Permanecer en silencio no
significa necesariamente que se esté de acuerdo o se ignore todo aquello que a
diario acontece y nos rodea, mucho menos pareciera que no importe nada… Simplemente estamos contemplando las aguas
del rio recorrer su cauce, observando su deambular en un movimiento perpetuo, a
veces rápido, a veces en aparente calma… en su incansable búsqueda de la
inmensidad del mar; un cauce que lentamente el rio ha ido forjando con maestría,
paciencia y mucha constancia (desde los albores de los tiempos hasta nuestros
días). Desde estos sonidos del silencio, contemplamos ensimismados como se descifran
los enigmáticos acontecimientos; se
percibe el intento de jugar a un juego nuevo (en apariencia), donde se olvidan (por
conveniencia), todas las reglas del mismo. Lo que se interpreta como carta
blanca para que los jugadores puedan hacer o deshacer aquello que estimen
conveniente para hacerse con el triunfo final. Los auto-proclamados árbitros,
que se creen por encima del bien o el
mal, según piensan, serán ellos los que finalmente decidan… ansiando manipular los
deseos de la afición sobre el resultado de esta heterogénea competición…
aprovecharan la confusión reinante, para sacar tajada (ya se sabe que a mar
revuelto, ganancia de pescadores), Lo que con seguridad, indignara de manera
insólita e inaudita a cierto sector de la afición que renegara de esa supuesta
arbitrariedad y se sentirán estafados por estas sanguijuelas. Estos son los
esperan ser los pancistas de este encuentro, pero pueden que salgan como se
dice en mi tierra “como rata de cortijo-viejo”... Esta pugna, sin duda, no está
pensada para goce de la afición, "Si los fines dicen ser los mismos... la
única divergencia es quien o quienes comandaran esta nave… A nosotros, en
principio, nos debería dar igual quien fuere… ¡Eso sería
así en el país de fantasía! Sin embargo, pisando el suelo es distinto el
razonamiento, nadie quiere ceder… todos dicen llevar razón (si o si) aunque
desconocemos los argumentos de un litigio que a los gentíos nos tiene
divididos, perdidos y sobre todo muy confundidos... tanto que, igual
abandonamos anticipadamente esta nave, dejándole que se hunda… al no reconocer
a nadie, al no saber exactamente que representan. . No fuese que esto sea
contagioso e indicio de falta de memoria y al final no conozcamos a ninguno…
Siempre hemos creído y defendido que el bien común estaba por encima de
cualquier interés personal... que la filosofía era sumar y en mejor caso,
multiplicar… nunca imaginábamos que esto degeneraría en la peor pesadilla
posible, que imperaría el restar o peor aún dividir… Parco será su triunfo, si
persisten en fomentar las faltas personales, las coacciones y los chantajes,
solo por comprobar quien tiene más notoriedad, alguna vez tendremos que dejar
de comportarnos como unos mamarrachos. Sabemos que es muy difícil ser
coherentes de lo que se dice hacer, con lo que verdaderamente se hace. Pero más
pronto que tarde se ha de imponer la cordura, definir la estrategia y el papel
en la función de cada cual, y echar a andar. Queremos
sentirnos contentos, porque la alegría es parte de nuestro camino, del camino
de todos, sin excepción. Se puede divergir, tener opiniones tan distantes,
tan diversas como personas piensen en ello… pero al final inevitablemente somos
compañeros de
viaje.
El ser humano necesita los unos de los otros para
tener buena salud física y emocional. Las diferencias sanas nos enseñan a vivir. Sabemos que todos los caminos conducen a Roma (con más
o menos rodeo) pero todos contribuyen al desarrollo del bien común, que no se olvide
nunca.