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martes, 24 de septiembre de 2013

Con tu ejemplo


    “Dar ejemplo” seria lo aconsejable, lo que deberían de hacer aquellas personas que se sitúan en la primera línea (política, institucional, deportiva, etc.) con ese ejemplo, desde siempre, se nos ha enseñado el comportamiento social. Desde siempre, nos han embelesado con palabras subjetivas, con palabras apasionadas, pero sobre todo con buen ejemplo. También si quieres obtener buena cosecha, se ha de sembrar la semilla del “buen hacer”, para que se actué con cordura, con actitudes meditadas, que se manifieste ese ejemplo a través de la sabiduría. Para que, efectivamente, nos sirvan de ejemplo, su actitud ha de ser recta, honorable, ejemplar… Así con esa actitud, su resplandor hará que le imitemos y depositemos en ellos nuestra confianza, al comprobar su proceder. Para que creamos en sus palabras, el examen con el que verificar su verdad, debe ser completo: de ideas, de conciencia, de acción… al final puede que pasen la prueba como consecuencia del fruto de su trabajo. ¿Quién no se siente ofendido?, pues a pesar de insistir una y otra vez… nos siguen “tomando el pelo”. Al mismo tiempo es más que frecuente que se vista la mentira con algún que otro dato verdadero, pero siguiendo la fórmula de las proposiciones: mentira + verdad + verdad = mentira. Se nos dice lo que necesitamos saber, no más información de la estrictamente necesaria. También nosotros, tenemos parte de culpa, aunque escucharlos es preciso, no lo es que comulguemos con “ruedas de molino”. Convendría que nos preguntásemos si luchamos y procuramos vencer los obstáculos que encontramos en todo momento ¿Dedico diariamente unos minutos a pensar, a escuchar y a actuar? es necesario que pensemos continuamente en lo que deseamos… que visualicemos el futuro y los caminos para llegar a él. Esta reflexión nos sirve de ayuda y si fuese necesario, escribiremos nuestros objetivos en un lugar visible, con el fin de verlos y leerlos todos los días, hasta conseguirlos. Y, finalmente, es preciso de cumplirlos, que tengamos claro nuestra “hoja de ruta”, que estén bien definidos los pro y los contra, si queremos avanzar. ¡Debemos poner en práctica aquello que deseamos! Por eso será bueno que nos preguntemos si me dejo convencer cuando lo que se me dice “me gusta” o parece un objetivo fácil, o, por el contrario, cierro mis oidos cuando se nos pide renunciar al bienestar, a los bienes materiales o al tiempo para el descanso..., ¿Caeremos en la trampa cuando vengan tiempos mejores?. Es una respuesta tan obvia que todos sabemos la respuesta, y no es que seamos mejor o peor que nadie, es que es el camino para avanzar, el camino que nos conducirá a una felicidad más duradera, o eso creemos.

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