Por
estas fechas, para algunos es tiempo de gastos desenfrenados, de falsa
opulencia, de falsa humildad o solidaridad, de muchísima gula, de despilfarro
en el comer, y, gastos inútiles en regalos igualmente inútiles, porque si no regalásemos
a nuestros seres queridos o allegados, estas personas no son nada para nosotros
(vaya excusa consumista)… y tanta necesidades que tienen otros… nos viene a la
cabeza un pensamiento que se repite una y otra vez, “siempre que llueve,
escampa…” es esta frase muy socorrida para incrementar una fe ciega en la cercanía
del final de la crisis, se repite hasta la saciedad, se utiliza como excusa.
Así, se habla, por ejemplo: del final del túnel, de los brotes verdes, de los
signos que ya se aprecian… pero en realidad nadie los percibe… De esta manera,
una persona queda fácilmente fascinada, confusa e indecisa…. El problema es que
no hay motivo para prolongar esa paciencia, ni para lo bueno, ni para lo malo.
La fama o el prestigio, que se suponen tienen las personas responsables de buscar
y aportar soluciones, quedan en el pasado y se pierde si carece de ideas o
respuestas inmediatas. Es lo que les sucede con tanta falacia que diariamente vierten
ante tanta necesidad como hay, deben comprender que no solo con buenas palabras
o deseos se pone la mesa, se paga hipotecas o gastos varios derivados del
consumo diario… nos están diciendo y nos repiten que ya queda muy poco para el
fin. Dicho de otro modo, que pronto se
acabaran las penurias, que pronto encontraremos todos un trabajo… ¿Esto quiere
decir que la recuperación va en serio? Se puede afirmar que lo hace con todas
las consecuencias, que se va a percibir por todos, si eso es así, asumiríamos por
bueno todo lo que hemos pasado o sufrido. Rastreando las palabras que nos han dicho últimamente,
podemos apreciar que no representan tampoco un “expediente limpio”. Siempre que
se escribe el acontecer oficial, se hablará de la grandeza, de los grandes
logros obtenidos... se ocultara por todos los medios los fracasos, todos los
abusos…confiando que la memoria colectiva al ser de tan corta duración, acabe
por olvidarlos. Esto no es un caso único, basta con buscar en nuestro pasado
para encontrar que en la historia oficial no se muestra los fracasos de nuestros
antepasados, siempre aparecerá las glorias pasadas, aunque algunas fuesen
inexistentes, se olvidaran de anotar las mentiras, los desengaños y a los
fracasados, o se les hará referencia muy
de pasada… Los problemas siempre se eluden y nunca se les otorga una solución factible
y duradera… Los culpables somos todos pues es más fácil para nosotros vivir en
la luna, que ver la dura realidad que se observa al tener los pies en tierra.
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