Ciertamente,
que a veces sin darnos cuenta nos comportamos como un padre o madre exigentes,
porque nos preocupa la situación de nuestro entorno, pero esto no significa que
seamos perversos para con ellos. Cuando les exigimos más responsabilidad, más
compromiso es porque sabemos que pueden hacerlo, crecer como personas, asumir
responsabilidades. El único requisito es colaboración desinteresada. Se puede
sufrir por agotamiento, pero también se puede gozar y disfrutar del trabajo
bien realizado. La humildad hacia los demás nos libera de una pesada carga y
ensancha nuestro punto de vista sobre cuestiones vitales. Por eso, debemos aceptar nuestro compromiso, de
renunciar a ser nosotros lo primero, a las metas personales que solo sirven para
hacer crecer el ego y matar nuestra fidelidad. Aunque, en ocasiones nos
cueste de obrar conforme a nuestra conciencia, incluso a pesar de los “bajones” de
ánimo que ocasionalmente nos pueden dar, debemos sobreponernos para cumplir siempre con el compromiso que hemos adquirido en uso de nuestra libertad, con ello lograremos llenarnos plenamente de satisfacción. Ocurre, a veces, cuando después de un día largo de mucho trabajo, donde los problemas nos asedian y no paran de crecer o generarse otros nuevos.. suele ser este, un día agotador, que
acabaremos completamente cansados, pero al acostamos notaremos una sensación interior
de satisfacción, de paz…No se cambiaría esa sensación por nada de este mundo…fue ese día, uno, donde hubo algunos instantes de intenso desbarajuste y confusión, donde los objetivos nos pusieron a prueba con gran
resistencia, pero al final terminamos por vencer y todo, por cuesta arriba que se nos hiciesen, al final conseguimos que se rindieran a nuestros pies. Se pasaron unos momentos angustiosos, penosos, pero una vez logrado nuestro propósito, enseguida
se olvidan, sobre todo cuando se comprueba que ha merecido la pena... Después, conciliamos
el sueño en paz y contentos: Al día siguiente, se comienza con nuevos bríos,
no nos encontramos para nada cansados, pero si, con la suficiente fuerza para enfrentarnos a
nuevos retos o a las dificultades diarias de costumbre. No
obstante, otras noches nos sucede lo contrario, seguramente será motivado por
un problema grave que no pudimos resolver, que nos preocupa en exceso, tanto por no haber encontrado una
solución viable que nos satisfaga a todos... nos obstinamos demasiado, pensamos si
no encontramos nosotros la solución para este problema nadie lo hará. Pero debemos recordar que solo tenemos la condición de "voluntario” de
colaboradores, nunca de salvadores, esa será misión de otras personas que
tienen el poder y disponen de recursos para ello. Más a pesar de este
razonamiento lógico, nos vamos a la cama, que no a dormir muy
preocupados... Todo ello nos viene a recordar que con solo la voluntad no
basta, hace falta algo más... pero no está en nuestras manos, no tenemos una
varita mágica que de un plumazo solucione y haga desaparecer el sufrimiento, el
dolor, la pobreza…No se puede por ello martirizarnos, haremos bien en
descansar, coger nuevas fuerzas, muchísima
confianza, pensar solo en ayudar a los que buenamente podemos y dejar de
angustiarnos por la quietud que tienen los que sí podrían, si quisiesen,
ayudar; Allá cada cual con su conciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario