Siempre
existe, al menos, dos interrogantes sobre un mismo asunto, y si hay dos, las respuestas se multiplican por
el infinito, sin contar cuando se cae en la ambigüedad. El interrogante
principal que tenemos es sobre nosotros mismos ¿Qué piensa la gente de mi? la
respuesta es de pura lógica. Los hay que le parece, nuestra actitud, correcta,
están totalmente de acuerdo con nuestra forma de pensar, con nuestra manera de
actuar… más no se atreven a compartirla por miedo al “qué dirán”. Los hay, así
mismo, que no sienten ni frío, ni calor, “pasando olímpicamente”,
solo tiene tiempo para ellos (egocéntricos)…Otros prefieren que seamos nosotros
los que giremos a su alrededor y “bailemos al son que ellos nos toquen”. Pero
nuestra intención es implicar a todos en la resolución de situaciones peliagudas, esos problemas que
a todos nos atañe y asfixian, debemos comprometer a la familia, a los vecinos, a los compañeros de trabajo, a
los amigos, a nuestro entorno social más cercano... Mirar a ese entorno y tratar sus
problemas como si fuesen propios. Debemos de ser más o menos corresponsables, implicarnos directamente. Pero la mayoría de las soluciones a los problemas que se plantean, las aportan quienes se preocupan, por nuestra “gente”... Y esa respuesta nos dice mucho de su grado de
implicación, de su interés, ademas, nos informa y hace que nos demos cuenta de que aquello que más precisan, que más desean, lo
tienen justo a su lado. "La actitud positiva que posibilita la acción de ayudar a los demás", entregarse, contribuir
a la solución de los problemas (económicos, sociales, familiares). Estas acciones conjuntas en la sociedad, nos
ayudan a sintonizar, a descubrir un punto de encuentro de los unos con los
otros, para ir más allá...a un compromiso certero con la solución definitiva y duradera de los problemas, para revitalizar la convivencia. Es esta, una cuestión
fundamental, que llama a la puerta de nuestro corazón, que nos pide un compromiso sincero a cada uno de nosotros: una adhesión o un rechazo; una fidelidad o una
indiferencia; Hacer el camino todos juntos, lograr un acercamiento aunque solo
sea por simple cordialidad... Esta cuestión es determinante, los
problemas nos unen a todos ¿Qué actitud tomaremos?¿Queremos de verdad ayudar
o entorpecer? ¿Hay en nosotros una sincera disposición a comprometernos?
¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestro tiempo libre en beneficio de los demás? Con nuestra respuesta, nos retrataremos de cara a esta sociedad, a la
que queramos o no, pertenecemos.
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