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martes, 17 de diciembre de 2013

Tiempo de contrariedades


   Por estas fechas, para algunos es tiempo de gastos desenfrenados, de falsa opulencia, de falsa humildad o solidaridad, de muchísima gula, de despilfarro en el comer, y, gastos inútiles en regalos igualmente inútiles, porque si no regalásemos a nuestros seres queridos o allegados, estas personas no son nada para nosotros (vaya excusa consumista)… y tanta necesidades que tienen otros… nos viene a la cabeza un pensamiento que se repite una y otra vez, “siempre que llueve, escampa…” es esta frase muy socorrida para incrementar una fe ciega en la cercanía del final de la crisis, se repite hasta la saciedad, se utiliza como excusa. Así, se habla, por ejemplo: del final del túnel, de los brotes verdes, de los signos que ya se aprecian… pero en realidad nadie los percibe… De esta manera, una persona queda fácilmente fascinada, confusa e indecisa…. El problema es que no hay motivo para prolongar esa paciencia, ni para lo bueno, ni para lo malo. La fama o el prestigio, que se suponen tienen las personas responsables de buscar y aportar soluciones, quedan en el pasado y se pierde si carece de ideas o respuestas inmediatas. Es lo que les sucede con tanta falacia que diariamente vierten ante tanta necesidad como hay, deben comprender que no solo con buenas palabras o deseos se pone la mesa, se paga hipotecas o gastos varios derivados del consumo diario… nos están diciendo y nos repiten que ya queda muy poco para el fin. Dicho de otro modo,  que pronto se acabaran las penurias, que pronto encontraremos todos un trabajo… ¿Esto quiere decir que la recuperación va en serio? Se puede afirmar que lo hace con todas las consecuencias, que se va a percibir por todos, si eso es así, asumiríamos por bueno todo lo que hemos pasado o sufrido.  Rastreando las palabras que nos han dicho últimamente, podemos apreciar que no representan tampoco un “expediente limpio”. Siempre que se escribe el acontecer oficial, se hablará de la grandeza, de los grandes logros obtenidos... se ocultara por todos los medios los fracasos, todos los abusos…confiando que la memoria colectiva al ser de tan corta duración, acabe por olvidarlos. Esto no es un caso único, basta con buscar en nuestro pasado para encontrar que en la historia oficial no se muestra los fracasos de nuestros antepasados, siempre aparecerá las glorias pasadas, aunque algunas fuesen inexistentes, se olvidaran de anotar las mentiras, los desengaños y a los fracasados,  o se les hará referencia muy de pasada… Los problemas siempre se eluden y nunca se les otorga una solución factible y duradera… Los culpables somos todos pues es más fácil para nosotros vivir en la luna, que ver la dura realidad que se observa al tener los pies en tierra.

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