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viernes, 26 de julio de 2013

Desidia


   A veces, muchas más de la que yo quisiera, peca uno de ingenuo, me creo que todo el monte es orégano, cuando no es así. La confianza mato al gato… y eso es lo que me sucede últimamente, ese sentimiento de soledad que se va implementando a medida que hace mella en mí el cansancio, debido seguramente al periodo estival. Pero es que son demasiadas cosas que se juntan y por algún lado ha de salir esa frustración. Intento de organizar algo, falta de colaboración por todos lados, la principal de algunas personas que supuestamente son las beneficiarias de estos esfuerzos, de estas inquietudes, cierto que no las hago para que me lo agradezcan, no es esa la motivación…pero la falta de interés me hace desfallecer, me desilusiona de tal manera, que me dan ganas de mandarlo todo a tomar por c…., algunas personas se piensan y viven en la ilusión de tener derecho a todo, sin obligaciones obviamente, me mandan y ordenan como si fuesen mi jefe, olvidando que todo el trabajo es voluntario, que no hay ninguna recompensa más allá de la propia satisfacción… Me hablan con una soberbia, me exigen con un tono de voz, ¡qué, caramba!, no se puede aguantar, por educación me callo y no les contesto como debiera, dicen “que quien calla otorga”… pero me queda ese veneno dentro y claro termina por hacerme daño. Para tener derechos hay que ganárselos, y eso significa que deben estar “para las verdes y para las maduras”, se deben implicar en la realización de actividades, aportando ideas, controlando su realización, hablando con quien sea o fuese menester, en una palabra, aliviar el peso de mi espalda. Sé que los tiempos no están para echar cohetes, pero lo poco o mucho que se pueda hacer, hay que hacerlo, no se puede, ni se debe dejar escapar oportunidades únicas, que seguramente no se presentaran otra vez en buen tiempo. La sociedad se construye entre todos y por lo tanto a todos nos corresponde la responsabilidad de construirla, no se puede eludir esa responsabilidad y después ser el primero en la crítica. Crítica negativa y destructiva por supuesto. Hoy como dice la canción “quiero confesarme” y denunciar el deterioro de las instituciones, que de seguir por este camino, acabaran por desaparecer. Todo se hace por el dinero y para su fácil obtención, si no vas con él por delante, ni se molestan en escucharte, siquiera de tener esa atención, aunque cuando acabe tire a la basura esas proposiciones, pero… sin dinero, ni eres nada, ni representas nada. Pues a seguir por ese camino, dentro de poco, muy poco, lo lamentaremos…la alegría se tornara tristeza y no habrá nada que hacer, se dejó “escapar” a las personas que representan la poca esperanza de futuro que teníamos. Animo y a pedir derechos sin colaborar en las obligaciones… ya queda poco, repito muy poco.

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