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viernes, 12 de julio de 2013

Dificultades

   Que difícil se pone la vida ante las dificultades y las contradicciones que la clase política nos hace sufrir por su causa, el hecho de no encontrar solución a nuestros problemas, como debería ser su obligación y el primero de sus quehaceres y preocupaciones diarias, pues para ello se presentaron, para ello fueron elegidos, con esa promesa nos sedujeron, pero está por delante la servidumbre a otro señor, a otros intereses más elevados, más "importantes"…visto lo visto solo nos queda resistir y perseverar hasta el final. Sabíamos que este no sería un camino fácil, todo lo contrario. En el mundo existen dos realidades paralelas de “difícil” convivencia “la riqueza” y “la pobreza”. Por ello, es preciso de transformarlo en una realidad neutra, como si se comenzara de cero. Esto sería lo más aconsejable, olvidar lo pasado…borrón y cuenta nueva (que utopía). El mundo, como estructura económica obedece a un solo señor,  el dinero, a costa de lo que sea, da igual si para obtenerlo hay que causar guerras, asesinatos, hambrunas…“este poderoso señor todo lo logra”, no hay ser humano que se resista a sus encantos, todos tenemos un precio, aunque sea a costa de nuestro honor. Este es el enemigo de los valores, nadie puede plantearse la desobediencia, de hacerle cara, para al menos conservar algo de dignidad, alguna razón para ser llamado honorable. Pero las gentes seguimos viviendo en este mundo y no en otro, no es fácil renunciar a las comodidades, al bienestar, al consumo, si nos bombardean con mensajes publicitarios que crean en nosotros hábitos superfluos, artificiales, que bien podíamos pasar sin ellos y seguir viviendo con absoluta normalidad, a la ciudadanía de este mundo, no nos hace falta lujos, nos incitan a ellos, crean en nosotros adicciones, necesidades nuevas y vanas, pero se nos niega el salario para sostenernos e incluso para mejorar y nos exigen contribuir con los impuestos, pagando sus caprichos y corruptelas, aunque siempre debemos de pagar nuestra cuota-parte, los impuestos, que son cada vez más altos, y algunos de nueva acuñación, de seguir así pagaremos hasta por respirar, si no lo estamos haciendo ya...pero los impuestos son un deber para hacer justicia social y poder financiarla, para conservar el estado del bienestar y dejarlo en herencia a nuestros hijos, nietos…etc.. No los pagamos incondicionalmente, lo hacemos porque creemos en un futuro mejor, más justo, más igualitario, pero esta moral choca indefectiblemente con las fuerzas de los mercados y del poder y soltura con que mueven los mecanismos económicos a su antojo. Sin entrar en temas de corrupción, pues tendríamos para escribir un libro de tamaño descomunal.

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