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sábado, 31 de agosto de 2013

confusiones en las acciones


   Para ser una buena persona no es preciso hacer algo excepcional, hay que confiar en que todas las personas interactúan de buen corazón, pero no por ello, pecar de ignorancia. Todos nacemos con distintas capacidades, a unos se les dan bien unas cosas y a otros otras…pero debemos de descubrirlas. En un principio nos deben de guiar y potenciar todo aquello en lo que más destaquemos, sin olvidar el aprendizaje de nuestra cultura y arte, debemos conocer de dónde venimos y que de bueno o malo se ha hecho durante las anteriores generaciones, más que nada para aprender de los errores y no volverlos a cometer. Nada debe de interponerse en este objetivo, ni siquiera la pobreza. El hecho de nacer pobre no es sinónimo de malaje, ni de carecer de todo derecho, sino más bien al contrario. El mensaje de esta necesidad sigue poseyendo una gran actualidad, cada vez mayor. La separación progresiva entre las clases sociales es mala, se va aumentando la considerable distancia entre ricos y pobres, cuando se debería de caminar en sentido contrario. Sin embargo, esa mentalidad progresista esconde un posible efecto secundario, peligroso si lo interpretan algunos "exaltados" “Tomarse la justicia por su mano”, a pesar de que la causa pudiera ser, en principio, justa, no así las formas, se les debe reprochar esta actitud con gran severidad, eso sí, sin exceso de celo, por pura lógica. Corremos el peligro de malinterpretar las necesidades y reducir la eficacia de las justas reivindicaciones, cambiarlas totalmente de contexto. La propiedad privada debe ser respetada y la legalidad también, no puede quedar en unas mera declaración de intenciones, estériles por otro lado. Hemos de afirmarlo con valentía y a riesgo de dar una imagen equivocada de nosotros mismos ante nuestro ámbito social o profesional, proclamando esa verdad con nuestras palabras y acciones. Hay caminos para reclamar la justicia social, pero estos caminos no deberían de pasar nunca por el hurto, por convertir a personas necesitadas en cómplices, en vulgares ladrones. La culpabilidad es sin duda de quien maneja a estas conciencias a su antojo, para auto-demostrarse el poder de convocatoria que goza ¡Claro el esta aforado y con un buen sueldo! Así cualquiera... El derecho a la educación se tiene por justicia, no por la fuerza, no con robos, se tenga o no razón, que se pierde por estos hechos, más propios de Alí Baba y los cuarenta ladrones.

viernes, 30 de agosto de 2013

Primer día


   A estas alturas ya nos hemos dado cuenta de que hay que estar en alerta constante y preparado para cualquier eventualidad (agradable o desagradable), en cualquier momento, puede “saltar la liebre”. No se puede vivir con miedo y angustia constantemente, este pánico al mañana, da como resultado el no tener confianza en nadie. Debemos estar alerta, desconfiar ¡sí!, pero con mesura. Podemos esperar cualquier cosa, cualquier acontecimiento. Por ello debemos ser constantes y tener muchísima paciencia, en medio de las preocupaciones que van entrelazando nuestra vida. Y esta bendita paciencia sólo la podemos tener nosotros. No se debe esperar de nadie que sufra “nuestras fatigas” por nosotros, en nuestro lugar. Lo que viene como consecuencia del hecho de ceder nuestra responsabilidad o parte de ella en terceros. Porque nuestra respuesta ante la sociedad siempre es personal e intransferible. No esperemos un “mañana paradisíaco” Hay que vivir cada segundo de nuestra vida, hemos de sentir emoción, ganas de vivir “Vive cada día de tu vida como si fuese el primer día de tu existencia, como si fuese el único día de que disponemos, como si fuese el último día de nuestra vida”. Una verdad realista ante la necesaria y razonable responsabilidad que hemos de poseer, que no tengamos que escuchar, que hemos llevado una vida vana y vacía, de manera que lleguemos a ser no solo conocidos sino apreciados, queridos por los familiares y amigos, que nuestra memoria perdure en el tiempo y en sus corazones. Para ello debemos de reiniciar nuestra vida y ¿Por qué no? Hoy puede ser ese día, “el primer día del resto de nuestra vida”.

jueves, 29 de agosto de 2013

entre truenos y demás...


  Entre truenos e inundaciones estamos pasando los últimos días de este “súper caluroso” agosto. Ya, comienza a despertar, de su estival letargo, las cuestiones que nos han dejado en relativa calma durante nuestro descanso veraniego. Una señora, que se despide y va a hacer las américas, quien sabe si con el rabo entre las piernas, aunque promete volver el año próximo a dar caña… pero comprobara, si no lo sabe, que ya paso su momento, si no vuelve, a “sus compis” les dará igual, las oportunidades se presentan una vez…  y hay que tener el suficiente coraje y fuerza, pero a esta se la han “merendado viva” o eso parece. A otra señora, a la cual le han hecho los deberes y le han quitado la competencia, la han postulado como presidenta de la junta, sin más merito (conocido) que no tener nada que ver, aparentemente, con el llamado caso de los "ERES". Otra “señora” que pasa olímpicamente (o por consejo de su abogado) de la orden de comparecencia y se queda en casita… que con la que esta cayendo se esta mejor, su marido, que sigue entre rejas, no se explica que sus antiguos compañeros hayan borrado sus Portátiles, eso ocurre si se pone “al lobo a guardar las ovejas” cuando todo dependía de tocar dos comandos de los Pc´s y todo se esfumaría, se borraría sin dejar huella, sencillamente desaparecería, como si nunca hubiese habido nada… esto era de prever, pues cuentan con expertos informáticos que se saben el “Credo en latín”, es su trabajo. Ósea, ninguna sorpresa, todo tal cual tenían previsto…pasito a pasito se va alejando el fantasma…. Y es que no hay nada como los nuevos exorcismos, tocas unas teclas y quedas inmaculado.

miércoles, 28 de agosto de 2013

¿Intervención o Guerra?


   Hoy nos sorprendemos de las intenciones de algunos países de iniciar una nueva guerra en Siria, este hecho, a pesar de esperado, no deja de escandalizarnos ¿Por qué ahora? ¿Por qué no hace 2 años? ¿Quiénes son los “Buenos”? ¿Quiénes son los “malos”? ¿Qué será de los inocentes?? Estas preguntas y el hecho de no tener respuestas, me saca fuera de mis casillas. Condeno actitudes dictatoriales como la del régimen sirio, ya que son actitudes incompatibles con la dignidad, no solamente de su pueblo, sino también de todo ser humano que se tenga como tal. Este hecho viene a confirmar que la última solución de los problemas pasa por el uso de la fuerza, pero vuelvo a preguntar ¿está justificada su uso? La falta de sinceridad, de honradez, de lealtad, de nobleza..., son virtudes que carecen tanto en un bando como el otro. ¿Quién es la policía del mundo? ¿Quién es la policía de la policía del mundo?¿Quién los nombro?  Para no caer en la hipocresía, tengo que ser muy sincero. Primero, no me gusta esta “solución”… porque las guerras se saben cómo empiezan, pero imposible saber cómo acaban… Segundo, detesto toda mentira para justificar lo injustificable, la verdad es una condición indispensable, para no ser nuevamente engañados, exponiéndonos a ser cómplices de crímenes peores y más atroces que los que, supuestamente, se persiguen. No se puede ni se debe tolerar el uso de productos químicos contra la población (sean civiles o militares), ni ninguna opresión contra el propio pueblo, eso debo de manifestarlo con absoluta claridad, no se puede confiar en ningún dictador, que condena a su pueblo a la miseria, a la muerte… ni tampoco se puede defender a nadie por el hecho de ser un aliado o atacarle por no reconocerse como tal. En tercer lugar, a todos nos pone fuera de sí la mentira, el engaño, la falta de sinceridad, actitudes que se han empleado como justificantes de anteriores guerras (Irak) y, por esto mismo, hemos de estar al “loro” y aplicarnos el viejo dicho “Lo que no quieras para ti, no lo quieras para nadie”. Estas palabras las hemos de hacer nuestras para no caer en la hipocresía, y hacernos cargo de que se necesita un cambio político en Siria, pero no a cualquier precio, o como excusa para que intervenga Irán y así de esta manera tener motivo para atacarles… les tiene ganas desde lo de la embajada en tiempos de Carter… Por esto, se debería de buscar soluciones diplomáticas, hacer caer ese régimen, pero sin castigar a su pueblo, castigado ya en demasía por aquel que debiera ser el primero en defenderlo.

