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lunes, 9 de septiembre de 2013

Libertad


   La libertad es un concepto abstracto de difícil definición; en principio, está vinculada a la facultad que posee todo ser vivo para llevar a cabo una acción de acuerdo a su propia voluntad. ¿Quién nos da ejemplo de libertad? Constantemente hablamos del tema. Pero, a diferencia de lo que nos aseguran, ¿se vive y se goza de esa “libertad”?, es tan solo una palabra, que ha hecho derramar tanta sangre… tan prostituida que ya se ignora su verdadero significado. La libertad  está asociada y adherida a la condición de la persona. Se puede decir con absoluta rotundidad que nadie puede hacer nada por sí mismo, si no goza del apoyo de los demás, al menos de la mayoría. La libertad no se impone, pero se necesita, nos hace regocijarnos con la profundidad de  la vida. Tiene una fuerza creadora y regeneradora del alma, Más aún,  constituye el elemento principal, los cimientos de nuestra personalidad, restablece definitivamente la fuerza interior y nos da la ansiada confianza en sí mismo, que tanto necesitamos. Devuelve su vida a quien por razones ideológicas “estaba débil o muerto”. Libertad… solo pronunciar la palabra que hace “sanar” nuestros temores, mata la desilusión, la falta de esperanza…. Esto es un claro signo del amor propio que el ser humano siente hacia si…hacia los demás, hacia todas las criaturas. Un ser libre no está atado a la voluntad de otros de forma restrictiva. La libertad garantiza el respeto por la voluntad individual e implica que cada uno debe hacerse responsable de sus actos. Se conoce como libertinaje al abuso de la libertad en términos absolutos y egoístas “Libertad solo para mí”, lo cual lleva inevitablemente al descontrol personal y social, al abuso del poder. Esto deja en evidencia un tema muy personal: “no existe la libertad absoluta”. Al respecto, existen diversas opiniones, pero ninguna puede asegurar con certeza el hecho de mantener vigentes nuestros principios morales y éticos al mismo tiempo que rompamos con nuestras barreras invisibles y actuemos con total soltura a cada paso. En estas reglas, inventadas por nosotros, reside la razón (por muchos irrebatible) de poner unos límites a la libertad. En las nuevas leyes deben imperar la libertad, individual y colectiva. Debemos ponernos manos a la obra, y no dotarnos de ningún descanso… que dejara “inactivo” este derecho, incluso, para hacer la  rutina diaria. Entonces, la libertad y la acción conjuntadas son la clave para hoy. Libertad y acción conjuntadas a las formas y costumbres de la mayoría, respetando las minorías… Aquello de “no desees para otros lo que no quieres para ti” Este ha de ser el único límite que nos condicione, pues si anulamos la libertad de otros, estaremos anulando la nuestra y ya no tendría ningún sentido. No gozamos de libertad absoluta porque preferimos la comodidad que nos facilita que alguien nos organice la vida y nos resguarde. Los seres humanos confiamos, ante cualquier tipo de situaciones, en un sistema que nos garantice el pleno ejercicio de la libertad, es de justicia,  Pero a ese mismo sistema le criticamos negativamente cuando se la garantiza a otros, que pensamos que no la deben de poseer.

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