Ahora,
cuando parecía que el nivel de las aguas había bajado su intensidad, por las
vacaciones estivales, llega el FMI y proclama a los cuatro vientos “que los
salarios en España deben de bajar al menos un diez por ciento más”. Con estas
premisas, desestabilizan a los pocos (afortunados) que aún tienen trabajo y
provoca que el consumo se contraiga aún más. ¡Qué bien, lo tienen todo
planificado! Han ido a por nosotros y en su “atinada” declaración han logrado darnos
en toda la frente. Amargando con su anuncio, las ya de por sí, menguadas y
austeras vacaciones de las gentes sencillas… Que ellos con sus fiestas y factos
ibicencos y sus inacabables vacaciones en Saint-Tropez, se encargaran de vivir
la vida “loca”… Pero poco después, la comisión ha ratificado estas
declaraciones, el gobierno niega la mayor... pero cuando el rio suena… echémonos
a temblar. Deberíamos de efectuar una reprobación de esta gente, que no
representan a nadie y por nadie han sido elegidos “democráticamente” para
desempeñar esas funciones y gobernar nuestras finanzas, deberíamos, repito, de
reprobarles por haber propuesto esta idea demasiado cruel e inhumana, a la vez
que equivocada y caduca en todos sus planteamientos. Son gente de carne y
hueso, como nosotros, o al menos eso parecen. Tienen, pues, sus virtudes (pocas) y muchos defectos, el más grave "la avaricia". Esta declaración los aleja de nosotros y no nos ayuda a ver la finalidad que persiguen, saber cuales son los
objetivos de su política tan restrictiva y de austerocidio. Es este un camino por el que nadie
debería de andar, pues nadie se merece este continuo ensañamiento. Dado
que ya sabemos cuál ha sido el resultado en otros países, nada halagüeño, no se deberían aceptar estas
sugerencias-obligaciones. Lo que más nos cuesta aceptar es que nosotros
tengamos que continuar haciendo restricciones, acortando gastos muy necesarios… a
través de someternos a sus “sugerencias”, a la renuncia a una vida normalizada, a todo derecho y por tanto condenarnos a sufrir este duro sacrificio, mientras ellos elevándose su "superlativo" sueldo. Dormidos como estamos en una sociedad que proclama
el éxito rápido, el aprender sin esfuerzo, y conseguir el máximo provecho con el
mínimo esfuerzo, es fácil que acabemos cediendo ante los caprichos de estos
señores, eso sí, en espera de ver que nueva tesitura de recortes se les ocurre
para fastidiarnos a todos. Mientras el gobierno con un “Si Boana” tiene
bastante para justificarse, olvidando que representan los intereses de los
ciudadanos, nunca de los poderes financieros y económicos, pero claro eso lo
recordaran cuando lleguen las elecciones.
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