“Dar ejemplo” seria lo aconsejable, lo que deberían de
hacer aquellas personas que se sitúan en la primera línea (política,
institucional, deportiva, etc.) con ese ejemplo, desde siempre, se nos ha
enseñado el comportamiento social. Desde siempre, nos han embelesado con
palabras subjetivas, con palabras apasionadas, pero sobre todo con buen
ejemplo. También si quieres obtener buena cosecha, se ha de sembrar la semilla
del “buen hacer”, para que se actué con cordura, con actitudes meditadas, que
se manifieste ese ejemplo a través de la sabiduría. Para que, efectivamente, nos
sirvan de ejemplo, su actitud ha de ser recta, honorable, ejemplar… Así con esa
actitud, su resplandor hará que le imitemos y depositemos en ellos nuestra
confianza, al comprobar su proceder. Para que creamos en sus palabras, el
examen con el que verificar su verdad, debe ser completo: de ideas, de conciencia,
de acción… al final puede que pasen la prueba como consecuencia del fruto de su
trabajo. ¿Quién no se siente
ofendido?, pues a pesar de
insistir una y otra vez… nos siguen “tomando el pelo”. Al mismo tiempo es más
que frecuente que se vista la mentira con algún que otro dato verdadero, pero
siguiendo la fórmula de las proposiciones: mentira + verdad + verdad =
mentira. Se nos dice lo que necesitamos saber, no más información de la estrictamente
necesaria. También nosotros, tenemos parte de culpa, aunque escucharlos es
preciso, no lo es que comulguemos con “ruedas de molino”. Convendría que nos
preguntásemos si luchamos y procuramos vencer los obstáculos que encontramos en
todo momento ¿Dedico diariamente unos minutos a pensar, a escuchar y a actuar? es
necesario que pensemos continuamente en lo que deseamos… que visualicemos el
futuro y los caminos para llegar a él. Esta reflexión nos sirve de ayuda y si
fuese necesario, escribiremos nuestros objetivos en un lugar visible, con el
fin de verlos y leerlos todos los días, hasta conseguirlos. Y, finalmente, es
preciso de cumplirlos, que tengamos claro nuestra “hoja de ruta”, que estén bien
definidos los pro y los contra, si queremos avanzar. ¡Debemos poner en práctica
aquello que deseamos! Por eso será bueno que nos preguntemos si me dejo
convencer cuando lo que se me dice “me gusta” o parece un objetivo fácil, o,
por el contrario, cierro mis oidos cuando se nos pide renunciar al bienestar, a los
bienes materiales o al tiempo para el descanso..., ¿Caeremos en la trampa
cuando vengan tiempos mejores?. Es una respuesta tan obvia que todos sabemos la
respuesta, y no es que seamos mejor o peor que nadie, es que es el camino para avanzar,
el camino que nos conducirá a una felicidad más duradera, o eso creemos.
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