Translate

domingo, 28 de julio de 2013

¿Reconocimiento?


   Fijémonos bien en nuestra actitud hacia los demás, a menudo se  experimenta en las propias carnes la indiferencia. En muchas ocasiones tenemos necesidad de la aprobación o la censura de los demás, nos es tan necesaria como la propia acción en sí. Es como aquello del árbol que cae en medio del bosque y nadie lo oye… ¿hace ruido? Eso mismo sucede con nuestras acciones, si nadie las ve o las percibe ¿existen? Nos enfrentamos de cara al dilema de la discreción o la publicidad, ¿haremos lo que sociedad pide? o ¿nos mantendremos firmes en nuestros valores? ¿Qué es lo mejor? ¿La autoría o el anonimato? No lo sabemos. En cambio, en otras ocasiones, hemos llegado a una conclusión totalmente diferente. Es significativo que, por decirlo en un lenguaje corriente, la vida nos ha enseñado que cualquier acción que se efectué, no se debe hacer por ningún interés personal o material, ni tan siquiera para el reconocimiento público… Pero lo que sí es intolerable es que las medallas se las cuelgue otro, sin comerlo, ni beberlo… Parasitan el trabajo ajeno como propio, se apoderan de tus acciones e incluso de tus propias palabras, hablan con tal desconocimiento de causa, que a veces rozan el ridículo, pues su discurso no viene a cuento de la acción que se va a desarrollar, no se molestan en leer de que va el tema, son repetitivos, pues si le escuchas en cien lugares diferentes…repiten hasta la saciedad el mismo discurso y las mismas incoherencias. Su inteligencia brilla por la ausencia, no se dan cuenta del error… claro la sociedad les aplaude, unos en tono jocoso y burlesco, otros, ignorantes de que va el tema, por el interés, vete tú a saber en qué… La cuestión es que los méritos son atribuidos a otros, solo si son un éxito, en caso de fracaso, eres tú el que con tu palo aguantas la vela. En la vida, como en botica, hay de todo, todos los prototipos de personas, pero a veces se roza el escandalo al apropiarse del trabajo intelectual de otro, sin el debido reconocimiento. Una acción no se concibe para que nadie la disfrute, pero al menos se debe conocer su autor y todo el trabajo realizado para lograrla. Aunque la acción en si fuese un fracaso, que eso sería otro tema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario