¿A
Quién debemos fidelidad? Es lo que se pregunta uno a diario... Parece que las
promesas se las lleva el viento, no significan nada… es papel mojado... En una
vida necesitada del compromiso, este se adquiere con la palabra, Este
compromiso para que tenga validez, debe estar acompañado de acciones que
demuestren la firmeza de nuestras convicciones y el espíritu de entrega en el
empeño por lograr hacer realidad nuestra promesa. Esta actitud no es despectiva
hacia nadie, sino que implementa los lazos de unión entre dos partes. Hay que
dejar claro que el valor decisivo de la persona no reside en el hecho de la
proximidad o en el parentesco, sino en la disposición de acogida de la sociedad
hacia nosotros. Desde el momento en el cual se empeña la palabra con quienes le
estaban escuchando y a la vez depositan su confianza en sus manos. La palabra
dada pasa por delante de cualquier otro valor, por entrañable que fuera, de
cualquier otro compromiso o circunstancia, Pero, ¿quién está más dispuesto a
cumplir lo prometido? primero se empeña la palabra con el espíritu de cumplirla,
pero siempre se debe cumplir o en caso contrario, dar la cara. De nada vale apelar a la confianza
obtenida, si esta lo ha sido con engaños, para apelarla, si no se puede cumplir
tu promesa, debe comparecer ante la sociedad, debe de someterte a una nueva evaluación y si la
sociedad lo entiende, le dará de nuevo esa confianza perdida, si no es así,
pues solo habrá hecho lo justo con alguien que utiliza la mentira como arma.
En otras palabras “la confianza se obtiene en la medida del cumplimiento de la
palabra, en la transparencia, en el buen hacer, en una explicación con sencillez, que sea comprensible hasta por el más tarugo. En la medida que esa claridad
exista, mayor será la compresión por parte nuestra. Ahora bien, ser sinceros no
es la excusa para que la promesa no se cumpla. Al revés, porque en la sinceridad
esta la explicación de por qué no se cumple con lo prometido, bien por engaño,
bien por ignorancia… no tiene perdón, ni compresión prometer
aquello, que a sabiendas, no puedes cumplir, o por ignorancia, se promete lo
que no se sabe si se puede realizar, este hecho demuestra el grado de desconocimiento de la realidad de esta
sociedad cansada y asqueada. Por todo ello solo debemos fidelidad a nuestros
valores y lo que representan, lo demás es pura falacia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario