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sábado, 8 de febrero de 2014

Senderos de relexión


   

   La vida nos incita a preparar los senderos por los que se debe caminar de forma libre pero segura; de una manera un tanto radical pero nunca definitiva. Nos vale este argumento, a modo de justificación para defender nuestro lugar en este mundo, y también se puede afirmar con rotundidad que es esta misma razón, la única que nos ayuda a sobrellevarlo. Pero que no implica o excluye a nadie en particular, sino que llama a toda una sociedad como tal, para su participación. Nadie debe tener una función pasiva en ese propósito. Pero quien no se esfuerce para conseguir su crecimiento personal, tampoco debería ser "castigado" por ello, ni ser considerado inútil para el resto de la sociedad... como tampoco debería serlo por él mismo. El mundo actual necesita de un “suplemento vitalista” para poderse regenerar. Las palabras no son medicina suficiente para "sanar las profundas heridas" que hacen que nos desangremos lenta pero inexorablemente, entre estos males están la calumnia, la hipocresía, el egoísmo... la escasa o nula autocritica, de la que tanto se presume, pero que en realidad se carece y lo más grave, se aborrece... pero que contribuye al adormecimiento de esta indiferente sociedad. Es cierto que hay multitud de clases de crisis, pero la denominada de "valores éticos", es quizá, tan fuerte
  y negativa como lo puede ser la económica. No se trata solamente de una crisis momentánea y pasajera, viene de muy atrás y es sobre todo de tipo existencialista, una crisis de conciencia en toda regla, que además cuenta con diferentes peculiaridades que la hace única y devastadora. Porque es una crisis que afecta a todos por igual, sin distinción de clases ¿cuál es el término preciso para definirla? ¿Autodestrucción? No lo sabríamos decir con precisión. Estamos en una difícil disyuntiva, nos encontramos en medio de una lucha trivial y esta lucha es contra nosotros mismos; peleamos por nuestra propia identidad... víctimas Inocentes, quizá, de una sociedad desestructurada, y esto es utilizado por ciertos sectores para conspirar en contra de todos, para "ordenar la sociedad" rediseñándola a su antojo... condenándonos a la ignorancia, por el obstruccionismo derivado de su prepotencia, negándose a escuchar nuestras propuestas, a creer en nosotros, a aliviar nuestra excesiva carga. ¿Creerán acaso que obran por nuestro bienestar? Ingenuos, que se puede esperar de gente sin escrúpulos... Nadie puede huir de este mundo, somos prisioneros de nuestro tiempo, de nuestras circunstancias, de nuestros miedos, de nuestro propio pasado, de nuestras palabras... No pueden, y por ello no se atreven a efectuar ninguna propuesta, que suponga algo novedoso, algo conciliador, con lo que se deje claro las "buenas intenciones" de dar una solución satisfactoria para todos. Nos encontramos solos, a pesar de estar en medio de tanta gente, en medio de esta inmensa muchedumbre, en medio de esta marea humana. ¿Qué haría falta para que recomencemos de nuevo?¿comenzar de cero? que ganemos palmo a palmo el terreno perdido y junto a él, nuestra autoconfianza, esa misma que nos fue arrebatada, corrompida, prostituida y asesinada; Que, volvamos a sonreír a la vida, como si nada hubiera pasado, es un poco difícil...  y menos aún como lo hacíamos antaño. Aquellas inocentes sonrisas con la que despertamos cada mañana, se fueron y es difícil que regresen con toda su brillantez, plenitud o esencia. Uno de los secretos, que aún a estas alturas, guardamos celosamente, que procuramos ocultar al resto del mundo, es vivir con toda intensidad la misión que nos auto impusimos, por compromiso con nuestra propia conciencia. "Creer en la humanidad". Hacerlo con palabras de gratitud y unidad, que demuestren la apuesta que se hace por todos, sin limitación alguna, la entrega clara de uno mismo, sacrificando nuestros propios deseos o necesidades, en beneficio de los intereses comunes. Y con ese ímpetu o afán de superación, que es la manifestación exacta, adecuada, necesaria de esa vida social de la que tanto hemos oído hablar y tanto nos ha conmovido. .. Ésta ha de ser la misión prioritaria, hacerla viable y cotidiana; hacer normal lo que debería ser normal; hacer posible que entre las personas brille por fin la paz, la verdad, la concordia y la justicia. ..Y que lo haga a lo largo de todos los tiempos, presente o futuro, unidos todos en una sola causa, en conseguir un mismo fin, sin hacer ningún tipo de discriminación.

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