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viernes, 15 de mayo de 2015

Competición


   Permanecer en silencio no significa necesariamente que se esté de acuerdo o se ignore todo aquello que a diario acontece y nos rodea, mucho menos pareciera que no importe nada…  Simplemente estamos contemplando las aguas del rio recorrer su cauce, observando su deambular en un movimiento perpetuo, a veces rápido, a veces en aparente calma… en su incansable búsqueda de la inmensidad del mar; un cauce que lentamente el rio ha ido forjando con maestría, paciencia y mucha constancia (desde los albores de los tiempos hasta nuestros días). Desde estos sonidos del silencio, contemplamos ensimismados como se descifran los  enigmáticos acontecimientos; se percibe el intento de jugar a un juego nuevo (en apariencia), donde se olvidan (por conveniencia), todas las reglas del mismo. Lo que se interpreta como carta blanca para que los jugadores puedan hacer o deshacer aquello que estimen conveniente para hacerse con el triunfo final. Los auto-proclamados árbitros, que se creen por encima  del bien o el mal, según piensan, serán ellos los que finalmente decidan… ansiando manipular los deseos de la afición sobre el resultado de esta heterogénea competición… aprovecharan la confusión reinante, para sacar tajada (ya se sabe que a mar revuelto, ganancia de pescadores), Lo que con seguridad, indignara de manera insólita e inaudita a cierto sector de la afición que renegara de esa supuesta arbitrariedad y se sentirán estafados por estas sanguijuelas. Estos son los esperan ser los pancistas de este encuentro, pero pueden que salgan como se dice en mi tierra “como rata de cortijo-viejo”... Esta pugna, sin duda, no está pensada para goce de la afición, "Si los fines dicen ser los mismos... la única divergencia es quien o quienes comandaran esta nave… A nosotros, en principio, nos debería dar igual quien fuere… ¡Eso sería así en el país de fantasía! Sin embargo, pisando el suelo es distinto el razonamiento, nadie quiere ceder… todos dicen llevar razón (si o si) aunque desconocemos los argumentos de un litigio que a los gentíos nos tiene divididos, perdidos y sobre todo muy confundidos... tanto que, igual abandonamos anticipadamente esta nave, dejándole que se hunda… al no reconocer a nadie, al no saber exactamente que representan. . No fuese que esto sea contagioso e indicio de falta de memoria y al final no conozcamos a ninguno… Siempre hemos creído y defendido que el bien común estaba por encima de cualquier interés personal... que la filosofía era sumar y en mejor caso, multiplicar… nunca imaginábamos que esto degeneraría en la peor pesadilla posible, que imperaría el restar o peor aún dividir… Parco será su triunfo, si persisten en fomentar las faltas personales, las coacciones y los chantajes, solo por comprobar quien tiene más notoriedad, alguna vez tendremos que dejar de comportarnos como unos mamarrachos. Sabemos que es muy difícil ser coherentes de lo que se dice hacer, con lo que verdaderamente se hace. Pero más pronto que tarde se ha de imponer la cordura, definir la estrategia y el papel en la función de cada cual, y echar a andar. Queremos sentirnos contentos, porque la alegría es parte de nuestro camino, del camino de todos, sin excepción. Se puede divergir, tener opiniones tan distantes, tan diversas como personas piensen en ello… pero al final inevitablemente somos compañeros de viaje. El ser humano necesita los unos de los otros para tener buena salud física y emocional. Las diferencias sanas nos enseñan a vivir. Sabemos que todos los caminos conducen a Roma (con más o menos rodeo) pero todos contribuyen al  desarrollo del bien común, que no se olvide nunca.