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martes, 27 de agosto de 2013

Final de verano


  A pesar de hallarnos en tiempo estival, ¿Quién no se ha sentido molesto con tanta manipulación? Últimamente nos sentimos un tanto incómodos con la falsa política que nos tienen montada. “Las peticiones de dimisión”, “las constantes e incesantes acusaciones de corruptelas”, que pareciera una carrera de fondo a ver quién aguanta más y mejor. Y sobre todo por el egoísmo, se les nota el vacío, la falta de interés por la ciudadanía, no les interesa de saber en qué circunstancias económicas, las víctimas de esta crisis, están pasando el verano, cómo afrontaran los padres sin recursos el comienzo del colegio, si tendrán para libros o tan siquiera para comer… se echa en falta ese interés, esa cercanía. Disimulan con algunos quehaceres superficiales con las que tratan de aparentar que se están ocupando, solo aparentar. Las preocupaciones por nosotros brillan por su ausencia, solo les preocupa el poder; bien mantenerlo o lograrlo al precio que sea…esos son los verdaderos fundamentos, que manan desde sus posiciones. Incluso de sus palabras se adivina el “castigo” que se nos viene encima a partir de ya, se espera un otoño duro y “calentito” como dicen ellos en su terminología. Vemos que solo les importan los mercados, que tiene mucha importancia para quienes quieren volver a situaciones pasadas, para quienes quieren deshacer el camino andado, para quienes pretenden hacer de este mundo un lugar inhóspito, frío e injusto... para nosotros. Necesitamos comprender bien esta situación, Nos piden paciencia, pero, ¿quién tiene tanta paciencia...? Cada cual sabe lo que está sufriendo, ¡Con absoluta certeza! Sabemos que si existiera “higiene política”, esta nos haría sentir de nuevo la ilusión, nos daría nuevas esperanzas, tanto en el ámbito personal como en el moral, volvería la confianza. Debemos acentuar las situaciones más favorables y que no nos perdamos en minucias que consumen nuestras fuerzas, nos menguan y nos hacen susceptibles y manipulables. ¡Prendámonos de autoestima y no nos conformemos con estos regueros de egoísmo! Es duro y amargo el camino que estamos recorriendo… pero que lo recorramos con la absoluta verdad y la limpieza moral que todos exigimos… y bajo unas reglas en las que todos creamos y bajo las que todos nos sometamos libremente.

lunes, 26 de agosto de 2013

Apatía


   A veces nos sentimos vacíos, faltos de emociones... sin nada que pueda explicarlo, estamos injustamente enojados con todo lo que nos rodea, no toleramos ninguna crítica (ni mala, ni buena) Las circunstancias, sean adversas o no, nos incitan a la desidia y nos quita todo estímulo, sea bueno o malo... las ganas e interés por algo o alguien… y finalmente, se adueña de nuestras emociones la apatía.  Hay gente que intenta evitar este hartazgo, esta falsa plenitud, pero la desilusión y el cansancio, terminaran por quitarle el poco o mucho interés por lo que sucede, le importa un bledo... ¿de quién es la culpa? De todos y de nadie… esta actitud (la apatía) es verdaderamente incomoda para quien la sufre, son esos días tontos en los que nada te apetece, todo te aburre…. Se ha apoderado de ti una sensación de vacío, indescriptible, que no encuentras nada para llenarla, parecieras un “juguete roto” o al que se le han acabado las pilas, no nos sentimos útiles o inútiles, solo  algo que , quizá, vale para ser observado o tal vez ni para eso. Nuestro ego no se siente ni herido, ni elogiado, en una palabra no siente ni frío, ni calor. Estamos anonadados. Entonces, ¿Qué hacer para evitar esas sensaciones? Nada, solo dejar pasar el tiempo hasta que cese esa dichosa apatía, y después volver a la normalidad, a nuestra rutina diaria. 

viernes, 23 de agosto de 2013

Algunas cuestiones y pocas respuestas....


 Hablando por hablar, principalmente de la crisis económica, se nos plantea muchas interrogantes de arduas respuestas. Para contestar a todas esas dudas, a todas las preguntas con cierta veracidad, deberíamos conocer lo que se mueve en los subterráneos de la política, en las cloacas, nunca mejor dicho… lo que ni vemos, ni escuchamos,  ni llegaremos nunca a conocer, ni tan siquiera hacernos la más remota idea del acontecer de determinados hechos. Las respuestas, sin embargo, nos proporcionarían una idea inadecuada e inexacta para situarnos en ese ambiente y así saciar nuestra ansia de saber. Los hechos conocidos no son capaces de contentar a los que de ninguna manera nos explicamos el origen de la presente situación económica.  Sabido es que la génesis de las dificultades económicas estuvo en el sector inmobiliario, en la llamada “burbuja inmobiliaria”. Los bancos concedían préstamos hipotecarios a personas de más que dudosa solvencia, a su vez, estos, ante la necesidad de fluidez, trasformaron en acciones los créditos. Los bancos perpetraron ese error (que más tarde se demostró ser irreparable) Seducidos por el dinero fácil, concedieron hipotecas a diestro y siniestro a familias con rentas bajas, créditos de difícil recuperación, con un tipo de interés variable (aunque bajos al principio, enormes después) Los bancos sin ningún tipo de restricciones siguieron dando créditos en condiciones más que dudosas a las familias insolventes (ventajosas para los bancos, no tanto para las familias). Mientras, estaba creciendo de manera incontrolada la burbuja inmobiliaria, el miedo a que reventara hizo subir los tipos de interés, con un aumento desmesurado. Se intentaba desactivar la bomba financiera, pero ya era tarde, y el desplome en bolsa de las empresas inmobiliarias, financieras con las famosas  “supremes preferences”, los impagos, la parálisis de la venta de pisos fueron el resultado del estallido atronador de la burbuja inmobiliaria, que arrastró consigo a grandes bancos y financieras, que necesitaron de grandes inyecciones de capital, que por supuesto fueron puestas por los estados, provocando una crisis financiera, esta a su vez contamino a todos los sectores económicos, comenzaron los ajustes económicos, los recortes sociales y la restricción del crédito o la ausencia de el para las empresas, sobre todo pequeñas y medianas. Pronto se dejaron sentir los efectos colaterales, sobre todo, en las capas medias y bajas de la sociedad con elevadísimo paro, embargos, desahucios, bajada de salarios, peligro de deflación, etc. Nadie ha dado con la receta exacta para salir de esta crisis, que se ha transformado en recesión endémica. Todo hizo aflorar la corrupción que ha llegado a todas las instituciones, aumentando el descontento popular y la desconfianza en los poderes tradicionales del estado. Sumado todo da un panorama desolador y poco esperanzador. El resultado ha sido el rescate de la banca, con muchos condicionantes, la pérdida de derechos sociales, la bajada de sueldos, los recortes en sanidad, educación y un largo etc. y suma y sigue… ¡Ojala y no fuese así! Pero este es el panorama, al menos lo conocido.

jueves, 22 de agosto de 2013

La Caridad


   La desunión, tiene como respuesta un destino nefasto, pues muchos, sin hacer caso,  de los intereses comunes, solo tienen como única profesión la de defender sus intereses, sus negocios o propiedades. Por eso, aunque lo ignore, la crisis va dirigiéndose a personas cada vez más diversas, de diferentes sectores sociales, hoy por hoy no le preocupa el estado de los demás, pero pudiera ocurrir mañana mismo que la necesidad le obligue y le haga falta sustento, vestimenta...etc. Primero recurrirá a sus familiares, si estos no les ayuda, intentara inmediatamente acudir a conocidos y compañeros de trabajo, pero también ponen pretextos para no ayudarle; finalmente se dirige a cualquier persona, a ver si despierta algo de lastima y se apiadan de él y le socorren. Más, puede ocurrir que también a las personas a las que se acude, le han pedido con anterioridad socorro a él, en un momento de necesidad. Él viviendo (entonces) holgadamente, no les socorrió ¿Qué harán ahora por él? ¿Pueden negarle la ayuda? Por desgracia o por suerte, no somos como el, Si olvidamos nuestra condición de humanos y la solidaridad que debemos tener entre nosotros, si dejamos morir de hambre y necesidad a esta persona, nos convertimos en gente ruin, gente de mala calaña, en una palabra somos igual que él. Seremos unos transeúntes sin conciencia, sin humanidad, y quien ha pedido socorro, sabe a su vez socorrer. La llamada de auxilio puede llegar en cualquier momento, es una invitación para ejercer de persona, para ejercer la caridad (bien entendida). Y esa invitación hay que acogerla con hechos y con gestos de apoyo. Por eso aquel que reciba esta “invitación” no la rehúse pensando que a él nunca le va a pasar, que nunca va a necesitar la ayuda de nadie. La vida es muy larga, el mundo no para de girar, da muchas vueltas y tal vez, por desgracia, seas el primero de la cola en las instituciones de caridad. Amigo mío, “socorre hoy y mañana tendrás un amigo o alguien que te echara una mano”, si la llegaras a necesitar.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Redestribución





   Observando la “lógica” de nuestras decisiones, estas van mucho más allá de lo puramente superficial. Mientras que algunas personas piensan en la  solidaridad, en la justicia social, otras solo piensan en sus bienes y la manera de incrementarlos, al menos que no se diluyan, que no mengüen, calculan “al dedillo” las ganancias y los gastos, procurando que exista un equilibrio o más bien un saldo positivo. Pero esto no es suficiente, ni sirve para nada a la justicia social. No son arbitrarios y por tanto no son ecuánimes. Nosotros debemos de dar un paso al frente, no solo garantizarnos nuestro bienestar y el de nuestro hogar, esto sería lo lógico, también exigir que se redistribuya la riqueza, que no solo el sufrimiento sea compartido (por los de siempre). Que aporten más aquellos que pueden, que hagan “el trato” de colaborar equitativamente con los más necesitados. De hecho, se debe dejar claro que quien ha recibido más (por su buen hacer, por suerte, por sabiduría…etc.) también debe de contribuir más. Se debe ser justo, pero no por caridad sino como un deber ciudadano, devolver a la sociedad parte de lo que esta te da.  Se debe recordar también que la justicia social solo por hacer justicia es a la vez la peor de las injusticias, Quitarles a unos sus bienes para dárselos a otros supera nuestros esquemas, es “desvestir un santo para vestir otro” Se debe buscar el equilibrio y que aporten más aquellos que poseen más e inversamente los que posean menos. Es una razón de pura lógica, más, no tenemos ninguna esperanza de que así ocurra, la explicación que nos dan es que son asuntos de los mercados, que ellos ponen las reglas… Entonces ¿qué papel tienen los gobiernos? Difícil de contestar, pero si las reglas las pone los mercados, la respuesta es obvia. Aplicando la legislación vigente no existe posibilidad de favorecer una política fiscal coherente con los ingresos de cada uno, eso sin mencionar los paraísos fiscales y las sociedades de capital e inversión, que sería otra historia más que interesante. En definitiva no tenemos ninguna esperanza de que así ocurra,  simplemente, quedamos desposeídos de aquello que en justicia nos pertenece, la equidad en la contribución fiscal se nos niega por activo y por pasivo. Además, hemos de partir de la base de que todas las grandes fortunas están por eludir impuestos y si aquí no les conviene estar, pues se van a otro lado. La muestra más clara son los ya mencionados paraísos fiscales, desde donde operan con total impunidad, especulan a su antojo, arruinan países enteros y condenan a la miseria a millones de personas. El ahorro que se logra con nuestro sacrificio, hambre, necesidad… se lo comen ellos en un rato… y nosotros a seguir con los problemas, que a diario van creciendo, y sin solución a la vista.

martes, 20 de agosto de 2013

Miedo a la enfermedad


  La reacción que se suscita entre las personas el hecho de conocer la verdad de su situación personal, es tan diversa como diversos somos dentro del conjunto de la sociedad: ¿Quién no se asusta ante una mala noticia sobre su salud? ¿Quién no se alegra si la noticia es buena? Todo en esta vida tiene interpretaciones tantas como posibles reacciones. Las palabras las dilucidamos según nuestro estado de ánimo, este suele ser el desencadenante de muchos factores, internos y externos. Algunas veces, las noticias sobre nuestra salud o la ausencia de ella, son manifiestamente duras, nos coge de sorpresa, nos quita el sueño y despiertan nuestras somnolencias. Nuestros peores temores se vuelven realidad. No se trata de unas palabras aisladas, pareciera que estuviéramos aun dormidos, teniendo una pesadilla, pero es la cruda y dura realidad. Debemos recordar que debemos prepararnos para lo bueno y lo malo, que dentro de lo malo esta a su vez lo peor; y si por desgracia, llegara ese momento, debemos tener los deberes hechos. Estar preparados contra los obstáculos que supone la enfermedad, tener la suficiente fuerza para luchar por tu vida... Y, sin embargo, sin exigir nada a nadie, quizá compañía y apoyo para que no te abandonen tus fuerzas, para no sentirte solo en esa lucha simpar. Nadie eludirá sus responsabilidades para con uno, pero pediremos que sea por amor más que por obligación o lastima… La riqueza o la pobreza, en sí mismas no sirven de nada. Aunque la riqueza ayude y mucho en el alivio del dolor, pero solo si se utiliza egoístamente, sin tener en cuenta a los más desfavorecidos, que pudiesen estar pasando por este mismo trauma. Más si se logra la cura y la enfermedad se supera con éxito, no se debe olvidar la mala experiencia, aprender de ella lo bueno, que será la gente que nos ha rodeado, los profesionales que nos han atendido, los que nos han visitado, las personas, también enfermas, con las que hemos compartido temores, inquietudes, miedos…Pero ya superados estos malos momentos, el pensamiento se dirige a vivir el “día a día”, caminar con todos hacia un nuevo futuro, hacia esa nueva oportunidad que la vida te regala. Solo somos seres humanos con tendencia a valorar lo mundano, con esa misma tendencia egoísta a pensar en uno mismo, hasta que miras a la muerte a la cara, será por el temor, será por miedo a la soledad o miedo a la eternidad, pero tu vida cambia y miras a la vida con otros ojos, la ves de otro color, mucho más hermosa, todo para ti parecerá nuevo, renovado, bello. Y valoraras aquello que antes tenía para ti poca importancia “tu propia vida”.

lunes, 19 de agosto de 2013

Camino de opinión


  Ahora que comienzo el tercer tercio de mi vida. La palabra escrita  supone, desde mi consideración, una herramienta valiosa para mi libre expresión, para hacer llegar mis pensamientos y opiniones a los demás, nunca para el adoctrinamiento. Mi intención principal es sembrar la duda, abrir debates, en definitiva que surjan las ideas y trabajen las neuronas. Una sociedad que se conforma con migajas de información o que este sesgada o manipulada, es una sociedad muerta, se debe preguntar por qué y el cuándo, dónde y quien…Esto me recuerda el uso que debo de hacer de la palabra. Pues se pueden sembrar buenas o malas actitudes, depende de su intencionalidad manifiesta u oculta. En algunas palabras se luchara contra la indiferencia, se criticara actitudes antisociales, actitudes egoístas, actitudes insolidarias… Por tanto, puedo comprender a toda persona que se mira en su espejo y se cuestiona sobre el sentido de su vida.  Pero, también hay muchas personas que se hacen esa misma pregunta, Si miramos a nuestro alrededor, podemos quizá, pensar que no son tantas e igual nos creemos náufragos, al estilo de “Robinson Crusoe” y pensamos que estamos solos en esta isla llamada “tierra “. Pero las personas están ahí, solo es cuestión de encontrarlas, o bien que ellas nos encuentren a nosotros. La persona del siglo XXI no necesita del contacto directo (por desgracia), se basta con las redes sociales, y no pensamos que estas son solo una herramienta de comunicación más, tenemos catalogados como amigos a personas que desconocemos si lo son, más, en mi opinión, lo absurdo es que hablas, comentas, compartes con supuestos amigos y luego si se produce el encuentro personal se comportan como auténticos desconocidos, pero nosotros seguimos siendo los mismos, con las virtudes y los defectos que nos conforman a cada uno personalmente. No habrá preguntas, ya que las respuestas brillaran por su ausencia, nos sentimos indefensos… si no estamos detrás de una pantalla. Yo les preguntaría ¿Por qué no me conoces? Si hablamos casi a diario. Mas si no quieren que  entres en su vida, hay que respetarlo, una cosa es la vida virtual y otra la real… a todos nos pasa igual. No es solamente legítima esta actitud sino muy respetable. Luego cuando volvamos cada uno a nuestra casa y nos “conectemos” volveremos a comenzar el debate sobre el sentido de la vida, además que... ¡es necesario hacerlo! Hoy en día, para algunos o para muchos puede parecer imposible el simple hecho de pensar, de razonar, de debatir. O bien, les puede parecer algo sin sentido: ¡una tontería! no se trata de ser un erudito, sino de decir lo que sería necesario hacer para que “la cosa marche mejor” (siempre como opinión personal) y así se pueda entrar en una dinámica del pensamiento. Este no debe de aportar soluciones, sino ser entendidos en su contexto  adecuado, más bien como una recomendación mínima o una opinión personal. Se hace a modo de gimnasia mental, pero hay que procurar que no nos sobrepase, no tomárselo como “asunto personal “sino que sea una senda abierta para un camino nuevo de reflexión, cuyo motor interior sea la justicia social y la solidaridad.

sábado, 17 de agosto de 2013

Educación


   Desgraciadamente, es demasiado habitual el desamparo hacia los más humildes, especialmente de los niños, este desafortunado hecho se ve incrementado “gracias” a la crisis ¿Qué futuro les estamos diseñando para cuando sean mayores?, ¿tendrán la posibilidad de elegir su profesión?, más aun, ¿tendrán la posibilidad de una educación que les garantice la plena igualdad de oportunidades? Esto es una gran cuestión ante la que no cabe indiferencia. Los pobres, son a la vez los más necesitados de ayudas que avale esa hipotética igualdad. Ahora son objeto de una particular “persecución educativa”, solo por el simple hecho de ser pobres y carecer de recursos. Y los niños, los hijos de los “pobres “están siendo condenados a una situación marginal, a no despegar, a no tener una mínima oportunidad, solo por ser hijos de quien son. Son pobres no solo económicamente sino también en edad (son niños), pero mayores en inocencia, ademas cuentan con la suficiente inteligencia para cuestionar este proceder. Dejaremos pues, ¿que también sean pobres en formación?... están totalmente indefensos y son muchos. Ante esto, los padres poco o nada puede hacer, salvo alguna que otra protesta, para que sus hijos tengan una educación que les proporcione una salida digna, honorable… una oportunidad. ¡Pero no! Con la excusa de la crisis “se les ha cortado las alas” y de que modo, de esta manera no tendrán salida cuando sean mayores, no tendrán ocasión de prosperar… Es absurda esta forma de proceder, en un país que se dice pertenecer al llamado "primer mundo", donde además hay, por desgracia, hambre y desnutrición infantil, que pasa a ser un problema de primera importancia. ¿Qué comerán estos niños? Lo que le ponga su madre, pero ¿y si no tiene nada que poner…..? ¿Qué harán esos padres? Casi que la educación pasa a un segundo nivel de importancia, ¿Qué esperanzas damos a este niño? Esto demuestra la "maldad" en algunas decisiones de recorte social. El niño vivirá esta "brutal" anormalidad como normal sin esperar que la sociedad reaccione, pues hasta ahora ha habido poca o nula respuesta...Después, cuando sea mayor, le será difícil salir del circulo "vicioso" de la pobreza, es la pescadilla que se muerde la cola, una y otra vez…Si hay ayudas e igualdad de oportunidades, quizá, ese círculo se rompa, pero habrá sido gracias a la educación, a la formación que reciba.

jueves, 15 de agosto de 2013

Perspicacia


   La Perspicacia y la información son factores clave para un desarrollo normal de la convivencia. A la sociedad, le debemos, la obligación (moral) de hacerle ver, con absoluta claridad, lo equivocado de su actual proceder, para que encarrile (si puede) el camino que se está siguiendo. Aunque para ello debamos suplicar su colaboración, si esta misión no da resultado, deberíamos de pensar en otras tácticas que sean efectivas. Si ni aun de este modo, se logra su corrección y ni se escandaliza, ni se sensibiliza “con la que está cayendo”, habrá que ejercer la denuncia pública, que hoy por hoy solo es una simple publicación (en este Blog) y así lograr la divulgación del problema o la injusticia. Esta manera de actuar se sustenta en la exigencia de justicia que nos hemos auto-impuesto  y esta labor es frecuentemente ingrata a la vez que dificultosa. Por ello es más fácil instalarse en la indiferencia y cruzarnos de manos, ósea, huir hacia delante. La comodidad, el temor, la falsa tolerancia… son algunas excusas que nos influyen a la vez que nos desaniman para siquiera intentarlo. Todos tenemos el derecho a solicitar la  cooperación de los demás en un momento determinado, esto puede apaciguar nuestro estado de ánimo momentáneamente (si la respuesta es positiva) Esta actitud puede ser útil, pero no suficiente, en comprobadas ocasiones hace falta algo más. En las manos de todos está el hecho de solucionar nuestros “problemas”. No deben de ser solo palabras que caen en saco roto…todos tenemos el privilegio de tomar nuestras propias decisiones, las que verdaderamente nos convenga. Cualquiera puede hacer una queja en solitario o unirse a otro, pero ¿no sería mucho mejor unirse a muchos? sumergirse en este mundo hostil y convertirlo en un lugar digno para vivir, no en un paraíso, pues no hay que ser hipócritas y creer en la utopía, hay que ser realistas y pensar que si se puede…Hay que cambiar el mundo, pero comencemos este cambio por nosotros y a la vez, colaborar con otros muchos que están pasando por nuestras mismas circunstancias, si de verdad queremos que nos escuchen y nos atiendan, para poner en vía de solución estos problemas.

