No es el mejor día para hablar de mentiras... mentiras descaradas que se ocultan en si mismas, por miedo o por vergüenza, unos mienten en sus declaraciones (de renta o periodísticas) otros sobre los frutos cosechados o a cosechar, otros mienten con su silencio... mentir, difamar, blasfemar... todo esta permitido, pero es preciso acabar con esta impunidad... no vale con decir que se han tergiversado sus palabras, somos esclavos de ellas, cierto que la verdad absoluta no existe, nada es verdad, nada es mentira... pero hay que hablar con propiedad y con autoridad, con esa seguridad que te da la certeza de la razón... no es una guerra contra nadie, es una guerra contra uno mismo... es una guerra contra la verdad, contra la credibilidad, contra lo autentico, que por desgracia no tiene consecuencias, por ello cuando no ven tierra por delante la única salida es el engaño, a ver si a fuerza de repetirlo se vuelve verdad.
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