“La
curiosidad mato al gato” En nosotros habita el deseo de ver, de conocer, de
sentir, de opinar… este deseo nace de la propia curiosidad por lo que nos
rodea. Se habla mucho de los acontecimientos de cada día. Pero algunas personas
“hablan por hablar”, con ingenuidad, sobre los hechos que suceden a diario. Es
difícil de creer, pero real como la vida misma. Esto viene a cuento y nos trae
a la memoria la importancia de estar bien informados, con una información veraz
y contrastada, para conocer “de que se habla”. Pero, al informarnos, debemos
tener cuidado con algunas informaciones que su única misión es desinformar,
intoxicar la verdad. Aunque solo sea por simple curiosidad, debemos poner
interés y “oído”, para manejar la información correcta y que no sea segada. Que
no tomemos “partido” por nadie, salvo por la propia verdad. Ese deseo de
conocer las últimas noticias, se desvanece al comprobar que “nos la han
colocado” (la mentira), porque se niegan a aclarar las dudas que todos tenemos,
¿Y ahora qué? Con ese silencio se delatan, nos hacen sospechar, con esa actitud
oscura, nos pone “con la mosca detrás de la oreja”. Nosotros, seguramente hemos
deseado, alguna vez, conocer la auténtica verdad, sin embargo ¿estamos
preparados? ¿Podemos hacer frente a esa realidad? Es difícil, a veces es mejor
ignorar que conocer… pues te privas del sufrimiento que acompaña a las “malas
noticias”. En tantas y tantas ocasiones hemos sido marginados de la verdad, que
quizá, no merezca la pena sufrir por algo que no podemos solucionar, ni nos van
a dejar intentarlo. Así pues, es bueno estar informado, para no estar siempre
hablando del “socorrido tiempo”. Pero no obsesionarnos con ello, siempre se ha
dicho “Quien lo haya puesto al sol, que lo ponga a la sombra…”
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