta de motivación para combatirla. Hemos verificado que una de las principales virtudes que se debe de mantener es la esperanza. Pero no mantenerla de una forma pasiva, “nadie va a llegar llamando a nuestra puerta con la solución para nuestros males” debemos movernos nosotros y no estar como quien espera a que pase el tren, y si ya ha pasado ¿Qué? Nuestra esperanza debe estar más activa, que se aprecie que nos movemos con disposición, poniendo por nuestra parte toda “la carne en el asador”, si así fuese preciso. Lo que sea necesario para que podamos renacer, cual ave fénix, de nuestras cenizas, que brille esa confianza, que aún conservamos en la humanidad, de nuevo en nuestros cansados y sufridos corazones. Pero hemos de tener mucho cuidado de no caer en el conformismo, obtener solo pan para hoy y callarnos  ¿y para mañana? ¿Quién esperamos que nos lo de?, debemos comenzar por descubrir qué es lo que específicamente la sociedad espera de nosotros. También nosotros, los que no tenemos carencias, estamos llamados a predicar con el ejemplo, seguir en el camino de la justicia, aunque estemos de ella saciados, satisfechos…. Ojalá que, aún en esas condiciones de ventaja, sigamos escuchando la voz de los que piden justicia social y quieren ser reparados por ella, son en la actualidad “la voz que clama desde el desierto” por ello no debemos olvidarles, nuestro camino ha sido y es ése, sigámoslo pues. Teniendo en cuenta que siguiendo cada uno su senda, más pronto que tarde se volverán a cruzar nuestros caminos, en un punto común para todos. Hemos de confiar que nosotros, seamos capaces de superar los obstáculos, en las muy diversas circunstancias que se nos pueden presentar a nosotros o a nuestro entorno (buenas o malas), debemos de responder con la suficiente convicción de querer poner fin a esas dificultades…seguir siendo fieles a la vocación de servir a los demás, nuestra misión será de dar esperanza, aliviar en la medida de lo posible los males que acarrean consigo esta crisis. Esta situación requiere de nosotros que seamos paladines de los más necesitados, que nos enfrentemos con aplomo a la situaciones de exclusión social, sea por los motivos que fuesen: por paro, por dependencia, por discapacidad, por enfermedad, por drogas…etc. En estas fechas tan señaladas que se avecinan, también encontramos mucha gente desorientada que no sabe dónde acudir para prestar su ayuda y a otra mucha desesperada, porque desconocen donde acudir para que le ayuden… Algunas de ellas se sentirán, así mismo, avergonzadas porque hasta hace, como quien dice, dos días vivían en la opulencia y ahora, por causas ajenas a ellos, por esta crisis, se ven en la miseria. Pero ser pobre no es una deshonra, ni pedir ayuda te hace merecedor de ningún calificativo de menosprecio, no eres peor persona… todos estamos necesitados, cada cual de cosas diferentes… Se tiene sed de justicia, hambre de solidaridad, de respeto, de paz, de confianza… Debemos alzar la voz, no solo por nosotros, sino por todos los que carecen de lo más básico, ser nosotros sus portavoces. Es esta una misión de todos y por todos. Si somos conocedores de las flaquezas y sabemos donde existe más miseria y necesidad, apoyemos a toda persona que se implica en su erradicación, con nuestra presencia constante, con lo que fuese menester… que no se sientan nunca solos, abandonados y estemos todos contentos de compartir lo poco o mucho que tenemos, pues según se dice “las penas en compañía son menos dolorosas” a ver si es verdad y todos nos transformamos en copartícipes de la eliminación de los prejuicios que existe sobre determinados sectores sociales y con nuestra actitud colaboramos para la plena inclusión e integración social.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Algunas aclaraciones



   Ante las crecientes dificultades económicas que día a día van demoliendo el llamado estado del bienestar, cabe preguntarnos ¿Somos parte del problema o de la solución? somos la causa por vivir por encima de nuestras posibilidades, o lo somos por consentir tanta corrupción y pillaje. Nos basta y es suficiente con observar y analizar las señales que se nos muestran y reconocer por ellas la necesidad del cambio radical de actitud que la sociedad requiere. La situación es muy dura y difícil, solo con que detectemos las grandes carencias económicas y sociales que desgraciadamente existen en nuestro entorno, bastara para que nos confirme su gravedad y, para que fijemos nuestra atención en todo aquello que permanece ante nuestros ojos oculto o que nos negamos a percibir... Para saber la auténtica realidad de lo que acontece, no necesitamos mirar a un horizonte lejano, está más cerca de lo que muchos quisieran o algunos pensamos. Según nos cuentan la economía ha empezado a mostrar signos de crecimiento, ha comenzado “a brotar”, pero el árbol, que nos representa, se ha secado, ha sido cortado, transformado en leña, en carbón tal vez, pero se ha quemado…y sus cenizas se han esparcido al viento, entonces ¿Cómo brotara? No hay indicios que el lugar del árbol sea ocupado aunque solo fuese por plantas con flores, ni tan siquiera por cardos o forraje, La tierra se ha transformado en yerma…  ¿qué es lo que puede surgir aquí? Como se puede anunciar una verde y florida primavera, si sigue siendo el invierno y se muestra con toda su crudeza… Imposible, con “esta climatología” que algún otro árbol "comience a brotar". Hay que ser realista, poner los pies en el suelo... hasta que no llegue a todos la llamada bonanza, no se puede anunciar el fin del frío invierno, mucho menos lanzar la idea que se nota el calorcito y la proximidad del cálido verano, como si fuese esta, una señal de inmensa plenitud, heraldo del fin de las dificultades y de las penurias que acompañan a esta maldita crisis. Cuando se aprecien esas señales claras e inequívocas, sabremos qué será de veras el final del largo túnel en el cual se lleva seis años de durísima travesía. El final, ni se le ve, ni se le puede oír, porque carece de voz, ni tiene, tampoco, un rostro con el que le podamos identificar. Será solo apreciando signos inequívocos de la cercanía del final los que nos muestre con una evidencia clara de veracidad, que supuestamente viene la prosperidad a nuestro encuentro o viceversa. Se le debe reconocer el triunfo en la guerra contra la recesión, pero cuando sea cierta. También exigimos que no nos mientan para apaciguarnos por medio de falsas promesas que dan un sentido nuevo a sus acciones, y estas deberían ser analizadas para comprender, si es posible, las verdaderas razones de su incumplimiento, que nos explique porque no se han puesto en práctica, y esa explicación no sólo habrá de ser escuchada, si no también cuestionada. No se debe correr el riesgo de olvidar las promesas o de malinterpretar la justificación de su incumplimiento, ni hacerlo de una manera personalizada o desde el rencor. Seria esta una imagen que describe un comportamiento insensato por nuestra parte, que no lleva a ningún lugar, pues si se les otorga credibilidad, esta acabaría en un nuevo fracaso y la decepción que le acompaña después de un esfuerzo largo y penoso, seria tremenda, máxime cuando creíamos que serviría para acelerar la recuperación, debemos aprender a anteponer los fundamento sólidos, cuyos cimientos provengan del esfuerzo común y solidario, a  llevar a la práctica promesas inverosímiles y difíciles de poner en marcha. Nuestros valores deben comenzar y acabar con deducciones correctas y veraces, de las cuales se puedan extraer verdaderas conclusiones, que nos sirvan para hacer un riguroso examen de conciencia. No se puede confundir el regocijo de haber obtenido un signo de mejoría, con el final de la guerra, aún nos quedan otras arduas batallas, para vencer, esperemos  que nuestra salud no nos falle y caminemos aunque sea con dureza pero con la cabeza alta, con la dignidad intacta hasta el fin de nuestra vida.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

En buena Compañia


   En  nuestro pueblo o ciudad, a nuestro alrededor, hay personas que viven en la más estricta soledad, nada de esto es novedoso, pero están solos no porque sea ese su deseo, sino porque además se encuentran enfermas, encamadas unas, indispuestas otras, más todas ellas en situación de dependencia, lo más habitual es que se encuentren, además, relegadas al olvido, nadie nos acordamos de ellas. A causa del ritmo estresante que llevamos y que es descrito con precisión por el estrés persistente en nuestra rutina. No tenemos tiempo para nada, ni para nuestra familia , menos para los amigos, que triste es decirlo, todo el tiempo lo tenemos planificado, ocupado por las obligaciones que nos impone nuestra labor, quien tenga la suerte de aún conservar su trabajo, que con la que está cayendo… Vamos recorriendo esta vida sin descansar, sin tomarnos un instante para reflexionar… no nos acordamos de aquellos que, por razón de su enfermedad, de la vejez o de cualquier otra circunstancia, están relegados a un estado de total o parcial dependencia… quedando, por tanto, al margen del  acontecer social: eventos culturales, familiares… actos de la vida diaria; no pueden seguir ese vertiginoso ritmo de vida que nos impone la sociedad moderna, están condenados al olvido social, como si fuesen muertos en vida. Sin embargo, nos debemos de cuestionar ¿Cuánto y que podemos hacer por ellos? Es esta una pregunta simple, que tiene también una respuesta sencilla, pero que requiere mucho compromiso social “Mientras exista vida, habrá esperanza” No se puede, ni se debe olvidar a estas personas, solo por estar postradas en su lecho, como si solo aguardasen la llegada de su fatal desenlace… Pero todavía están vivos, aún nos necesitan y siguen esperando la visita de alguno de nosotros, de sus familiares, de sus conocidos... "solo la visita"… sienten ese vacío que les provoca la soledad, están faltos de compañía. Podemos auto-engañarnos justificando que carecemos de tiempo, que no le podemos dedicarles ni cinco minutos al día. El dependiente agradece hasta el infinito, a todas las personas que si le dedican ese poco de tiempo, por su atención, por su ayuda… les demostrara un gran aprecio y gratitud. Por esto, motivados por este agradecimiento, efectúan un esfuerzo extraordinario  para causar la menor molestia posible, para hacerle grata la estancia a su "visita", esta actitud se fundamenta en la esperanza de no causarles mala impresión y esperanzados en que esa visita vuelva otra vez; quiere ganarse su amistad, su confianza…hacer méritos para que repitan pronto esa visita; pero a la vez reivindicar su dignidad como persona, es este sentimiento quien le ayuda a vivir con compostura cada día en esa situación de dependencia... Reconoce la flaqueza de su espíritu, anímicamente no está bien; reconoce, también, la torpeza de sus movimientos, su falta de motivación y autoestima... ahí es donde entran las personas voluntarias, con la llamada “visita”, se pueden ganar su confianza, solo si se acercan con cordialidad, sin recelos, sin escrúpulos a nada, si se empatiza con ellos, si su actitud además de desinteresada, humilde… se transforma en un sentimiento de asertividad hacia ellos. Así se podrá sentir la vida bajo la visión de la persona en situación de dependencia o impedida. Se les dará motivos suficientes para seguir luchando por vivir, para no sentirse olvidados e inútiles, para apreciar que si hay alguien a quien le importa su situación; teniendo además, cierta expectativa de que lo que le quede de vida será digna. Le reconciliaremos con la sociedad y a la sociedad con ellos; que sientan por fin esa sensación de paz interior. Solamente puede provocar estas sensaciones aquel que da el poco tiempo que dispone, pues reconoce la debilidad emocional, social, espiritual... que la situación de soledad de estas personas le provocan y es capaz de darse cuenta de que en la vida no todo  es trabajo, sino hay que dedicar parte del tiempo a la familia, a los amigos, sobre todo a los que están solos e impedidos, apostando en ello, todo el énfasis que fuese preciso, Acercándose con suficiente confianza a aquellas personas que  le reclaman un minuto de su preciado tiempo, que le requieren una pizca de su atención. Hagamos, pues, que cuando ejercitemos esta entrega, demos esa compañía tan solicitada, sin condiciones previas, porque quizás seamos nosotros los que más necesitados estemos de ella.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Tiempo de analisis


