Translate

jueves, 18 de septiembre de 2014

vanidad


   Algunas veces, solo se hacen las cosas con la única finalidad de ser el centro de la atención de la gente. En un acto de pura falsedad, de manifiesta vanidad pública… solo se realiza la acción para ser admirados, para tener cierta notoriedad social... Pero nos delatan las maneras de tratar ciertos problemas, porque pone de manifiesto la insuficiencia de nuestra motivación, que no se equipara de ningún modo, ni siquiera en lo más elemental, con la respuesta demandada. Mientras, nosotros solo intentamos hacer un acto de ensalzamiento personal, otros están luchando en primera línea, o como se dice “comiéndose el marrón”, en soledad, sin esperar ni el más mínimo apoyo de aquellos a los que nos da igual “ocho que ochenta”, mientras no seamos nosotros los dolientes, los que sufrimos la carencia de todo.... Todos hemos insistido mucho, a veces en exceso, en la importancia de auxiliar a los demás, sobre todo a los más menesterosos, indiferentemente de sus circunstancias personales. Para lograrlo debemos renunciar a muchas de nuestras ideas preconcebidas y a una vida plagada de comodidades y falsas necesidades que no son sino el fruto de una sociedad caduca, consumista y en exceso materialista. Para  poder ofrecer nuestra ayuda, primero tenemos que aprender a desarrollar nuestra afección y humanidad hacia los demás, hacia los desheredados,  los indefensos, los olvidados, los enfermos y los marginados… que solo son carnaza para los “desarmados”. Si lo comprendemos, seremos felices viendo cómo se transforma  nuestro corazón, junto con la deformada visión que teníamos de los más desfavorecidos. Esto nos traerá de regaló la concordia y la paz interior. Si sabemos hacerlo, nuestra recompensa será amplia y reconocida por los demás y sobre todo por nosotros mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario