Translate

jueves, 3 de abril de 2014

"Con Personalidad"


    Rascando en lo superficial de la propia auto-estima y la sinrazón que la acompaña, pues dependiendo del contenido o tema que quiera tratar en cada ocasión que escribo: si le escuece a alguien o no, si se sienten ofendidos, censurados o encolerizados por determinadas expresiones... me siguen más o menos cantidad de personas; cosa ilógica, si se piensa detenidamente, pues yo no escribo en nombre de nadie, ni tampoco de ninguna organización; menos aún, lo efectuó con la intención de agradar, censurar o disgustar a nadie, ni para que se pulse el botón de "Me gusta" o deje un comentario u opinión (que bienvenido sea) No persigo ningún beneficio económico, es tan simple como darle forma a mis pensamientos y exponerlos en este Blog, sin maldad, sin acritud hacia nadie...Se puede criticar las actitudes personales, nunca a las personas en concreto y menos ponerle nombres a esas críticas, "el que se pica ajos come" si alguien se siente aludido, es su problema. Puedo coincidir o no con la persona que se toma la molestia de leer esto... e incluso estos pensamientos podrían ser antagonistas y entrar en conflicto con el contenido de otros que he publicado con anterioridad, o con otros que pudiese exponer con posterioridad; es solo una cuestión de evolución personal, únicamente derivada de la impronta de un momento preciso. Debo de comenzar afirmando, por consiguiente, que el concepto que tenemos de nosotros mismos, estaría formado por el conjunto de todas nuestras actitudes o pensamientos, que se tienen con referencia a nuestra propia identidad individual. Estos pensamientos engloban un extensa variedad de prototipos de persona, que van desde la posición más sencilla, hasta la persona más compleja, que se encuentre sumida en las reflexiones más profundas que se puedan tener acerca de nuestra propia imagen. Nuestra personalidad abarca un amplio espectro de aspectos personales (físicos, psicológicos, emocionales, sociales o simplemente éticos). Esto es lo que de verdad define a cada persona, los pensamientos o filosofía hacia la vida, lo que deseamos hacer y lo que verdaderamente hacemos o pensamos. Evidentemente, el concepto que tenemos de nosotros mismos afecta a nuestro comportamiento social, básicamente porque es una parte muy importante de nuestra idiosincrasia. ¿Cuándo tomamos conciencia de nuestra propia identidad? Seguramente sucedió en los albores de nuestra tierna infancia; seria, sin duda alguna, cuando comenzamos a interactuar con nuestro entorno familiar más próximo (padres, hermanos, abuelos) comenzaríamos a manifestar nuestras preferencias, a expresar nuestros gustos particulares… en una palabra habríamos comenzado a forjar nuestro carácter, a la vez que se adquirían experiencias enriquecedoras. Cada experiencia conllevaría consigo algo novedoso y relevante, serían clasificados en nuestra mente según fuese la peculiaridad de ese recuerdo (positiva o negativa) ello, nos habría dejado una huella de hondo calado e imborrable para posteriormente forjar nuestro carácter... De esta forma singular, sin pretenderlo, como consecuencia de la experiencia adquirida, se iba formando un esquema emocional que representaría, en líneas generales, el embrión de la idea de cómo seriamos posteriormente. Todo esto, suena bastante lógico, pero debemos mencionar que  también siempre, nos han poseído “miedos o vergüenzas" que de una forma inconsciente marcan nuestro carácter, mucho más que lo que creemos; a pesar de ser inconscientes de tener esas fobias, las habremos adquirido, simultáneamente, con aquellas actitudes positivas, de las que sí fuimos conscientes en su aprendizaje. Muchas veces, es peor conocer cuáles son nuestros límites, porque ello nos aporta más inseguridad e inestabilidad, que confianza y seguridad. Es por esta razón, tan simple, por la cual algunos tienen una autoestima enaltecida, y otros, sin embargo, siempre están hundidos en la depresión. Si nuestro entorno socio-familiar no nos estimula lo suficiente para el desarrollo adecuado de nuestra autoestima, si además nos infunden miedo, prejuicios u odios… será imposible hacer gala de posesión de aquello que, a todas luces, se carece. Para lograrlo se debería de promover actitudes positivas, esto llevaría aparejado el hecho de apoyarnos en todas aquellas habilidades (profesionales o artísticas) que se pudiesen emprender, con independencia del resultado final. Y si, por el contrario, existiesen algunos traumas (físicos o psicológicos o de cualquier otra índole)  habrá que estar a su lado, para que se puedan aceptar, superar o corregir, si fuese susceptible de ello. Si se desarrolla la personalidad de una manera satisfactoria, se propiciara que la autoestima se eleve de una forma eficiente y duradera; la forma más apropiada para enfrentarse a ese mundo, que está ahí fuera y que "es tan fiero o más, que nos lo pintan" y poder relacionarnos con la sociedad de “una manera normal y estable”. Como podemos apreciar "cada persona somos un mundo" teniendo en cuenta que el concepto que tenemos de sí mismos, no es debido a la herencia genética, sino que se va aprendiendo a lo largo de nuestra vida. "Yo y mis circunstancias" debido a ello, la mayoría de las veces, el concepto que tenemos de nosotros mismos, podría estar muy distorsionado. Lo podemos comprobar cuando, por ejemplo,  lo que pensamos carece de lógica alguna, o dicho de otro modo, lo que decimos hacer no tiene relación con lo que verdaderamente hacemos. La mayoría de las veces, la imagen que tenemos formada de nosotros mismos, se parece en poco o absolutamente en nada al concepto, que sobre nosotros, tienen los demás formado, esto quiere decir que dicha imagen nos la habremos "inventado" en base a ilusiones utópicas, que nuestra mente de forma unilateral ha creado; pero que en realidad no reflejan para nada la esencia de nuestra personalidad. Se debería de reflexionar sobre la conveniencia o no, de mantener el engaño a los demás con esas falsas proyecciones que realizamos de nosotros mismos, creando mundos paralelos, que salvo para nosotros,  son invisibles y por tanto carecen de credibilidad. La mayoría de las veces nos auto-engañamos, pensando que somos inteligentes, pero todos nos perciben como unos soberbios. Otras veces nos creemos que somos amables, bondadosos y sensatos… pero nuestro entorno solo nos percibe como una persona necesitada de aceptación. Otras tantas veces podemos afirmar que somos correctos en los usos y responsables en las formas, hacia los demás… pero solo estaremos proyectando ambigüedad, y por tanto, se percibiría como una de las mayores irresponsabilidades… Todo esto, para nada cuadraría con el concepto que de sí mismos tenemos. Es por todas estas circunstancias, por lo que sería apetecible revisar si realmente ese concepto que tenemos es claro y real. Es normal que tengamos idealizado el concepto de cómo nos gustaría ser, y que  quisiéramos que nuestro entorno nos viera así… pero la realidad es caprichosa y el tiempo nos pone a cada uno en el sitio al que pertenecemos, lo verdaderamente importante es aceptarnos tal como somos; no en la totalidad de nuestra personalidad, siempre existen aspectos personales que se pueden mejorar, innovando en nuestra vida con los cambios que fuesen precisos, para vivir de una manera congruente con nuestra forma habitual de ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario