Quisiéramos
poder prever hasta lo imprevisible, Hoy
solo triunfan aquellos que tienen un buen “status social”, vamos a los que no
le falta de nada. Y si además hablamos de la “bella vita” solo muy pocos pueden
llevarla. Aunque quizá, somos muchos los que estamos necesitados de unos días
de relax. Quisiéramos recargar nuestras pilas, llenarnos de ilusión, de
fortaleza, pero más pronto que tarde caemos en la cuenta que nos hace falta
dinero, haremos un imposible, cuentas por todos lados, para, aunque se haga
trampa, tener casi seguro esos días. Pero hay tantas familias que no pueden
permitirse ni tan siquiera una escapada de un día, sus preocupaciones son la
comida diaria y que techo les albergara ese día, en una palabra donde comer y
dormir… De vacaciones... ni pensarlo, ni se puede, ni se plantea…. Pero, ¿se podría
ir uno de vacaciones de la pobreza? Dejarla hasta septiembre y entonces retomarla (con cierta normalidad), no tener ninguna preocupación, que te sirvan la comida, incluso
tres al día, que te limpien tu estancia, que la preocupación más grande sea de guardar reposo hasta haber hecho la digestión de tan copiosos mangares,
tenerlo todo a golpe de teléfono, ni con todo el oro del mundo se pagarían “esos
placeres mundanos”.
De vuelta a la realidad, solo les queda hacer cola en las ONG¨S para tener algo de comida, algo de ropa, algo de dignidad…Pero hay que seguir en alerta, ignorar esta realidad sólo es posible cerrando los ojos, ¡esto es dejadez o improvisación!,cuando nuestra vida está enfocada hacia el consumo, algo falla en lo fundamental, es necesario respetar un principio esencial de la solidaridad hacia los más necesitados, Hay que recordar que la vida es como un bumerán lo que mandas recibes; no podemos, ni debemos olvidarlo, seguir así, con los brazos cruzados, sin hacer nada. Ahora es el momento de actuar, Que esto nos sirva de referencia en una sociedad cada vez más egoísta y egocéntrica, donde las personas tienden fácilmente a arrimar el ascua a su sardina, a organizar su vida olvidándose de los más necesitados. ¡Vacaciones, en un lugar tranquilo..., ¿se puede disfrutar de esta paz? tengo motivos más que serios para dudar, Quizá muchas veces no tenemos la necesidad de pensar en nadie con muchas necesidades básicas por cubrir, esto se hará (a lo mejor), más adelante, a la vuelta de nuestras merecidas vacaciones, volverán a despertar las inquietudes, dormidas durante el periodo estival, pero hay que tener en cuenta que también cuando caminamos por el paraíso tropical, olvidándonos de todo, siguen existiendo las mismas e imperiosas y urgentes necesidades para una parte de nuestra sociedad, entre ellas, tener un respiro de la pobreza, de acostarse sin pensar que comerán mañana, o en que cama dormirán. Hay que recordar que desde el paraíso también se ve el infierno y naturalmente a los que sufren sus consecuencias, sin tener culpa alguna, en la mayoría de las veces.
De vuelta a la realidad, solo les queda hacer cola en las ONG¨S para tener algo de comida, algo de ropa, algo de dignidad…Pero hay que seguir en alerta, ignorar esta realidad sólo es posible cerrando los ojos, ¡esto es dejadez o improvisación!,cuando nuestra vida está enfocada hacia el consumo, algo falla en lo fundamental, es necesario respetar un principio esencial de la solidaridad hacia los más necesitados, Hay que recordar que la vida es como un bumerán lo que mandas recibes; no podemos, ni debemos olvidarlo, seguir así, con los brazos cruzados, sin hacer nada. Ahora es el momento de actuar, Que esto nos sirva de referencia en una sociedad cada vez más egoísta y egocéntrica, donde las personas tienden fácilmente a arrimar el ascua a su sardina, a organizar su vida olvidándose de los más necesitados. ¡Vacaciones, en un lugar tranquilo..., ¿se puede disfrutar de esta paz? tengo motivos más que serios para dudar, Quizá muchas veces no tenemos la necesidad de pensar en nadie con muchas necesidades básicas por cubrir, esto se hará (a lo mejor), más adelante, a la vuelta de nuestras merecidas vacaciones, volverán a despertar las inquietudes, dormidas durante el periodo estival, pero hay que tener en cuenta que también cuando caminamos por el paraíso tropical, olvidándonos de todo, siguen existiendo las mismas e imperiosas y urgentes necesidades para una parte de nuestra sociedad, entre ellas, tener un respiro de la pobreza, de acostarse sin pensar que comerán mañana, o en que cama dormirán. Hay que recordar que desde el paraíso también se ve el infierno y naturalmente a los que sufren sus consecuencias, sin tener culpa alguna, en la mayoría de las veces.
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