  Todos necesitamos de la colaboración de las demás personas, si lo que se desea es avanzar, no solo socialmente, sino para el desarrollo de la propia personalidad. Es imposible plantear cualquier propósito o idea, por muy insípido e insignificante que fuese, si no se cuenta con los apoyos necesarios… Cierto que hay personas que andan por el mundo provocando con su actitud desafiante a todos los demás, buscando litigios inexistentes, fomentando la  divergencia, provocando la desunión… para después intentar apaciguar a todos, proclamándose “el pacificador”, quien unifica a todos en un mismo destino o fin. Nadie advierte a este tipo de personas del peligro de desbandada que provocan al utilizar su perversión moral solo para su beneficio personal, de esto presume, de ridiculizar a cualquier otra persona, del uso y abuso del sarcasmo… siendo en realidad infame y ruin. Cuanto más cercanas sean esas personas a su entorno socio-laboral, peor será la consideración o el trato que les dispense; ¡maldita confianza! Posteriormente, con pedirles perdón, solo si las circunstancias le obligasen a ello, lo considerara suficiente. Pero si de verdad lo quiere, debe de comenzar por cambiar de actitud, que acabe con esa prepotencia, “que se baje del caballo”… De otro modo, no se le debe consentir sus impertinencias... no se le puede perdonar, pues si tiene la oportunidad lo volverá a hacer. Estas dudas van contra nuestras reflexiones habituales, solo el hecho de desconfiar de alguien, lo corrobora, no es nuestra forma de proceder o pensar. Lo idóneo, bajo el prisma de nuestra mirada, sin caer en la estupidez supina, es que estuviera siempre dispuesto a colaborar, aunque solo fuese a acompañar, en vez de dedicarse a meter cizaña... debería ayudar siempre, en la medida de sus posibilidades, con una moral alta, contagiando entusiasmo, para que todos recibamos esa energía positiva; esa sensación de bienestar que se percibe cuando se presta auxilio a los necesitados. Deberíamos ser meticulosos y tenerlo todo planificado, hasta en los detalles más pequeños… La vida está llena de esos pequeños detalles que, paradojicamente, la hacen grande... muchos proyectos fracasan, precisamente, porque se han descuidado los “detalles más sencillos y elementales”. Para que se obtenga un éxito rotundo, para que nuestro esfuerzo no sea vano o superfluo, no basta con desearlo, hay, sobre todo, que estimular la colaboración e implicación de los que forman parte de nuestro equipo. Esto es así de sencillo, si se cuenta con personas motivadas, emprendedoras y trabajadoras, el proyecto tendrá el éxito garantizado… pero si se está rodeado de gente desmotivada, pesimista, perezosa… ¿Cómo nos pueden estimular al éxito? Ellos que carecen de ganas,  de fortaleza física o moral, no tienen el suficiente coraje para llegar a la meta, para conseguirlo, ni quieren tenerlo… Es más, su efecto es nocivo, a la vez que contagioso, desmotivándonos al resto, nos conducen hacia el fracaso, y luego nos dicen una y otra vez “te lo advertí”... Lo más conveniente para todos nosotros es concienciar a aquellos que quieren realmente implicarse en la consecución de nuestros proyectos, tratarlos con exquisita amabilidad, incluso a aquellas personas que su actitud nos cause cierto "reparo", “nos hagan los mandaos de lejos”, en una palabra, que no nos caen bien sus formas de proceder... más si ofrecen su ayuda, habrá que aceptarlos y contar con ellos. Tampoco debemos ser condescendientes en demasía, "ni comulgar con ruedas de molino"solo como única finalidad de agradar a todos, es misión imposible. No debemos esperar de nadie nada extraordinario, pero si ser conscientes de que no todos tienen la misma disposición para el compromiso social, ni debemos esperar recibir el mismo trato o firmeza que nosotros ofrecemos. Tenemos, así mismo, que ser conscientes del hecho que en algún momento debemos “cambiar de aires”, formar un nuevo equipo con otras gentes, en otros lugares, con otras motivaciones… Nos resulta muy difícil solo el imaginar un nuevo comienzo, pero es muy necesario, si queremos conservar la frescura e inocencia, ese espíritu inconformista que nos hace implicarnos cada día en la lucha por alcanzar la justicia social. Sólo tenemos que analizar los resultados de los proyectos que hemos realizado, los lazos de amistad que hemos creado y sobre todo la cimiente de esa justicia que hemos sembrado en el corazón de la sociedad.

jueves, 28 de noviembre de 2013

reflexión sobre el 3 de diciembre


   Debemos de prestar más atención y apoyar la invitación que constantemente hacemos las personas con discapacidad al resto de la sociedad, para que efectúen una reflexión amplia y profunda que debe ir más allá de la inclusión social. Es esta una exigencia común, pero a la vez es un derecho adquirido, se reclama de manera incisiva y a veces rayando lo inquisitorial; aunque se reclama año tras año durante estas fechas, concretamente el 3 de diciembre. Estas reivindicaciones apenas son escuchadas, no conmueven como seria nuestro deseo a la sociedad. Si lo hace será únicamente durante este día y algunas veces, sospechamos, que lo es solo para hacerse la foto de cara a la galería… Más estas reivindicaciones se deben clavar en lo profundo del alma de cualquier persona con un mínimo de sensibilidad… por lo justo que sería su aplicación; debemos ponernos en los “zapatos” de cualquier persona con discapacidad, sentir la herida que corroe su alma al sentirse despreciado, marginado. Por solo esto sería un motivo suficiente para hacernos reflexionar ¿Por qué es tan importante para las personas con discapacidad la inclusión socio-laboral? ¿Por qué se repite una y otra vez las reivindicaciones y se hace depender la decisión de inclusión social del justo y correcto ejercicio de los derechos y deberes de toda la ciudadanía? La respuesta es demoledora, pero sincera… porque nadie, salvo los familiares y tal vez, un pequeñísimo círculo social, ni les motiva, ni les preocupa la situación de desventaja que padecen las personas con discapacidad y el incumplimiento de los derechos que tienen reconocidos. Pecaremos de impertinentes, quizás, a algunos les parecerá mal nuestro proceder por causa, tal vez, de nuestra obstinada insistencia…Pero ocurre que en  demasiadas ocasiones dan a estas peticiones una respuesta plagadas de muchas contradicciones y a veces inverosímiles y difícil de creer. Nuestras peticiones se deben efectuar y repetir hasta hacerlas realidad, hasta la consecución de nuestros fines. No nos pueden negar ese derecho, ni arrebatarnos los derechos adquiridos “con alevosía y nocturnidad”. Los que luchamos a diario contra los auto-denominados “hostiles a la inclusión social”, los que peleamos con brío y garra en esta “bellísima causa de paz e integración”, sabemos además lo que mueve a la vida asociativa... en las entidades de discapacidad; no nos resignamos a contemplar su total destrucción. Nuestra lucha es como una flor hermosa pero con espinas, es un camino durísimo con innumerables dificultades. De ahí la fortaleza que se transforma en virtud para convertir nuestros buenos propósitos en una realidad tangible, intentando evitar que terminen siendo, estos objetivos inoperantes e infructuosos. La paciencia, de la que hacemos gala, forma parte del hecho de adoptar  esta inmensa posición de denuncia pública… pero, a la vez, nos estimula para tener el aguante suficiente, para tolerar con resignación las numerosas injusticias a las que la sociedad nos somete con demasiada asiduidad. Por ello, la constancia nos confiere una visión particular de la vida que nos otorga esa libertad del uso de la propia imagen, la posesión de ese yo interior queda reflejada en nuestros actos, y al mismo tiempo se transfieren al entorno social. Las promesas que, normalmente se nos hacen, no deberían estar destinadas a convertirse en papel mojado. Y esto es así, porque quizás, somos demasiados conformistas, demasiado mansos.... Pero es la fuerza de la razón la que nos obliga a cada uno de nosotros a pedir esa oportunidad, tantas veces deseada, tantas veces negada. Es decisión nuestra la no aceptación de la quietud como norma general, cuando se ésta, como nos sucede a la mayoría de las personas con discapacidad, en grave riesgo de pobreza y exclusión social, hecho contrarío a cualquier tipo de lógica… Se padece marginación, estamos además condenados al paro, nuestro destino está vinculado, en un primer momento a nuestra pobre formación.  Sólo una pequeña minoría, y gracias a las entidades de discapacidad, están presentes en el mercado laboral; porque una vez que se ocupa un puesto de trabajo, se libera la desbordante “capacidad” y la constancia que suelen desarrollar las personas con discapacidad, se derriban muros y falsos conceptos de la realidad laboral de las personas con discapacidad. Se debe comprender lo difícil, para nosotros, del duro camino  que supone lograr la integración laboral., por ello pedimos la solidaridad y comprensión de la sociedad. La energía que se desprende, la autoestima que se aprende con tanta paciencia, hay que perseverar mucho, ciertamente, más que los llamados “capaces” o  por el contrario sumirnos en una vida de resignación y resignarnos a la caridad de los demás. La inclusión social para nada tiene que ver con maneras de actuar o modos insostenibles, ni es ningún héroe aquella persona que logra salir de esta lacra social que es la marginación. Mucho dolor y sufrimiento forma parte del currículo de cualquier persona con discapacidad… Se debe promover, `por lo tanto, para con nosotros un estímulo positivo. Nadie entiende mejor estas necesidades vitales de las personas con discapacidad que sus asociaciones, si intentamos ayudarles e integrarles en nuestras vidas…ello nos ayudará también a comprenderles y hacerles la vida aunque solo sea un poco más fácil.
   

martes, 26 de noviembre de 2013

¿Perdida de tiempo?



  Siempre que escucho aturdido la insensible advertencia del tipo de vida que llevamos, que según ellos, no nos corresponde “vivir por encima… “no podemos menos que escandalizarnos. Esta vida de "lujo" que supuestamente llevamos me recuerda muy mucho a la opereta Evita “es solamente un disfraz, las reglas del ceremonial…”, sin duda, nunca nos observan cuando la inmensa mayoría de los días los dedicamos a los demás, o, en mi caso, me quedo en casa escribiendo, leyendo, reflexionando, planificando, elaborando proyectos... mientras ellos, los que critican, están a vivir la” dolce vita”. Yo me pregunto, antes de que me lo pregunte alguien ¿Qué beneficio saco o sacamos de todo esto? Económico, que se sepa ninguno, o al menos aún no se ha apreciado mejoría alguna, más bien lo contrario; social, aún menos pues se sigue en la misma posición social, cuando no viva con más penurias, si ello es posible, motivada por la derivación de la crisis económica; intelectual tampoco, sigo igual de estúpido o de inteligente (cada cual piense lo que quiera)... ¿Y entonces? El hecho de dedicarnos a actividades de índole voluntaria nos sitúan en las antípodas de las tesis materialistas que predominan en la mentalidad de ahora, ósea nos sitúa en la lucha por el “avance social y económico de la humanidad” denominada “cultura de la transmisión absoluta”, si así se prefiere llamarla, en una imparable y constante evolución, pero ¿Desde dónde se parte? ¿Cuál es el destino? Eso nadie lo puede saber con absoluta certeza, a excepción, en último término, de una supuesta clase dirigente que usurpa el destino de todos, moldeándolo y manipulándolo a su antojo, y tergiversan la realidad para que veamos lo que a ellos les interesa. ¿Cómo se atreven a hacernos ver lo que a todas luces es inexistente? Se aprovechan de nuestra inocencia, de la precariedad laboral imperante, de una ausencia de interés por nuestra parte, de un desinterés para razonar los sucesos del tiempo presente, de ausencia de planificación y diseño del futuro más inmediato… ¡cualidades, por otro lado que son propias de la condición humana! Nosotros, escuchamos a todas las personas con necesidades, sus palabras son para nosotros un reclamo de justicia social y, haciéndolas muy nuestras, las maduramos, elaboramos un programa de actuación, más o menos eficaz y viable..., más entonces surge el eterno problema “la financiación”; si alguien la ofrece, supuestamente de forma altruista y desinteresada, debemos escuchar la voz de alarma interior, la voz de la experiencia que nos advierte “Desconfiad de ellos, por principio, no os dejéis embaucar”. No sería la primera vez que alguien que se las da de “espabilado” quisiera utilizar una organización sin ánimo de lucro en beneficio propio, no necesitamos ayudas de este tipo, no está en venta nuestra alma, y menos a un precio tan bajo...sabemos, por malas experiencias, de muchas veces que se ha querido utilizar a las personas voluntarias para intereses personales o políticos, camuflándolos, eso sí, de interés social o general, de falsa intención de colaboración en la solución de problemas sociales urgentes… La verdad, que son muy pocos estos casos, pero hacen mucho ruido, y amedrentan a las personas voluntarias, dando como resultado el desprestigio y la desmotivación de todos aquellos que hacemos del servicio a los demás nuestra razón de ser… Se puede afirmar que son muchos los que sinceramente, hacen del servicio su interés para su realización como persona, y con una lealtad destacable; a ellos, ¡sí!, hay que escucharles su voz, sus propuestas. Y en este caso, la experiencia también será quien nos verifique lo correcto de la decisión de integrarles en el equipo. Lo cual significa, por un lado, que disponemos de un tiempo extra: de planificación, de ejecución para el desarrollo de las acciones, contamos con esta inestimable ayuda. Por lo tanto, conviene aprovecharla; y, por otro, en cualquier caso, si se reciben bien, se les da el trato correcto, si se le facilita su labor, cundirá el ejemplo y será una publicidad muy positiva...Transcurrido un tiempo prudencial,  se podrá valorar el impacto social de su trabajo, que ahora sería imposible realizar. Si es positivo, esto nos estimulara y dará ejemplo a muchas otras personas que necesitan de un estímulo exterior para decidirse a actuar, en otras palabras para que, con su ayuda, con su ejemplo y con su perseverancia hagan de esta sociedad, una más digna, igualitaria e inclusiva y todo gracias a su actitud de incondicional entrega para mejorar a la sociedad, Démosles pues, las gracias por dedicarnos ese precioso tiempo, por no "malgastarlo" en otros hobbies,  por ser ellos la esperanza y luz de una sociedad con valores en claro retroceso.
  

lunes, 25 de noviembre de 2013

Día de lucha contra la violencia de genero hacia las mujeres


   Podemos pensar que la vida ha evolucionado mucho, que ya no vivimos en las cavernas, craso error por nuestra parte… Casi a diario abren los informativos o sale en la portada de los periódicos la denominada “violencia de género” y sus funestas consecuencias: Cómo padres y madres nos correspondería educar a nuestros hijos en materia de igualdad, sin fomentar roles machistas, que imperan desde siempre y se mantienen en la actualidad. Todos esperamos que nuestros hijos no sufran estos “episodios” de violencia, ni como víctimas, ni mucho menos como verdugos… pero ¿qué podemos hacer? Para que se les motive con éxito, para que reflexionen sobre sus terribles consecuencias y les muestren el efecto terrorífico, desastroso y perverso, en definitiva las secuelas físicas, psicológicas y sociales que provoca el ejercicio de este tipo de violencia. Todos esperamos que la violencia de género acabe de una vez, sobre todo, lo deseen las personas víctimas de ella, sus familias y todas las personas de bien. No solo por gritarlo y repetirlo hasta la saciedad acabaremos con ella. Sabemos que solo hablar del tema es insuficiente, pero aún tenemos fe en que la lucha que se lleva a cabo diariamente surta sus efectos y se acabe con este tipo de lacra… también tenemos confianza ¡ojalá fuera cierto!, de algún día, no lejano, no volver a lamentar ningún nuevo crimen por esta causa.  Solo si somos persistentes tarde o temprano se le vencerá… Cuando se comprenda que las personas no somos propiedad de nadie, sino iguales en derechos y deberes con la misma responsabilidad u obligaciones, se habrá dado un paso hacia delante. Sabemos que queda mucho por hacer, demasiadas conciencias por limpiar, nada puede justificar la violencia de género, que se puede y se debe lograr anular al maltratador, localizándolo y señalando su peligrosidad, ósea denunciándole. Debemos de recordar la debilidad humana, el pensamiento  excesivamente positivo, la creencia absurda de que todos somos buenos, de que con amor se cura todas las heridas ¿y si muere el amor o nunca existió? Debemos comenzar por aprender a convivir en régimen de absoluta igualdad, sin supremacía alguna de nadie sobre nadie, valorarnos como personas y valorar, así mismo, nuestra vida;  la pareja la forma dos personas,  pero ocurre que la mayoría de las veces una de ellas se deja someter, generalmente la mujer, creyendo que eso es amor,  aflora en él, el dominador la bestia que siempre estuvo ahí oculta, ella piensa que todo cambiara, cree que conseguirá cambiarlo, si se lo propone, cree, conocerle muy bien, piensa que la ama... sólo por ser su pareja…  Estas circunstancias no influyen para nada, el ansiado cambio nunca llega a ocurrir, sino que muestra su verdadero rostro. Ocurre que por miedo a no ser entendida, por creerse culpable de esa situación, por la ansiedad que le provoca el miedo de no disponer de recursos... por todo ello no le denuncia, otras veces por no contar con el apoyo de nadie, no tener a quien contarle los maltratos, sus penas y la preocupación que la violencia le ocasiona, el temor por el futuro de sus hijos o el suyo propio, le hace conformarse y vivir en esa anómala situación, como si la violencia fuese lo habitual en la vida de pareja, renuncia a su libertad. Seguramente, pensara que más adelante, cuando transcurra el tiempo, cuando sus hijos crezcan, desaparecerán sus problemas y el cambiara... pero si su pareja no cesa en el maltrato, le abandonara, al carecer de las “ataduras que le ligan a él”. Si así fuese, el obtendrá lo que cree “motivo suficiente” para arrebatarla la vida, no tendrá piedad, ni compasión ninguna, ni mirara el hecho de ser a la madre de sus hijos a quien asesina… Seguramente estos hechos serán repetitivos, consecuencia directa, psicológica y emocional marcada por la procedencia del maltratador de un hogar desestructurado, el paterno, donde con toda seguridad se ejercía la violencia machista a diario e incluso se vería como normal…Por ello una de las maneras de tratar de acabar con esta violencia es ponerle fin ahora, que no sirva de ejemplo para ningún hijo y se acaben convirtiendo en verdugos o víctimas de esta interminable espiral de violencia. Debemos procurar que se acaben estos sucesivos eslabones generacionales que perpetúan la violencia de género, otra manera seria que las penas sean de tal calibre que ejerzan un efecto eficaz y disuasorio sobre los posibles maltratadores. Pero lo que no hay que consentir bajo ningún concepto es el apoyo hacia la violencia o el maltratador, ni siquiera de su entorno familiar, nada puede justificarla, la vida es el bien más apreciado que tenemos, nadie "tiene derecho" a disponer de ella,…Hay que parar de inmediato  la violencia de genero denunciándola al 016, así se empieza el final de esta historia de horror que se vive por desgracia en el propio hogar y por parte de la persona a la cual se ha elegido para compartir la vida. 

sábado, 23 de noviembre de 2013

Diseño para el futuro


  Curiosamente, siempre que se nos habla del fin de la crisis económica, las dudas nos asaltan por doquier ¿será verdad, será mentira? Depende del color…también nosotros nos cansamos de efectuar aportaciones en apariencia inútiles, que pueden parecer, incluso, fuera de lugar o formuladas a destiempo. La intención de pretender solucionar las cosas, va en muchas ocasiones  más allá de nuestros planteamientos, a veces ni eso. Los criterios que seguimos en nuestra reflexión, pueden no ser entendidos por carecer de la suficiente explicación o no estar debidamente desarrollados o ser  demasiado ambiguos… Cuando se desea que en el mundo nuevo que está forjando, todo sea diferente, todo sea distinto y cambie a mejor; los criterios serán tan diferentes, como tantas personas los formulen; habrá, sin duda, quien se auto proclame digno de diseñar en gran parte o en su totalidad el nuevo proyecto, basándose en cuestiones de representatividad, obtenida de una manera muy cuestionable y de más que dudosa legalidad. Si se parte, como se está partiendo de principios equivocados en su concepción, pues se prescinde de la opinión de la mayoría, se diseña un mundo por y para muy pocos elegidos… si es así, entonces, estaremos elaborando unas conclusiones totalmente erróneas o con grave carencia de idoneidad, un mundo efímero e injusto. Si nos comunicamos entre nosotros de una forma más eficaz y mejor planteada, se nos antojaría tan extraño el mundo que pretenden construir, que ya no tendríamos cabida en él. No se debe caer en el falso liderazgo, ni en la supremacía o prevalencia de nadie, pues todos tenemos derecho de pertenecer a esta comunidad nueva, se nos debe tener en consideración, aunque solo aportásemos una pequeñísima idea, esto es lo idóneo… no es comprensible que a causa de supuestas limitaciones, nos discriminen del ámbito de decisión o así nos lo hacen creer, argumentando nuestras numerosas imperfecciones o el desconocimiento de la realidad que nos rodea. Si damos crédito a este argumento, a la vez, propiciara e incrementara la dificultad de comunicación con nuestros círculos sociales más próximos. Pero existe un hecho incuestionable, si queremos un futuro para todos y con un destino sin envidias, sin recelos, sin excepciones, ni discriminaciones ya fuesen por idioma, nación, raza o cultura, religión, etc. Este futuro venidero se debería de construir entre todos, para que goce de un gran apoyo y aceptación.  Por ello es bueno escuchar las palabras que surgen del interior de las personas, nacidas fruto de la necesidad y de la experiencia; las más de las veces, lo hacen, pensando en las próximas generaciones, más que en la actual... que casi todos la dan por perdida, y ello, a pesar de ser la más preparada de todas las habidas hasta la actualidad. Cuestión en la que, si se me permite, discrepo, pues es esta nueva  generación y no otra, la encargada del diseño del mundo futuro, para ello hay que dejarles hacer, nos hará a nosotros mucho bien, y nos quitara una responsabilidad, que no nos corresponde asumirla en su totalidad. Porque nos podría ocurrir que, agotados como estamos por tantas problemas o cuestiones de índole económico, fruto de las angustias derivadas de la crisis, no nos queda tiempo para nada, menos para pensar; influidos, además, por una cultura materialista que nos ahoga en un mar de consumismo, abrumados por las deudas y además, se nos niega un futuro digno a todos, al menos esa es la impresión que percibo,  nos reconcomería la duda existencialista de si es ese mundo en verdad viable. ¡Sí! si concedemos a la gente joven esa oportunidad que precisan, en vez de condenarles al destierro y a la pobreza absoluta. Nos haría un gran bien que reflexionemos sobre  todo esto, seamos consecuentes con nuestras reflexiones, que reivindiquemos, en el nombre de la juventud y en el nuestro propio, el derecho a ese futuro; más allá de la presente crisis, que les ha impuesto la obligación de emigrar, si quieren tener una mínima oportunidad... El derecho les asiste para que construyan un mundo justo con la ilusión que ellos tienen,  con la esperanza compartida por todos, en la creencia de un proyecto de vida con futuro. Y si este viejo mundo agoniza, pues que muera y deje nacer a uno nuevo y más justo... no seré yo, quien les ponga trabas o zancadillas, porque todos tenemos el mismo derecho a vivir en circunstancias de dignidad y honorabilidad para todas las personas, sin ninguna excepción ¡para todas!

