Los
insolidarios ponen en duda o ridiculizan, cada vez que pueden, las razones que
nos mueven a otras muchas personas para ejercer esa labor altruista y desinteresada
como es la lucha contra la exclusión social y la pobreza. Nuestra principal
creencia es hacer de este mundo un lugar mejor, creemos que ello es posible.
Después de todo, esta es, una reivindicación defendida por todos los segmentos
sociales y como no, la motivación principal para nosotros. En el ambiente de
crispación provocado por la crisis económica, Se deja vislumbrar una mentalidad
cambiante, que tiene como origen las necesidades más imperiosas de los más desfavorecidos. Es esta, una
demanda que se formaliza, con todo el derecho que puede asistir a cualquier
persona, con las dificultades extremas para su consecución. Mas existen, como no, personas que no solo cierran sus ojos u oídos, sino que ademas se dedican a difamar a cualquiera que piense distinto de ellos, se dedican a tender una trampa dialéctica con la que pretenden descalificarnos, divulgando un falso rumor consistente en llevar a un equívoco a la sociedad, la
desinformación se instala con sus rumores, y hace, a su vez, que se incremente la duda sobre nuestra verdadera motivación. Si con el ejercicio de nuestra labor obtenemos beneficio económico o no. Piensa el ladrón que todos son de su condición" que nadie hace nada
a cambio de nada; dudas que todavía hoy se mantienen…Sentirse participe de la
lucha por la justicia social es como una prolongación, de nosotros mismos, es otra forma de vivir, es
intentar librarnos de una existencia banal. Ello va en contraposición con las
comodidades que ahora gozamos y que a algunos les cuesta renunciar. Una cosa es creer en la justicia
social y otra diferente es aplicarla. Por este motivo, nos calumniaran, faltándonos
al respeto, trataran de discriminados, que no participemos en cualquier evento
social, trataran de acallar nuestra voz. Todo por la inacción y la dejadez de aquellos a
los que se les toca “la moral” y además, no les duele el así reconocerlo. Finalmente, nos ridiculizaran hasta el extremo, para de esta forma
desautorizarnos ante la opinión pública. La respuesta de nosotros ha de ser
clara y concisa “a palabras necias, oídos sordos…”. Con ello, sin pronunciar palabra
alguna, queremos hacerles entender la solidez de nuestra posición, pues nada, ni
nadie nos hará cambiar de actitud. No existe razón lógica que explique el
empecinamiento en mantener su crítica hacia nosotros. Lo que sí perdura y
llegara a su máxima plenitud es nuestra insistencia, en pedir la colaboración
de todos, pues para nosotros, todos son importantes, lo que hayamos logrado sera en
beneficio de todos, será nuestro auténtico premio… En el cual brillara la concordia,
la fraternidad, la necesidad de justicia social y de la verdad...Confiar en que
todos acudirán con presteza a nuestra llamada, es una utopía, nos damos cuenta
que en la vida hay distintas clases de personas. Pero para aquellos que niegan
con rotundidad su colaboración, será la misma vida quien les pondrá, sin
duda, ante una difícil tesitura, ante una situación, quizá, dura en exceso. ¿Estarán legitimados para pedir la ayuda o
colaboración de alguien? Sin duda que no, pero al contrario de ellos, si
acudiremos todos, pues nosotros no tenemos ese perfil canallesco... mientras
tanto hay que dejarles vivir sumergidos en la indecencia de sus miserias;
Nosotros procuraremos salir a flote y salvar de este naufragio, a cuantos se pueda.
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