martes, 13 de agosto de 2013

Personas con necesidades especiales


   La vida me ha hecho cambiar los sentimientos con los que me relaciono con mi entorno. El amor más ferviente que proceso es sin duda hacia mi familia más cercana, destacando como no podía ser de otra forma a mi compañera de viaje, mi mujer. Es para con ellos mi dedicación y ellos son mi consuelo. Pero también ocupan un lugar muy destacado aquellos hacia los que muy pocos prestan su atención, aquellos que no pueden llegar al lugar donde todo el mundo llega “las personas con discapacidad” y más en concreto las personas con discapacidad intelectual y las que tienen algún problema cognitivo y síndrome de Down. Se perfectamente que están protegidos por sus Padres y familiares. Mas yo tengo predilección por estas personas, me emociona el solo hecho de mencionarlas, pero hoy todavía no nos damos cuenta, que aparte de la protección de sus padres o familiares, también necesitan del apoyo de la sociedad, de su entorno más cercano, Esto que no es una obligación para nadie, pero si debiera de ser un valor social añadido. Por tanto, debemos entender que aquello que se minusvalora, no es tanto "ser persona con discapacidad", sino "hacerle sentir excluido “cuando debería ser parte de nuestras vidas. Por esto, habríamos de entender nuestra responsabilidad en este proceso de integración, de empequeñecernos nosotros y hacerlos a ellos grandes, pues son grandes en generosidad, grandes en amor y respeto. No se trata tanto de tratarlos como a pequeños, es más sencillo que todo eso… Ellos están limitados o con menos capacidades que cualquiera de los denominados “normales” ¿eso les hace menos personas? ¿Tienen menos derechos?, Debemos de saber prescindir de los delirios de grandeza y aprender a mantenernos en el nivel de los más humildes y sencillos, por ese camino ando o intento andar. La verdadera importancia de lo que podemos hacer cada uno está en asemejarnos (aunque solo sea un momento) a cualquiera de estas personas, tratar de comprenderlos, ver sus dificultades, los obstáculos físicos y psíquicos a los que se enfrentan a diario… Para terminar, la reflexión de hoy. Existen, y muy junto a nosotros, estas "personas" que las tenemos más abandonadas de lo que deberíamos, que no hacemos por ellos todo lo que está en nuestras manos. Ellos no se sienten socialmente abandonados ¿pero es así?¿están integrados o abandonados?. Cuando aparecen en nuestras vidas y ellos nos encuentran, se alegran porque se sienten integrados, parte de un todo, Quizá, si convencemos a quienes nos rodean de la bondad de estas personas, de que hay que hacer algo por ellos…entonces seríamos capaces de ver la verdadera naturaleza de la humanidad. Y ellos aprenderán que no han de desconfiar de la sociedad. No debemos de desfallecer al ayudar a los que se encuentran en riesgo de exclusión, quizá es poco lo que podemos hacer, pero es un paso, un comienzo… que como te dé el “gusanillo” nunca pararas.

lunes, 12 de agosto de 2013

Costumbres y tradiciones


   Observándonos de lejos, pudiéramos dar la impresión de que caminamos solos por esta vida, que vamos de por libre, que prima más la individualidad, pero la conclusión seria apresurada y errónea. Eso es algo fuera de toda duda. Este mundo lo recorremos todos juntos, para lo bueno o lo malo. Esto nos demuestra la interacción que existe entre todos nosotros. La cercanía y dependencia que adquirimos los unos con los otros. En sociedades pequeñas, nada de lo que le acaece a alguien, les es ajeno al resto, por lo tanto, esto viene a corroborar la teoría inicialmente expuesta, es decir, algo de todos, lo llevamos dentro de cada uno de nosotros, en nuestros genes. Somos por así decirlo, la herencia de nuestros antepasados, la suma de muchas diferencias. Esto no quiere decir, en absoluto, que seamos todos iguales, cada ser es único e irrepetible… En todas las costumbres descubrimos una visión subjetiva de la vida, es nuestra herencia cultural. Es la pretensión de unión entre el ayer, el hoy y el mañana. Todo cambia, eso es verdad, pero para actualizarse a los tiempos. Nuestra visión en el modo de afrontar la vida, viene sellada por hábitos ancestrales, con los que a veces, solo apostamos por el propósito de mantenerlos, pero sin mucho arrojo y colocamos el acento solo en lo que a nosotros nos importa o nos interesa… como si eso fuera lo más importante de todo y resaltara sobre lo demás. La vida en sociedad ha de reconciliase con los deseos o costumbres de la mayoría, eso sí, respetando a las minorías, aunque sus costumbres no las entendamos. En la constante búsqueda de nuestras raíces, muchas veces olvidamos lo más esencial, lo que nos ha unido siempre como colectividad, más allá de los intereses propios o particulares, están los deseos de prolongación de la sociedad, de que esta perdure perpetuamente… y tiene como elemento común o de unión las costumbres tradicionales que unen a todos en torno a una celebración, en  la memoria de un hecho, que fue significativo para todos, y que es bueno recordar… Al menos durante unos días se olvidan rencores, redencillas, envidias y otros factores que entorpecen la armonía social. Por ello es bueno conservar aquello que ha aportado y aporta paz, sosiego a la sociedad. No solo conservarlo sino robustecerlo y hacerlo imperecedero en el tiempo y motivo de orgullo para todos.

domingo, 11 de agosto de 2013

¿De que vale?


   La vida nos recuerda y además nos exige que estemos en una actitud activa y beligerante. Hay que estar alerta siempre, debemos vivir el momento, no fijarnos, en exceso, en el pasado. Pensando en el mañana, pero sin perder la perspectiva de lo que sucede a diario. Somos transeúntes en un mundo errante que no cesa en su transitar por el tiempo, pasa y nosotros pasamos con él. La diferencia es que nosotros tenemos un camino efímero. Nuestra meta está relativamente cerca. Hacia allí se dirige nuestros pasos, lo queramos o no, nuestra existencia es limitada. Vivamos la vida de una manera profunda, démosle un sentido, una razón a nuestra existencia. Ese sería el mayor, además, del único capital, que quizá, perdure tras nuestra partida. No vayamos solamente tras las riquezas que nos puede ofrecer este mundo. Abramos nuestra mente, pensemos en positivo. Pues según la mentalidad imperante en la mayoría de las gentes “tanto tienes, tanto vales” Las personas somos evaluadas por el patrimonio que poseemos, por la clase social a la que pertenecemos, raramente, por nuestra reputación, por el poder e influencia política que ejerzamos…etc. Todo ello, a la hora de valorar la condición de persona, no vale nada. La enfermedad y la muerte no conoce de riquezas o clases sociales, ni de juventud o de vejez… ¿de qué sirve entonces el dinero?, ¿de qué valdrá el poder o la fama? La respuesta es obvia “no servirá para nada” o para muy poco. Y, sera entonces, cuando estemos en esa “mala” situación (ante la enfermedad o la muerte), cuando volviendo la mirada hacia atrás, miremos a cuantos nos han rodeado y pensaremos ¿si han estado por nuestra personalidad o por nuestros bienes? Entonces nuestra visión, nuestros valores cambiaran profundamente. Lo que de verdad importa es la calidad de persona que seamos y la relación con nuestro entorno. Deberíamos de tener la suficiente inteligencia para apreciar el verdadero sentido de la vida y sus enseñanzas que se resumen en dos: “aprender y enseñar” Aprender de los que nos precedieron, mejorarlo, si se puede y transmitirlo a los que vienen detrás.

