Ya dio el tercer toque,
Ya sonó la sorda matraca,
Ya se acaba la noche,
Ya es la madrugada.
Madruga de viernes santo,
La noche acaba de irse,
Entre lágrimas y llanto,
Sale Jesús y su madre la virgen.
Al compás del llamador,
Paso a paso va saliendo,
Del capataz se oye la voz,
Todo permanece en silencio.
Lleva cargada la cruz,
Advocación nazarena,
Rostro moreno, andaluz,
Cara de dolor y pena.
El silencio queda roto
Por el toque de oración,
Con el pueblo devoto,
Comienza la procesión.
Suenan marchas cofrades,
Cantos de hermandad,
Gentes de diferentes edades,
Le van a acompañar.
Ya viene el día,
El alba está despuntando,
Comienza su agonía,
Con su cruz va caminando,
Saetas rompen la madrugada,
Oración que hasta el alma llega,
Quebrantando su voz rasgada,
Oración gitana y flamenca .
Balcones se engalanan,
Para rendir honores a Jesús,
Que a cuestas lleva su cruz,
Esta devoción cristiana.
En su monte del calvario,
Cuatro faroles lucen,
Y tienen sus rosarios,
Con sus cuentas y sus cruces.
Encuentro con su madre dolorosa,
Todo lo que hace es nuevo,
Ella, Reina hermosa,
No tiene consuelo.
Con unas bendiciones,
Se despide por este año,
Entre vítores y aclamaciones,
Como siempre desde antaño.
Es la procesión con más devoción
Para mí la más querida,
Con todo mi fervor,
Y así lo será mientras viva.
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