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miércoles, 25 de marzo de 2015

Insensibles?


   Hoy más que nunca, o tanto como siempre, se demuestra una vez más lo que siempre sospechamos, la soledad que se siente defendiendo un proyecto (justo) ante una horda de personas insensibles, aburridas y desinteresadas en su exposición…  No quieren escucharnos y eso para nosotros es difícil de digerir (no hay más sordo que quien no quiere oír) Nos confortan diciendo ¡bueno, será así, si vosotros lo dicéis! Pero expresado de ese modo son solo palabras frías, dichas para contentarnos, como si aún fuésemos unos críos pequeños. Consiguiendo (las palabras) un significado distinto para nosotros, más allá de la impresión que pudiese dar a simple vista. Pesan tanto como si nos tragáramos una piedra, que quedara atrapada en el interior de nuestro vientre, nos hundiera en el terreno que pisamos sin remisión... Pareciera que se ha acabado nuestra solvencia, concediéndonos la razón con una amarga ironía ¿Por qué perdemos tanto tiempo empecinados en cambiar su visión? Porque creíamos ser importantes y, al final, henos comprobado que sólo somos unos payasos en un inmenso circo lleno de charlatanes, bufones, funambulistas y otras gentes de ese gremio... Porque os abrimos nuestra mente y compartimos con vosotros nuestras ideas... Vociferando a los cuatro vientos lo que consideramos “bueno e importante”. Fuimos de la mano junto a vosotros, alzando el vuelo para alcanzar la luna… os dejamos participar de esos utópicos sueños. Os solicitábamos vuestra bendición y vosotros consentíais nuestra labor con vuestro silencio. Nos entristecía el deterioro creciente de la sociedad en la que convivíamos y a vosotros… solo os preocupa vuestra imagen... que lucéis, cual galán, mirándoos incansablemente en vuestros espejos. Día a día, nos engañabais dejándonos pensar que contábamos con vuestro apoyo y eso sí que era vivir una mentira, un mal sueño... ¿Cuándo lo transformasteis en una pesadilla? para hacernos quedar como unos necios...  unos ilusos que creían estar siempre en lo cierto. Nos sonreísteis y nos complacíais, dándonos una vaga esperanza… Ahora que vivimos en las sombras de aquellas alucinaciones, donde con lágrimas se ahoga nuestro verbo; nos consideramos los más crédulos del mundo entero. Sí alguna vez nos escuchasteis, lo fue para exhibirnos y exponernos, como se muestra cualquier juguete nuevo. Y mientras tanto nuestra confianza, se fue exiliada hacia el olvido. Pedíamos tan poco, nos conformaremos con nada ¡Hay tantas ideas que se quedaron en el tintero! Solo nos queda el escarmiento y  la certeza que hemos perdido un trozo de nuestra vida, a cambio de despertar de un sueño ¡Quizás! cuando pase un poco de tiempo y se nos haya dado o se nos haya quitado la razón… os miraremos de nuevo con ojos llorosos y entristecidos, ¡quizás! seamos para vosotros solo un grato recuerdo, pues será nuestro el momento. Ahora nos vamos de vuelta a casa en absoluto silencio. Tan vez un cercano día estaréis rogándonos que volvamos para comenzar otros proyectos. Os demostraremos que todos vuestros actuales temores son infundados, están equivocados… pero sois demasiado testarudos para reconocerlo. Lo que entonces nos faltará será tiempo, será demasiada la demora acumulada… y aun así lo intentaremos. Desde siempre nos han preocupado los menesterosos y la exclusión social. Y esa preocupación la hemos compartido con vosotros... Y si los excluidos pudieran perdonarnos a todos, volveríamos a empezar sin miedo. Merecen una nueva oportunidad. Por esta causa, de verdad, pretendemos hacer lo correcto... entonces, deshagamos este entuerto. Ante la pobreza nadie debe quedar nuevamente expuesto, sin el apoyo de su familia, de sus amigos, de las instituciones y de una sociedad comprometida en la erradicación total de la pobreza y de las bolsas de marginación. Y además deberían saber, no solamente que ya no están solos, sino que nunca más volverán a estarlo.

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