Hay
una cosa que me tiene obsesionado de un tiempo para aquí, como si fuese una
sutil mezcla de interés, curiosidad, miedo... ¿Cuál es el momento adecuado de
retirarse? sé que eso, no se lo debe uno aún de plantear, se debe estar activo
mientras las fuerzas y los sentidos acompañen… Sabemos de la dureza del camino recorrido, con sus alegrías y sus penas, con la
falta de medios, pero con un entusiasmo desmesurado que cubría la ausencia de
estos....Desconozco que me deparara el futuro, aunque me preocupa, no es cosa
que me quite el sueño, pues es inútil por ser totalmente imprevisible. La única
certeza que tengo es que no se nada, como diría el filósofo griego Sócrates…
Pero algún día hemos de parar, lo queramos o no… será por el cansancio, la
ausencia de ideas o bien porque nos veamos obligados a abandonar: por las
enfermedades, por la senectud o por falta de movilidad, que haría de nosotros
un estorbo más que una ayuda. Puede venir súbitamente, sin avisar, pero, para mí,
esta circunstancia no será un suceso novedoso o repentino, ni me cogerá
por sorpresa. El cuándo es lo que si permanece en el misterio, podría ser
mañana mismo ¿Quién sabe? Las enfermedades sufridas y sus huellas me dan una
pista fiable, pero dada la dificultad de prever su evolución, con un margen
creíble de acierto en el diagnóstico, son estos factores múltiples que se
escapan de mi control. Lo que tengo claro es que ocurrirá con toda seguridad. Mi
última acción, será para mí algo singular y sin duda inolvidable. Aunque es
un momento por mi temido, es también, en cierta forma, deseado. Desde que comencé
en el mundillo del asociacionismo de la discapacidad, tenía la disposición de participar activamente en él, por
pura vocación y modestamente, creo haber contribuido a su desarrollo, con lo
poco que se, que conozco o lo poco que he podido aportar buenamente, pero he de
confesar que he aprendido mucho de personas doctas ya en esta materia y con muchos
años de experiencia que les avalan. La única preocupación que me queda es la
supervivencia de este sector, que todo este esfuerzo se pierda… Aunque siempre
habrá personas con una necesidad especial de ayuda incondicional, creo, que si existe demanda, también habrá personas dispuestas a ofrecerla. Es en ese camino donde coincidirán plenamente con nuestros objetivos. A estas
personas, se les puede comenzar, sin esperar más, a hacer partícipes de nuestras acciones. Al principio, seguramente, se sentirán un poco confusos o perdidos sobre el
sentido que les mueven a participar en estas acciones. Sabemos, que les costara
adaptarse, pero ese “gusanillo de inconformidad “que llevan dentro, hará
posible que el deseo de cambiar el mundo se cristalice en realidad, hecho que
comparten con nosotros. Más ellos tendrán otra visión distinta del mundo, y obraran en
esa dirección, no nos corresponde a nosotros cambiarle sus criterios, son los que actualmente se están configurando en su mente. Si de
verdad queremos que la juventud nos releve, hemos de comenzar a hacer posible
ese cambio, delegando algunas funciones en ellos. Si pretendemos, para cuando
llegue el momento del relevo definitivo, estén suficientemente
motivados y preparados, enseñémosles como si fuesen alumnos nuestros, y cuando ellos aprendan a moverse y comprendan
a la perfección este mundillo, si todo va bien, se transformaran en nuestros
maestros. Hay, por otro lado, un momento intermedio, muy peculiar, que es cuando
toman la iniciativa, planifican y desarrollan unas acciones tan grandes y
motivadoras que harán empequeñecer cualquier acción que hayamos realizado
nosotros con anterioridad, se habrán ganado el derecho a capitanear esta nave, se habrán ganado
el corazón de cada uno de nosotros y la sociedad los reconocerá como un valor añadido. Es justo en
ese momento cuando se hace presente la idoneidad del relevo. A nivel personal y
por propia experiencia será todo un placer y un orgullo cederles el testigo,
como nuestra de continuidad de algo que tanto representa para mi. Es aquello que todavía no ha llegado, pero esta por venir, será a partir de entonces una realidad, palpable y plausible. Por lo
tanto, apoyemos a la juventud, que nos revistamos y nos revitalicemos de esa
ilusión, de ese forma de hacer las cosas… de volver a edificar unos cimientos
donde impere la igualdad, la lealtad y la Justicia social.
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