Actitudes personales
Cada
persona tiene su propia opinión sobre la vida, al ser esta gratis es un bien de
lo más asequible y es a su vez deseable que cada uno tengamos una visión
particular y personal de cómo se han de hacer las cosas; ósea, que decisiones
se deberían de tomar o son las más apropiadas para mejorar la vida, no solo la
nuestra, sino la de todo nuestro entorno. Las personas por norma general nos
dejamos influenciar por opiniones extrañas y en la mayoría de veces sin ningún
fundamento, ni visos de veracidad… Nos dejamos engatusar como si fuésemos unos
memos por opiniones tendenciosas que se vierten por la prensa, por la
televisión, por los amigos… dejamos que sus opiniones distraigan nuestra
percepción de la realidad, dándoles un matiz de fiabilidad a lo que solo es un
rumor o ni eso siquiera. Podemos aceptar muchas opiniones, de diversa temática,
de asimismo diversas gentes que supuestamente saben de qué hablan, pues o bien
son doctos en la materia porque la han estudiado o al menos se han molestado en
contrastarlas, por tanto las tienen bien fundamentadas. Pero solo con opiniones
ajenas no se llegara nunca a poseer una opinión propia, ni mostraremos ningún
interés en conseguir tener ideas propias. Deberíamos dejarnos llevar por
nuestra propia intuición, por esa vocecilla interior que a veces escuchamos y
nos pone en sobre aviso sobre lo ruin de las actitudes de algunas personas,
porque son demasiadas las veces que obstaculizan nuestro camino con sus
malignas opiniones (aunque no sea esa su intención). Hay veces que nos censuran
a través de comentarios desmesurados, inapropiados… con una miserable ironía,
que puede llegar a mermar nuestra autoestima y destruir la confianza que otros
tienen en nosotros. Debemos utilizar nuestra mente para tomar nuestras propias
decisiones, razonarlas y si son acertadas, acertaremos nosotros, y si son
erradas, fallaremos nosotros, ósea el bien o el mal, será solo de nuestra
responsabilidad. Si se quiere seguir los consejos de los demás, antes de
seguirlos se debería de descubrir si tiene una oculta intencionalidad, así de
esta forma se evitara que nadie se beneficie ganando una fama inmerecida y
prospere a costa de nuestro trabajo, o de nuestro estudio, son tantos los años
dedicados a ello, que sería una triste guasa que llegara alguien y con sus
manos limpias se apuntara todo el mérito. Asimismo, deberíamos evitar realizar
comentarios sobre nuestros futuros planes, nunca exponer nuestros objetivos,
más bien recaudar toda la información que se pueda sobre ellos, leer todos los
estudios y todas las opiniones que existan sobre el tema, nunca exponer
nuestros planes y dejarlos al descubierto… reservarnos de los posibles
parásitos que permanecen agazapados esperando cualquier descuido nuestro para
aprovecharse de nosotros, solo así lograremos ponernos a salvo de las
traiciones de estas “alimañas”, que bien por envidia o simplemente por pura
ignorancia, se apropian de todo nuestro trabajo, nos plagian los proyectos que
además ponen bajo la bandera de una falsa igualdad, de un inexistente deseo de inclusión,
nos expulsan de nuestras propias acciones, no les gusta que continuemos en
ellas, pues le eclipsamos solamente con nuestra presencia. Está demostrado que
somos energía, y esta puede ser tanto positiva como negativa, la irradiamos
hacia fuera, a todo nuestro entorno y a la vez absorbemos toda la energía que
nos va tocando. Pero todo, lo positivo o lo negativo, tiene como consecuencia
una “acción-reacción” esto quiere decir que para toda acción hay una reacción o
respuesta similar o igual o viceversa, es decir, cuando tiras una piedra a un
charco y surgen unas ondas que se deslizan hasta las orillas, rebotan y
vuelven, como un boomerang, al punto de origen. Pues igual pasa con nosotros,
como cuando se copia, se actúa con maldad y se excluye al autor de esa acción,
de ese pensamiento, de su desarrollo… sin saberlo, se estará dando pie para que
esa misma maleficencia vuelva hacia ti y
te coja de lleno sin un lugar donde esconderte. Si lo que se irradia es energía
negativa esta saldrá dirigida hacia su entorno social y cuando toque a otra
persona de igual maldad, rebotara en ella volviéndose contra ellos mismos, eso
sí, notablemente incrementada. Pero si se irradia energía positiva, cuando
toque a otra persona buena e inteligente se presentara ante nosotros dispuesta
a colaborar en tan noble empeño, sin compromiso; ósea, nos volverá con más
positividad añadida. Algunos pensamientos son fruto de acciones que se han
inscrito en nuestro subconsciente, incluso sin percibirlo siquiera, desde el
aprendizaje en nuestra infancia, en nuestro ambiente familiar, o desde la
propia sociedad en que nos desenvolvemos, que impone sus normas sociales. Pero
la mayoría de nuestras actitudes, vienen originadas por los sentidos, que hacen
que nuestra mente reaccione de una forma o de otra. Los sentidos que más
información captan son lógicamente la
vista y el oído y por ahí entran la mayoría de la información que adquirimos
sea de índole negativa, como positiva y van a alojarse en nuestro subconsciente
creando un recuerdo o hábito (negativo o positivo). Si se utiliza a nuestra
mente consciente para que entren solo los pensamientos que nosotros deseemos
(solo información positiva), en nuestro subconsciente ira predominando esas
buenas actitudes y harán posible que pensemos bien de todos, lo cual no es un
buen hábito, pues propiciaremos que nos engañen tantas veces como se propongan
hacerlo. Debemos de saber que nuestra personalidad no es consecuencia de
“nuestras actitudes”, sino que estas son consecuencia de nuestra esencia como
persona. Y si creamos un saludable hábito de pensamiento positivo, estaremos
creando una corriente de energía positiva, que propiciara que las “fuerzas del
universo” se alíen y vuelva a nosotros más fuerte. Si damos en nuestra mente ese sentido a las
actitudes personales, con el tiempo tendremos solo actitudes positivas por pura
mecánica. En una actitud negativa seria como cuando miramos el Facebook para
ver las novedades de nuestros contactos y seguidamente nos desconectamos sin
haberlos visto siquiera, realmente no queríamos saber las novedades, solo lo
abrimos (el Facebook) por que se ha transformado en un mal hábito que hemos
desarrollado en nuestro subconsciente. O cuando hacemos tantas cosas que no
apreciamos que las estamos realizando, nos ponemos en “Stand by”, solo es un
modo automático de actuar de nuestro subconsciente que nos lo manda hacer de
una forma mecánica. Ahora un ejemplo en
positivo, si no tenemos la costumbre de
saludar a nadie, si nos oblíganos a dar los buenos días (buenas tardes o noches
según proceda) a cualquier persona que nos encontremos en nuestro camino y si
además les obsequiamos con una sonrisa todos los días; llegara un momento que
lo haremos automáticamente, sin obligarnos a nada y encima lo haremos de buena
gana, y te habrás ahorrado el comenzar el día de una manera agria, hostil, de
mala gana… sin sentimientos de rencor,
odio, ni por supuesto sentiremos envidia de nadie ni de nada; será esta
felicidad aprendida, nuestra marca identificadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario