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sábado, 19 de octubre de 2013

Calumnia personal


   A veces resuenan una y otra vez unas palabras que nos invitan a la reflexión personal, debemos recordar que solo estamos de paso, que nuestro tiempo es limitado, también lo son nuestras acciones, ante  todo, me declarare persona sin pretensiones, que no busca glorias, ni reconocimientos…también que mi único "hobby" es la de ayudar en la "medida de lo posible" a quien lo pudiese necesitar, como persona valgo poco, con una salud inestable y una discapacidad física sobrevenida ya de adulto… pero a la vez me considero útil, comprometido con la justicia social y en particular con las personas, que al igual que yo, tienen alguna discapacidad. Porque antes de cualquier otra cosa, soy igual a cualquier persona y por tanto con la misma sensibilidad y sentimientos. Vivimos en un tiempo en que en la vida vale poco, se prima más el conformismo, es fácil olvidar a los que sufren, se impone la ley del silencio, nos obligan a callar, a "comulgar con ruedas de molino", nos impiden manifestar la confianza ciega que tenemos en las personas “calladitos estamos más guapos”. Si expresamos alguna idea “que moleste”, se acalla, se desautoriza, se calumnia a la persona que la dice, aunque lo dicho este lleno de sentido común, molesta mucho, diría que demasiado, a los que tienen el poder y a los pretendientes a él, que ademas ambos, carecen de ideas alternativas y viables. Se menosprecia únicamente porque lo dice quien lo dice, como si nosotros no tuviésemos derecho a decir lo que pensamos. Por mucho que les incomode... No se debe bajar la guardia. En todo caso, aguardar agazapados los acontecimientos venideros…El tiempo dirá quien lleva la razón, aunque sea tarde, nos enseñará lo que conviene hacer y a quien reclamarle por las falacias vertidas, por esas falsas difamaciones con las que pretenden disfrazar la realidad. Al respecto, la verdad habita en las personas de bien, les inspira en todo aquello que han de hacer, las decisiones que han de tomar, no se dejan manipular tan fácilmente, aunque en ocasiones se llega a dudar de la verdad. Los ataques de los que somos objeto, tienen un mismo denominador común, pero con una gravedad distinta, porque no es lo mismo hablar mal de una idea, que atacar a la persona con injurias o sacar “trapos sucios” que no vienen al caso. Por lo que se refiere a perdonar a esos “mentirosos profesionales” es necesario que cambien de actitud, de sus maneras de proceder… que pidan perdón públicamente, rectifique y enmiende el daño ocasionado, en la medida de lo humanamente posible. Si no hay arrepentimiento, el perdón es imposible, el dialogo estará roto, y será sumamente dificultoso enlazar otro puente con estas personas, pero una vez descubierta su mentira, sin dudarlo será su fin como personas que viven de lo público. 

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