jueves, 21 de noviembre de 2013

Desinformación


   Conociendo como conocemos las últimas noticias que han sucedido en las últimas horas, nos resultaría fácil analizar la actualidad, hablar con propiedad, sabiendo lo que se dice, pero no… cuanta más noticias se conoce, más desinformado nos hallamos, la paradoja de la desinformación. Pero yendo más allá, podemos identificar a los culpables de esa supuesta “desorientación informativa”, los desinformadores profesionales que evolucionan con el mundo para llevar a término su misión. Si así lo queremos, nos encontraremos ante un mar de dudas; que en vez de disminuir, se incrementan cada vez que consultamos un periódico, un informativo etc… aunque, últimamente, se ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la manipulación, motivada, sobre todo, porque nadie se cuestiona nada. Vivimos rodeados por el egoísmo, porque hemos levantado a nuestro alrededor un muro que en vez de protegernos, nos aísla de la realidad, provocando en nosotros un desorden moral sin análogo, porque lanza por los suelos nuestros valores, nos obliga a caminar en pro de un individualismo deshumanizante. En definitiva, que nos encontraremos solos y lo más grave, desinformados o lo que es lo mismo, desvalidos sin argumentos válidos. Sin embargo, nosotros no podemos estar siempre lamentándonos, no hemos de anunciar las desventuras de nadie, olvidándonos de las propias, debemos mantenernos en la esperanza. Conocemos cual fue el final de esto otras veces, pero ignoramos si ahora ocurrirá igual. Torres más altas han caído… pero las lágrimas que se han derramado por esta crisis están escritas con la sangre de todos los que estamos sufriendo sus efectos, especialmente de los más perjudicados, que son los que así mismo, más sufren. Hemos de advertir que el conocimiento de la realidad es preciso para entender las relaciones entre nosotros, es tan necesario como el hecho de respirar. Él que no se preocupa por conocer lo acaecido o referido en la sociedad y contrasta su veracidad, está condenado a ser considerado ganado ovejil y pastar en los pastos que le dejen, ¡si le dejan… claro esta! Él que se haya dejado manipular, sabiendo que todo es falso, ¡allá el! Siempre le trataran como un niño pequeño y le quitaran sus golosinas…Él se habrá consentido, pidamos que nosotros tengamos los ojos y oídos abiertos, que meditemos lo que nos cuentan como realidad… Para ello, hemos de descubrir la auténtica realidad y desenmascarar a los fuleros que trajinan sus farsas en medio de nosotros para confundirnos, enaltecer a aquel que siempre nos dice la verdad y nunca nos miente, pues no tiene motivo para hacerlo.

martes, 19 de noviembre de 2013

Agonico


   Muchas veces me pregunto si tendré más de lo que necesito o quizás si estaré viviendo por encima de mis posibilidades; no lo sé, pero la inmensa mayoría de nosotros apenas conseguiremos llegar a final de mes, si no nos esforzamos y hacemos un nuevo agujero al cinturón… ¡Yo quisiera ver las veces que pasan “fatigas” la clase dirigente!, pero no sé si verdaderamente estoy dispuesto a contemplar su ridículo proceder ante semejante afrenta. La disposición de ellos es nula, no están dispuestos a “probar”; los experimentos en casa y con gaseosa… Si a ellos no tienen la premura  de la necesidad, ni les aprieta las deudas… para que van a molestarse, quizás así aprenderían y comprenderían que la única oportunidad de tener nosotros un futuro, está en sus manos. Quizás yo he creído en ellos en demasiadas ocasiones, y quizás ya va siendo la hora de ser valiente, de quitarles la máscara, de verles su verdadero rostro, de pedirles soluciones y de invitarles a que vean, a que compartan nuestras penurias… para que de este modo puedan decidir pero con conocimiento de causa. Aunque no sea muy de su agrado tal visita. Que ella, les lleve al convencimiento de que la necesidad de brevedad para hacer cualquier acción es total. Esta empezara con la renuncia si fuese menester a cuestiones ideológicas en pro de la buena praxis, redistribuir los ingresos que se obtienen fruto de la imposición a la riqueza, defender a los más débiles, aunar esfuerzos, tener la firmeza para afrontar la resolución de hacer justicia, corrigiendo los errores ya pasados, pero aún pendientes de enmendar. Es tiempo de soluciones, no de conflictos, no de dialécticas con léxicos que no llevan a ninguna parte, no queda mucho tiempo, nos fallan las fuerzas. Quizás se les esté pidiendo demasiado, y que lo hagan con rapidez les viene grande, no lo sé; son las viejas reivindicaciones de siempre, pero que nunca se abordaron, ni se ponen en su “orden del día”. Yo no quiero excusarles, ni hacer de sus palabras, oídos sordos; necesito convencerme que en realidad nos quieren ayudar, que lo están haciendo. Nada hay más deseado y querido por mí, creer que los que tienen el poder para cambiarlo todo, se convenzan de esta triste realidad que últimamente vivimos todos los días y que de una vez se decidan ayudarnos y lograr que el fin de esta crisis llegue también para nosotros, con la misma consistencia que pregonan a los cuatro vientos que ha llegado para ellos.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Exigencia


 Se acerca el final de año, estamos ya en sus postrimerías, en los días previos del gran consumo que traerá aparejado la celebración de las fiestas de navidad. Por lo tanto hay que ir pensando en elaborar el balance de nuestra labor, de las acciones que se han desarrollado durante este periodo y extraer las conclusiones que estimemos oportunas. Valoraremos si se han cumplido los objetivos marcados para este ejercicio o se han incumplido y las razones de ello. Es el final de un periodo marcado duramente por la escasez que provoca la crisis. Con los mínimos recursos que disponemos, habremos actuado de una manera correcta o no, según quien lo valore... Nos habremos equivocado, sin duda alguna, pero no era esa nuestra intención. Desde un principio hemos querido ser coherentes con los principios de nuestra entidad, con aquellos valores que queríamos resaltar. No se ha obligado a nadie a colaborar o participar con nosotros; tampoco, deseamos o pretendemos ser injustos, atribuyéndonos méritos o trabajos que no son propios, que los han efectuado otros para nosotros, por ello se lo reconocemos a cada uno de los que han trabajado para la consecución de nuestros proyectos. En el mundo de la discapacidad no nos movemos motivados por tener más simpatía o nos quedamos paralizados por la antipatía que nos puedan inspirar las personas con las que gestionamos nuestros proyectos. Sin embargo, tenemos presente que al depender de otros la concesión o no de las ayudas necesarias para nuestros proyectos, renunciamos a gran parte de la libertad de acción, motivada por ciertos condicionantes. No podemos permitirnos el lujo de rebatirlos, son los que nos imponen la administración competente de conceder la ayuda. Debemos aceptar su concesión sin más, sin sentirnos fracasados, ni arrepentirnos, ni ocultar el resultado como si fuese una derrota. Es un éxito para la entidad, ello significa  que debemos alegrarnos por el resultado. Se solicitó por propia y libre decisión, motivada por el posible beneficio para aquellos a los cuales representamos. Las personas, que confían en nosotros, son de todas las condiciones sociales o económicas, Con la fuerza de su confianza y nuestro empeño, que algunas veces roza la cabezonería, nos reunimos con quien fuese menester, y si fuese preciso con luz y taquígrafos, pues no hay nada que ocultar. Si las necesidades que tenemos estuviesen cubiertas, no habría razón o justificación para existir, no valdría la pena el esfuerzo por innecesario... Entonces, si existimos y cubrimos unas necesidades que las administraciones no quieren o no pueden llegar ¿Para qué tantos requisitos? ¿Para qué tantas obligaciones? Sobra, desde luego burocracia y falta eficiencia… Nosotros somos claros y transparentes; ponemos a disposición de todos el resultado de nuestras acciones (de índole social o económico) sin ocultar nada, ni de nadie….Si todos obrasen de igual manera, entonces veríamos quiénes son legales, honrados y quiénes no. Los proyectos no se financian por si solos, ni las personas que son beneficiarias de ellos tienen recursos económicos para permitírselos, pero les son necesarios… ¿deben de renunciar a su logro? ¿Y a todas las demás cosas? Seria para mí un “Día de alegría” aquel en el cual no exista la necesidad de esta o cualquier asociación, porque significara que todas las necesidades de las personas con discapacidad estarán cubiertas. Ese sería el día de nuestra disolución… No queremos parecer, ante la opinión pública, como pretenciosos o insaciables, que nuestra ambición no tiene límites; cuando la verdad es que somos aun precisos  para hacer posible y real ese sueño de igualdad, de accesibilidad y diseño universal para todos, eliminando toda barrera fuese física o psiquica. No se puede estar constantemente improvisando, poniendo parches a un sector social tan amplio, necesitado y carente de recursos, como es la discapacidad. Hay que comprometerse con nosotros, pero para darnos una solución, no unas promesas a sabiendas que no se van a cumplir. A las personas con discapacidad yo les pediría que no se dejen engañar, y a los que les engañan, también les diría ¿Estáis preparados para cumplir vuestra promesa ahora? Recordar la palabra que empeñasteis y cumplirla, es toda nuestra exigencia, que no es poca.