Escrito con Mayúsculas
Siempre
que se nos habla de temas superficiales o secundarios; nuestro interés decae
súbitamente, no bostezamos quizás, por vergüenza o el respeto debido hacia
nuestro interlocutor; pareciera como si lo minúsculo careciera de relevancia,
cuando realmente no es así, puesto que la suma de muchos poquitos hacen un
mucho. Cada día cuando realizamos el balance de nuestras acciones, hemos
también de sumar el conjunto de las más pequeñas, puesto que en la vida no hay
nada pequeño, todo se escribe con "mayúsculas". Lo que para nosotros
puede parecernos insignificante, para otros no lo es tanto, de hecho les puede
parecer algo “sensacional" por así decirlo... Magnificando esa acción, quizá demasiado. Lo
que si les pudiese parecer extraño es que queden aún personas comprometidas,
que se preocupe de su estado (físico, psíquico, emocional). Aunque lo
intentemos, no podemos meternos (ni solo por un momento) "en la piel"
de aquella persona que sufre los rigores de la crisis económica, son demasiadas
las privaciones que día a día sufre, derivadas de encontrarse, durante
demasiado tiempo, en situación de desempleo, sin ingresos, sin ayudas sociales,
en el borde del abismo, de la
desesperación, de la marginación, cuando no se encuentre en el seno de la
extrema pobreza… POBREZA en mayúsculas y en términos rigurosamente absolutos...
quizá solo se le ofrezca compañía (bienvenida sea), o quizá, solo un poco de
pan o tal vez, un cartón de leche...
tanta impresión nos causa contemplar estas miserias, que debido de no
poder darle solución efectiva y duradera, incluso lloramos de impotencia, de
indignación... Para ellos supone solo un pequeño alivio, pero muy pequeño...
Nunca se debe considerar a quien pide este tipo de ayudas, como mendicidad, ni
quien la ofrece la debe pregonar como si fuese una gran obra caridad, puesto
que no tiene mérito ninguno para serlo... Se hace siempre por convencimiento
personal, sinónimo de las buenas enseñanzas que hemos mamado en nuestro hogar.
Pero nunca deberíamos de negarnos a nosotros mismos (ni a nadie), aunque
tengamos como única y clara referencia y además sea nuestro lema "el no
seguir las modas de consumo exorbitante, ni seguir las tendencias de
ostentación y exhibición de riquezas", que sería un punto grotesca y
engañosa, puesto que riquezas no poseemos “Nadie”, son bienes prestados...
Nuestro mayor tesoro y por tanto única riqueza es simplemente ser nosotros
mismos, tener una actitud sencilla, abierta hacia las personas con necesidades
urgentes, con esta actitud desafiamos a esas pequeñas mortificaciones, que cada
día encontramos en nuestro deambular por este turbio y oscuro mundo, se hace
brillar una tímida luz en el horizonte. Nos puede ayudar a ello dedicar un poco
de tiempo a los demás, que seamos constantes en la terquedad y cabezonería que
ponemos en el empeño de concienciar a la sociedad... somos conscientes de lo
repetitivos y lo cansinos que podemos llegar a ser… Pero si con ello se puede
ayudar a una sola familia, si con ello se logra sensibilizar a una sola
persona, se habrá cumplido gran parte de nuestros objetivos, si merecerá la
pena estar un tiempo dedicado al servicio a los menesterosos…Nuestra semilla
habrá dado su fruto... primeramente en nuestro círculo social, después
trasladarlo al resto de la sociedad. ¿De qué nos vale las riquezas si no se
sabe compartir? teniendo en cuenta que las necesidades de las personas, han de
marcar nuestro paso en esta vida, no debemos olvidar que "Quien el bien de
sus congéneres procura, tiene el suyo asegurado". La invitación que estas
palabras realiza es más que evidente, ni se puede, ni se ha de permanecer con
los brazos cruzados... al menos mientras exista, aunque solo sea una persona,
que reclama nuestra ayuda... y este en nuestra mano el poder ofrecerla.
"Nada hay imposible, si existe intención de darle remedio" claro
está.
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