sábado, 10 de agosto de 2013

valores éticos


   Nuestros valores éticos deben ser incuestionables e inviolables. Esto, claramente, contrasta con el ambiente egoísta que nos tiraniza en estos tiempos, donde con frecuencia adaptamos estos valores a nuestra comodidad o dicho de otro modo, a nuestros antojos según sean las circunstancias que se nos rodeen. “Ver la paja en el ojo ajeno…”. Nadie afirmara que está en contra de los valores éticos, por todos reconocidos, ni nadie en público se opondrá a ellos. Pero ¿hasta qué punto ejercemos una doble moral? ¿Somos cocientes o inconscientes de la repercusión de nuestros actos? Nadie posee la verdad... Cualquiera que dijera que si la tiene, se descalificaría a sí mismo inmediatamente. La pregunta correcta sería: ¿de qué valores, de qué conciencia estamos hablando? ¿De la mía? ¿De la tuya? ¿Quién posee la piedra filosofal que marca la diferencia? Es evidente que nadie, puede ser que coincidamos en varios puntos, en ciertos valores, pero seguro que existe al menos otros tantos donde divergimos. A groso modo diremos que, la convivencia social no puede basarse en unos “valores laxos y a la carta”, donde cada uno vive como le parece, sin respetar los derechos de los demás. Este “valor personal”, lejos de acercarnos los unos a los otros, causa el efecto contrario… Nos abocaría irremediablemente a las arenas del abismo, a la ley de la jungla, donde solo sobreviven los más fuertes y el resto son devorados como despojo para las alimañas. Hay exigencias de convivencia básicas que no admiten interpretaciones raras, ni excepciones, ni adaptaciones a nuestro antojo.  En la memoria reciente tenemos ejemplo de enfrentamientos irracionales… afortunadamente para nosotros, eso queda en el pasado, enterradas en el olvido del tiempo. Pero que a veces es necesario desenterrarlas para que comprobemos hasta qué punto de inhumanidad e irracionalidad se llegó, como consecuencia de la ausencia de unas reglas o valores comunes y ampliamente aceptados y por tanto respetados. O cuando alguien no las aceptan y se las pasa por el arco del triunfo, según sea sus deseos u ocurrencias. Merece la pena ganarse el respeto, aprender a convivir, antes que admitir absurdas interpretaciones de lo que debe ser un “valor ético”.

viernes, 9 de agosto de 2013

Doctrina?


   Nuestro pensamiento, y por tanto, nuestros valores nos sitúa claramente frente a este mundo. Es radical este planteamiento, no admite medias verdades En numerosas ocasiones, frente al sufrimiento que se ha generado por diferentes motivos, el principal “la conllevada y maldita crisis económica”. Nosotros mismos u otros, escuchamos que debemos aguantar esta situación, que ya falta poco, que se ve la luz al final del túnel, que ya hay brotes verdes…..mientras vamos sufriendo recortes y acumulando sacrificios como si fuera esta la única forma de hacer frente a la crisis.  El sufrimiento tiene, para los que de verdad mandan, poco valor o nulo en sí mismo. Ellos imponen una doctrina, que por lo que ellos creen es infalible, pero con resultados desastrosos, para nosotros lógicamente, no creo que sean masoquistas y se propinen un buen recorte de salario… eso sí que sería dar ejemplo y bueno para la sociedad. Nosotros seguimos padeciendo sed y hambre de justicia social, el cansancio nos va venciendo y es duro seguir… A nadie le gusta sentirse abandonado, pero esa es la sensación que se percibe ahora, todos nos dejábamos ayudar... ¿pero por quién? ¿Quién aliviara el dolor físico y moral, las necesidades biológicas y económicas? Si hubiese alguien ¿Qué pasaría entonces?  ¿Habrá algún “loco” que luche por los derechos sociales? Toda lucha proviene del sacrificio previo, de la necesidad de un cambio, de una u otra forma, el cambio se dará. Pero este cambio puede ser socialmente bueno o perjudicial, todo depende del apoyo que reciba, de los objetivos que se persiga.  En el transcurrir de esta crisis, no encontramos un origen lógico para estos sacrificios tan desmesurados, para tanta pobreza y tantas penurias por la que estamos pasando (unos más que otros), que expliquen el cómo y por qué se ha llegado hasta aquí, queremos una respuesta para ello.  En el origen de todo esto estará la explicación y si algún día se llegase a saber la verdad… más de uno no solamente nos llevaremos las manos a la cabeza, sino que pediremos más acciones con rotundidad y contundencia.

jueves, 8 de agosto de 2013

bajar un diez por ciento


   Ahora, cuando parecía que el nivel de las aguas había bajado su intensidad, por las vacaciones estivales, llega el FMI y proclama a los cuatro vientos “que los salarios en España deben de bajar al menos un diez por ciento más”. Con estas premisas, desestabilizan a los pocos (afortunados) que aún tienen trabajo y provoca que el consumo se contraiga aún más. ¡Qué bien, lo tienen todo planificado! Han ido a por nosotros y en su “atinada” declaración han logrado darnos en toda la frente. Amargando con su anuncio, las ya de por sí, menguadas y austeras vacaciones de las gentes sencillas… Que ellos con sus fiestas y factos ibicencos y sus inacabables vacaciones en Saint-Tropez, se encargaran de vivir la vida “loca”… Pero poco después, la comisión ha ratificado estas declaraciones, el gobierno niega la mayor... pero cuando el rio suena… echémonos a temblar. Deberíamos de efectuar una reprobación de esta gente, que no representan a nadie y por nadie han sido elegidos “democráticamente” para desempeñar esas funciones y gobernar nuestras finanzas, deberíamos, repito, de reprobarles por haber propuesto esta idea demasiado cruel e inhumana, a la vez que equivocada y caduca en todos sus planteamientos. Son gente de carne y hueso, como nosotros, o al menos eso parecen. Tienen, pues, sus virtudes (pocas) y muchos defectos, el más grave "la avaricia". Esta declaración los aleja de nosotros y no nos ayuda a ver la finalidad que persiguen,  saber cuales son los objetivos de su política tan restrictiva y de austerocidio. Es este un camino por el que nadie debería de andar, pues nadie se merece este continuo ensañamiento. Dado que ya sabemos cuál ha sido el resultado en otros países, nada halagüeño, no se deberían aceptar estas sugerencias-obligaciones. Lo que más nos cuesta aceptar es que nosotros tengamos que continuar haciendo restricciones, acortando gastos muy necesarios… a través de someternos a sus “sugerencias”, a la renuncia a una vida normalizada, a todo derecho y por tanto condenarnos a sufrir este duro sacrificio, mientras ellos elevándose su "superlativo" sueldo. Dormidos como estamos en una sociedad que proclama el éxito rápido, el aprender sin esfuerzo, y conseguir el máximo provecho con el mínimo esfuerzo, es fácil que acabemos cediendo ante los caprichos de estos señores, eso sí, en espera de ver que nueva tesitura de recortes se les ocurre para fastidiarnos a todos. Mientras el gobierno con un “Si Boana” tiene bastante para justificarse, olvidando que representan los intereses de los ciudadanos, nunca de los poderes financieros y económicos, pero claro eso lo recordaran cuando lleguen las elecciones.

miércoles, 7 de agosto de 2013

In crescendo



   A menudo escuchamos expresiones como “ya no puedo más, me fallan las fuerzas”, y lo dicen personas que hasta hace bien poco, las creíamos fuertes y con poderío. Piden nuestra ayuda, nos piden consejo, tienen necesidad de lo más básico.  Bajo su óptica, ven el mundo en negativo, les fallo la esperanza. Ellos que hasta hace poco pertenecían a una burguesía en auge, a una clase en cierta manera privilegiada, ganaban el dinero con facilidad, mucho dinero, pero con la misma facilidad que les llegaba, se les iba de las manos, lo derrochaban, hacían ostentaciones de “nuevos ricos”….Pero con la crisis, todo se les acabo, lo perdieron todo: casas, coches, trabajo, amigos e incluso la propia familia, por perder perdieron hasta la dignidad… rebajándose a hacer “cosas” que hasta ese mismo momento, ni se planteaban de realizar. Cavaron su propio pozo y ahora les es imposible de salir de él. Su pensamiento ronda en el convencimiento de que cualquier tiempo pasado fue mejor… y que ahora estamos en una etapa difícil, dura y sin salida digna para nadie. Cada día como el anterior, no hay nada nuevo que decir, ni tampoco nada nuevo por hacer. Evidentemente, se trata de personas que, en su mayoría, han vivido la llamada “dolce vita”, no es que nadie les haya regalado nada, no es que hayan vivido por encima de sus posibilidades, simplemente vivian su propio cuento en "wonderland"… es que han sido víctimas, como tantos otros, de esta estafa llamada crisis o recesión. Ven con un cierto tono de tristeza que el mundo ha cambiado tanto, desde ese inicio de la crisis, que quizás vivían antes en un espejismo, y notan que ellos no se han sabido adaptar a estas nuevas condiciones. Esta experiencia nueva y desconocida hasta ahora para ellos, les deja perplejos y sin capacidad de reacción cuando, de hecho, quizás están a las puertas de una nueva oportunidad que les conviene aprovechar, pero no la ven. Debemos nosotros, de pensar en aquellas madres que piden comida y vestido para sus hijos, a ellos que nunca les falto de nada, ahora no tienen ni para cubrir las necesidades vitales. El techo que les cubre es el de algún familiar, posiblemente los padres o de los abuelos, que le han acogido, pues perdieron su hogar y les quedo la deuda, que se va incrementando día a día, como es sabido por todos. Nadie puede quedar sorprendido, aunque parezca que todo esto se sale de los esquemas. Es la pura realidad. No obstante, en esta realidad humana se manifiesta la humildad de las personas y la corriente de solidaridad que se canaliza hacia los más menesterosos de la sociedad. La fe en la humanidad no es patrimonio de unos cuantos, ni tampoco es propiedad de los que se creen mejores o más inteligentes ¿Cuál debería de ser nuestra actitud hacia ellos? ¿debemos negarles el pan y la sal?, o compadecernos de ellos y ayudarles a salir hacia delante. Esto último, está ocurriendo en el corazón de personas de las que no hubiéramos sospechado que serían tan solidarias, con su actitud a favor de los más necesitados, nos dan el ejemplo, se olvidan de lo que un día fueron y ven lo que ahora son... “Personas con necesidades”, por desgracia son muchas y el número va “in crescendo” ,e inversamente proporcional, los recursos disminuyendo, a un paso, que quizás, los que hoy ayudan necesitaran ser ayudados en un futuro no tan lejano. 

lunes, 5 de agosto de 2013

Actitud Prudente


   Hoy, como en ocurre en todos lados, pueden aparecer voces prudentes para cuestionar si vale la pena el esfuerzo y la dedicación diaria a nuestros “asuntos”. Nunca es tarde para auxiliar a todo el que lo necesita, seria una respuesta adecuada, para encontrarle una salida airosa. Poco deben de esperar de nosotros, pues poco se puede ofrecer… Este razonamiento es lógico, además de prudente y realista. Un dicho popular dice “Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no te consideres obligado a llevársela”. Nosotros somos incapaces, físicamente nos es imposible soportar la carga de los demás, es demasiado pesada para nuestras doloridas espaldas… olvidamos frecuentemente valorar nuestras capacidades, nuestras fuerzas, entre ellas la moral, que a veces va de capa caída. Es imposible, que con los medios muy limitados que disponemos, dar la cobertura adecuada a cada uno, y lo peor, si se da, mantenerla en el tiempo. Por ello debemos optar por una actitud que sea real y adecuada. No se dan cuenta de que nuestros medios son muy escasos... es a otros a quien corresponde dar esa cobertura, ofrecer esa ayuda. Nosotros, voluntariamente, nos hemos comprometido a gestionarla, a cofinanciarla, con proyectos bien definidos, con objetivos claros y sobre todo poniendo tesón y nuestro tiempo. Supone, por así decirlo, un ahorro para las administraciones. Pero lo que no nos pueden pedir es que hagamos el milagro del pan y los peces… con bastante menos recursos, no se puede dar el mismo resultado, y eso nos exigen, recordarles lo obvio: dos más dos igual a cuatro, elemental, de primero de básica… No nos iría mal recordar aquí que siempre se cuantifican los medios tangibles, pero no debemos olvidar nunca, que se ha de contabilizar los medios humanos (voluntarios), o lo que es lo mismo las personas dedicadas “en cuerpo y alma” a hacerlo viable, estos recursos (humanos), casi nunca se cuantifican, “quien les pone precio” pero por fortuna, siempre están ahí. Este optimismo no se fundamenta por la ausencia de dificultades, que las hay como son: las resistencias sociales y administrativas, los errores personales y de organización... sino en la fe en el género humano, en que siempre van a responder a nuestra llamada a la solidaridad…Los milagros existen y los tenemos más cerca de lo pensamos, quizá, sentados a nuestro lado. Sería aconsejable que todos, ante las dificultades, antes de rendirnos, diéramos una oportunidad al optimismo. Contamos con personas, pero nos falta otra parte "sine qua non" se puede hacer nada, como son los recursos. Ojalá que pudiéramos decir que somos autosuficientes en todos los sentidos. Pero “Donde manda Patrón…” sin recursos no somos nada, y se necesitan y muchos para hacer la vida más sencilla a quien lo pudiere necesitar, pero siempre tomando como la primera norma la inclusión  social y la lucha contra la pobreza.

domingo, 4 de agosto de 2013

contrariedades


   Hoy, visto lo visto, nos podemos preguntar: ¿Cómo  llenamos nuestro tiempo en vacaciones? ¿Solo descansamos? Verdaderamente nos es preciso y saludable disponer de un tiempo de relajación, pero eso no significa que solo comamos, bebamos, nos vayamos de fiesta… Nuestra felicidad no consiste solo en buenas comidas, coches nuevos y de gran cilindrada, vacaciones a los lugares más paradisíacos tomar el sofá como nuestro sitio favorito, beber la cerveza fresquita o gastar el dinero en cosas inútiles e innecesarias. Todas estas cosas (o algunas) pueden ser necesarias, pero muchas son prescindibles. En sí mismas no pueden saciar las necesidades básicas de nuestra vida, y, por tanto, hay que administrar nuestro tiempo y recursos con mesura. Así lo debemos de reconocer pues solo son cosas mundanas, pero, cuando, ya se prolonga el descanso y la juerga demasiado tiempo, aburre (por lo menos a mí me ocurre), no colma nuestros deseos y frustra nuestro descanso. Ese modo de vida, esta, de cierta manera bien, si es poco tiempo “lo bueno si breve dos veces bueno”. El descanso es bien necesario, preciso para reponer energías, ese es su sentido, ese su objetivo, solamente si vemos la vida desde otro punto de vista, en la distancia, entonces, lograremos ver la grandeza de lo que tenemos y de lo que hacemos en la rutina diaria. También puede ser una experiencia para cada uno de nosotros. Y es que las cosas materiales, son vánales, son caducas y pasan; por contraste, las acciones que desarrollamos durante el resto del año, son importantes y algunas duran para siempre, y son las únicas que pueden llenar de satisfacción nuestro ser y dar un sentido de utilidad a nuestra vida. Es, paradójicamente, en tiempos de vacaciones, cuando alcanzamos a valorar la importancia de nuestros quehaceres diarios y valoramos en su justa medida a la gente con la que nos relacionamos. De ahí la importancia del descanso, todos descansan de nosotros y nosotros de todos.

sábado, 3 de agosto de 2013

Proyecto de vida


   Hoy os invito a hacer una nueva reflexión, esta vez sobre nuestras metas en la vida. ¿Realmente las tenemos?, para nosotros es un contrasentido plantearnos objetivos a estas alturas, “Nunca es tarde si la dicha es buena…” pero este planteamiento nos ayudará a elaborar algunos proyectos importantes para nuestro futuro caminar por este mundo. Proyectos que irán cambiando en la medida que cambien nuestras circunstancias. Esta reflexión remarca una actitud que es aparentemente correcta, pero poco realista e incluso egoísta. El hecho de pensar solo en nosotros o en todo caso en nuestro entorno familiar más cercano. Esta, por desgracia, es la realidad que hoy podemos encontrar en muchas personas y, quizás también en nosotros. Mucha gente piensa en el futuro, a corto o medio plazo, pero siempre en lo que nos puede afectar individualmente, tanto en factores positivos o negativos, según proceda. ¿Quién piensa en otros?, ¿Cómo les vendrá la vida?¿qué implicación personal tendremos en ese futuro?¿estaremos tan siquiera aquí para vivirlo? En primer lugar, es necesario y justo elaborar una respuesta adecuada y por tanto correcta. Es cierto que  no se puede elaborar proyectos personales en los que entre terceros que no forman parte del círculo familiar cercano (los que conviven en el mismo hogar), echamos en falta la afirmación de Alejandro Dumas en los tres mosqueteros “uno para todos y todos para uno”, esta afirmación no deja lugar a la indiferencia, sino que abre la puerta a un futuro en la que estemos todos, sin exclusión y en plena igualdad de oportunidades, contar con las mismas armas. Es pues un canto a la esperanza. Hace falta un proyecto global, un proyecto común, al margen de aquellos otros proyectos que con carácter personal pudiésemos tener., un proyecto con unas reglas de juego claras, en las que quepan todos, que se prime la unión de intereses y la solidaridad de todos, un proyecto básico pero que a la vez colme las legítimas aspiraciones que cualquiera pudiésemos tener, eso sí, con esfuerzo y tesón. No regalar nada, pero que tampoco te priven de aquello que por pura lógica tienes derecho. En definitiva deben de coexistir tanto los proyectos personales, que serán más ambiciosos o menos, como igualmente los proyectos comunes, si es que queremos avanzar y dejar atrás estas penurias.

viernes, 2 de agosto de 2013

tender la mano


   Para quienes nos conocen desde siempre, no les resulta difícil de entendernos. Nosotros conocemos también a aquellos que en vez de escucharnos, se escandalizan ante cualquier opinión que les sea desfavorable o crítica con sus intereses (particulares o partidistas). Se definen como nuestros amigos, vecinos o gente que nos aprecia, pero justamente son lo contrario y a la menor oportunidad “te clavan el puñal por la espalda”. A ellos no les importa “el qué dirán”, siempre que se salgan con la suya. Nosotros que si tenemos dignidad (o al menos eso presuponemos), si tenemos la decencia de ir de frente, no ocultamos nada, porque nada tenemos que ocultar, no provocamos envidias, ni hacemos ostentaciones para simular ser lo que en realidad no somos. Sea como sea, nos encontramos a menudo con cierta “categoría de personas” a quienes, a pesar de todo, apreciamos y por ello queremos aconsejarles bien, pero son quienes menos nos escuchan. Debemos tener presente, que son más palpables los defectos que las virtudes, pero es necesario visualizarlo todo. Sabemos que es difícil pero a la vez necesario. No existe persona perfecta. Todos de una manera u otra tenemos defectos, y por ahí debemos de comenzar, reconociendo nuestras limitaciones. No hace falta decir que, quizás, nosotros también necesitemos, una cura de humildad, estar dispuestos a reconocer nuestras equivocaciones, implorar el perdón, si fuese necesario, y establecer unos valores que nos den esa fuerza moral, tan necesaria en estos tiempos de dificultad. No  se puede castigar a nadie por no seguir “nuestras normas”, por no escuchar... los consejos son solo eso, consejos y son como las lentejas “o las comes, o las dejas” Es evidente que la tristeza nos llena cuando vemos hundirse en el abismo a ciertas personas, pero hay que recordar que es su elección, no la nuestra. A veces están tan cegados, tan obstinados… que es mejor no aconsejarles, dejarles continuar… hasta que lleguen al final y reconozcan su error, es entonces, solo entonces, cuando le tenderemos la mano, esa mano que siempre ha estado ahí, pero en esas circunstancias la necesita más que nunca. Son momentos en los que no le podemos fallar, o toda nuestra palabrería, habrá siso inútil. Y nosotros, lo mismo tendremos que replantearnos nuestros valores para que lleguen a todos aquellos a quienes queremos “ayudar”, pero que no quieren escucharnos.

jueves, 1 de agosto de 2013

Condiciones


   Cuando se dice la verdad, esta nos ahorra la dureza del vivir en la innocuidad. ¡La advertencia es clara! No se puede consentir las falacias, las mentiras. No pueden  quedarse impolutos. Ahora debemos valorar libremente lo que se nos cuenta como verdad. Estrujarnos el celebro con todas nuestras fuerzas, y valorar lo que pesa más, lo que tiene más sustancia, no lo que es más escandaloso.  O por el contrario olvidarnos de todo y dejarnos llevar al borde del precipicio, de la muerte en vida, que es esta recesión económica tan prolongada. O estamos con la verdad o estamos contra ella, no hay medias tintas. En este caso, la mayoría optaremos  por la verdad y la justicia.
  Lo que de verdad deseamos es llevar una vida digna teniendo un trabajo adecuado, en el puesto que ocupamos en la pirámide social, es nuestra legítima aspiración. Sin embargo, tenemos en nuestro interior la experiencia de que son muchos años viviendo en la penuria, cada vez más oscura y no se le ve el final. No debemos dejarnos impresionar por espejismos propios de la época estival en la que nos encontramos. Deseamos ver el fin pero deberíamos poner los pies en tierra y ser más sensatos. En cambio nos dejamos llevar por nuestros deseos y vemos luz donde no hay ni un triste candil para iluminarnos. ¿Cómo intentaremos dar un verdadero sentido a nuestras vidas? Nosotros solos no podemos hacer mucho. Sólo si nos unimos y obramos en consecuencia, así podremos lograr salir de esta penosa situación y pertenecer a un mundo más justo. Simplemente no tenemos la seguridad de lograrlo, de salir con tiempo de poder restablecer la justicia social, de volver a nuestra vida habitual y a veces, hasta cansina. Debemos de procurar que cada jornada nos aleje de la pobreza, pero salir todos, no solo unos pocos, que además, se benefician de la desgracia de los demás y les imponen unas condiciones de vida que buenamente se podrían calificar de inhumanas. Con esta frase se reivindica el trabajo, pero en condiciones dignas, es una invitación a reflexionar con responsabilidad. No se trata de tener miedo a la competencia de otros países, hay que competir pero en calidad, no en precios, si los precios son bajos y la calidad también, no haremos más que perder mercados, siempre a costa de perder empleo y bajar los salarios ¿Qué solución es esa? Queremos vivir en la esperanza de que este tiempo pasara, nuestra felicidad y todo lo que podamos imaginar, pasa por la recuperación, pero no a cualquier precio, no con más pobreza. No se debe de dejar pasar oportunidades. Contra las visiones puramente catastróficas de esta realidad es necesario que recuperemos la visión de un mundo hecho para ser habitado por personas, no por esclavos. Nada mejor que salir fortalecidos de esta crisis y que se restaure el bienestar social perdido.